Un whiskey con soda, por favor +18 (Alma)

Recuerdo del primer mensaje :

Como era habitual, Erik salió aquella noche para ver el panorama, y ver si podía encontrar a alguna jovencita guapa para llevarse a la cama. Como no quería emborracharse, pidió un whiskey con soda. Se quedó mirando un rato el panorama cuando entró por la puerta Alma. Cambio de planes. Sonrió al verla y se dio la vuelta, esperando que fuera ella quien lo saludara.

Erik sonrió.
-Vale, cómo quieras... pero... ¿dónde coño vamos?-preguntó extrañado.

-No sé... que va, podemos meternos en el primer pueblo que se nos cruce también... o si no al aeropuerto y ya...- le dije sonriendo y comenzando a entusiasmarme con la idea. Cogí la carretera y le puse marcha.

Erik sonrió al darse cuenta de que Alma había cambiado completamente el chip.
-Donde quieras llevarme...-dijo riendo. Se encendió un cigarrillo.-No te ofrezco porque vas conduciendo... no quiero que nos matemos, de momento. No soy un James Dean.

Asentí a eso de llevarlo donde quisiera.
Luego escuché lo del cigarro sonriendo. -Pero quiero fumar, aunque sea dame del tuyo...- dije protestando en broma mientras le ponía cada vez más velocidad.

Erik le puso el cigarro en la boca, esperó a que aspirara y se lo quitó para que expulsara el humo.
-Así me gusta. Chica buena.-dijo acariciándole el pelo como si de un perro se tratase.-Venga, coño, pisa más el acelerador que no vamos a llegar nunca.

Sonreí negando luego de soltar el humo y me acomodé el cabello a un lado cuando me tocó la cabeza. -Ya...- dije sonriendo pero íbamos realmente rápido.
-Porqué no musicalizas... todavía no le encuentro mucho la vuelta al equipo.- dije porque era la segunda o la tercer vez que salía con el coche.

Erik hizo caso de lo que dijo Alma y conectó su ipod a la radio. Puso "Too drunk to fuck" de los Dead Kennedys y puso el volumen a tope.
-Me encanta esta puta canción.-dijo.-Aunque no lo parezca, en el fondo sigo siendo un adolescente skater punk.-rió al recordar sus años de adolescencia.

-Cuántos años tienes? Hablas como si estuvieras por jubilarte o algo...- le dije sonriendo con los ojos en la carretera cuando comenzó a sonar la canción. Era una buena canción... y me gustaba para la carretera... inconscientemente subí la velocidad aún más.

Erik rió.
-No es que sea un viejo, pero, mis años de adolescencia ya pasaron...-dijo en un suspiro.-Tengo 22. Soy joven. Estoy en la flor de la vida...-dijo mirándola fijamente.-Venga joder dónde vamos, que me estoy meando.

-Perdón, olvidé avisarte que fueras en el café...- dije en broma como si fuera un niño al que hay que recordarle que vaya al baño antes de salir.
-Si quieres me detengo aquí... pero pensaba ir al aeropuerto... no quedamos en eso?.- le dije después con una sonrisa mientras la canción seguía sonando y mantenía la velocidad del coche.

-Bueno, no, no importa, ya vamos a mear al aeropuerto.-dijo.-Era una excusa para saber cuán lejos íbamos.-se rascó la barba.-¿Y dónde coño vamos a ir? ¿Quieres un viaje loco dentro del país o qué?

-No sábes dejarte llevar ni un poco... eres una máquina de planificar.- dije riendo porque todavía recordaba aquella pregunta antes de hacerlo por primera vez.
-No falta nada, ya en el aeropuerto veremos... ¿o es que me tienes miedo?.- dije sonriendo y mirándolo de reojo.

-Un poco, joder, no me gusta que las cosas se me vayan o que salgan mal.-dijo colocándose el pelo.-Todo tiene que estar perfecto, como mi peinado.-dijo en broma.-¿Sabes el problema? Que estoy cachondo. Que estoy cachondo y quiero metértela. Ni ganas de mear ni pollas. Solo quiero clavártela.

Alcé una ceja cuando dijo eso de que estaba cachondo y que quería "metérmela"... no podía creer que me hablara de ese modo, en ningún sitio del mundo hubiera tolerado eso... pero la verdad es que me encendía que dijera eso por más que quisiera evitarlo.
-Entonces no quieres viajar...- dije con una sonrisa disminuyendo un poco la velocidad casi automáticamente.

Erik la miró con una sonrisa.
-Claro que quiero viajar, pero también quiero echar un polvo. Creo que esas cosas se pueden complementar perfectamente.-dijo mirándola a los ojos. Notó que bajó la velocidad.-¿Vas a violarme?

-Lo dudo. No pareces tener muchas ganas de resistirte como para que pueda violarte...- dije en broma por lo que había dicho.

