Dando una vuelta (Corey)

Después de haber estado un buen rato viento la televisión en pijama, decidió que iba a salir a desayunar fuera. Se duchó, se puso unos levi's nevados con cintura alta, una camiseta de Sonic Youth y sus doctor marten's para salir a la calle. Cogió todas sus pertenencias y las guardó en su bolso. Salió de casa con el ipod puesto y se fue a la cafetería a desayunar, y justo ahí se encontró con un chico que se había presentado como Corey durante la fiesta de Leo.
-Hola-se acercó a él.-¿Puedo sentarme contigo? Nos conocimos en la fiesta de Leo, no sé si te acordarás de mí.

Otro día me esperaba en Fell's, así que decidí ir a una cafetería a tomar algo. Luego de varios minutos me encontré a la chica pelirroja que había conocido en la fiesta de Leo. Ella se acerco a donde yo me encontraba y me preguntó si podía sentarse conmigo. —Por supuesto...— Respondí a su pregunta. —Claro, en la fiesta de Leo... Alice ¿no es así?— Enarqué una ceja mirando a la jóven.

-Claro, Alice.-respondió con una sonrisa de amabilidad fingida. No lo hacía por ser borde, sino porque era algo que estaba fuera de ella, con lo que se había críado.-Y bueno, Corey... ¿eres de aquí o viniste de otro lado?-preguntó mientras le hacía un repaso. La verdad es que el chico no estaba nada mal.

Ladeé mi cabeza y negué. —No, yo soy de Francia— respondí a su pregunta. —¿Y tú? ¿de dónde eres?—

-Te vas a sorprender.-respondió en francés.-Soy de París.-sonrió, la idea de haberse encontrado con un compatriota le alegraba mucho, ya que podía hablar en su lengua materna.-¿Y cuánto tiempo llevas aquí?-le preguntó aún hablando en francés.

—Uhm... a decir verdad no mucho tiempo— Respondí con una sonrisa. —¿Qué hay de tí?— enarco una ceja a manera de pregunta.

-Pues, la verdad es que acabo de llegar. Hace una semana-respondió. Se acercó la camarera. Pidió un batido de fresa y unos crêpes.-¿Quieres algo tú? Invito yo.

Alice sonrió y le respondió.
-Ahora mismo, no estoy haciendo nada, probando suerte en castings, etc. Estudiaba Derecho en la Sorbona, pero lo dejé congelado, para centrar mi carrera en el cine.-dijo. Era una estudiante brillante, pero le habían ofrecido una muy buena oportunidad.-Hice una serie, pero aún no la han emitido.-dijo pensativa.-Por eso decidí venir a vivir aquí. No está tan apartado de la ciudad... y aquí no me conoce nadie.-sonrió.-No sé si me conocerás, pero en Francia siempre era portada de revistas... en fin, quién no conoce a la hija de Jean-Claude Marchant...-suspiró.

Alice sonrió.
-Jaja, no, no soy modelo.-dijo, aliviada porque Corey no la conocía.-Soy hija de Jean-Claude Marchant y de Briggite Candeau... son famosos, o lo que sea. Mi madre era una supermodelo muy famosa en los 80s. Conoció a mi padre, se enamoraron, se casaron, fin. Lo que pasa es que yo llevo actuando en la televisión desde que soy pequeña, y además, con lo de que mis padres son famosos... pues eso, que salgo en todas las revistas, y es una faena.-suspiró. La camarera le trajo su batido de fresa y lo probó.-¿Quieres un poco? está buenísimo.

-Bueno, tú mismo.-sonrió. Dio otro trago a su batido.-Buah, en serio, está riquísimo, podrías pedirte uno también, eh?-dijo.-Así que tú también llevas poco tiempo en este pueblo... ¿conoces ya algún sitio guay?-preguntó intrigada.-Es decir, el típico sitio genial del pueblo en el que te sientas a pensar y se te ocurren un montón de ideas, no sé si me entiendes... cada ciudad y pueblo en el mundo tienen un lugar especial.

-Vaya...-dijo ya acabándose el batido.-¿Y no crees que sería una buena idea salir a conocerlo?-preguntó. Hacía más de media hora que había pedido las tortitas y aún no se las traían. Pero el batido le había quitado el hambre.

Alice sonrió y llamó a la camarera.
-Mira, hace más de media hora que te encargué unas tortitas. No te molestes, ya no las quiero; pero supongo que me harás un descuento en el batido, ¿no? ¿o prefieres perder tu empleo?-dijo con una sonrisa en los labios. La verdad es que le daba igual pagar más o menos, no lo hacía por el dinero, sino porque le molestaba que no le hicieran caso. La camarera le hizo un 20% de descuento en el batido y Alice pagó de más.-Quédate con el cambio.-dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Se levantó del asiento y cogió sus cosas. Miró a Corey.-¿Vamos?-preguntó.-Y bueno... Corey, no sé, ¿no te llaman de ningún modo? Tus amigos, no sé... un mote cariñoso... seré rara, pero no me gusta llamar a las personas por su nombre.

Corey le abrió la puerta, un acto caballeroso por su parte. Alice pasó y siguió andando con él.
-¿De verdad que te da igual cómo te llamo?-preguntó.-Es decir, ¿si te llamo Culitoprieto no te vas a enfadar?-comenzó a reírse.-No, ahora en serio... no sé, tendré que buscar un mote para ti.-sonrió.-A mí me suelen llamar Ginger... o Lilith.-dijo.-Por el pelo, más que nada...

Alice le miró y se sonrojó ante su comentario.
-Gracias...-dijo con una sonrisa en los labios.-Tú también eres linda... espera, no.-rió.-No te ofendas, pero de linda no tienes nada, jaja.-dijo bromeando. Le miró fijamente a los ojos.-Ahora en serio, tú eres bastante guapo.-dijo mientras seguía caminando en dirección al bosque, uno de los pocos sitios que conocía.

-Jaja, no seas tonto.-dijo sonrojada.-Creo que deberías comprarte gafas o algo así... no sé. No tengo nada del otro mundo.-dijo sin apartar su mirada de la de Corey. A la mayoría de la gente le "asustaba" un poco su manera de mirar, ya que era muy enérgica y cuando sus ojos azules se clavaban en otros, muchas de las personas apartaban la vista. Pero con Corey no le pasaba lo mismo. Se notaba el "buen rollito" en el ambiente.

-Jajaja... deja de decir tonterías, en serio, me averguenzas.-dijo tapándose la cara.-No soy guapa, no tengo nada del otro mundo... no sé. Soy normal. Tengo dos ojos, una nariz, una boca, todos los dientes.-dijo, se aproximó a él y estuvo a unos pocos centímetros de su rostro, tan cerca que se podían apreciar sus pecas, las que siempre intentaba tapar con maquillaje.-¿Ves algo raro en mí? ¿tengo algo fuera de lo común?