Un día con Ben

Recuerdo del primer mensaje :

Mi padre me había llevado al teatro para compensarme por el mal trago que había pasado en el evento de la Universidad. Pero la obra era muy pesada así que apenas pude me escurrí del palco para ir al hall central y hacerle una llamada a Ben, tenía ganas de verlo... además como estaba en Fell's Church había posibilidades de que nos encotráramos.
-Dónde estás cariño?. le dije apenas atendió mientras me sentaba en uno de los bancos a los costados e intentaba hablar despacio por no molestar.

Ben me prometió eso mirándome a los ojos y sonreí. -Vale, olvídalo. Tengo que confiar en tí, soy una tonta... y de verdad que sé que tengo una fijación con ella, pero es que me pone de los pelos Alma. Ya te digo que esa tía es capáz de cualquier cosa.- dije sin poder evitar soltarle eso y de paso meterme otra vez con ella, es que estando allí con todo lo de Alma cerca, no podía dejar de pensar en ella ¿Cómo sabría si se habían vuelto a liar? Todo allí eran señales de ella... joder.

Suspiré- Martha ya, no sigas, te he dicho que no pasa nada entre Alma y yo, casi ni la conozco, si tan mal te cae pues deja de hablarla, que sé yo, pero deja ya esto porque me agobias y te hace ver como una loca- dije sinceramente, sonaba un poco mal, pero era cierto- Te he prometido que no te voy a engañar, así que dejalo ya y confia en mi- dije casi suspirando, me estaba haciendo de verdad sentirme hasta mal, no era agradable sentir que la hacía daño la verdad, tal vez tendría que acabar en serio con todo el juego de Alma...

Dijo eso y me dí cuenta que me estaba pasando, lo que me faltaba era que se enojara conmigo por eso de mis celos idiotas y acabara de verdad en los brazos de Alma. -Lo siento, ya está. Confío en tí y punto. Hablemos de otra cosa.- propusé tirándolo de la mano y saliendo ya de la habitación. Había allí demasiadas cosas de Alma y no me gustaba. -Cuéntame qué tal los libros... ¿Al final te quedarás con alguno mío?.- dije con una sonrisa interesada en eso.

No dije nada por no seguir con el tema pero obvio que no confiaba en mi precisamente. Me cogió de la mano y la seguí para ir hacía el salón- Si, me he quedado con alguno, sobre todo alguno de estos historicos, los de ciencia ficción te los puedes llevar todos- dije haciendo casi una mueca pero es que esos ya los tenía más que vistos, nada me sorpredía a estas alturas.

Comenzamos a ir hacia la sala tras bajar las escaleras y sonreí cuando me dijo eso. No tenía idea de que a Alma le gustara tanto la lectura, no parecía del tipo de chica que se afanaba por los libros... pero bueno, no me costaba nada llevarme esos a mi casa. -Los históricos? Vaya... muéstrame cuáles..- dije más que nada para controlar eso de saber cuáles eran mis libros. -No sabía que te gustaba leer sobre historia.- dije por sacarle tema mientras ya íbamos a sentarnos al sofá. Allí había hecho algunas pilas con los libros que se quedaban y los que se iban.

- Bueno vale, solo me he quedado con 2 libros- dije casi a regañadientes dije cuando me dijo que se los enseñara, pero es que apenas tenía históricos y entre eso de la ciencia ficción, los típicos "libros de chicas" y demás nada me había llamado mucho la atención. Y también es que quería tener mas espacio para mis cosas para que negarlo... Era un novio horrible. - Y si, no sé, leo de cualquier cosa pero creo que prefiero los de historia- dije al final pensando en eso mientras llegabamos al salón. La acerqué los dos libros que había cogido y nos fuimos a sentar al sofá mientras ella lo miraba.

Reconoció al final que solamente se había quedado con dos de mis libros, bueno de los de Alma. Luego ya me los pasó y me puse a observarlos sin gran interés, solamente quería saber qué cosas tenía Alma y cuáles Ben, no quería que me pillara confundiéndome. Es que joder... eran demasiadas las cosas que tenía que tener bajo control. -Ya, pues ahora tendrás bastante más sitio por lo que veo.- dije mirando las pilas de libros que había dejado para que me llevara. Me puse a mirar sus propios libros, relojeando un poco y me llamó la atención dar con uno que apenas abrir tenía una dedicatoria ¡de Alma! Lo cerré de golpe intentando esconderlo un poco entre los que supuestamente me llevaría.

