Aclarando las cosas.

Estuve tirada en el sofá durante toda la tarde, y después de dar vueltas y vueltas decidí que no iba a postergarlo más. Me fui a casa de Ben, no sabía qué iba a decirle, pero al menos quería escuchar de él lo que Shey me había contado.
Llevaba el cabello recogido, un pantalón harén estampado en tonos verdes de Bershka, una camiseta sencilla color negra anudada a un lado y zandalias romanas. Aparqué a toda velocidad como siempre y bajé sin mirar atrás... puse la alarma al coche cuando ya había hecho unos cuántos metros, siquiera había agarrado una cartera así que llevaba las llaves en la mano.
Toqué la puerta sin pensar.

Estaba tirado en la cama de mi habitación cuando llamarón a la puerta. Levanté una ceja y sondeé el terreno. No sabía quién era, pero era un humano. Con un suspiró me levanté de la cama y deje el libro que estaba leyendo en la mesilla. Baje las escaleras y abrí al puerta para encontrarme con Alma.

-¡Hey!- dije a modo de saludo- Aitana no está en casa...

-No buscaba a Aitana.- respondí un poco más seria que de costumbre... pero lo cierto es que verlo allí tan sorprendido me hizo reflexionar un poco acerca de mi ida tan repentina. -Quería controlar si estabas estudiando.- dije bromeando para cortar el clima tenso que sentía y recordando nuestra última conversación.

-Yo nunca estudio...-dije con una pequeña sonrisa mientas me hacia a un lado para dejarla pasar.

-Cambias rápido de versión.- dije entornando los ojos. -Hace un tiempo dijiste que no parabas de estudiar cuando estabas en casa.- sonreí. Pasé al salón y me desparramé en el sofá como había hecho la primera vez que estuve con él en su casa, lo miré de arriba a abajo mientras pensaba cómo comenzar a explicarle la verdadera razón de mi visita.

-¿Dije eso?- dije enarcando una ceja- entonces... te mentí- dije abiertamente con una sonrisa- apenas cojo un libro del instituto- reconocí, ya que a estas alturas no aprendería nada nuevo como siempre la decía a Aitana.

-Me gusta que te sinceres conmigo...- dije sonriendo.-Haré lo mismo contigo... y espero que no te asustes.- dije con tono de misterio pero jugando. -Sé quién eres. Me pregunto cómo no lo advertí antes, supongo que me agarraste con la guardia baja.- dije al fin mirándolo a los ojos.

- ¿A que te refieres?- dije sin saber por donde iban los tiros mientras me sentaba a su lado.

-Sé que eres vampiro.- dije sin vueltas mirándolo a los ojos.

La miré enarcando una ceja, pero... ¿como...? Esto no me podia estar pasando...- Estas loca...-me limité a decir acomodandome mejor en el sofá.

-Eres buen mentiroso, te doy crédito. Pero ya deja el juego porque me cansa. Entiendo todo, entiendo que no quieras ir por ahí publicándolo, entiendo que hayas encontrado la forma de esquivar cada una de mis preguntas, pero.... creeme, no hubiera venido hasta aquí si no hubiese estado totalmente convencida de lo que digo.- dije con un suspiro.
-Ben, no me enoja que no me lo hayas dicho... pero que sigas fingiéndo acabará con lo que pudo ser una buena relación, y no me gustaría.- dije al fin. Tenía mil modos de explicarle como lo había sabido y entendería porqué no tenía dudas, pero quería que saliera de él reconocerlo, necesitaba que confiara en mí para saber si valía la pena.

No me gustaba para nada esta situación, no me gustaba que me pillarán mintiendo, por lo general era muy bueno en eso y no me agradaba la idea de tener que ir dando explicaciones a la gente, eso lo odiaba.

- ¿Y se puede saber que te ha hecho llegar a esa conclusión?- dije levantando una ceja ya que eso aclararia todo bastante y sabria si tener que reconocerlo finalmente o seguir llamandola loca.

-Te daré la explicación... pero hubiese preferido que confiaras en mí.- dije con una pequeña sonrisa. -Viví con un vampiro durante más de un año, aprendí muchas cosas... algunas más importantes otras menos... sé, por ejemplo, que no pueden entrar a una casa sin ser invitados.- hice una pausa. -Era común que nos visitaran en aquel tiempo amigos (y no tanto) suyos, por eso aprendí a prestarle atención a los gestos de las personas al entrar o no en cada casa. Hace unos días Sheila me visitó, habíamos quedado en ir de compras. Como suelo hacer pasé al interior de la casa sin decirle que entrara con claridad, ella no pudo hacerlo, me miró y entonces le dije que lo hiciera, pero me quedé dudando. No creía que pudiera ser vampiro... Shey percibió mi desconfianza y me preguntó.-
Levanté la vista, observé que Ben me miraba atento sin expresión. -Me habías dicho que creía en vampiros así que decidí contarle la verdadera razón por la que había dudado. Entonces me confesó que es vampira. De ahí a pensar que era muy extraño que tu no lo supieras habiendo sido su novio fue cosa de un instante. Resumiendo, hice un par de deducciones y algunas preguntas y terminó diciéndome la verdad.- dije al fin con un suspiro. Sabía que podía tratar a Sheila de loca, pero era ir demasiado lejos, podía seguir con su papel de "no creer en vampiros" pero yo había vivido con uno no me lo habían contado.

