Leyendo

Recuerdo del primer mensaje :

Fui al parque a leer un libro que me había mandado la profesora de lengua. Me senté en la hierba bajo sa sombra d eun árbol y comenzé con la tarea.

Me encogí de hombros-Según el punto de vista-me limité a decir.

Entorné los ojos, pero no dije anda más mientras continuabamos caminando por el parque.

Leí un poco mientras caminábamos. Después lo dejé. Quise decirle que ya sabía quién era el padre de Jeremy, pero me contuve, el quería mantanerse al margen.

- Bueno... como no quieres ir a ningún sitio creo que me voy a casa.- dije cuando llegamos a la salida del parque- ¿quieres que te acompañe a casa?

-Si no es molestia-dije sonriendo.

- Ya sabes que no- la dije con una sonrisa.

-Pues vamos-dije respondiendo a su sonrisa.

- He venido andando, ¿tu has venido en coche?- pregunté por su acaso.

-No, también vine caminando-dije riendome levemente

-Esta bien, pues vamos- dije cogiendola de la mano y comenzando a caminar de nuevo.

Empezamos a caminar, ninguno habló. Después de un par de minutos en silencio rompí el hielo-Voy a ser la asesora de la boda de Lucas-no dije Ang, por si acaso se volvía a enfadar.

-Ah... ok- dije encogiendome de hombros.- espero que te diviertas.

-Gracias-dije sonriendo-He descubierto un taller del cual mi padre es dueño. Está en Nueva York. Alomejor voy...-comenté.

- ¿Para que?- pregunté alzando una ceja.

-Por saber quién es-le expliqué.

- Pero te va a reconocer-dije como si fuera obvio.

-Ya-dije sonriendo-Si voy será fingiendo que busco trabajo y así podré hablar con él a solas y ver que se supone que piensa mi familia sobre mí. Si me fui de casa o si se supone que he muerto-dije encogiendome de hombros.

-No ¿verdad? Eso pensaba yo...-dije apartándome un mechón de pelo de la cara.

- Pero lo vas a hacer, ¿no?- dije alzando una ceja.

-No lo sé-la verdad era que quería hacerlo, pero no era buena idea en absoluto...

La miré pero no dije nada meintras continuabamos caminando hasta su casa.

Caminamos otro trecho del camino en silencio. Hubo un momento en el que nos encontramos aun niño con una herida en la pierna... Su madre se la estaba curando, pero a mí me llegó el olor a sangre... Me entró sed. Cuando quise darme cuenta estaba mirando hambrienta al niño. Agarré fuerta la mano de Ben y cerré los ojos intentando contenerme.

Pudé notar la ansiedad de Sheila, la pasé un brazo por la cintura para acercarla más a mi mientras pasabamos a paso rápido al lado del niño que sangraba.

- ¿Estas bien?- pregunté ya a cierta distancia.

Respiré hondo y me alegré de no percibir ya el olor a sangre. Me relajé y le miré-Sí, gracias-dije sonriendo.