- Si... ¿no te importa no? Es que si ya estas en tu casa es una tontería que estes ocupando aquí sitios mios- dije sin saber que sonaba muy mal, esperaba que no- ¿Quieres tomar algo?- la pregunté después poniendome en pie, el otro día en un ataqué de ¿cariño? había ido a comprar al supermecado para tener algo en la nevera cuando ella viniera a casa. No era plan no tener nada cuando mi novia era humana e iba a estar por allí de vez en cuando.

Alcé una ceja cuando dijo eso, sonaba casi a que estaba echándome, era verdad que eran sitios "suyos" pero sonaba pésimo que me lo dijera. De todos modos pereferí no decir nada que ya bastante la liaba con mis celos como para también estar enfadándolo con otra cosa.
Me preguntó si quería algo y asentí. -Un té, puede ser? Y tienes algunas masitas, o algo?.- dije porque me daba algo de hambre.

- Vale, quédate aquí, yo te lo preparo-dije sonriendo y agachándome un segundo para darla un pequeño beso antes de irme a la cocina para preparar lo que había pedido. Puse algo de agua a calentar y empecé a buscar las masitas, juraría que había comprado pero ahora mismo no tenía ni idea de donde las había puesto. Suspiré y fui abriendo un armario tras otro para encontrarlas.

Ben fue a la cocina y fue la oportunidad que encontré para mirar con mayor detalle esa dedicatoria.
Ben,
Probablemente acabes siendo para mí el tío más cabrón de todos,
pero no cambiaría uno sólo de los instantes que pasé contigo.
Por esos momentos juntos,
los buenos y los malos,
por un puente, por un árbol, por unas copas de más...

Siempre te querré.
Alma.
(una niña pija, caprichosa y rebelde... que adora el café)

Cerré el libro rápidamente, ni siquiera entendía porqué lo hacía, quizá porque temía que ese mensaje quedara en el aire o algo. Esos dos tenían una historia que no conocía para nada definitivamente esa era una dedicatoria de despedida... pero ¿cuándo se habían separado? Había mucho que me tocaba saber todavía, no podía llegar a Ben hasta no eliminar todo resto que quedara en él de las relaciones anteriores. Dejé el libro en la pila de los que me llevaría y fui a la cocina. -Precisas ayuda?.- le dije a Ben que parecía rebuscar masitas por todas partes. -Es un detalle bonito que las compraras...- dije después.

Martha apareció al cabo de los minutos y sonreí levemente- Sería un detalle todavía más bonito si las encontrara- dije sonriendo, miré ya en el último armario y las encontré- Ajá, sabía que no podían estas muy lejos- dije sonriendo mientras me acercaba- ¿Te gustan?- la pregunté algo inseguro mientras le enseñaba la caja, pero es que no entendía nada de comida humana y de alguna forma... Quería que Martha estuviera contenta, ya bastante cabrón estaba siendo con ella.

-Sí, claro que me gustan.- le dije con una sonrisa contentísima de que al fin estuviera pensando un poco en mí. -Cualquier cosa que venga de tí me gusta cielo, ya lo sabes.- dije sentándome en uno de los taburetes. -Haría cualquier cosa por tí.- dije y supe que era totalmente cierto, al fin y al cabo estaba metida hasta los huesos en un plan que me tenía los nervios a la miseria pero que de alguna manera que no terminaba de entender estaba dándome resultados.

No dije nada mientras servía el agua ya caliente en las tazas y añadía después el té. Escucharla decir esas cosas me hacía sentir fatal. Ella me trataba con todo el amor del mundo y yo... ¿Joder, en que necesidad estaba yo de meterme en líos?- Eres un amor...-susurré pensándolo de verás por todo lo que decía, esperaba poder decirla alguna vez sinceramente cosas parecidas. Ahora sabía que se las decía pero... Era por seguir el rollo más que nada. Tomé su rostro y la dí un pequeño beso antes de pasarla el té

Me dijo eso y sonreí con su beso antes de coger la taza de té. -Tengo algo que decirte.- dije mordiéndome el labio. -Ya sé que antes te dije que si querías y eso... pero la verdad es que he hablado con mi padre por lo del empleo. Dijo que estaba dispuesto a darte empleo en mi ciudad, sabes que él es político y bueno siempre precisan gente.- dije tratando de sonar casual. Ya sabía que me había dicho que no pero es que por eso mismo no me había atrevido antes a contarle toda la historia entera. -Me gustaría que lo conocieras, en el evento de la universidad al final no tuvieron ocasión.- dije bebiendo ya algo de té para evitar volver a soltar algo sobre Alma, ella había mantenido toda la atención.

