Leo ha llegado.

Recuerdo del primer mensaje :

Por fin he llegado a un pueblo lo suficientemente normal, aquí no parece que nadie merezca la pena a enfrentarse a mí, pero no puede ser esto perfecto.

-Me dije a mí mismo paseando por el bosque.
Desde niño era lo que más me relajaba, sentía al bosque cómo si fuera parte de mí, de hecho yo de pequeño les decía a mis padres que yo no era hijo suyo sino que yo nací del bosque.
Absorbía cada aroma, sonido, brisa cómo si fuera una esponja, sinceramente me enamoré de ese bosque.
Me adentré más y más y cuándo me quise dar cuenta...

-Genial, me he perdido...

Sinceramente, ahora me importa más bien poco todo lo que haya ocurrido, y me refugio en su abrazo, enterrando la cara en su camiseta.
Asiento a sus palabras y me seco las lágrimas de las mejillas con la manga de la cazadora, obligándome a serenarme. Si tengo que elegir, prefiero que Leo esté siempre ahí a insultarle cada vez que le veo.

- Claro...Yo también lo siento-sonrío alzando el rostro para mirarle a la cara.

-Entonces, ¿Amigos?

Dije besándola en la frente y sonriéndole.

Asiento enérgicamente, aceptando su beso, y sonrío.
- ¿Damos un paseo?-propongo.

Claro. -Dicho esto me separé de ella y nos encaminamos hacia el bosque.