Andando (Aitana)

Recuerdo del primer mensaje :

Volvia del Ipswich, habia tomado el turno de la mañana para darme tiempo por la tarde a buscarme un gimnasio para comenzar a hacer algo y comprar algunas cosas que necesitaba. La estadia en Fell's Church se hacia más larga de lo previsto.
Me puse mis gafas y simplemente empecé a caminar.

Miré a Fede y le dije:
Perfecto, y bueno, no es mi casa... exactamente, conoces a Miriam? Miriam Davis? vivo con ella pero no está en casa
comente mientras le miraba picaramente.

-La conozco.- dije recordando que habiamos salido de copas. -Salimos de fiesta una vez.- dije recordando que me habia contado que tenia novio pero que igual estaba enamorada del novio de Alma, a la que además ella odiaba bastante por las cosas que me habia dicho de ella. Recordé tambien lo del tumor cerebral que me contó que tenía.

Escuché que la conocia y le dije:
Si? y que te conto? te hablo sobre mi o algo?
Le comente mientras ya salíamos del bosque y comenzábamos a caminar por el pueblo para llegar a casa de miriam.

-Me contó mayormente sus dramas.- le dije con una sonrisa sin entrar en detalles de lo que habia dicho. -Y de tí supe después que eras la exmujer del novio de Alma.- dije después. -No sé, me hago un poco lío con esas historias aqui en Fell's Church todos parecen haber estado con todos.- murmuré sonriendo y mirándola en broma. Nos detuvimos a comprar algo de alcohol.

Escuché lo que dijo y le comenté:
Ya.... no se no te preocupes, aqui las cosas vuelan..
Entramos en un local para comprar alcohol y le pregunte mirandole:
Cual prefieres tu?

La escuche decir eso y ya no dije nada hasta que me pregunto lo demás. -Whisky.- respondi.

Escuché lo que me dijo y rápidamente cogí una botella. A mi me daba igual ya que me gustaba todo. Fui a pagar y salimos de la tienda:
Bueno, me dijistes que alguna vez volvías a italia no? alguna de esas veces podría acompañarte no?

-Seria un placer.- respondi mirandola, aún me parecia por momentos que no podia existir una chica asi. -Te gustaria viajar conmigo?.-

Escuché lo que me preguntó y le dije:
claro, por que no me iba a apetecer?
Me caia realmente bien ademas teníamos muchas cosas en común. También le veía muy agradable además era un encanto y estaba buenisimo, quien no querria irse de viaje con el?

-No importa. La cuestión es que nos iremos a Italia juntos la próxima vez que viaje.- afirmé sonriendo y le pasé un brazo alrededor del cuello abrazándola y ya saliendo del local para seguirla hacia su casa. La conducía porque sabía donde era, ya habia ido con Miriam.

Sentí su brazo y su afirmación y sonreí. Cogí su mano que caia por mi hombro con mi mano y vi como sabía la dirección, sonreí ya que seguramente habría venido con Miriam. a los pocos minutos llegamos y abrí la puerta diciendo:
Puede pasar...- cuando pasó le di una palmadita en el culo

Entré a la casa y me hizo gracia su palmadita, me volví a ella enarcando una ceja con una sonrisa pícara.

Vi como alzaba la ceja y le dije:
Le ha molestado señor Richiatti?
comente con un tono seductor acercandome a él tras cerrar la puerta

Mordi mi labio enseguida que dijo eso con ese tono. -Creo que puedo acostumbrarme a eso.- murmuré ahora acercándome yo y llevándola por un hombro hasta estamparla en la pared pero in besarla aún.

Sentí como me estampaba en la pared y contestaba acercandome a sus labios pero sin besarlos:
Si? pues me alegra escuchar eso...
Una vez dicho eso, pasé mis manos por su espalda, depositando una en un cachete de su culo.

Enarqué una vez más la ceja con picardía cuando sentí su mano en mi trasero. -Te gusta?.- le pregunté refiriéndome a mi culo y como no paraba de tocarlo.

Escuché lo que me dijo y le contesté:
Pues si te soy sincera si, algún problema? creia que te acostumbrarías a ello
comente mordiendome el labio mientras la otra mano iba a su cuello para quitarle el pañuelo.

Sonrei con picardía cuando dijo eso como yo habia dicho antes, tuve el impulso de impedir que quitara mi pañuelo pero era tarde, solo esperaba que no se diera cuenta de el origen de esa herida.

cuando se lo quité, le ví las marcas y solté una carcajada:
Quien te ha mordido ahi? pregunte con total naturalidad, era una mordida rara, tal vez de un vampiro joven, pero no lo hacía mal del todo.

La miré enarcando una ceja sorprendido y me aparté un segundo de ella sin siquiera poder inventar una excusa porque su naturalidad me había dejado desorientado. -¿Cómo sabes que...? Tú...- me quedé a medias porque ni sabía como preguntarle si era vampira.

Sabía que esto llegaría, pero me parecía raro que se sorprendiera ya que no era la primera a la que veia por lo que parecía. Escuche lo que me decía y contesté apoyandome en la pared:
Si, soy Vampira.... quien te ha mordido?
volvi a preguntar como si no importase el hecho de que era vampira.

Me mordí el labio mirándola embelezado cuando se apoyó otra vez en la pared. -Sabía que no podías ser cierta.- dije con una sonrisa aún sin dejar de mirar sus ojos, ni le respondí a eso de quien me habia mordido pensando en todo, en el sexo... todo se explicaba mejor ahora. -Me dejaste ganar la carrera, cierto?.- pregunte recordando eso con una sonrisa y sin dejar de mirarla, de pronto se me hacia mil veces mas atractiva.

Cuando dijo lo primero le conteste:
Bueno, existir existo, pero no soy humana y si te dejé ganar... espero que no te molestara.
noté como esquivaba mi pregunta y la verdad es que no sabía por que, pero bueno si no me lo decía ya preguntaría luego.

-Me mordió un tío, Leo. No sé más nada de el.- le respondí a su pregunta. -Y no me molesta ganar para nada.- respondí después volviendo a apoyarme en ella y aprisionarla contra la apred. -Y sé que existes, por supuesto que existes.- murmuré sensualmente acercándome a su oído y besando luego su cuello.

Vaya con Leo, tenía buen gusto: si yo se quien es...- de ahí la marca, apenas tenía unos cuantos meses como vampiro tenía que coger practica. Cuando se pegó a mi no me lo esperaba pero lo agradecí. Sentí como besaba mi cuello y en mi boca se dibujo una sonrisa. Y antes de seguir le dije:
quieres que te cure eso?
Le comente, ya que no hacia falta que bebiera de mi