Corriendo (Bonnie)

Había salido a hacer algo de footing, me despejaba bastante y últimamente era de las cosas que precisaba. Tras tanto andar intentando recordar el pasado, me merecía un poco de tranquilidad mental. Comencé a correr intentando no hacerlo muy deprisa. Siendo humana había sido una de las cosas que más me gustaba hacer, pero ni se comparaba con la sensación de correr siendo vampira, todo era mucho mejor. Luego de un rato me tumbé en el césped a estirar, más por costumbre que porque realmente lo necesitara... hacía muchas cosas por costumbre.

Salía de la biblioteca un poco despeinada, cualquiera pensaría que era una demente, ya que me llevé 3 libros, los cuales apoyaba contra mi pecho al salir. Solía caminar hacía casa, me sentía más cómoda y más libre caminar por la calle que ir sentada en un auto. De camino a casa, veo a una chica tumbada en el césped. Se me hacía bastante conocida, pero la veía así como si se sintiera mal. — ¿Hola, estás bien?— le dije mientras pasaba mi mano libre por mi cabello, intentando peinarlo un poco.

-Sí, tranquila... sólo estiro un poco. He estado corriendo.- dije ya poniéndome de pié y mirándola. -Oye, te conozco? Me suenas conocida de verdad.- le dije con una sonrisa. Quizá fuera del instituto. Ahora ya iba a la universidad a Virginia, pero a lo mejor era más chica que yo y la conocía de clases en el instituto.

Cuando pude ver su rostro al ella levantarse y que pude detallarla, juro haberla visto en el Instituto. — Creo que sí, pero eso creo que ya hace algunos años—, le devuelvo la sonrisa. Acomodo mis libros en mi brazo izquierdo mientras extiendo mi mano derecha abierta hacía ella en señal de saludo, quizás si le decía mi nombre me recordaría — Soy Bonnie Bennett—

Sonreí cuando me dijo eso, era lo más probable. -Soy Alma, Alma Blaquier.- le dije extendiendo mi mano y tocando la suya. Apenas hacerlo sentí una sensación extraña, esa chica era humana porque había escuchado su corazón, olía su sangre y oía su respiración... pero a la vez era diferente.

Mi cara se puso seria cuando tomé su mano para saludarla. Sentí una sensación horrenda lo cual casi me hace soltar su mano asustada, veo su mano para luego desviar mi vista hacia ella, sin embargo, había aprendido a controlar esos impulsos. Sabía que esa sensación era la muerte. Sabía que era una vampira. — Claro, estabas en el instituto hace varios años, para ese entonces estabas por graduarte— oculto mi seriedad en una risa de alegría fingida, aunque era obvio que se había dado cuenta de lo que había sucedido.

-Sí, es posible. Soy algunos años mayor que tú.- dije con una pequeña sonrisa viendo que se había espantado bastante. -Oye, no quiero interrumpirte ni nada.- le dije ya porque era obvio que se había dado cuenta que era vampira, lo que no entendía era ¿cómo? -Igual ya me iba a casa.- dije comenzando a andar para salir del parque.

Me tomó varios segundos pensar lo que había ocurrido. Justo cuando ella estaba por salir del parque, aceleré mi paso para intentar alcanzarla. Era la primera vampira que veía en mucho tiempo, estaba familiarizada con muchas cosas de ella, pero siempre la curiosidad me daba por preguntar. Justo cuando llego a un lado de ella le pregunto —¿cómo es que sientes cansancio si estás muerta?— Dije ésto de una forma tan natural, como si le estuviese preguntando la hora. Guardaba mis libros con naturalidad esperando su respuesta. Quizás había marcado mi sentencia de muerte al preguntarle eso.

No me esperé que la chica me siguiera pero lo hizo y me giré a mirarla. -No me gusta mucho pensarme de ese modo.- reconocí. -Hace poco que soy... así y digamos que mantengo las costumbres que tenía antes.- dije por eso de correr y estirar, aunque no era necesario. -Y no, no me canso... pero me gusta hacer las cosas que hacía... incluso fumo.- dije sonriendo amigable, eso era el colmo porque técnicamente no sentía nada, pero tenía el hábito. -Y cómo es que tú te has dado cuenta? No eres una humana común, verdad?.- dije mirándola con curiosidad.

Me sorprendió la naturalidad con la que había contestado. No me esperé una reacción tan pacífica, solía pensar que la mayoría de los vampiros eran más... Agresivos. —Pensé que se cansaban cuando te vi tirada en el piso— Cuando replica sobre lo de que es fumadora arrugo un poco la cara, ya que no tolero el olor de su humo. Al hacerme la pregunta acomodo un poco mi cabello y desvío un poco mi mirada hacía los lados —Tienes razón en eso. No soy lo que llaman muy ''normal''— digo soltando un suspiro.

