Primer Dia

Era primera hora, caminé lentamente por los pasillos. Otra vez las mismas clases de siempre, menudo aburrimiento. Suspirando´llegué hasta las taquillas, una chica que no conocia estaba parada delante de mi taquilla. Por lo que pude notar era una vampira. Volvi a suspirar. Este pueblo estaba lleno de vampiros.

- Perdona, pero esa es mi taquilla- la dije a la chica cuando llegué hasta ella para que se apartara.

Extrañada levanté la mirada para observar al humano que se había atrevido a hablarme así. No era humano, era un vampiro, sin embargo no dejaría que intimidara.
-Disculpa pero la señora Clarke me asignó esta taquilla -le respondí sin moverme -. Si tienes algun problema sería mejor que lo hablaras con ella -la gente en los pasillos se empezaba a detener para ver lo que pasaba.

- Imposible esta es mi taquilla, asi que largate- dije haciendo caso omiso de la gente que se empezaba a parar a nuestro alrededor- habla tu con la señora Clarke si quieres.

Sonreí por su actitud, pero aun asi la empuje ligeramente para que se apartará de en medio de la taquilla.

- Pobrecita...-dije ironicamente mientras abria mi taquilla para sacar las cosas de la próxima clase.

Me quedé en shock momentaneamente. La verguenza y la humillación no eran tan grandes como la confusión que sentí. ¿Quien era él? Ningun hombre vampiro o mortal, y lo digo en serio, ninguno en todos los siglos que llevaba convertida en vampira se había librado de mi influencia.
¿Como era posible que él ni siquiera lo haya sentido momentaneamente? Era obvio que aquel vampiro era más joven que yo por algunos siglos, entonces, ¿como era posible?
Tenía que averiguarlo.
-Oye, sabes, perdona -le respondí con una sinceridad creible-. Me comporte muy mal, debí ser más amable. Lo mas seguro es que me hayan dado tu taquilla por error -estiré la mano-. Me llamo Elena. Elena Lagrange.

Me giré para mirarla mientras se disculpaba y se presntaba. La estreche la mano mas que nada por cortesia, pero no porque me apeteciera despues de lo anterior.

- Yo soy Benjamin Lebeau-dije para presentarme mientras la analizaba. Era vieja, por lo menos mas que yo, e irradiaba poder, pero eso no me intimidaba.

-Si, al igual que tu- no era una pregunta, era una afirmación, se podia apreciar su acento fácilmente. Terminé de coger mis cosas y cerré mi taquilla.

-¿Por que no me dices directamente lo que piensas?- dije cortante, no me interesaba esa falsa cordialidad que ella estaba intentando entrablar conmigo.- si me quieres decir algo, hazlo, pero no juegues a la amabilidad conmigo cuando los dos sabemos que me odias y que yo no te soporto- la solté antes de comenzar a caminar por el pasillo.

Sonreí con sinderidad y mi acostrumbado sarcasmo.
-No te odio Benjamin, y estoy seguro que si me conocieras pensarias diferente de mi. Tu y yo no somos tan diferentes como crees -lo seguí por el pasillo caminando gracilmente como si fuera una pasarela-. Pero esta bien, te seré sincera. Vine a Fell's Church a buscar a alguien. No se realmente quien es, pero se que es muy poderoso... posiblemente más que tu y yo juntos -no quise mencionar la curiosidad que sentí por él y utilicé todo el poder de mi mente para ocultar aquello. No quería que pensara que era más fuerte que yo.

Sonreí cuando la sentí seguirme, caminaba como si fuera la reina del mundo, creyendose la mejor y la más hermosa, y en cierta manera lo seria, por la cantidad de chicos que se la quedaban mirando segun caminabamos.

-Genial... encima vienes buscando problemas con un vampiro poderoso desconocido-dije sin dejar mi tono ironico y sin dejar de caminar- perdona si no te recibo con los brazos abiertos...

-Ya... asi que arrancarle la cabeza... Yo a eso le llamo buscar problemas-dije alzando una ceja al sentir como se alteraba- en realidad no me interesa, es tu vida, simplemente haz que esos problemas no me afecten- la avisé- no quiero problemas por tu culpa, los problemas ya los encuentro yo solo...-dije ironicamente.

Me paré en mitad del pasillo para mirarla, no podia creerme que me estuviera pidiendo ayuda.

-¿Y que gano yo de todo esto?-pregunté alzando una ceja, ignorando a los humanos que se paraban a mirarnos.

- Ya tengo todo eso- dije sin poder evitar sonreir por su comentario de los bocadillos- mira ya tengo muchos problemas, una vampira que me odia esta buscando cualquier escusa para atacarme, otra me tiene de guardaespaldas frente a su novio vampiro y luego tengo que aguantar a ciertas humanas...-dije alzando una ceja- dame una buena razón para ayudarte, convenceme, porque en caso contrario no pienso mover un dedo por ti, ya tengo bastantes problemas para la proxima decada- dije con ironia.

- No me referia a eso- dije con una sonrisa mientras la ponia una mano en el hombro para que no siguiera acercandose a mi al ver sus intenciones- mira... hagamos un trato, tu me cuentas porque le quieres encontrar, y lo que te hizo -la dije alzando una ceja.-si me convence te ayudare...

Al principio no dije nada, derrepente me di cuenta de que estabamos parados en mitad del pasillo donde cualquier humano indiscreto podia escucharnos. La agarré del brazo y me la llevé hacia la primera clase vacia que encontramos. Una vez alli cerré la puerta y la mire.

- Yo nací en el siglo XVIII, pero tienes razón yo no era precisamente un campesino, y tambien tuve que pasar por los estrictos modales, normas de decoro, costumbres anticuadas y todo eso...- la dije para que viera que entendia lo me explicaba.

La cogí de la mano y se apreté para apoyarla, era una historia bastante triste, pero asi era la vida en nuestras epocas. Suspiré.- ¿Fue Aidan quien te convirtio?- pregunté para averiguar el final.