Visitas inesperadas en Suiza (Ben)

Ben había salido hacia ya cerca de dos horas, había ido a dar una vuelta y reservar un restaurante para la noche. Yo me había quedado en la habitación descansando y luego de levantarme me di una ducha, me puse un short deportivo y camiseta de tirantes y me disponía a mirar un poco de tele junto la fuego cuando llamaron a la puerta.
Asumí qué era Ben que había olvidado las llaves y me levanté a abrirle, pero no era Ben. En la puerta un tío cuya cara me soñaba pero no podía recordar exactamente de donde. -Disculpé, lo conozco?.- dije porque realmente no tenía idea de quien era. -Es posible... Eres la nueva esposa de Benjamín Lebeau, no es cierto?.- dijo y antes de que pudiera responderle ntro en la habitación seguido por un tipo más, ambos eran vampiros. Cerraron la puerta y me quede allí de pie sin acabar de entender, aunque desde ya que me daban muy mala espina. -Sentimos tener que arruinarle las vacaciones, pero no ha costado mucho encontrar a su esposo... Tenemos negocios pendientes y es muy escurridizo.- dijo en un tono que no me gustaba ni un poco. El otro tío se acercó a mi obligándome a centrarme en el sofá con una mano firme en mi hombro... No me atreví a decir nada porque realmente no sabía no que decir. Sólo esperaba que Ben realmente no tuviera que ver con esos tíos, pero algo me decía que no era realmente una opción.
El otro se fue hacia el mueble bar y se sirvió un vaso de bourbon.
-Supongo que no te importa que beba algo mientras lo esperamos.- murmuro entre dientes.

Había salido a dar una vuelta y a reservar en un restaurante para la noche. No le veía sentido a lo de cenar pero Alma había insistido así que no me opuse. A lo mejor quería hablar de algo importante... (?) Los humanos solían usar eso como excusa y ella todavía muchas veces pensaba como ellos así que era una posibilidad.

Estuve un par de horas fuera y ya me decidí a volver. A lo mejor podríamos ir a dar una vuelta por ahí o hacer algo divertido en la habitación... Sonreí ante la idea. No iba a negar que sonaba más tentadora esa otra idea.
Abrí la puerta con mi llave y ni bien abrir me quedé congelado en la puerta al ver la situación. Alma estaba sentada con dos hombres que conocía muy bien. Estuve tentado de correr (no sería la primera vez que huía) pero estaba claro que no era lo mismo, no podía dejar a Alma colgada- Vaya, no esperaba veros precisamente en Suiza... -murmuré sin saber muy bien que decir mientras cerraba la puerta y miraba a Alma comprobando do que estuviese bien.-Es bueno ver que no nos has olvidado- dijo uno de ellos en plan burlón.

Definitivamente estaba perdida, no tenía ni la menor idea de quiénes eran esos tíos y menos qué intenciones tenían (aunque no parecían de las mejores)... pero lo peor del caso es que cada vez me daba más la sensación de que efectivamente conocían Ben y estaba metido en un lío serio.
Tardó un poco en llegar o quizá es que el tiempo se me hizo interminable, pero el caso es que apenas abrió la puerta los reconoció. Me pusé de pié en un impulso y como el que me "vigilaba" estaba en el mueble bar sirviéndole al otro más bourbon no le dí gran tiempo a reaccionar. -Cariño, los señores decían que te conocen... al parecer sí así que ya me quedo tranquila.- dije mirando a Ben y luego al otro. -Si es cosa de negocios supongo que no tengo nada que ver, así que sei me disculpan me voy a cambiar que tenemos una cena pendiente.- dije con mi sonrisa más automática yendo hacia las maletas y tratando de convencerme de que realmente no estábamos corriente peligro.

