En mi piso de París.

Recuerdo del primer mensaje :

Llegamos a mi dúplex del centro París, era bastante más grande que mi casa de Fell´s Chuch. Habia sido un viaje un poco tenso, pero bueno. Cuando llegamos ya era casi la hora de la comida, debido al cambio horario y a la cantidad de horas de viaje.

- Si quieres te enseño tu habitación y asi duermes un rato- dije mientras entrabamos al salón.

- hey!- dije un poco preocupado dandola un beso- ¿qué te ocurre?

-Nada-dije apartando la vista

- Venga Sheila sueltalo- dije poniendo una mano en su barbilla para que me mirara.

-Estoy preocupada por el comportamiento que tuviste cuando empezé a hablar de Jeremy-le expliqué-No entiendo porqué insistes en qué no pasa nada... Si no quieres contarmelo, no me lo cuentes, pero al menos dime el porqué-le miré y me quedé esperando a ver que me decía.

- ¿Otra vez con lo mismo? No me lo puedo creer...-murmuré apartandome de ella y levantandome de la cama.

-Yo si que no me puedo creer que no me lo cuentes-me defendí-No puede ser para tanto-dije mientras me sentaba en la cama.

- No te tengo porque contar todo- la dije haciendo un gesto con la mano- y estas haciendo una montaña de un grano de arena.

-Sí, no tienes porqué contarmelo todo-dije dándole la razón. Cruzé los brazos y devié la mirada-No pienso discutir contigo, pero eso sí, no pienses que luego te lo voy a contar todo-dije apoyándome en la pared.

- Pues muy bien- dije saliendo de la habitación y metiendome en el baño dando un portazo.

Sentí el portazo como si me hubieran pegado. ¿Por qué tenía que ponerlo tan complicado? Lloré silenciosamente durante un rato, luego me sequé las lágrimas y me cambié de ropa e hize la cama. Me fui al salón y me quedé sentada en el sofá mirando la tele apagada.

Me metí en la ducha cabreado, ultimamente no haciamos más que discutir todo el rato, y sobre todo por el tema de Jeremy, era inutil negarlo, eso nunca cambiaria, Jeremy siempre estaria presente. Me vesti lentamente pensando en ello y tomando una decisión que no me gustaba nada.

Cuando salí del baño fui al salón y me encontré a Sheila sentada en el sofá de espaldas a mi.

- Creo que deberiamos dejarlo- dije desde la puerta aprovechando que estaba de espaldas a mi y que no me miraba.

Cuando me dijo eso pensé que sería una broma, pero al mirarle vi que iba enserio-¿Por qué?-pregunté triste.

Suspiré pero caminé hacia ella, no era la primera vez que rompía con alguien, lo había hecho mucho a lo largo de estos 200 años, era algo metódico. Solo había que decir las palabras adecuadas.

-Venga Sheila seamos claros, no soporto que tengas un hijo, y no aguanto a los niños- la dije lo mas friamente posible- y Sheila esto en realidad solo ha sido un simple rollo- la dije para hacerla daño y que se olvidará de mi lo más pronto posible- yo no siento nada por ti- la mentí- estoy enamorado de Missa, esto simplemente ha sido un pequeño desliz.

Todas y cada una de las palabras que me dijo fueron bofetones. Los ojos se me llenaron de lágrimas, pero no derrame ninguna. Me levanté del sofá sin decir ni hacer ruido alguno. Fui a la habitación de Benjamin, cogí mi maleta y abrí la puerta del piso. Me paré y sin mirarle le dije-Adiós-cerré la puerta tras de mí y empezé a caminar sin rumbo. Luego cogí un taxi y me fui al aeropuerto.

No la impedí irse, me sentia fatal, todo la que la habia dicho era mentira, pero era lo mejor.

Me deje resbalar por la pared hasta que me senté en el suelo, no pensaba vovler al Fell´s Church, por lo menos en unos dias...