- Martha, joder...-dije sentándome a su lado en otro taburete sin poderme creer que hubiese hablado ya con su padre de lo del empleo. Siguió hablando y la miré sin estar nada convencido- ¿Y de qué me daría el empleo?- pregunté sin poder evitar, es que no podía esquivar después de todo el hecho de mi nivel económico actualmente no estaba para tirar cohetes y yo seguía debiendo mucho dinero. - No lo sé Martha... Es que es pronto para conocer a tu padre- dije yéndome por la tangente- ¿Cuanto decías que llevábamos juntos?- dije recordando que la noche que le había comentado mis dudas me había respondido pero ya ni recordaba.

Me di cuenta que la había liado y suspiré. -Pues no sé, de cualqueir cosa.- respondí cuando preguntó de que sería el empleo. Me daba realmente igual, mientras trabajara para mi padre estaría cerca y controlado. Además de que a mi padre no podía caerle mal si trabajaba para él, no? Eso de que fuera un vago no sumaba muchos puntos. -Salimos hace tres meses.- dije tratando de recordar más o menos lo que le había dicho la vez anterior. Joder! Tendría que tener un diario o algo, con tantas mentiras era fácil que me confundiera.

- Tres meses... Es poco- dije mirandola, es que no me apetecía nada conocer a su padre pero al mismo lo del empleo... No podía negar que cada vez sonaba más tentador.- Bueno no sé Martha... Tu pregunta a tu padre sobre lo del trabajo que puede conseguir y ya después me lo pienso- dije sin dar esta vez una negativa del todo. Si no era un mal trabajo seguramente aceptara y ya, un problema menos.

Lo miré cuando dijo eso de que era poco. Es que me daban ganas de matarlo que no recordara esas cosas... pero cómo iba a recordarlo si me lo estaba inventando? A este ritmo era seguro que acabaría loca. Suspiré. Dijo después lo demás y sonreí. -Vale, le diré.- dije, aunque sonaba totalmente utilitario de su parte no me importaba, lo que fuera por tenerlo más cerca y más controlado. El plan era tan perfecto que me asombraba de mi misma.

Asentí y la miré después cuando se quedó callada de esa manera- ¿Te has cabreado?- dije pensando en que tal vez se había picado por eso que había dicho del poco tiempo- Joder Martha, si tan importante es para ti le conoceré y ya esta- dije suspirando y dándome un poco por vencido por no tener problemas con ella.

-No, no estoy cabreada... Y está bien, es poco tiempo.- reconocí. Realmente más lo pensaba y más complicado era sostener la mentira con mi padre, él bien sabía que no nos habíammos enfadado y que tampoco yo me había ido de casa... tampoco era cierto que para "reconciliarnos" me hubiera conseguido mi apartamento... en fin, eran demasiados cabos sueltos. -De hecho es mejor esperar un poco. No estoy enojada ni nada.- le dije siendo sincera. Cogí un poco el té y bebí, era un buen té.

Me sorprendió que cambiara de opinión tan fácil cuando me había estado dando tanto la lata para que conociese a su padre pero lo agradecí de todas formas. Es que realmente era muy pronto... Nos quedamos en silencio y me puse en pie para colocar un poco la tetera y demás. No solía recoger tan fácil pero es que odiaba los silencios y era mejor estar haciendo algo.

No era tan fácil salir con Ben. No era muy hablador y todo lo que decía tenía que estar soltándolo con cuidad. -Cuéntame algo de tí que no sepa...- dije por sacar algo de conversación. -Me has dicho que te gusta la historia... ¿Has estudiado alguna vez algo de eso?.- dije ya poniéndome de pie y aceercándome detrás de él para quedarme un poco cerca. Quería besarlo, pero es que todavía me costaba un poco creer que de verdad era mío.

- Si, hace unos años me saqué la carrera- comenté recordando eso según notaba como se acercaba. Había ido varías veces a la universidad pero casi todas las carreras las había dejado en el primer o segundo año. En cambio había conseguido sacarme historia y periodismo.- No es difícil si te gusta- comenté, aunque también partía con ventaja porque algunas cosas las había vivido.- Pero como te aburra... En fin, no hay nada que hacer- dije sonriendo porque sabía que a mucha gente le resultaba insoportable.

-Vaya, eso suena increíble... Así que podrías dedicarte a dar clases de historia o algo.- dije proponiendo ideas. Parecía que tenía una fijación con el trabajo y con que él hiciera algo en su tiempo libre, bueno quizá la tenía. Pero igual no era mala idea. -Y con razón le discutías tanto a aquel profesor en la universidad... Te acuerdas?.- dije porque no sabía si eso era parte de los recuerdos que se le habían borrado al tener que ver con Alma o si quizá los tenía todavía.