Despejándome (Charlotte)

Recuerdo del primer mensaje :

Después de que Ben se fue, me fui a casa... lloré todo lo que quise bajo la ducha y cuando salí me sentía un poco mejor. Decidí ir al cine para despejar un poco la mente... quería ver una comedia o algo que no me hiciera pensar.

Llevaba un vestido corto color azul con cinturón ancho a la cintura y sandalias romanas en color plata. Me detuve frente a la cartelera.

Levanté inmediatamente la mirada de la comida. - ¿De que localidad eres? - Pregunté afirmando de su origen sin siquiera preguntar. Aunque su tono era mucho mas parecido al actual, de lo que yo había conocído. - Nueva Orleans, una finca alejada de la ciudad. - Mientras abría la cajita que contenía mi hamburguesa. - Por cierto, mi apellido es D' Betancourt. Y fuí unica hija... O almenos eso creía. - Me sonreí divertida y le di un mordisco desconfiado a la comida.

Escuché atentamente todo lo que dijo... -Soy parisina, en verdad nací en Bélgica, pero pasé en Paris toda mi vida... ese es mi acento.- dije sonriendo. -Blaquier, es mi apellido... Y también soy hija única hasta dónde sé.- dije terminando de presentarme. -Y qué te trajo a Fell's Church?.-

Conocía París, porque allí me había trasladado después de transformarme, pero en sí, jamás con el interés de un turista... Intenté saborear la comida, pero no era como beber sangre, a comparación era la nada.

- Bueno... Me trajieron los comentarios de las ciudades cercanas aquí. - Dije sin darle mucho interés aunque en realidad si lo era. - Comentarios de un pasado. -[/color] Le dí otro bocado a la hamburguesa, tragué de mala gana y proseguí. - Sobre, algo como que... - Me sonreí divertida. - "Los vampiros han vuelto a Fell's Church". - me reí sarcástica, al igual de como habían sido mis palabras.

Alcé una ceja ante su comentario sobre vampiros. -Quieres saber mi opinión?.- le dije con una sonrisa directa al ver que tocaba el tema como si tal cosa fuera.

-Porqué no. - Como si hablára de cualquier otra cosa. - Es interesante obtener opiniones... - Dejé la comida sobre mi bandeja y la miré atentamente.

-Verás... no sólo creo en vampiros... también creo que en este pueblo hay más vampiros que humanos.- dije honestamente.

No quería darle mayores detalles porque no sabía cuáles eran sus intenciones y si en lugar de ser vampira o una simple humana salida del tunel del tiempo, llegara a ser una cazavampiros o algo por el estilo no quería arriesgar a mis amigos.

Me sonreí divertida. - Además que jamás se han ido. - Pausé y tomé las "papas fritas" mirandolas espectantes, mientras las introducía en mi boca. - Esta mejor que la hamburguesa. - Comenté variante mientras tomaba otro pequeño puñado y continuaba comiendo. - Solo que hay sobrepoblación. - Volvía al tema de los vampiros. - Esa es la cuestión, y no podemos arriesgarnos así... - Intenté corregir lo que había dicho pero, me quedé mirándola espectante, mientras me encogía en hombros con una sonrisa de "supongo que no te es sorpresa"

La miré bastante fijo y en un instante estuvo claro que las dos sabíamos que se trataba de una vampira.

-Arriegarnos? Quiénes?.- pregunté directamente. -No es que me interese... pero... es bueno saber cuando se está en peligro.- dije simplemente con una sonrisa antes de comer nuevamente papas fritas.

Me sonreí sin esperar ocultar nada mas. - Quienes mas que nosotros, Alma. - Dije con un poco de desepción. - Nuestra forma de vida, esta al marguen de su mundo. Y así hemos existido siempre. - Suspiré. - Aunque gente influyente suele ser vampiro. Jamás nos revelaríamos a toda una sociedad. - Negué con remarcada molestia dejando la comida de lado.

- Siempre hubieron confidentes. Como lo eres tú, sabes de uno, los demas llegan como si fueras un imán. - Me sonreí divertida y proseguí. - Pero, alertar a una población sobre nuestra presencia. No es una buena idea, en lo que a mí y a muchos les concierne. - Finalicé sin dejar nada en claro.