Justo pasó el cartel de que en unos pocos kilómetros había una ciudad. -Si no te convence lo del aeropuerto podemos meternos en esa ciudad si quieres... deben tener algún buen bar o algo...- propuse.

Erik sonrió.
-Claro que quiero viajar. Pero también quiero mear y echar un polvo, pero veo que esas cosas pueden esperar... por lo menos hasta que lleguemos al aeropuerto.-guiñó un ojo.-Vamos. Da igual dónde.

Asentí y volví a subir la velocidad... en un par de minutos llegamos al aeropuerto. Aparqué el coche y bajamos enseguida para ver algún sitio al que ir... -Voy a comprar cigarros... vé al baño así ya no molestas con eso, vale?.- le dije en broma con tonito de madre por eso de que no dejaba de recordar que quería ir al baño.

En cuestión de minutos, llegaron al aeropuerto y se bajaron del coche. Alma le dijo que iba a por unos cigarrillos y él decidió ir al baño. Entró, hizo sus necesidades, se lavó las manos y se las secó y se dirigió a una tienda típica de aeropuerto y cogió un paquete de galletas. Estaba hambriento. Cuando pagó y se dió la vuelta tenía a Alma detrás.
-Ya he meado, ¿contenta?-dijo con una sonrisa en los labios.

Compré mis cigarros... de gusto porque no podía fumar en el aeropuerto y busqué luego a Erik. Estaba allí así que me acerqué y escuché lo que dijo.
-¿Porqué? Eres tú el que tiene que estar contento...- le respondí con una sonrisa.
-Bueno, propon un sitio... quisiera que haya playa y sol, luego tú puedes elegir destino.- le dije poniéndole las condiciones que había pensado mientras lo miraba. Era indiscutidamente guapo y tan irreverente que, contra todo pronóstico, lograba interesarme.

Erik sonrió.
-Pero tú me decías que fuera a mear... jope mami.-dijo imitando a un niño pequeño. En parte, eso era. Era como un niño pero con una tarjeta de crédito y una casa.-Pues... ¿quieres playa? ¿en serio? no sé... podríamos ir... hmmm, déjame pensar.-se tocó la barbilla durante unos instantes.-Ya sé. Vamos a... MIAMI.-dijo gritando Miami.-Joder ahí tienen mucha juerga. Y tías en bikini.

-Vale, eso de la juerga me gusta... Miami suena bien...- dije mirándolo con una sonrisa... lo cogí de la mano enseguida y lo tironié para ir ya a sacar pasajes. Tuvimos suerte que justo salía un vuelo. En un par de horas estaríamos en la playa.

Alma le sonrió y cogiéndole de la mano le llevó a la cabina de una aerolínea aleatoria para conseguir un par de pasajes. Alma iba a decirlo pero Erik puso sus manos sobre sus labios para que no dijera nada. Sonrió y él se dirigió a la dependienta, que vestía de los colores de la aerolínea.
-Queremos un vuelo de última hora a Miami.-dijo cogiendo a Alma de la mano.-Nos acabamos de casar y siempre dijimos que queríamos irnos de luna de miel a lo loco, sin nada planeado... y claro, siempre quisimos ir a Miami.-dijo mirándola fijamente. No tenía porqué mentir, pero disfrutaba haciéndolo. Besó a Alma muy dulcemente para que le siguiera el rollo.

Sentí como Erik tapaba mis labios y me quedé en silencio escuchando lo que iba diciendo... a medida que avanzaba intentaba no reir y cuando se acercó a darme un dulce beso sonreí poniendo carita de enamorada y siguiéndole el rollo.
La chica nos miró entre confundida y encantada con nuestro "amor" y entonces buscó hasta que consiguió el vuelo que queríamos. Nos dijo que no había sido fácil pero que una ocasión así lo valía. Luego comentó algo sobre el hecho de que no teníamos alianzas pero le dimos una explicación mezclada del amor libre de ataduras y tonterías de esas que la enternecieron aún más.

Apenas ya nos dimos vuelta comenzamos a reir y al rato estábamos ya embarcándonos. -Te sale bien eso de hacerte el enamorado... tengo que darte crédito.- le dije en broma picándolo mientras ya nos montábamos en el avión.

Alma le siguió el rollo y le dieron los pasajes en seguida. Después admiró su capacidad de hacerse el enamorado de forma creíble.
-Ya lo ves.-se colocó el pelo.-Soy todo un artista.-dijo mientras iban embarcando, al cabo de un rato estaban sentados en el avión. Pasaron varios minutos, se colocaron los cinturones y el avión despegó rumbo a Miami. Una azafata vino a ofrecer cosas y Erik pidió un whiskey. Miró fijamente a Alma y la tomó de la mano.
-¿Estás nerviosa? Te estás escapando con un chico guapísimo. Yo que tú, lo estaría.-dijo con una sonrisa en los labios.