Hablando (Ben)

Hacía ya algunos días que me había ido de la casa de Ben y como era de esperarse lo extrañaba como una idiota. Me la había pasado trabajando y tratando de estar lo menos posible en casa, pero al final antes o después tocaba ponerme a pensar y de verdad que no era nada fácil... porque una parte de mí quería salir corriendo hasta su puerta y por otra parte no quería mover un sólo pelo y que fuera él quien me demostrara que de verdad lo que decía era cierto.
Era el atardecer y me había dedicado a regar unas flores que crecían en la entrada de la casa, así que estaba por allí con una manguera, regando el césped y las flores cuando pude sentir con claridad que Ben estaba cerca.

Spoiler:

Hacía ya días que Alma se había ido de mi casa y aunque mi primer impulso había sido marcharme a París como cada vez que tenía un problema no pude hacerlo, ya que no podía salir del pueblo hasta que lo del caso de Paul estuviera esclarecido... Así que me había tocado quedarme, pero había conseguido que Gus viniera. Algo es algo. Con el animándome todo era más fácil y por lo menos la casa no estaba tan sola... Eso sin contar con que había dejado enseguida de ir a la universidad y había conseguido por fin un trabajo... Así que aunque echaba a Alma terriblemente de menos intentaba no pensar demasiado en eso... Aunque era difícil, muy difícil.

Por increíble que pareciera Gus se había perdido en ese pueblo tan pequeño. Iba hablando con él por teléfono en francés para que me dijera más o menos por donde estaba, pero no me había dado cuenta que me había metido por la calle de la casa de Alma hasta que la sentí a lo lejos. Suspiré y me puse las gafas de sol mientras seguía a la conversación y pasaba por allí. Con un poco de suerte no me vería y estaría dentro de su casa.

Spoiler:

Ben iba hablando por teléfono, podía sentirlo perfectamente y aunque mi primer impulso fue meterme dentro de casa la verdad es que era una tontería a estas alturas, sobre todo porque me tocaría quedar en evidencia y no quería eso.

Miré de soslayo como se acomodaba las gafas y escuché algunas palabras sueltas en francés. No me moví, simplemente cerré el agua de la manguera esperando que se acercara, ya no me cabía duda de que me había visto y al final no tenía caso esconderse, el pueblo era demasiado pequeño, antes o después nos encontraríamos. -Ey.- le dije cuando estuvo a unos metros al tiempo que sonreía levemente, pero él seguía en el teléfono.

Aparté de sentirla pude ver como estaba a la entrada de su casa y suspiré, era obvio que me habría visto y lo mismo yo así que era de tontos disimular. Le dije a Gus por teléfono que me esperara donde estaba que luego iría a por él y colgué el móvil cuando Alma me saludó al pasar justo por allí delante- Hey...-murmuré parandome un poco y mirandola un poco sin saber ni que decirla.

-¿Cómo estás?¿Cómo has estado?.- le dije enseguida ya dejando a un lado la manguera. No sabía si era el momento para hablar ni sabía qué hacer, pero tampoco podía resistirme a la tentación de poner ahora las cosas en claro. -Ben... Yo...- dije mirándolo sin saber ni qué decirle. -Lo siento, quizá estás ocupado o algo.- dije después porque había dejado a un lado el teléfono y no sabía si estaba en algo importante o no. -Pero me gustaria que habláramos cuando te parezca, si es que tú quieres.- le dije ahora sin mirarlo demasiado. Joder, tenía ganas de largar todo al demonio y besarlo de una vez y que las cosas fueran más sencillas... pero no sabía si podía confiar en él, quizá el tiempo le había mostrado que en realidad tenía sentimientos por otra, por Laine... joder, solo pensarlo se me helaba la sangre.

Me preguntó que como había estado y suspiré levemente con las manos en los bolsillos- Bueno... Bien, ¿y tu?- dije sin saber ni que decirla porque claro que no había estado bien pero tampoco era plan de soltarselo como si nada. Pensaba que sería la tipica conversación de saludarse y que cada uno seguiría su camino pero dijo eso y la miré ya un poco más directamente. Joder, como la había echado de menos...- Bueno... Lo que tengo que hacer puede esperar... Si quieres tomamos algo y hablamos...-comenté cuando me dijo eso de que quería hablar cuando tuviera un hueco.

-He estado mejor.- le respondí a lo primero por no soltarle directamente que lo había estado extrañando como una imbécil. Pero tampoco era plan mentirle... Luego aceptó eso de hablar y sonreí levemente. -Ven, entra.- le dije con una leve sonrisa haciendo señas de que entrara en mi casa. Hacía muchísimo que no andábamos por allí. -No tengo gran cosa, bolsas de sangre que más vale perderlas que encontrarlas... pero puedo hacer café, al menos para mí.- dije con una sonrisa, es que no podía dejar de tomarlo por poco gusto que le sintiera.