-Qué se supone que hace un "confidente"?.- pregunté algo extrañada por la palabra... sin ocultar que por serio que lo dijera un poco me divertía. -No sabía que yo era... eso...- dije sonriendo. -Mira... mi experiencia con vampiros no empezó en este pueblo... tomo verbena cada día desde hace años... supuse que eras vampira a los minutos de conocerte... por eso hablé libremente contigo, si no no hubiera siquiera sacado el tema, comprendes?.- expliqué, para que entendiera que podía confiar en mí.

Me sonreí divertida - Confidente es aquella persona que debe guardar un secreto por honor. Pero ahora lo es por algo mas interesante... - Pausé para agregar algo de suspenso e interés en la cuestión. - ... Sentimientos. - Me distendí en el asiento. - Curiosamente se estan dando relaciones entre los no vegetarianos y los humanos. - Me sonreí y proseguí.

- Has dado en el clavo de la cuestión, Alma... - Respiré profundo y me apoyé sobre la mesa con ambos codos y brazos entrelazados. - Imaginate nada mas que no solo las personas de este pueblo tomasen verbena, si no que, todos los pueblos vecinos lo hiceran. Es una simple cadena que podría desatar mas problemas de los que puedes imaginar. - Miré por un momento la luz flouresente y volví a bajar la mirada.

- Se achicarían nuestros territorios y eso ocasionaría peleas entre los vampiros, y sin sangre... No existimos. - Dandolé forma a la cuestión. - No necesitamos que todo el mundo beba verbena. - Dije con cara de pocos amigos...

Luego y sin previo aviso me sonreí de una manera cómplice. - No era necesario que aclarases lo de la verbena, porque su sangre no es la que me interesa. Es decir... - Acoté inclinando un poco el cuello hacia un costado. - Para mí, es como comer pescado. No todos los días comes pescado... Y tampoco soy vegetariana. - dije mientras sonreía con picardía recordando como me había llamado una vampireza la noche anterior. - Me bebo la de otros vampiros. -

-Se entiende.- dije simplemente refiriéndome a lo de la verbena, las aclaraciones sobre su dieta y la comparación de mi sangre con comer pescado eran un tema que me quitaba el hambre y se suponía que debía estar comiendo, así que las pasé por alto.
-Conocer vampiros ha sido para mí una casualidad... conocí un chico hace años... era vampiro, estuvimos juntos más de un año, recorrimos muchos países... quiso convertirme y me negué. Luego seguí viajando sola y llegué aquí... y bueno ya sabes el resto de la historia... sentimientos supongo.- dije con una sonrisa.

-No entiendo porqué dices que "los demás llegan como si fuera un imán"... qué tiene que ver eso con ser "confidente"?.- pregunté.

Escuché atenta sus comentarios, su historia y conclusiones. - Nada es casualidad... - Murmuré recordandomé a mi misma, y sonreí con cierta dulzura. - Supongo que conoces a mas de uno, ya conmigo serían dos... - Mordisquee mi labios sutilmente. - Cuando conoces a uno, y sobrevives... Es como si te quedaran marcas... Después que tienes contacto con uno, habrán mas, no te voy a mentir que me sentí bastante relajada al hablar contigo. - Pausé intentando buscar mejores explicaciones.

- Mira, yo por mi propia elección y dieta. No hago mucho contacto con los humanos, ni con su mundo, desde que me transformé hace ya mas de quinientos años, y por decición propia debo acotar... Recién ahora estoy intentando tomar cierto contacto, pero no demaciado... He hablado con una jovencita, que me ha caído bien, aunque no sabe de mi condición y el trato con ella me fué muy dificultoso... - Y pensé mientras esperaba si mi explicación habría sido buena...

-Entiendo.- dije sonriendo. La verdad es que su explicación aclaraba mucho las cosas. -Debo ser eso que dices entonces porque contigo ya van al menos 7 vampiros que conozco desde que llegué al pueblo...- reconocí con una sonrisa.

-Quizá los vampiros precisen socializar un poco...- dije después... -A tí podría ayudarte... me caes bien y sinceramente creí que habías escapado de la máquina del tiempo... No puedes comer papas fritas con tanta curiosidad sin llamar la atención.- reí divertida.

Reí tambien por su comentario. -¿Enserio?... ¿Tan de moda esta?. - Negué divertida con la cabeza. - Bueno, a todos nos llega la hora de socializar. - La miré con una templaza que pocas veces había demostrado.

