Un whiskey con soda, por favor +18 (Alma)

Recuerdo del primer mensaje :

Como era habitual, Erik salió aquella noche para ver el panorama, y ver si podía encontrar a alguna jovencita guapa para llevarse a la cama. Como no quería emborracharse, pidió un whiskey con soda. Se quedó mirando un rato el panorama cuando entró por la puerta Alma. Cambio de planes. Sonrió al verla y se dio la vuelta, esperando que fuera ella quien lo saludara.

Erik sonrió al ver la reacción de Alma con la pobre dependienta, ella cogió todo y lo pagó. Erik le dio una palmada en el culo y miró a la pobre dependienta, como disculpándose.
-Disculpa a mi novia, es que últimamente tiene muchos cambios de humor...-le dio un beso en los labios y salieron de la tienda acarreados de bolsas. Entraron en una tienda de Armani donde Erik cogió un bañador, unos pantalones, una camiseta y una pequeña bolsa de sport. Pagó y saileron de la tienda.
-Bueno... ¿y ahora qué?-dijo mirándola.-¿Nos ponemos los bañadores y vamos a la playa a tomarnos unos mojitos?

Sonreí negando con la cabeza cuando Erik hizo esa tontería de palmearme y decirle eso a la vendedora y ya salimos de allí. Entramos en Armani y se fue eligiendo algunas cosas mientras yo también miraba bastante lo que había. Era una fanática de la moda, de hecho estudiaba diseño de indumentaria... y podía quedarme en tiendas por horas. No precisamente porque me costara elegir, ya que solía saber lo que me gustaba y era decidida.

Salimos de allí y dijo lo de la playa y los mojitos... -Mmm... bañadores + playa + mojitos... ¿y cuál es la pregunta?.- le dije sonriendo porque era obvio que me gustaba el plan.

Erik sonrió cuando Alma le dijo esa. La cogió del brazo (como si se tratase de una abuela) y paró un taxi. Se montaron y fueron rumbo a la playa.
Erik -como siempre que podía- pagó el taxi y bajaron con algunas bolsas después de haberse ido de compras. Erik se dirigió a los vestuarios con Alma cogido de la mano.
-No creo que nos digan nada porque nos cambiemos juntos...-dijo sonriente. Erik era insaciable, hacía un par de horas que habían tenido relaciones en el avión y ya quería más...

Nos tomamos un taxi y ya luego fuimos directo a la playa, bajamos. Entramos a uno de los balnearios y ya nos íbamos a los vestuarios cuando Erik preguntó eso. Lo miré alzando una ceja.... -Nah... no creo que nos digan nada.- asentí con una sonrisa pícara cogiéndolo de la mano y un poco tironéandolo para meternos ya en el vestuario. Fuimos al de hombres, en parte porque el de chicas siempre estaba más concurrido y en parte porque era el que estaba antes y parecía que ninguno de los dos tenía muchas ganas de estar buscando sitio ni nada...

Entraron en los vestuarios de los hombres y se metieron en una caseta. Allí dentro, Erik cerró con pestillo y besó a Alma. Le gustaba besarla, algo que no le solía pasar con las chicas. De hecho, no le gustaba mucho besar a la gente cuando tenía relaciones, era un lazo de confianza que prefería no tener, pero con Alma le gustaba hacerlo.
Pasó sus manos lentamente por debajo de su ropa, notando como su piel se iba encrispando. Eso le excitaba más aún. Suavemente le bajó los pantalones y le quitó las botas, dejándola en braguitas. Palpó con algo de cariño y cuidado su sexo mientras la miraba fijamente. Sonrió y metió los dedos debajo de las braguitas para notar su humedad. Estaba bastante húmeda. Introdujo un dedo y luego otro. Y él se bajó los pantalones con la otra mano mientras hacía eso. La cogió en brazos y la puso contra la pared. Recorrió un par de segundos su sexo húmedo con su pene y después no aguantó más y empezó a embestirla, lentamente, mientras besaba su cuello.

