Una noche, una pausa... Y un cafe con crema, por favor...[Paolo]

Recorría con una extrañable paz las calles de Fell's, buscaba alguna cafetería donde sentarme, y tomar algún café. Aunque no estaba en mis planes pasar desapercibida. Estacioné el Audi, relajé mis nervios para bajar despreocupadamete, y no por ello poco elegante. La noche era tranquila con cielo despejado, azul oscuro y adornado de varias estrellas.

Había dejado ya atrás el apuro del viaje, los nervios. Y el no saber nada por tanto tiempo del pueblo, de Klaus, de Damon... Etc, etc. En lo que a mi constaba me merecia una pausa, y luego quizás una buena cazería.

- Sí una cazería no estaría mal. -Murmuré para mí misma mientras me encaminaba hacia el local, vestida mas casual que nunca. Al entrar al local me percaté que tenía mucho estilo, y al parecer poseía terraza. ¡Y a la terraza iría!.

Bien así lo hice, al llegar a la barra pedí mi café, fuerte y con crema, lo que yo llamaría. << Lo de siempre >> pensé para mi misma mientras miraba la poca gente que había en rededor. Fell's era pequeño, y era impresionante a cuanta gente te podías encontrar conocida... De hace muchos siglos.

Era una noche tranquila y claro. El cielo era un abismo negro estrellado. Eso era lo que me gustaba mucho de los pueblos, que las noches eran más parecidas a las de hace siglos, a las de mi epoca. Aunque este siglo tenía grandes ventajas, como el deportivo que conducía.
De un volantazo habíl lo estacioné frente a una pequeña cafetería y me bajé con elegancia del automoivl.
Entré al local, pedí un café y les pedí que me lo llevarán a la terraza. No tenía ganas de encerrarme en un concurrido y pequeño lugar podiendo observar la noche.
En este pueblo no había encontrado a nadie interesante... aun. No había muchas personas, humanas o no, que valiera la pena conocer.
Me senté junto al barandal y me incliné con la vista perdida, extendiendo mis sentidos.

Los rostros familiares no se hicieron esperar demaciado, como era de costumbre ya tenía un rostro conocido en la mira. La cuestión era que no recordaba exactamente su nombre, al menos no por el momento...

Poco disimulada me acerqué al joven, no tan joven, muchacho que compartía la barra conmigo pero, a una distancia respetable. << Piensa Charlotte... Apuesto, vampiro, con algunos siglos mas que tú ensima... ¿De donde lo conocerás? >> Me repetía a mis adentros mientras caminaba con tranquilidad hacia él.

Me detuve junto al notable vampiro, apoyandomé sobre el mostrador, he inclinando con sutileza mi cuerpo hacia un costado. Pensé en esperar a que volteara a verme pero, siendo de la raza y quizás por obstinado no lo haría jamás... Y eso si era mucho tiempo como para esperar.

- ¿Nos conocemos? - Me decidí a preguntar con un tono juguetón. - A mí se me hace que sí. - Terminé por comentar luciendo una sutil sorisa.

Pude notar como se acercaba pero no me volví hasta que me habló. La observé detenidamente y fruncí el entrecejo.
-Conosco a muchas personas -respondí con una sonrisa sin sugerir nada-, tu dime. Aun no he escuchado tu nombre.

Indiferente, voz seca sin un misero vestigio de sentimentalismo concreto. Yo lo llamaría carente. Cada vez me lo hayaba mas conocido. - Creo ya saber de donde te conosco. - Me sonreí secamente.

No daba por sentada mi teoría, y si le decía mi nombre, quizás me recordaría he intentaría matarme... Lo que nos dejaría a mano, ya que yo lo habría intentado antes. No hacía falta que especificara que mi comida principal se basaba en sangre de otros vampiros, mas que la humana en si. Pero, ya que me estoy llendo al infierno...

- Charlotte cariño, D' Betancourt. - En las ultiamas palabras me encargué de adornarlas con una sensual sonrisa, como de costumbre para las presentaciones. - De seguro que ya te puedes ir dando una idea. - dejé pasar las palabras como si tal cosa. - ¿Italia?, o quizás francia, para el 1900... - fruncí los labios mientras seguía pensando cual era la fecha exacta.

-Ah vaya... con que eres tu -respondí sin mucho interés mirando la venida de concreto iluminada por la fuerte luz amarilla de las farolas electricas-. Y dime bella, que haces en este recondito lugar del planeta? No me parece que sea de tu estilo... -la charla me parecía superficial. Rara vez una platica me interesaba de verdad pero´a Charlotte solo me la había cruzado hace más de un siglo. Bebía sangre de vampiro, inusual pero no era la primera vez que lo escuchaba.

Bueno, a primera impreción parecia no querer asesinarme. Un buen comienzo, almenos menos dramático.

- No, no es mi estilo. Lo mio es... - Dejé las palabras en suspenso, el ya me conocía. No por nada me llamaban viuda negra, los pasos eran: coqueteo, y despues plato para la cena. No obstante, el se había percatado de ello antes de llegar al segundo paso. - Bien lo sabes, para eso preguntas. - Terminé por decir sin darle mucho interes.

Justo para aquel momento, traían para mí el café con doble crema. - Vine porque hasta en los pueblos vecinos se habla que aquí reciden vampiros. ¿Lo puedes creer?. - Dije con una voz irónica para darle vuelta la tortilla al camarero. Cuando este ya se había ido proseguí. - Fuera de broma, Fell's tiene vampiros hasta por los tejados. - Negué renegante. - Novatos, así son. - Bebí de mi café pascientemente.

- ¿Y a tí?, ¿Que te ha traído por aquí?... No me será que me andas siguiendome, ¿verdad? Sería muy alagador... - Mis últimas palabras se regocijaron con cierto sarcasmo al salir por mis labios.