Deambulando (Damon) +18

Estaba dando vueltas por el cementerio a ver si de una maldita vez encontraba las tumbas de mis padres, pero todas las lápidas parecían bastante recientes comparadas con las de ellos.
Al final después de un buen rato las encontré y estuve quitandole las malas hierbas que habían crecido en torno a ellas.
Estuve como un par de horas allí cuando me pareció notar la presencia de alguién más, miré a mi alrededor pero no vi a nadie por lo que continué sentada en el suelo.

Antes de regresar de nuevo a la mansión decidí darme una vuelta por los alrededores, una parada fija para mi era el cementerio, primeramente por si encontraba alguna viuda desolada con ganas de morir pero no, no iba a tener tanta suerte esta vez puesto que el cementerio parecía estar completamente desolado. Pero algo captó mi atencion, la presencia de otro vampiro, sabia que era vampiro puesto que mis ganas de querer chupar su sangre eran nulas, a si que decidí acercarme despacio, provocando una densa niebla conforme avanzaba hasta quedarme frente a... la chica, si, era una atractiva vampira que no recordaba haber visto antes.

Removiendo el pasado? -Dije mientras apoyaba mi espalda sobre uno de los arboles y la observaba con curiosidad -

De repente, como de la nada apareció una extraña niebla que hizó que me pusiera de pie en estado de alerta porque no sabía que estaba pasando.
Comencé a caminar cuando noté la presencia de un vampiro, enseguida le vi apoyado en un árbol y escuché lo que dijo.
-Si algo asi- dije acercandome un poco a él con cautela -¿Esto lo haces tu?- dije refiriendome a la niebla porque en mi vida había visto una cosa semejante.

Sonreí a la vampira, parecía que comenzaba con buen pie en mi retorno a casa. Asentí con la cabeza mientras enarcaba una ceja y componia una sonrisa torcida. Si, lo hago yo, a que le doy un toque de emoción a la situación? Es como las peliculas con los efectos especiales -dije riendo y me acerqué más a ella tendiendole mi mano de forma caballerosa- Soy Damon Salvatore preciosa, a tu merced -tomé su mano y le di un beso en el dorso. Me extrañaba que me preguntara si yo era capaz de hacer eso, se trataría de una vampira joven? Aunque bueno, a lo largo de mi existencia el haber consumido tanta sangre humana ha propiciado que mis poderes sean demasiado sorprendentes en relación a mi corta edad vampírica- Controlo los elementos naturales y en ocasiones adopto forma animal -dije para explicarle un poco mejor algunas de mis cualidades-

Sonreí cuando dijo lo del toque de emoción -Pues no sé si será emocionante o no pero si llego a ser humana me hubiese largado corriendo de aquí- dije siendo sincera.
-Encantada Damon, soy Miriam Davis- dije cuando besó mi mano.
-Y no me creo que te puedas transformar en un animal llevo muchos años como vampira y nunca he visto cosa semejante asi que no me tomes el pelo- dije mirandole de arriba a abajo, estaba buenisímo.

Si fueses humana creeme que no vivirías para contarlo -dije sonriendo mientras escuchaba como decía que no podia transformarme en animal, parecia ser que esa vampira todavía necesitaba saber muchas cosas, y porque no? Yo iba a mostrarle ahora mismo como se podía realizar la conversion en animal- Tan solo tengo 165 años -le dije para aclararle mi edad, mientras todo se tornaba todavia en una niebla mas densa que me cubria por completo y de un momento a otro adopté mi forma animal, sali volando hacia ella y la rodeé un par de veces mientras en cuestion de un segundo aparecí nuevamente tras ella con mi apariencia humana asomando mi cara por su lado derecho- Ves? para creer hay que ver -dije en un tono jocoso - encantado Srta Davis.

Sonreí cuando me dijo todo eso.
-Y si tu fueras humano ya te habría mordido y te hubiese borrado la memoria- dije sonriendo, luego vi como de pronto una niebla cubría a Damon por completo y de la nada apareció un cuervo que revoloteó a mi alrededor un par de veces, antes de escuchar su voz detrás de mi.
Me giré deprisa y sonreí de nuevo -¿Y sólo tienes 165 años? Es increíble nunca he visto algo asi y me alegro de haberlo hecho- dije todavia sorprendida.

No evité sonreir cuando vi que la vampira era bastante amable y agradable, normalmente no solian encontrarse muchos vampiros sociables dispuestos a mantener conversaciones civilizadas.
Les borras la memoria? Que vampira mas compasiva que eres -dije medio sorprendido- contando que nuestra naturaleza está en comer y matar... -me quedé observandola durante un tiempo a los ojos intentando profundizar en ellos- cuentame de ti, como has venido a parar aquí y a ser lo que eres.

-Si muy compasiva- dije suspirando -Y no me gusta matar humanos si eso quieres saber, beber su sangre si pero matarlos no- le aclaré.
-Y yo nací en este pueblo hace 246 años, una noche volviendo a mi casa me atacaron, me convertí en vampira, huí del pueblo, me casé, mi marido murió y desde entonces me he dedicado toda la vida a viajar de pueblo en pueblo tratando de divertirme- dije a modo de resumen -Pero ahora he venido para quedarme- dije sin apartar mis ojos de los suyos.

