Me gusta los cementerios y ¿Qué?

Mi aburrimiento no tenía fronteras y ahora no se me ocurrió otra cosa que visitar el antiguo cementerio, comencé a revisar cada tumba y los datos que ponían en ellas, los que eran legibles claro. Y me dí cuenta de que me estaba convirtiendo en una persona más rara de lo que ya era, me empezaban a gustar los cementerios, patético...
Algo me hizo salir de mis pensamientos, un ruido detrás de mí...

Genial, esa olor a humano alteraba todos mis sentidos, ya habia tomado demasiada sangre hoy, pero mi apetito vampirico nunca estaba saciado del todo, tal vez primero me propusiera darle una oportunidad y lo dejaría hablar. Resultaba raro ver a alguien leyendo tumbas en el cementerio y a mi me daba curiosidad para que vamos a negarlo. Es que le interesaba algo de ahi? Qué se suponia que pretendia? O tal vez es que el chico era aficionado a los cementerios y ese era como su hobby, quien sabe, cada persona es un mundo, y el mundo esta loco. Andaba sobrevolando el cementerio y aparecí con mi forma humana detras del chico, creando a mi alrededor una neblina espesa que hacia el ambiente mas 'acogedor' si cabia.

Eres el nuevo enterrador? -pregunté, fue lo primero que se me vino a la cabeza poco coherente y sonreí esperando que se girase-

Me giré en rotundo y no grité porque la voz no salió pero me quedé sin habla.
No me esperaba encontrar a nadie aquí y menos alguien jóven, y menos con esas pintas...

-Ah... esto... yo..., Hola soy Leo, y no no soy el nuevo enterrador.

Respondí al fin después de atragantarme varias veces.

Lo miré sin gesto de sorpresa, la verdad que ultimamente el cementerio era protagonista de cualquier tipo de hechos, de visitas y de acontecimientos, a si que no me preocupé demasiado.
Soy Damon Salvatore -dije tendiendole la mano, necesitaba contacto con él para saber si se trataba de algun brujo u hechicero- un placer, Leo -dije amable, eso de ser amable sonaba raro en mi, pero de momento debería de comportarme como una persona civilizada, aunque ese termino no entrase en la Real Academia Damonciana- solo me parecia extraño ver a alguien mirando una por una las tumbas y sus nombres, no es muy ususal no? -pregunté extrañado-

-Encantado, nose porqué pero me parece a mi que tu no eres de esas personas que son amables, ¿me equivoco? -Dije devolviéndole el gesto.

-Y si, no es muy usual, pero pensé que aquí me divertiría más que en otro sitio... -Dije sonriendo.

Me quedé extrañado ante su comentario, porque no tenia yo pinta de amable? Eso me ... ofendia (?) bah! claro que no me ofendía, pero me resultaba curioso.

Porque crees que no puedo ser amable? Me ofendes Leo, me ofendes -dije haciendome el ofendido de forma sarcástica, hasta él podria notarlo-

Aquí no te vas a divertir mucho, en general, en Fell's no te vas a divertir de ninguna forma que no sea pillándote una buena borrachera -asentí-

-Admito que al menos eres divertido y créeme encuentro entretenimiento hasta en leer ataúdes. -Dije yo también sarcástico mientras me reía.

Lo miré enarcando una ceja y torcí una sonrisa. - Claro que soy divertido, este sitio no tendría nada de interesante si yo no estuviera en él, y tú has tenido la suerte de conocerme, cuando gustes nos corremos una juerga y empinamos las botellas!

-Claro que me apunto, pero perdona que te diga, pero desde que he llegado esto es más divertido. -Le respondí siguiéndole el juego.

No pude evitar adoptar un gesto perplejo, ese chico estaba poniendose a mi altura? O me lo parecía a mi? Realmente me resultaba divertido, porque él era humano y eso hacia la situación mas isnteresante.
Te hace una noche en la que la única sustancia que podrá entrar en nuestro cuerpo sea alcohol? -pregunté desafiante-

-Claro, ¿a qué esperamos? -Dije animadamente.

-Y espero que no sea la única sustancia que entre en ti...
Pensé pícaramente.

No pude evitar girarme y mirarlo sorprendido, que se suponía que estaba insinuandome? No lo sabía, pero pronto iba a averiguarlo.
Te estas ofreciendo? -le dije con cierto interés-

-¿Lo has oído? -Pregunté refiriéndome a mis pensamientos.

-Pues sí, me refiero a la sangre, le doy a varios vampiros... -Seguí hablando mentalmente.

Mi cara adoptó facciones de perplejidad. Desde cuando un tio disfrutaba dandole su sangre a los vampiros? Ningun humano en sus sanos cabales lo hace... o al menos yo todavía no me habia cruzado con ningun alma tan caritativa.

Y esa afición? De donde viene? -pregunté con curiosidad-

-No lo sé, confieso que soy algo masoquista, disfruto del dolor, incluido el ajeno.

Le respondí girando a su alrededor.

Vi como caminaba a mi alrededor, no pude evitar reirme, disfrutaba con el dolor ajeno? con el suyo propio? Definitivamente si, el chico tenia razon, era bastante masoquista, pero si podía abastecerme pues daba igual como fuese.

Dolor ajeno dices? Bueno, sabras que mucho daño no vas a poder hacerme no? -fruncí el ceño y compuse una sonrisa torcida-

-Bueno... con mi dolor es suficiente para excitarme...

Le respondí ya parándome delante suya.

Giré a su alrededor, definitivamente pensaba tomar su sangre, puse mis manos en sus hombros apareciendole por detras y le ladeé la cabeza dejando a la vista su cuello.

Va a ser necesario que despues te borre la memoria? o prefieres recordar como el vampiro mas atractivo del mundo te ha chupado la sangre?

-Si me borras la memoria no te asegurarás que te la vuelva a dar..., y sí, prefiero recordarte cómo el vampiro más atractivo...

Susurré en la misma posición que él me dejó.