Horas de Charlas (Alma)

Trepé por la ventana de la que supuse sería su habitación, una vez dentro me transformé de nuevo y la busqué - dime que estás aquí, porque necesito una dosis de charlas femeninas urgente o moriré!- dije sentándome en su cama esperando a que apareciera por algún lugar.
En realidad Alma, era la única humana con la que había desarrollado un vínculo de amistad tan fuerte en toda mi vida, algo había en ella que me hacía tolerarla tanto

Salía de la ducha cuando oí a Katherine, nunca se había colado así por mi ventana, pero sabía que podía trasformarse lo que me resultaba totalmente alucinante de pensar.
-Aquí estoy.- le dije sonriendo con la toalla anudad aún a la cabeza. -Pues me vendrá bien hablar contigo que te ví sólo en la fiesta esa y con lo de Sheila no hemos podido conversar ni un poco.- le dije sonriendo.

-Genial!, cámbiate rápido y cuéntame ese rumor que anda por ahi!- sonreí mientras jugaba con uno de sus collares- es cierto que el señor ¿O te transformas o te dejo? ha regresado contigo?? - dije con un tono risorio

Sonreí cuando dijo todo eso... y me metí al baño a cambiarme salí al segundo. -Sí, es cierto.- dije con una sonrisa. -Llegué a casa y ví que aún no estaban mis plantas... se las dejé a Ben y se suponía que Miriam las traería... pero en fin, eso me hizo extrañarlo y casi tiro por la borda un mes de meditar que lo mejor era olvidarlo... Me emborraché a más no poder y ni siquiera sé como llegué hasta su puerta. Desperté en su sofá al otro día y no me acordaba de nada.- le conté con una sonrisa porque había sido un momento de no pensar atrás del otro.

-Que tú que!!!!!- dije con asombro dejando el collar y fijando mi mirada en ella- te emborrachaste??????' eso es sorprendente! sobretodo viniendo de ti!- dije aún incrédula al recordar la última vez que había tomado con ella, probablemente si yo no fuese vampira ya hubiese estado arrastrándome por el alcohol, pero ella lo había asumido muy bien.
-Y qué pasó? te cuidó? se encargó de ti?- le pregunté algo emocionada con la historia

Sonreí cuando dijo lo de emborracharme, de verdad me había costado... pero tenía mi límite. -No sé si tanto me cuidó, pero me prestó su sofá... y no durmió en toda la noche, se quedó allí al lado trabajando...- le conté con una sonrisa. -Al otro día hablamos y fue... no sé... una de la situaciones más raras de mi vida. Primerp pretendimos ser amigos, luego comenzamos a reprocharnos cosas, después asumimos que no podíamos ser amigos y al final terminamos reconociendo que nos habíamos extrañado.- le conté con una sonrisa.

Reí con la historia de Alma- hay por favor eso es demasiado romántico para mi gusto! - dije sonriendo mientras le lanzaba una almohada- cuando yo lo encontré, él estaba completamente debastado, se le veía realmente mal y sufría por tu ausencia - dije alzando los hombros- supuse que tenían que regresar solo espero que esta vez no cometa la misma idiotez y te obligue a algo, aunque ya son cosas suyas

Sonreí cuando lanzó el almohadon. -Somos franceses, a veces nos da por la cosa romántica...- dije en broma, porque en sí no éramos taaan románticos. Escuché lo otro que dijo y suspiré, sabía que había estado mal y lo sentía por él...
-Y la verdad es que al menos no nos apresuraremos de momento, yo realmente consideré el convertirme y él va a esperarme al menos un par de años... ya sabré qué es lo que quiero, pero es una tontería apresurar una ruptura porque sí...- le dije encogiéndome de hombros.

-Wow así que los franceses si eran románticos, mientra que no sea verdad eso de que no se bañan- dije riendo mientras me sentaba a su lado - así que han decido esperar para toar una decisión asi, me parece genial, en realidad era lo que tendrían que haber hceho desde un comienzo, yo no sé por que Ben se entercaba tanto en que te convirtieras, total él puede esperar años y nada cambiará

-Sí, lo sé... pues porque es terco, es un cabrón...- dije con una sonrisa porque era lo que pensaba. -Igual ahora no es igual, no vivimos juntos y encima él vive con Leo y Aitana, dos vampiros que objetivamente lo quieren a él y tienen motivos para matarme... Leo nomás que es un recién convertido y Aitana bueno, es la ex esposa de Ben...- dije pensando en todo eso. Sumado a las dudas que me generaaba Miriam con eso de que sentía algo por Ben... no me cerraba el cuadro ni un poco, tendría que ser super tolerante.

-Alma, nadie te va a matar, yo me encargo de eso, Leo es solo... un iniciado, un poco descontrolado pero nada complicado de matar- sonreí -y aitana, pues puede ser mayor que yo, pero tengo mejores conexiones que ella, lo cual facilta mi trabajo y por último olvidate de todos, sé feliz - dije con una sonrisa torcida- él te quierw por sobre todas las cosas y sé por qué lo digo

Sonreí agradecida cuando me dijo eso, no recordaba que nadie me hubiese animado así nunca en una relación... y en nada.
-Gracias, de verdad.- le dije de corazón, me sentía contenta de poder contarle estas cosas. -Bueno, y háblame de tí... ya me pierdo con tus planes.- le dije con una sonrisa mientras le hacía una seña para que bajáramos a la sala.