Me acerqué a ella colocandole bien un mechón de pelo que se le habia ido del sitio rozando leveemente su mejilla al mismo tiempo que le sonreia.
Interesante -dije asintiendo mientras habia escuchado la explicacion sobre sus origenes- Supongo que ahora que vienes para quedarte no habra problema en que tu y yo nos conozcamos mejor, verdad? -enarqué una ceja y deslicé mi mano sobre su mejilla para despues cruzarme de brazos mientras la observaba- me resultas interesante y agradable -me sorprendia a mi mismo, yo no solia ser tan afable-

Sonreí desde luego los Salvatore tenían un encanto especial.
-Bueno Damon ¿Hay algo más que deba saber de ti que ya no sepa? Porque Elena me ha contado varias cositas- dije mirandole.
Damon tenía un encanto irresistible para cualquiera y podría ser interesante llegar a conocerle mejor.
-Y respondiendo a tu pregunta estaría encantada de conocerte mejor- dije con una sonrisa picara.

Tomé su mano y la atraje hacia mi, nuestros cuerpos a penas se separaban unos pocos centimetros y ladeé la cara para mirarla con uno de mis enternecedores gestos.
Cuentame, Qué te ha contado ELena? Me causa curiosidad que hable de mi cuando el centro de atención para ella es Stefan -dije casi seguro y entorné la vista fijandola en la suya, en esos momentos me parecia mas interesante ella que cualquier otra cosa de alrededor- Si conoces a Stefan y te ha hablado de mi, pues posiblemente sepas cosas, pero si no te ha hablado de mi... yo no tengo problema en hacerlo -acerqué mi rostro al suyo casi rozando mi nariz con la de ella-

Cogió mi mano y me atrajó hacía él sientiendo su cuerpo muy próximo al mio -Me ha contado que eres el hermano mayor de Stefan y que coqueteas con ella nada más- dije siendo sincera.
-Me encantaría que me contarás lo que quisieras sobre ti, pero ahora prefiero hacer esto- dije acercandome a él para besarlo.

En el momento en el que vi como se atrevía a besarme mis manos la rodearon y la giré para apoyarla contra uno de los arboles para yo poder acortar todavía mas distancias. Le correspondí al beso y mis manos se deslizaron por sus caderas y acariciaron su espalda mientras mi lengua recorría cada centimetro de su boca sin ningun tipo de descanso. Poco a poco fui intensificando más ese beso, eso no era lo mas indicado en ese momento, porque comenzaba a sobrar ropa por todos lados.

Damon correspondió a mi beso con pasión, me apoyó en un árbol y fue acariciando mis caderas y mi espalda de una forma salvaje que me hizó perder los papeles y que cada fibra de mi cuerpo lo deseará con desesperación.
Sentí como intensificó su beso sintiendo su lengua recorriendo toda mi boca haciendo que mi lengua se entrelazara una y otra vez con la suya, mientras mis manos viajaban por su espalda recorriendola sin cesar. Tras unos minutos y muy a mi pesar decidí parar de besarle y le dije: -Creo que será mejor que vayamos a otra parte, no me apetece montarmelo aquí- dije antes de morderle el labio.

Me humedecí el labio con mi misma lengua tras su mordisco tan intencionado, escuché como ella también queria irse de alli y dejar correr la pasion en otro lugar mas adecuado, pero desde cuando importan los lugares? Me acerqué a ella haciendo que retrocediese y la tomé en brazos girándola y ambos cayendo sobre un enorme banco de piedra. Mis manos se deslizaron por sus piernas hasta llegar a su cintura y desgarraron la parte de arriba de su ropa en ese mismo instante.
Lo importante es la compañia -dije acelerandome por momentos-

Sonreí cuando escuché lo que dijo y cuando me cogió en brazos y nos hizó caer sobre un banco de piedra.
En el momento en que noté como desgarraba mi camiseta me encendí por completo -Creo que me has convencido- dije antes de hundirme en sus labios con pasión mientras hacia como él y desgarraba la parte de arriba de su ropa, acaricié su pecho mientras me deshacía de los restos de su ropa y comencé a besar y acariciar cada parte de su cuerpo que estaba al descubierto.

Definitivamente ahora el encendido era yo, habia pisado el acelerador y no pensaba frenarme. La dejé completamente sin ropa, desnuda, era preciosa, mis manos se deslizaban por su cintura perfecta y la recosté avalanzandome sobre ella, besando sus labios con desesperacion mientras le llenaba el cuerpo de caricias. podía entremezclar ternura con pasion, era algo que se me daba perfecto. Deslicé mi lengua por su cuello buscando sus pechos comenzando a acariciarlos despacio y con provocación.

Damon sabía como volver loca a cualquier chica y llegar a desesperarla, era genial me encantaba todo lo que hacía. Me deshicé completamente de toda su ropa sin dejar de besarle ni acariciarle por cada rincón de su cuerpo que dejaba al descubierto, comencé a morder su cuello mientras llevaba mis manos a su miembro para excitarle más.

Comenzaba a acelerarme en cuestion de sgundos, cada vez sentia como iba a perder el control de mi mismo y eso no podia ser bueno, o tal vez si, segun se mire. Ya dejando a Miriam sin ropa asi, tal y como vino al mundo, sentí como ella quería darme excitación, y lo conseguia, en un arrebato la tumbé por completo y con mis manos separé sus dos piernas, mi lengua busco con desesperacion darle todo el placer que pudiese imaginar. Comencé a practicarle el sexo oral de forma perfecta, aferrando mis manos a su para que no se movieray presionando con mi lengua en los lugares exactos y haciendo que disfrutase de las virguerias que podía hacerle, dejandola completamente humedecida.

Damon me tumbó, me separó las piernas y comenzó a darme placer con su lengua, no podía parar de gemir con cada cosa que hacía era estupendo, nunca había sentido tanto placer.
Cada vez gemía más y más fuerte no podía controlarme me era imposible, conseguí librarme de sus manos y llevé una de mis manos hacia su pelo y comencé a acariciarle para que pudiera profundizar más, quería hacerle sentirse como yo quería desesperarle, pero al mismo tiempo me resultaba imposible moverme en ese momento.