Nos metimos en una caseta y enseguida comenzamos a besarnos. La boca de Erik era demasiado perfecta, sencillamente me encantaba... así que no me corté en besarlo a mi antojo, recorriéndolo sin ningún pudor, invadiéndolo con mi lengua como se me iba dando la gana...
Comenzó a acariciarme haciendo que me estremeciera, sus manos por debajo de mi ropa me excitaban y mientras comencé a hacer lo mismo, colando mis manos por debajo de su camiseta, cubriendo con suaves caricias la piel de su abdomen sintiendo como iba estremeciéndose a mi paso.

Aún no dejábamos de besarnos cuando comenzó a deshacerse de mis pantalones y mis botas, luego llevó sus manos a mi sexo y me fue tocando con delicadeza haciendo que mordiera por momentos sus labios. Nos miramos a los ojos y sonreí... enseguida metió un dedo y luego otro en mi sexo moviéndolos para darme placer. Se libró de sus boxers y me cogió en brazos... podía sentir su miembro junto al mío lo que me excitaba completamente. Ya no aguantábamos más y se hundió en mí, embistiendo con lentitud mientras pasaba a besar mi cuello... Me encantaba cada cosa que hacía al punto que no pude evitar suspirar y, aunque evité hacer ruidos como pude, iba sintiendo como mi agitación se aceleraba fuera de mi control.

Erik no paraba de embestirla y estaba cada vez más excitado. No paraba de besarla, estaba muy concentrado en hacerla gozar... Después de haberlo hecho tantas veces, estaba un poco cansado así que no aguantó más de quince minutos. Pero sí que fue fascinante; la combinación de los dos era muy buena. Se secó el sudor de la frente, se subió los calzoncillos y los pantalones y besó a Alma en los labios otra vez más. Le subió las braguitas y los pantalones. Después se sacó la camiseta, se echó desodorante y se puso la que se había comprado nueva. Se quitó los pantalones y se puso los nuevos y guardó la ropa antigua en el bolso de deporte que había comprado.

Acabamos entre suspiros, la verdad es que de algún modo medio incomprensible nos llevábamos muy bien en esto... Había sido muy bueno. Lo ayudé a ponerme otra vez mi ropa y me recargué otra vez en la pared viendo como Erik se quitaba la camiseta y luego se la cambiaba... no dejaba de mirarlo con una leve sonrisa y sin cortarme. Estaba muy bueno.

Cuando ya acabó con su ropa salí del trance y dejando a un lado las botas me puse ya a ver qué cosas de las que me había comprado me pondría.
Escogí un minfalda tableada y con cierre cruzado de estampado liberty en colores ocres, una camisa liviana en los mismos tonos. Me quedaría mejor con la piel bronceada, pero no iba nada mal. Busqué las sandalias planas entre las bolsas de todo lo que había comprado... y ya pasé a cambiarme poniéndome primero el traje de baño.

Cuando acabé miré a Erik. -Muy guapo.- le dije haciéndole un guiño y sonriendo.

Miró a Alma cambiarse y salieron de aquella caseta, Alma le dijo que iba muy guapo.
-Como suelo ser.-guiñó un ojo. La miró de arriba a abajo.-Tú también vas bien, pero sin ropa estás mejor.-dijo descaradamente, la agarró del trasero y fueron caminando hacia la playa "abrazados"

Negué con la cabeza cuando dijo eso y ya no dije nada mientras íbamos a la playa... me puse las gafas y cuando ya bajamos a la arena enseguida rentamos buscamos un buen sitio dentro del balneario con alguna sombra y unas reposeras para tomar sol.

Enseguida me quité la ropa quedándome en traje de baño y me pasé el bronceador porque era bastante fanática con eso de estarme cuidando la piel.

Spoiler:

Fueron a la playa y contempló como Alma se quitaba la ropa que se había puesto para acabar en bikini. La vió sentarse en una tumbona y estaba atento a cuando se echaba el bronceador.
-¿Te ayudo...?-preguntó con una sonrisa. Se quitó la camiseta y sus abdominales -no muy trabajadas, eran simplemente genéticas- quedaron al descubierto. Erik tenía un muy buen cuerpo.

-En la espalda por favor.- le respondí con un guiño tras ver como se quitaba la camiseta un poco en plan creído como cada una de las cosas que hacía, pero en lugar de molestarme me hacía un poco de gracia... nunca me habían caido mal las personas creídas, y menos si tenían verdaderas razones para creérsela un poco...