Alma me empezó a hablar con tal corrección que seguramente en otro momento me hubiese hecho gracia, pero no era el caso- ¡Sientate!- dijo uno de los tíos mientras la tomaba del hombro y la obligaba a sentarse donde antes- Estate calladita y no te pasara nada- dijo mientras yo luchaba con las ganas que tenía de arrancarle esa jodida mano por tratarla así- Dejémonos de tonterías- dijo el que era más jefe- Sabes porque estamos aquí, no has cumplido con tu parte del trato y hace mucho que nos estas evitando, y eso se acabo, como ahora mismo no creo que puedas hacer lo que se te pidió te vienes con nosotros- dijo como si fuera lo más natural de mundo- ¿Ir a donde?- pregunté mientras caminaba un poco pero manteniendo la distancia- No puedo fiarme en que realmente hagas lo que te pedimos así que trabajaras para mi hasta que lo vea oportuno-dijo haciendo que enarcara una ceja. No sonaba nada bien, ya sabía yo que clase de trabajos hacían para él... No era nada bonito. Aunque a lo mejor...-Ella se queda aquí- dijo el otro tío enseguida dejando claro que no era algo para los dos.

El tío me alcanzó casi a mitad de la frase cogiéndome del hombro otra vez y haciendo que me sentara. No me gustó nada y lo miré con un brillo de odio en mis ojos que ya no me importaba disimular. Ben estaba igual que yo pero el otro empezó a hablar y sentí que estaban a punto de empezar las peores vacaciones de mi vida... Maldito el momento en el que se nos había ocurrido cruzar el Atlántico otra vez! -No quiero quedarme aquí, no tengo nada que ver con vosotros... No pueden reterme así.- dije mirando al que parecía el jefe. -Podemos hacer lo que nos dé la gana.- dijo mirándome con uan sonrisa burlona y acabando su bourbon. Miró a Ben. -Tú te vienes con nosotros.- le dijo ordenándoselo. -Tampoco te hará mal recordar viejos tiempos... Pero soy un hombre decente así que te dejaré preparte, te esperamos en media hora en el bar del Hotel. Sólo tú. No preciso explicarte nada, sinceramente no creo que quieras que ella venga ¿No es cierto?.- dijo mirándolo burlón. Miré a Ben cada vez más confundida. El otro tío soltó mi hombro y ambos fueron hacia la puerta. -No hace falta que te aclare que te conviene jugar conmigo, verdad Ben?... Treinta minutos, ya sábes cómo funciona... te pasas un segundo y ella no cuenta el cuento.- dijo sonriendo antes de abrir la puerta y salir de allí.

Salieron por la puerta y por un momento no dije nada. 30 minutos. Eso es todo lo que me habían dado y los conocía lo suficiente como para saber que no darían ni un minuto más. No dije nada por un momento y después casi como si me despertara empecé a ponerme en movimiento- No tiene caso intentar huir, nos darían caza- fui diciendo casi automáticamente mientras cogía mi maleta y la ponía sobre la cama para empezar a meter las pocas cosas que había sacado- Vuelve a Fell´s... O no, tal vez no, ve a París, allí estarás a salvo-murmuré mientras iba metiendo a toda prisa algunos pantalones y camisetas que había dejado por el medio en este tiempo que habíamos estado aquí de vacaciones. Quería decirla algo así como que nos veríamos pronto, o algo, pero no las tenía todas conmigo así que preferí ni abrir la boca.

Se fueron y por un segundo no hicimos nada. Enseguida Ben se puso a armar su maleta mientras me iba diciendo eso. Apenas escucharlo no lo podía creer, fui hacia él y la maleta como una furia. -Joder Ben, no! No ire a ninguna parte!.- dije deteniéndolo un segundo. -No pienso mover un condenado dedo hasta que me digas quienes son estos tíos! Cómo se llama? De dónde te conoce?.- dije mirándolo a los ojos totalmente alterada mientras él seguía ya guardando compulsivamente sus cosas en la maleta. -Respóndeme. Qué tienes que ver con ello? Qué negocios hacen? Joder! Qué se supone que significa "trabajar" para ellos!?.- dije caminando ya por la habitación sin poderme creer que pensara que iba a largarme a París así sin más. Una vez que estábamos bien... Joder, no podía ser más injusto.