-Bueno y qué eres? Bruja?.- le dije arriesgando. Yo venía de una familia de brujos pero no lo había sabido hasta no convertirme en vampira por lo que jamás había logrado practicar magia... o al menos con conciencia de ello.

—Pues sí, soy una bruja— Dije jadeando un poco. —No creí que supieras a cerca de brujas y hechiceros, como eres una nueva vampira—. Volteo mi mirada hacía variad direcciones, cuidando de que nadie nos escuche. Soy bastante popular en el instituto como para que alguien me escuche hablando sobre cosas que la gente creería que es cosa de fenómenos. —A puesto a que fue un buen giro de cuello lo que te hicieron— suelto una pequeña risa burlona mientras paso mi mano derecha por mi cabello, aún estaba algo despeinado, así que termino de peinarlo con ayuda de mis dedos.

-Pues, si te soy sincera no recuerdo demasiado respecto de la conversión.- es que hacía unos días que había perdido una parte de la memoria y eso incluia precisamente el episodio de mi conversión. -Pero sí que se de brujas, de hecho... provengo de una familia de brujos, aunque lo supe después de convertirme y jamás logré hacer magia.- le dije con una pequeña sonrisa.

—Tsk.— hago un sonido con la lengua. —Creo que fuese sido genial conocerte como una bruja. Naturalmente no confío mucho en los vampiros.—. Acomodo mi cartera, donde se encontraban mis libros — Y no creo que puedas hacer más nunca magia, después de todo estoy al tanto que no puedes ser vampira y bruja al mismo tiempo. Una cierva de la naturaleza y una abominación de la naturaleza. Jajaja no lo creo..— Alzo mi vista hacía ella, se me viene una pregunta a la mente, ya que he estado muy fuera del pueblo, hace ya varios meses que no estaba acá. — ¿Hay otros vampiros en el pueblo?, no creo que seas la única.—

No me gustó nada que dijera la palabra "abominación", yo podía ser muchas cosas... pero desde ya que no me consideraba una abominación de la naturaleza, de hecho nunca me había sentido tan conectada con la naturaleza como desde que era vampira. -Mira, ya sé que no puedo hacer magia y no me importa.- dije mirándola. -No soy una abominación de la naturaleza... Puedo sentirme parte de ella, escuchar los sonidos de los árboles, de la lluvia, de los pájaros.... puedo sentir el latir de la vida, de los corazones, oir las respiraciones... No me parece que tengas una idea apropiada de los vampiros.- dije sin darle vueltas. -Y no sé si hay otros, aunque supiera tampoco lo diría, no es como si fuéramos muy populares en ningún sitio... y con razón, ya vez lo pésimo que hablan de nosotros.- dije encogiéndome de hombros.

—Disculpa si te ofendí— lo dije mientras pasaba nuevamente mi mano derecha por mi cabello, que caía liso hasta la mitad de mi espalda. — Lo que sucede es que para una bruja, el hecho de estar muerta no es algo muy aceptado, va en contra de todo lo que la naturaleza nos da—. Al decirle ésto, la veo con una mirada un poco apenada, no quería ofenderla de otra manera, pero ya lo había dicho, y no me arrepentía en lo absoluto.

Bonnie continuó hablando pero ahora mismo me importaba poco lo que pensaba, ya tenía hechos mis propios juicios y mis propias opiniones sobre la vida y la muerte. -Mira, no estamos de acuerdo en eso. Piensa lo que quieras pero si yo existo, y te aseguro que lo hago, es porque la naturaleza lo ha permitido, nadie se escapa de la naturaleza... No me siento maldita, ni creo estarlo. Ahora, si me disculpas... estoy un poco apurada.- le dije con cortesía. Sus palabras me ofendían de verdad, nunca había escuchado que alguien tuviera tal desprecio por los vampiros, con razón había vampiros dispuestos a cargarse humanos sin pensarlo dos veces!

Cuando resopló el hecho de estar apurada me detuve en el acto. Después de quedarme atrás, me doy una media vuelta y se esboza una leve sonrisa en mi rostro. Después de todo, no la había seguido para hacerme amiga de ella, lo hacía para recolectar un poco de información, y con su actitud a la defensiva de su pensar obviamente erróneo de los vampiros, pasé nuevamente mi mano derecha por mis cabellos color azabache y caminé directo hacía mi casa.

Off Rol: Te puedo poner Trato hóstil en mis relaciones?

Continué caminando sin mirar atrás. Esa bruja adolescente acababa de sacarme de las casillas, ¿quién demonios se creía que era? Suspiré y continué la marcha hasta llegar a casa, en el camino saqué mi paquete de cigarros y me encendí uno maldiciendo la buena fe que me llevaba a dar información suponiendo que todos eran bien intencionados. Es que era una idiota, porque no me había callado simplemente... en fin.

[off: claro! te lo has ganado, jajajaja ]