Asentí cuando dijo que había estado mejor porque un poco era un consuelo y luego la seguía hacia dentro cuando me invitó a entrar, en fin, hacia como mil años que no estaba allí y no es que adorara ahora mismo esa casa. -Dejalo, paso del café, tomatelo tu no importa- dije cuando me lo ofreció. Me quité las gafas de sol ni bien entre en su casa y me las guardé ya que allí no me hacían falta ni nada

-Vale.- dije a lo del café pero era obvio, que no tenía caso... -No puedo quitarme la costumbre, debo tener un problema o algo.- le dije con una sonrisa una vez que entramos. -Quieres de las bolsas de sangre?.- le pregunté por si le apetecía yendo hacia la cocina para prepararme café. -Mira, Ben... Yo quisiera saber de verdad lo que sientes.- dije mirando la cafetera y esquivándolo un poco. -Te he extrañado como una idiota y no quiero estar lejos tuyo, pero no sé cómo estar cerca tuyo y que acabe con final feliz. Necesito que seas sincero conmigo respecto de Laine y respecto de todo.- le dije sin mirarlo pero quitándome de una vez el peso de llamar a cada cosa por su nombre, nunca había sido de darles vueltas a las cosas.

Sonreí un poco cuando dijo de que debía tener un problema, en otro caso la hubiera dado la razón con eso metiéndome con ella pero es que no podía actuar del todo con normalidad. - No, en serio no quiero nada Alma...- dije cuando insistió en lo de la sangre. Me senté sobre la encimera como solía hacer intentando relajarme mientras la veía ir hacia la cafetera y decir todo eso. Suspiré cuando dijo que me había extrañado y demás pero que no sabía como estar cerca- ¿Que quieres que te diga Alma? Ya te dije lo que pasaba con Laine, y... Te dio igual, es que no confías en mi y lo entiendo, de verdad...-dije mirandome un poco los pies sin mirarla.

-Y entonces ya está?.- le pregunté cuando me respondió eso. -Es así? Me queda resignarme a no confiar o pasar de tí si quiero estar contigo?.- murmuré pensando en voz alta, porque tal y como lo planteaba parecía que no teníamos escapatoria. -Me juras que no sientes nada por ella?...- le pregunté sin poder mirarlo, pero al fnal ya alcé la mirada y me quedé un segundo en sus ojos. -¿Qué es lo que quieres de mí?.- le pregunté después.

- No, no es así pero no sé que hacer para que confies en mi...- dije suspirando según iba hablando y me pregutaba mas cosas- Joder Alma, claro que no siento nada por ella, ya te lo he dicho, que sea mi ex no tiene que ver para nada, es que no siento nada- dije suspirando de nuevo- Quiero que vuelvas a casa...-dije desviando un poco la mirada cuando me hizo la última pregunta.

Dijo que no era así, pero que tampoco sabía qué hacer para que confiara en él. Y es que a mí me daba que ahora ya no podría confiar del todo y era triste eso... porque desde ya que seguía queriéndolo. Volvió a decirme que era su ex solamente y que no sentía nada por ella, y me esforcé por creerle, qué mas daba! Nunca había sido insegura y ahora no me gustaba estar en ese condenado lugar. No dije una sola palabra hasta que me dijo con toda claridad que quería que vuelva a casa. -¿Sí?.- repregunté enseguida como si quisiera confirmarlo, a mí también me daban ganas de volver, pero sentía que necesitaba algunas garantías o la próxima vez que me largara sería definitivo. -Al menos me has regado las plantas?.- dije con una leve sonrisa ya sirviéndome el café.

Preguntó casi insegura que si quería que volviera a casa y suspiré- ¿Tu qué crees?- dije porque practicamente la había suplicado que no se fuera- Te echo mucho de menos...-murmuré alzando ya la mirada un poco hacía ella. Preguntó lo de las plantas y me encogí de hombros- No exactamente... pero estan vivas- dije porque eso era lo importante, ¿no?

-También te he echado de menos.- le dije mirándolo cuando me dijo eso y luego ya cuando contestó lo de las plantas sonreí negando con la cabeza porque era más o menos lo que me imaginaba. Bebí un sorbo más de café. -Esta no es mi casa por mucho que me esmere en regar las flores... Me siento extraña estando aquí.- le dije con una leve sonrisa mirándolo. Odiaba pelear con él y lo odiaba por hacerme pasar esos malos ratos, pero tampoco podía imaginarme con ningun otro ser en el mundo. En el fondo era verdad que se me hacía inevitable.

La miré mientras hablaba- ¿Volverás?-murmuré mirandola tras decir todo eso- Es decir... ¿Qué has pensado estos días?-pregunté mirandola porque me sentía algo perdido, ¿había cambiado realmente algo desde ese día que se había marchado?- Joder... Es que si no confias en mi... Le veo poco futuro a esto...-dije sin mirarla y siendo un poco sincero después de todo lo que me había dicho.