Se puso como una furia y la miré cuando se interpuso entre la maleta y yo, pero ni bien acabo de hablar la hice un lado (reconozco que un poco de malas maneras, tirando de su brazo) y seguí con eso de la maleta, no había tiempo que perder. -¿Acaso importa quienes son? Si no quiero estar muerto antes de que acabe el día tengo que ir con ellos, poco más hay que decir- dije como si fuera lo más normal del mundo mientras iba metiendo cosas casi automáticamente sin mirar realmente lo que metía, seguramente una vez en mi destino comprobaría que había metido alguna cosa de Alma. Ella empezó a caminar por la habitación y la miré un poco de los nervios, eso me estaba desquiciando- Mira, basta... Haz lo que te digo- dije caminando hasta ella y parandola para que dejara de pasearse y me mirara- Quiero que vayas a París, quiero que busques a Gus y quiero que le cuentes lo que ha pasado, ¿entiendes?- dije casi necesitando que se dejara de quejar y me hiciese caso por una condenada vez en su vida-Esto tiene que ver con mis asuntos en Fell´s- murmuré mirandola a los ojos con intensidad casi a regañadientes para... No sé, para que me hiciese caso y viera la gravedad del asunto- Y si me quieres de verdad harás lo que te digo, porque él será el próximo y como dejes que eso pase... -no terminé la frase, pero no se lo perdonaría, menos si no iba por su cabezoneria-El te protegerá...-murmuré ya con mucha menos intensidad mientras me volvía hacía la maleta.

Ben no me hizo caso como era de esperarse y ya estaba empezando a desquiciarme cuando se detuvo un segundo para cogerme del brazo y decirme todo eso. -Vale... Ire a buscar Gus, no te preocupes por eso, entiendo que es grave...- dije algo más tranquila y para darle esa seguridad. -Pero, Joder Ben.... no puedes tenerme a ciegas... ¿Lo pillas? Necesito saber más... ¿Quienes son estos tíos? Estas dándome miedo, no quiero que te pase nada y ahora mismo no me estas ayudando a no enloquecer....- dije sentandome otra vez en la cama. -Gus estará en el piso de París, no?.- dije suspirando resignada.

¡Bórrala la memoria! gritó una parte de mi mente al verla tan desesperada. Y fue un pensamiento tan espontaneo y tan fuerte que la miré por un momento con cierta cautela por si lo había sentido... igual enseguida volví a lo mío con la maleta, no iba a hacerle eso después de todo lo que nos había pasado con Martha.-No me va a pasar nada, solo voy a trabajar para ellos..-dije intentando darla una seguridad que no tenía ni yo- Son gente a la que debíamos dinero, demasiado, jamás lo hubiésemos conseguido así que.. Hicimos un trato, para conseguirles otra cosa, pero como verás tampoco fue muy bien- dije resumiendo todo mientras cerraba la maleta. Cogí un bolígrafo y cogí su mano- Si no esta en mi piso ve aquí- dije escribiendo en su mano la dirección de su piso con mi prima si acaso. Miré el reloj y suspiré-Ya tengo que irme...

Se me quedó mirando un momento y ya no podía seguir lo que pasaba por su mente... es que realmente era una locura que tuviéramos tan poca suerte con unas simples vacaciones! Finalmente reaccionó diciéndome eso, una explicación tan breve que casi era lo mismo si no me decía nada. Suspiré, estaba resignada a tener que aguantarme estas cosas con él, siempre lo habia sabido y ahora estaba la prueba. Su pasado nos atormentaría, era un hecho. Dijo lo de Gus anotándome una dirección en la mano y asentí. .Cómo sabré si estás bien? Por favor, tienes que prometerme que encontrarás el modo de contactarte conmigo, joder Ben... No quiero pensar que puedo no verte más en la vida...- dije mirándolo con gravedad y cayendo en la cuenta de que, por dramático que sonara, era una condenada posibilidad.

La miré cuando dijo eso y no dije nada, ¿podría prometerla algo así?. Me gustaría pensar que si, pero a saber...- Lo intentaré...-dije para toda respuesta mientras cogía la maleta. Quería besarla, decirla mil cosas...Pero nada me parecía suficiente. Solté la maleta casi de golpe y cogí su muñeca- Ten muérdeme-dije casi sin pensar ofreciéndola mi brazo izquierdo antes de hundir mis colmillos en su muñeca y beber un poco. No era un gesto bonito, o de amor como tantas otras veces que habíamos intercambiado sangre, era más un gesto a la desesperada. Al menos durante un tiempo de este modo podríamos sentirnos por mucho que no pudiéramos hablar o vernos y demás.