- Alguna vez fuimos humanos, y eso nos arde de tanto en tanto... Aunque debo decir que mi humanidad me había abandonado hace tiempo, en este pueblo reencontré un rostro que me la devolvió de nada mas mirarle. - Juguetee con la hamburguesa, tocando el pan, viendo como se hundía y volvía inflarse.

- Admito que venía almorzarme a todos los vampiros... - Dijé con cierto toque de fingida inocencia. - Pero, apenas llegué me quitaron la inspiración. - Reí por lo bajo sin dejar de jugar con el pan..

-Hombres?.- pregunté divertida refiriéndome en genérico, ya que no sabía si hablaba de humanos o de vampiros.

La miré quitando los ojos de mi nuevo centro de atención. - Correcto. - Me sonreí algo coibida. - Y es un vampiro . - Murmuré mientras devolvía mis ojos al pan. - Que hay de tí... ¿humano?. - volví a dirigirle la mirada.

-No.- respondí con algo de vergüenza después de diálogo de los "sentimientos". -El más cabrón, exasperante y creído vampiro que te puedas imaginar.- reconocí.

Por un momento, un solo nombre se me pasó por la cabeza... Pero, recordé que todos eran iguales. - No hay mucha diferencia en todos ellos. - Me reí, me sentía "normal" hablando cosas de "mujeres". - La mayoría de los vampiros son así. Simplemente porque es parte de nuestra naturaleza. Yo también soy asi... En mi otro aspecto claro. -

OFF: me retiro a dormir un poco !. Mañana tengo visita al doc mejor dicho mas tarde!. Buen rol!! mas tarde lo continuo!

-No lo defiendas.- dije burlona. -Fue una linda historia y ahora se ha marchado... Nunca me interesó el amor en sí... Pero ahora quisiera conocer un hombre normal!.- dije sonriendo. -Tu teoría del imán me ha dejado desconcertada... pero demonios, ha de ser cierta, todo hombre que se me acerca es vampiro y tu misma lo dices... son unos cabrones.- dije fingiendo enojo en broma pero a la vez sonriente. Necesitaba esta conversación para sentirme mejor.

[off: sí, yo tb me voy !! la seguimos mañana ]

- Te juro que no intento defenderlos - dije mientras levantaba ambas manos en son de inocencia. - Los hombres, de por sí... No son santos, y el vampirismo, ¡Los potencia!. - Dije bromeando mientras reía divertida. - Pero, bueno... Jamás me interesaron. - Sabía que mentía. - Esta bien, lo admito.. Una vez me intereso, y será para siempre. Pero, por lo general los veo como mi almuerzo. Nada mas. - Me crucé de brazos un poco molesta por saber que sí me había enamorado de uno.

-Sí claro...- dije sonriendo con algo de ironía a su comentario de que no le interesaron.

-A mí si me interesan... y reconozco que los vampiros... bueno, tienen sus ventajas.- dije con cierta timidéz al notar de lo que estaba hablando. -Pero eso no quita que sean unos cabrones.- dije al fin con una sonrisa resignada.

- Si son mejores para el sexo. - Conclui para intentar sonrojarla mientras reía un poco. - De todas formas, de verdad lo digo... Sólo uno me ha interesado, y los demas han sido comida. No te olvides que yo cazo vampiros, los humanos son para no perder el gusto. - Me sonreí incrédula ante lo que le estaba contando.

- Que poco tacto... - Susurré. - Lo siento. Creo que... creo que me dejé llevar. - Me sonreí y la observé. - Tu terminarás siendo un vampiro. Recuérdalo... - Le dije con cierta seriedad a esperar lo que respondería.

Me sonrojé con su comentario... siempre me daban más vergüenza las palabras que los hechos.

-Porqué lo dices?.- pregunté respecto de que acabaría siendo vampira.

- No te mosqueas demaciado por el tema... - Me encogí en hombros. - Además es como si pudiera presentirlo... - Me apoyé sobre la mesa, casi como si la acechara. - Estoy hablando sobre algo realmente serio, sobre algo que no puede dejar de ser un "mito" una "leyenda".. Como si te contara de mi última conquista amorosa, o como me encontre un billete tirado en la vereda. - Me sonreí con simplesa. - Es eso lo que me extraña. Te trato como si fueses una mas de la familia. - Por referirme de alguna forma a la raza.