-Confío en tí.- le dije sin responder a lo primero sobre si volvería o no. -En el fondo no es eso, me da igual que te beses con otra si sé que no tienes sentimientos por ella, si sé que eres mío solamente mío, así que si me cabreo es por orgullo... Eso fue lo que he ido pensando, que al final si me enojo contigo es más por orgullo que por otra cosa, de pronto me he dado cuenta que aunque no quiera reconocerlo me importa que los demás crean que soy una imbécil por perdonarte...- dije sin mirarlo. -Pero si quito eso y por un segundo me olvido de los demás, sé que en el fondo de mi corazón puedo perdonarte porque la verdad es que quiero estar contigo aunque seas un cabrón.- dije ya mirándolo un segundo. -No puedo evitarlo y me enoja, porque se supone que las cosas no debieran ser así... Porque quisiera que lucharas por mí cada vez, que me demostraras que esto que hago sirve para algo.- murmuré y ya volví a bajar la mirada jugando con mi cuchara en mi taza. -Tú has pensado algo?.- le pregunté después.

La fui escuchando y es que no podía ser más rara... Cualquier se hubiera cabreado por celos o algo del estilo pero ella lo había hecho por orgullo... De verdad que a veces la personalidad de Alma me descolocaba bastante. Pero sus palabras me volvieron un poco más confiado, llevaba todo el rato un poco raro porque no sabía con que me saldría pero escucharla decir todo eso de que podía perdonarme y demás me daba algo de confianza- No he pensado nada porque no tengo nada que pensar- dije bajándome de la encimera y acercándome unos pasos a ella- Ya te lo dije... Te quiero, y soy solo tuyo- murmuré suspirando recordando lo imbécil que me había sentido tras decírselo la última vez- Estos días te he echado mucho de menos... Venga Alma que... Eres lo mas importante, y lo sabes, me partiste el corazón cuando te marchaste de casa, estos días he intentado pasar de todo pero han sido horribles- suspiré y la miré acercándome algo mas a ella y tomándola de la cintura como hacía ya días que no lo hacia.- No volverá a pasar, de verdad...-dije sabiendo que seguramente no se lo creería mucho- No quiero que vuelva a pasar nada de esto, no quiero perderte... Solo me importas tu- dije mirándola y apretando un poco su cintura.

Dijo que no tenía nada que pensar... y no le respondí hasta que se acercó bajándose de la encimera y diciéndome lo demás. Sabía que lo decía de verdad, y no pude evitar estremecerme cuando dijo que estos días habían sido horribles y que le había partido el corazón al marcharme. Se acercó más y volvió a decirme que no volvería a ocurrir y claro que me costaba creerle, pero es que no podía con él cuando me tomaba de esa forma por la cintura. -Te odio Ben, de verdad...- murmuré con el mismo tono con el que le decía que lo amaba, queriendo decírselo... pero es que no me salía otra cosa. -No puedo contigo... solamente... No juegues conmigo.- le dije casi pidiéndoselo al tiempo que me rendía. Definitivamente era inevitable, por más que me dieran ganas de matarlo bastaba tenerlo cerca (y ahora así sosteniéndome por la cintura) para que la bronca se me borrara de un plumazo y me dejara de importar todo lo que no era él.

- Lo sé, lo sé...-murmuré mirandola cuando dijo que me odiaba, claro que lo sabía... Pero es que nuestra relación siempre había sido con esa mezcla de amor-odio.- No lo haré...-dije por eso de jugar con ella, claro que no quería jugar con ella, ni que estuvieramos tan al límite, joder...- Lo siento, de verdad... No jugaré contigo- susurré mientras la atraía más hacía mi y la abrazaba un poco apoyando mi barbilla en su hombro.

Dijo todo eso y no fueron tanto sus palabras como el hecho de sentir que volvía a abrazarme. Me quedé así, con su barbilla apoyada en mi hombro y con una de mis manos acaricié levemente su cabello. -Te adoro, no sé qué demonios tienes... pero no puedo sin tí...- murmuré casi con rabia, pero sabía que eso era una verdad y que ni siquiera tenía que ver con que estuviéramos casados... es que simplemente me sentía tan condenadamente atraída por él que me daba igual el resto del mundo.

Suspiré ya más relajado después de todo, escucharla decir que me adoraba aunque lo dijera con algo de rabia era de lo mejor que me podía estar pasando- Yo si que no puedo estar sin ti... No te vuelvas a ir...-murmuré sin dejar de abrazarla estrechándola contra mi, tenerla de nuevo entre mis brazos era de las mejores cosas de verdad.

-Tú mejor preocúpate por no darme razones y no me iré...- murmuré un poco picándolo en broma pero ya más relajada en sus brazos. No me gustaba que anduviéramos mal... no me gustaba para nada.

No dije nada ante eso porque era de tontos intentar repetirme con eso de que no volvería a pasar. Me aparté un poco ya de su cuello soltándola del abrazo y la miré- Te odio tanto...-murmuré suspirando porque claro que la odiaba, la odiaba por haber hecho que la pasara tan mal estos días, pero era claro también que la quería, como no quería a nadie.

Se apartó diciéndome eso y sonreí sin poder evitarlo porque era algo ya demasiado nuestro todo eso. -Diciéndome esas cosas pretendes que vuelva?.- murmuré con picardía ya de broma. -En tu lugar haría lo imposible por convencerme... no sé.- dije mirándolo a los ojos sin poder evitar coquetear un poco con él.