Maybe tonight we can forget about all, it could be just like heaven | Damon |

Aquel mismo día después de ir a tomar algo  a una de las cafeterías del pueblo y conocer a una chica llamada Alma decidí volver a casa dando un paseo por el pueblo. Así sabría localizar cada uno de los comercios y no equivocarme o perderme. El sol seguía brillando en el despejado cielo mientras se escuchaba el sonido de los pájaros. Al cabo de unos minutos llegué a casa. Al entrar cerré la puerta despacio sin hacer apenas ruido y vi a mi madre colocar unos objetos que había en una de las cajas de la mudanza en una estantería; unos libros en un mueble etc.. mientras tarareaba una canción.Yo me quedé apoyada en el marco de la puerta del salón observándola. Se notaba que necesitaba aquel cambio, salir de Seattle y volver a empezar su vida de nuevo. Se la veía feliz y eso me hacía feliz a mi también. Quizá en ese momento para mi no habría sido oportuno mudarnos por el echo de no conocer a nadie, hacer nuevos amigos... pero solo serían unos días, luego ya conocería a la gente...o eso esperaba. 

-Mamma, jag är hemma.- Dije mirándola con una tierna sonrisa. Me encantaba hablarle en sueco, ya que era su lengua materna y la hacía sentirse como si todavía estuviese en Suecia. -Ya has llegado, te iba a llamar enseguida. La comida ya está echa.- Comentó mientras se acercaba a mi sonriendo. -Genial, ¿que has preparado?.-Pregunté a la vez que me sentaba en una de las sillas que había en cocina, esperando a que sirviese la comida en la mesa. -Köttbullar, están riquísimas.- Respondió colocando la comida encima de la mesa sentándose después. - Ya hacía tiempo que no hacías este plato.- Le sonreí y me serví la comida. Ese plato era el típico que se hacía en Suecia, por así decirlo eran las 'albóndigas que hace mamá' y estaban deliciosas.

Al terminar de comer recogí la mesa mientras mi madre se iba a acostar un rato en cama, ya que estaba cansada de colocar los muebles. Luego, al terminar subí las escaleras para ir a mi dormitorio. Una vez allí empecé a colocar la ropa en el armario y en algún otro mueble. Al terminar, me senté en la cama cogiendo el portátil y me puse a hablar con mis antiguos amigos para contarles lo poco que sabía del pueblo. En cuanto se hizo de noche bajé a la cocina a cenar. No tenía mucha hambre por lo que me hice un sándwich. -Mamá, esta noche voy a salir a tomar algo.- Dije con un tono de voz suave mirándola fijamente.-No vuelvas tarde a casa ¿entendido?.- Respondió seriamente pero de pronto una sonrisa se perfiló en sus labios. -Si, entendido.- Contesté. Rapidamente subí a mi dormitorio de nuevo y me puse manos a la obra en busca de algo que ponerme. Finalmente me decidí por una camiseta corta de esas que dejan ver el ombligo; un pantalón corto vaquero;una chaqueta de cuero y de calzado unas botas. A continuación me maquillé, usando el delineador, un lápiz de ojos y sombra negra. Como siempre.
Cuando terminé de prepararme bajé hasta el salón donde allí estaba mi madre viendo la televisión.- Me voy, llevo llaves.- Avisé mientras salía por la puerta comenzando a caminar hacia el centro.

Hacía ya más de media hora que el reloj había alcanzado el punto culmen de la noche. Por fin había llegado a uno de los bares. Aquello estaba repleto de gente, por lo que encontrar una mesa vacía sería imposible.Me tuve que conformar con sentarme en uno de los taburetes de la barra. Los recuerdos comenzaron a asaltar mi mente al ver a tanta gente a mi alrededor. Echaba de menos a mis amigos,ya que siempre uno de ellos era el que hacía la gracia estando  borracho,usando trucos baratos para intentar ligar con las chicas  y hasta incluso diciendo ñoñerías. Eso ya era el pasado. Y de pronto muy agradable el camarero se acercó a mi preguntando que iba a tomar, yo le respondí que tomaría un vodka con alguna bebida energética, la que tuviese. Rapidamente volvió el chico con mi copa y a continuación le di un trago. Deliciosa la copa, hacía tiempo que no bebía nada de alcohol puesto que había estado castigada por llegar a casa borracha y eso a mi madre no le había gustado nada. La noche aun acababa de empezar

Eché un rápido vistazo de nuevo al local, ¿era cosa mía o aquello estaba aún más lleno? Enseguida mis ojos se fijaron en una de las mesas en la que había un montón de regalos y bastantes copas sobre la mesa por lo que deduje que estarían celebrando un cumpleaños; En otra de las mesas había unos cuantos hombres que parecían ser de negocios por lo trajeados que iban con sus cervezas y sus maletines, poco típico de ellos tomar unas copas así, no sé... les pegaban mas otro estilo..; más adelante había unas chicas, las típicas chicas que ves en todas las ciudades de EE.UU. las clásicas pijas que están más preocupadas por el color del vestido que van llevar para ir a tal fiesta que por los exámenes; y como no, luego estaba la gente de la barra comentando algún partido o simplemente emborrachándose sin saber que hacer esa noche, por que yo era una de esas personas.

Volví a darle un trago largo a mi copa cuando un chico joven se colocaba a uno de mis lados pidiéndole amistosamente al camarero que le diera un par de botella. Le miré de reojo cuando en ese preciso momento sonó mi móvil haciendo que me asustara.Me quedé un par de segundos pensando en contestar o no...pero sin más le di al botón rojo. No tenía ganas de hablar con ella en ese momento. No quería que me dijera que me echaban de menos y todas esas cosas...

Solté un leve suspiro mientras jugaba con el vaso fijando la mirada en el hasta que una voz masculina hizo que saliese de mis pensamientos. Giré la cabeza para mirarle cuando mi mirada se clavó en la suya observando sus ojos claros con detenimiento haciendo que tardase en contestar a su pregunta.-Si, soy nueva  por aquí ¿tanto se me nota?.- Dije bromeando mientras ladeaba la cabeza para poder observarle mejor.- Y tu eres de por aquí ¿no?.- Pregunté mientras veía que el camarero le traía sus botellas de vodka.- Vaya... si que te quieres emborrachar...-Comenté esbozando una sonrisa.