[off: vuelvo en unos minutos]

Me levanté del sofá suspirando tras su explicación, lo de Sheila era increible siempre termianaba hablando más de la cuenta, no sabia a que andaba jugando...

- Mira Alma...- dije llendo hacia la ventana desde donde se veia la casa de Missa, suspiré y me volví a girar hacia ella- Si, soy un vampiro, y en estos momentos estoy cabreado- dije abiertamente mientras apoyaba la espalda en la ventana- no em gusta que Sheila te lo halla contado, si en algún momento te lo hubiera querido contar me hubier gustado hacerlo a mi- dije seriamente- pero quiero que te quede claro, que ese momento seguramente jamás hubiera llegado....

Observé a Ben ir hacia la ventana. Su tono era serio pero no me perturbaba demasiado, creo que entendía su enojo y sabía en un punto había imaginado que lo tomaría así. -Si tienes ganas de enojarte, es tu problema. Pero yo no tengo nada que ver, me acerqué a tí porque me agradabas, porque me caías bien te conté mi historia, sin reservarme incluso las cosas más extrañas... sabía que creerías que era una loca y aún así te dije lo que pensaba... de hecho continúo haciéndolo.- dije con firmeza.
Luego me puse de pié y me acerqué a él, sabía que estaba cabreado, pero no iba a quedarme sin decir lo que pensara. Bajé un poco el tono y comencé a hablarle más suave. -Que te quede claro que no monté una investigación, ni me interesa... sólo coincidieron un par de cosas y luego estuve pensándolo y todo comenzó a cerrar... Incluso respecto de Aitana su éxito empresario a los 20 años, los trajes antiguos que guarda... muchas cosas.- dije.
-Me caes bien por eso me tomé la molestia de venir hasta aquí a contarte lo que sé. No quería fingir que no sabía y jugar contigo.-

No dije nada, me aparté de ella pensando y comenzé a dar vueltas por el salón, como hacia siempre que estaba enfadado para intentar relajarme.

-Pues entonces creo que no hay mucho más que decir...- dije al cabo de un rato parandome justo detrás del sofá y apoyando mis brazos sobre el respaldo.

Lo miré moverse por el salón. -Si te da un poco de tranquilidad, no es mi idea publicarlo en ningún lado, no me interesa que la gente lo sepa... no cambia en nada lo que siento por tí y por Aitana. Hubieras seguido fingiendo quien no sos conmigo, no eras honesto... y ahora puedes serlo.- dije tratando de darle razones para que se le vaya un poco el enojo.
Lo miré con una sonrisa amable desde el otro lado del sillón, parecía un niño inquieto... -Aún así, si lo que quiéres es que me vaya, pídemelo y lo haré.-

- Me da igual, no hace falta que te marches...-dije suspirando mientras rodeaba el sofá y me volvia a sentar en él- me conformaré con saber que no piensas venir a la noche para clavarme una estaca mientras duermo- dije intentando volver a mi habitual tono bromista

[off: me voy, bye!! ]

-Descuida, no está en mis planes.- dije sonriendo mientras me acomodaba de nuevo en el sofá.

[off: ok. nos vemos mañana... ]

No dije nada tampoco sabia que decir, por lo que me limité a pensar en todo lo que Alma habia dicho anteriormente.

Sabía que había sido impactante pero a la vez no dejaba de asombrarme que Ben lo hubiese tomado como algo tan grave, tendría muchos años y ésta no podía ser la primera vez que le pasaba.
-Crees que podremos seguir siendo amigos?.- dije al cabo de un rato de permanecer inmersa en mis pensamientos.

- Supongo que si, eso no me hará ningún daño...-dije divertido.

Lo miré sonriendo. -No sólo no te hará daño, también será una de las mejores elecciones que hayas hecho en tu larga y vampírica vida.- dije riendo. -No voy a llenarte de preguntas hoy porque creo que hemos tenido suficiente, sólo quiero saber en que año naciste... Entonces, qué tan viejo eres Benjamin Lebeau?.- pregunté alzando una ceja.

No dije nada ante su primer comentario, era muy creida, desde luego que no esto no seria una de mis mejores decisiones... en fin...

-¿Y para que quieres saberlo?- pregunté alzando una ceja- ¿Te gustan los vampiros mayores o jovenes?- dije con una pequeña sonrisa picara.

-No tiene que ver con que me gusten o no, es sólo curiosidad.- dije sin dar mayores explicaciones.