Dijo eso sin ninguna convicción y sentí que se me hacía un nudo en el pecho, pero no podía retenerlo más. Ese tío había sido muy claro, se pasaba un minuto y no contaba el cuento. Joder... prefería ni pensar en eso. Comenzó a largarse y soltó las maletas volviéndose hacia mí y diciendo eso casi desesperado. Abrí los ojos clavándolos en los suyos y no tuve que decir nada porque apenas me ofreció su brazo lo mordí comenzando a beber de él como una desquiciada, sintiendo como otra vez el vínculo se armaba entre nosotros... estaba tan tensa, tan preocupada.. y él también, ahora podía sentir lo confundido que iba, los temores que lo invadían. Acabamos luego de un rato. -Nos encontraremos.- dije convencida. -Antes de que te dés cuenta estaremos juntos otra vez y tendremos unas estúpidas vacaciones decentes.- dije mirándolo a los ojos queriendo convencerlo y convencerme de paso. -Y ahora márchate, pero antes bésame. Como te vayas sin hacerlo no tienes que preocuparte por el tío ese porque seré yo la que te mate.- dije con gravedad sin poder ya quitar mi vista de sus ojos.

Acabé unos instantes antes que ella y me quedé mirando como bebía de mi muñeca por un instante. ¿Cuánto pasaría antes de que volviese a verla? Esperaba que tras ir a avisar a Gus no fuera cabezota y se quedara cerca él, la protegería, estaba seguro. Ya acabó de beber y la miré a los ojos ni bien dijo todo eso.-Claro que nos encontramos... somos inevitables-susurré medio de broma queriendo creer de verdad sus palabras. La tomé de la nuca y la besé, la besé como me había pedido, como si fuera nuestro condenado último beso. No quería que acabara nunca, menos ahora que la sentía tan mal y tan cerca mío por el vínculo de sangre.

Dijo eso y sonreí mirándolo antes de que me cogiera ya por la nuca para besarme. Me dejé besar, devolviéndole el beso y profundizándolo... sintiendo como estábamos al borde de la locura y de la angustia. Tenía tantas ganas de largarme de allí... de poner un océano entre este estúpido rollo y mi vida. Pero cumpliria lo que habia pedido... o al menos la primera parte, iría a ver a Gus... luego ya lo demás sería cosa de ellos. No estaba tan segura de que Gus fuera a protegerme, no al menos si en el medio estaba su propia vida o la de Arlette... joder ¿Tendría que verlos a los dos otra vez? Era raro todo eso.
Nos apartamos y apoyé mi frente en la suya, suspirando. Luego lo miré un segundo a los ojos. -Vete, antes de que no te deje ir.- dije con una pequeña sonrisa.

Sonreí pero no fui capaz de decirla nada más porque entonces seguramente yo tampoco pudiese marcharme y acabaríamos muertos los dos. -No hagas tonterías... Y no intentes localizarme... Y pórtate bien- fui diciendo casi como un padre haría con su hijo. Me aparté de su frente y la miré una última vez antes de coger ya la maleta y largarme de esa habitación y de alejarme esa mujer que tan loco me había vuelto siempre.

Hizo todas las recomendaciones y sonreí mirándolo marchar. Cerró finalmente la puerta detrás de él y sentí que el mundo se me desmoronaba. No tenía a nadie. Era la más sencilla y cruda realidad... siempre había tenido a Ben, solamente a Ben... No tenía familia a la que volver, amigos a los que volver... No tenía más que una carrera trunca y un fideicomiso que me empeñaba en no tocar. Realmente tuve que luchar contra el impulso de salir corriendo de allí y coger el primer avión a Tazmania o cualquier punto perdido del mundo... pero tenía que ir a ver a Gus. Le había prometido eso y cumpliría. Cogí el movil, reservé el primer vuelo a París y me metí otra vez en la ducha a ver si con el agua se me tranquilizaban un poco las ideas y podía pensar con algo más de claridad.