-Pues yo...- comencé algo confusa por no saber donde comenzar- digamos que ando enmuchos problemas como siempre - susurré con una sonrisa desganada mientras bajábamos hacia la sala - me he ganado más enemigos que Napoleón y Hitler juntos, varios de ellos me odian y me quieren matar y pues él único que valora mi vida por estos días - dije sonriendo - es el vampiro más peligroso de todos, Klaus, de quien no puedo confiar porque sencillamente no sé a qué diablos está jugando

La escuché decir todo eso y sonreí negando, porque ya la estaba conociendo lo suficiente para saber que tenía una capacidad impresionante para acabar en líos... era como yo pero potenciada en 500 años. Y a la vez también tenía una extraordinaria capacidad para acabar siempre parada y salirse de los líos.
-Ya... pues suena muy... a tí.- le dije con una sonrisa pequeña mientras empezaba a hacerme un café y esperaba que me explicara un poco más.

[off: me voy ya! bye]

-Sí, supongo que gracias, es lo divertido de ser vampiro, meterse en líos y luego encargarte de ellos-Sonreí- aunque cuando compartes historia con vampiros tan poderosos, suele dar un poco de miedo, sin embargo aprendes a no confiar en nadie y eso es lo que me pasa con Klaus- dije mientras jugueteaba con mis rizos- digamos que me ha dicho que me ama pero no sé hasta que punto creerle, según su historia, toda la tortura para los Salvatore fueron puros celos de su parte, porque yo los amaba a ellos y no a él ¿Puedes creer eso? Ahora no sé si creerle o si todo es un rollo para hacerme caer en sus brazos y luego usarme como su gatita

La escuché atenta... -Conocí a Klaus, ni siquiera tenía muy claro quien era... en fín... no soy de dar consejos porque básicamente soy mala en ello pero si creo que antes que ponerte a pensar en qué será lo que quiere él, tendrías que ponerte a pensar en qué es lo que quieres tú.- le dije encogiéndome de hombros, porque era mi modo de ver las cosas...

-Lo sé, lo sé, pero eso no es de gran ayuda Alma- me quejé- yo no sé que es lo que quiero o en realidad sí, pero es casi algo imposible! - dije mientras me acercaba a ella - tal vez debería creer y confiar en Klaus, él nunca me ha traicionado aún - susurré más como un comentario mio

-Y qué es lo que quieres?.- le pregunté pasando por alto eso de confiar en Klaus y centrándome en lo que había dicho antes.

-En realidad ...- comencé mientras mordía mi labio - hace mucho que no veo a una persona especial- susurré - en realidad lo extraño, nadie sabe sobre él, es algo especial - dije mientras me apoyaba en la pared y la miraba preparar su café - es un vampiro original, más antiguo que Klaus

-Vaya... nunca un vampiro simple contigo... Siempre tienen que ser originales o antiguos... complicados bah.- le dije con una sonrisa porque me daba esa impresión, ya me serví una taza de café.
-Quiéres café? No te ofrecí porque me acostumbré a Ben que no le gusta fingir que le siente el gusto a las cosas...- dije sonriendo por eso. Stefan no era ni parecido en ese aspecto, me acompañaba a comer y hasta me había cocinado más de una vez.

-No en realidad no te preocupes, vengo... cenando - dije con una sonrisa mientras acariciaba mi panza- y no seas mala conmigo! lo sé suelo meterme solo en problemas, pero él es diferente, en realidad es un vampiro super noble y pues... siempre lo amé- dije pensando en todo lo que había pasado a su lado

La miré con una sonrisa algo curiosa... no recordaba que me hubiera hablado de alguien de ese modo.
-Vaya... me sorprendes... y dónde está ahora? no sábes de él?.- le pregunté porque sonaba a que habían tenido que separarse.

-No lo sé- le dije - me metí en problemas con Klaus y tuve que alejarme de él para que no matara a alguien, siempre odió que jueguen conmigo, lo enfurecía demasiado y pues, no quise meterlo en líos - le comenté- hace mucho que no lo veo y lo extraño, con él todo era más tranquilo, ya sabes él era el único que sabía controlarme-sonreí

La escuché atenta. La verdad es que se merecía un poco de tranquilidad después de huir tanto y todo eso de Klaus atormentándola... podía haber hecho sus maldades, pero todos merecíamos tener alguien que nos quiera de verdad... Sentía algo de pena, sabía que vampiros así de poderosos solo se encontraban cuando querían ser encontrados.
-Lo siento, tienes la eternidad para encontrarte con él... ya ocurrirá.- le dije con una leve sonrisa antes de beber un poco de café.

Bajé el rostro y jugueteé con mis cabellos -eso espero, en realidad quisiera que eso pasara pronto - reí mientras me sentaba de nuevo en el sillón de la sala - cuando me vea me matará- reí - odiaba que lo dejara solo y que me metiera en líos, hombres, siempre sintiéndose dueños de todo