Recién llegado

Había dejado el poco equipaje que traía conmigo en el apartamento, pero no tenía ganas de quedarme encerrado allí, por eso fui a dar una vuelta y conocer el lugar.
Casi estaba dándome por vencido con la investigación y cada día que pasaba me convencía de que la sombra que vi fue una ilusión y que la sombra que salía en la foto fue un error de la cámara.
Ningún indicio de nada. Así que intenté relajarme y tomarme esto como unas vacaciones de un par de meses.
Ausente de todo lo que me rodeaba, me tomaba un bourbon en la barra de una cafetería leyendo los nombres de las botellas que habían en las lejas.

La verdad es que necesitaba un trago, un tropel de sentimientos me invadía y necesitaba realmente un trago, me acerqué al primera cafeteríar que ví y entré, sentándome en la barra, fijándome en el hombre que tenía sentado al lado, era nuevo, y parecía interesante.

-Un café con whiskey, por favor... Pedí.

- Un café con whiskey, por favor...

Escuché a aquel joven dirigirse a la camarera. ¿Un café con Wishkey? Pensé.
Ya llevaba dos copas y estaba empezando a pensar de más. A través del espejo que había tras la barra, entre las botellas de alcohol, me fijé en él, y fantaseaba con la idea de: ¿Y si fuera un vampiro?, ¿y si fuera un ser sobrenatural que en vez de beber sangre bebe Wishkey con café? Genial Thom, ya estás desvariando... sólo es un chaval normal y corriente. Me dije a mi mismo. Aunque en el fondo me inquietaba.

Sonreí y al leer los pensamientos del forastero y decidí divertirme un poco.

-Hola. -Le saludé amablemente.

- Hola.
Me habló, y me puse nervioso al no tener las ideas ordenadas en mi cabeza. No sabía cómo seguir aquel inicio de conversación.
- Se ha quedado buena noche...
Al escucharme decir eso no podía pensar en otra cosa. Pff... Va a pensar que soy imbécil...

-Si... Perfecta para perderse por el bosque con alguien.

Dije con una sonrisa pícara.

- Sí... Hice un gesto con la copa a modo de brindis. - Eso mismo...
Espera, ¿me estás tirando los trastos? Fruncí levemente el ceño. Tomé un trago.
- Lástima que no hayan muchas chicas por aquí. Eché un vistazo alrededor pensando en que eso le aclararía que los tíos no me gustan, aunque puede que estuviera confundiéndome y lo haya malinterpretado.

-Ya... Si...

-Bueno, ¿Y eres nuevo? - Le pregunté.

- ¿Aquí en el pueblo? Sí... Estoy aquí por trabajo. Hice una mueca. - Pero siempre viene bien un descanso. Dije señalando mi copa y sonriendo levemente. Juraría que le sentó mal mi comentario anterior. - ¿Y tú?, ¿Vives aquí?

-¿En qué tabajas? -Me interesé.

-Si, vivo a dos calles de aquí. -Le respondí.

- Soy fotógrafo, aunque también trabajo como periodista. Aunque... Bebí de mi copa. ... el trabajo que estoy realizando ahora no tiene ningún sentido... no sirve para nada. Otro bourbon, gracias. Dije cuando la camarera pasó frente a mí. Estaba algo mareado, y pensaba en que no tenía que beber más. - ¿Y tú, a qué te dedicas? Pregunté recibiendo mi copa.

-Ah si?, y eso? -Le volví a preguntar, aquel hombre me parecía de los más interesante.

-Pues de la herencia de mis padres vivo. -Dije felizmente.

- Vaya, eso está muy bien. Niñato con suerte... Pensé. Mi padre estaba forrado en pasta, pero se aseguraría de fundirlo todo con tal de que no recibiera nada de herencia.
- Pues... porque es algo que la gente no leerá. Ni siquiera hay datos para escribir ese reportaje. Es... como escribir sobre un fantasma... Una gilipollez. Respondí a su pregunta. - Así que, mis dos meses aquí serán unas vacaciones. Espero no aburrirme. Dije bebiendo de mi copa.

-Seguro que no te aburres, aquí hay muchos fantasmas....

Dije sin evitar reirme mientras me tomaba de un trago el café.

- ¿Tú crees? Ladeé la cabeza. - Bueno pues espero que aparezca alguno pronto. Sonreí. Dejé un billete encima de la barra dirigiendome a la camarera. - Gracias.
Luego me puse al lado del chaval. - Por cierto, soy Thom, encantado de conocerte. Le tendí la mano sonriente.