Por fin estás aquí [Araziel]

Relamía mis labios, aún sintiendo el dulce sabor de la sangre en mi boca, los colmillos aún presentes me hacían sentir fuerte. Dos humanos habían sido suficientes esta noche para sentirme satisfecha o al menos para ahogar cualquier sensación de hambre o necesidad.
Me recosté sobre un árbol mirando la neblina correr entre las ramas y las copas de los árboles, algo allí estaba fuera de lugar; si bien estábamos en invierno, la niebla no corría tan deprisa usualmente, además de eso una onda extraña de poder llegaba a mi, al comienzo no la reconocí para nada, definitivamente era un vampiro, pero no eran ni Damon ni Stefan, este era uno poderoso, pero tampoco eran ni Santiago ni Klaus, cuando se acabaron mis posibilidades, mi corazón se detuvo de inmediato, algo en mi susurró su nombre -Araziel - dije casi en un susurro, sintiéndome súmamente confundida.
Sabía que él no me haría daño, jamás, sin embargo me mataría por todos los líos en los que había terminado metida y obviamente no había forma de mentirle, no a él, además no me gustaba -¿Araziel? - dije esta vez un poco más alto pero aún con el corazón en la mano ante la idea que después de tanto tiempo esté de nuevo conmigo

Tengo que reconocer que mi cuerpo se llenó de adrenalina al escuchar su voz - tal vez no me estaba escondiendo - le respondí mientras una sonrisa se formaba entre mis labios y caminaba a su encuentro - es bueno verte aquí - le dije mientras mordía mi labio por los nervios que invadían mi cuerpo

Siempre solía comportarme como una niña con él, por más que lo intentara siempre terminaba siendo aquella que él conoció cuando recién aprendía a hablar y eso muchas veces me molestaba, quería ser vista diferente, quería que reconociera que podía ser muy poderosa y que sabía defenderme sola, pero casi siempre, por no decir siempre, cuando él me encontraba, yo estaba en líos o comportándome como todo menos una vampiro poderosa.

- Así que... A qué debo tu visita- le pregunté mientras recostaba mi cabeza en su pecho para por un momento sentirme segura, como solía sentirme a su lado- no es muy común que el vampiro más poderoso venga a buscarme- sonreí - me extrañabas demasiado?? - lo molesté son una fingida sonrisa inocente en el rostro

Solté un suspiro, no podía ser tan fría como él, siempre había deseado poder eliminar ese lado sensible de mi y aunque lleve intentando ya un buen tiempo nunca resultaba en su totalidad, podía torturar, matar, odiar, pero siempre caía rendida cuando me enamoraba, probablemente eso había pasado con los Salvatore, ellos ya tendrían que estar muertos igual que Elena, pero claro, tonta Katherine, les había perdonado ya varias veces la vida y ahora no hacían nada más que molestar mi existencia.

-Pues yo si te extrañé - le dije seria fijando mis ojos en los suyos, intentando leer algún motivo en especial para su presencia - y claro que quería saber de ti, sabes que me siento bien cuando estás a mi lado, aunque odie la idea de tener que ser vista como una niña - me quejé dándole la espalda y caminando calmada para luego alzar un conejo del suelo y comenzar a acariciar sus orejas.

Por algún motivo desconocido odiaba ser considerada por él como la niñita de hace 450 años atrás- sabes que llevo 450 años convertida y que ya no tienes que cuidarme - dije sin voltear a verlo aún - si estabas preocupado, pues no es necesario, estoy bien -susurré girándome para enfrentarme a esos ojos dulces y fríos que él poseía

Solté al conejo, quien corrió apresurado en sentido contrario a nosotros- porque no lo soy- respondí apareciendo a su lado y sentándome frente a él - dejé de ser esa pequeña hace mucho, cuando me transformaron cambié, ya no tengo cinco, ni diez, ni quince y sé que tú sigues siendo mayor que yo y todo ese rollo de los originales pero... -mordí mi labio y apoyé mi mentón sobre las rodillas - pero todo este tiempo que no estuviste aprendí a defenderme sola y pensé que las cosas serían diferentes, creí que ... dejarías de verme como tu hermanita pequeña -resoplé arrancando un poco del grass que crecía - y también sé eso, siempre estarás para cuidarme y te lo agradezco- dije algo apenada por todo el rollo qeu le estaba causando.

-No estoy metida en ningún lío- dije lanzándole un poco de grass que tenía entre mis dedos- bueno tal vez sí, pero puedo salir de ellos sola, además Klaus no me matará ni nada o al menos eso espero - reí mientras lo ayudaba a qitarse las pajitas verdes que quedaban en su ropa

Comenzaba a desesperarme todo, cada una de sus palabras me hacían sentir realmente como la niña de 3 años que él conoció. Suspiré frustrada por todo, mientras mordía mi labio con fuerza y desviaba la mirada de su rostro hacia lo que parecía el final del bosque, allí donde la luz de la luna parecía no llegar.

-No necesito que me defiendas de él - susurré sin mirarlo - sé lo que hago - dije poniéndome de pie y caminando con calma entre los bosques sin alejarme mucho de él - yo lo mataré y listo, no necesito tu ayuda para eso, él está enamorado de mi y eso hace más sencillo todo - le dije volteando a verlo

Crucé mis brazos y me senté a su lado, al menos el tema de la protección y todo eso de que era una niña para él, ya había pasado. Acomodé mis cabellos que estaban algo despeinados y lo miré esperando que no insistiera en meterse en los líos que tenía.

-No lo sé, no sé lo que siento por él, puede que sí, puede que lo ame o que tan solo lo use, pero eso no interesa, mis sentimientos son lo de menos, puedo apagarlos si lo deseo- dije mientras me acomodaba sobre el grass y me recostaba sobre uno de los árboles casi a su lado - y pues... si hay alguien más, sí, sí lo hay pero jamás podré tenerlo - resoplé - a qué viene todo esto? nunca jamás me has preguntado cosas así- le pregunté haciendo un gesto de duda muy gracioso

Alcé la mirada algo confundida por sus preguntas, él no salía ser así - ¿Curiosidad? - reí de forma burlona - y desde cuando eres tú curioso? - dije mientras apoyaba la cabeza sobre sus rodillas mirando el cielo estrellado - no te diré su nombre- susurré- no quiero que mates a alguien, además él... él me ve con otros ojos, no significo nada para él- comenté sintiendo como aquel comentario llenaba mi alma y la hacía pedacitos.

-Y bueno ya que hablamos de eso.. ¿Qué hay de ti?- pregunté- Alguna chica en especial? Alguna vampira original por la qeu te vuelvas loco?

-Sí, puede que haya muchas cosas que no conozca de ti, pero .. pero ¿curioso tú?, nunca- reí mientras jugueteaba con los dedos de mi mano y miraba su rostro, sus ojos, sus labios, por un momento los latidos de mi corazón se aceleraron y tuve que desviar la mirada para poder tranquilizarme.

-Así que te gusta alguien- dije mordisqueando mi labio, algo furiosa por la idea de que él pudiera fijarse en otras, odiaba que cuando pensara en mujeres pensara en todas menos en mi - no importa? Pues no parece- sonreí torciendo el gesto - parece que sí te importa, pero ya vale, no quiero hablar de eso, me molesta

-No, no sucede nada, todo bien- dije regresando la mirada a sus ojos mientras mordía mi lengua porque siempre tenía que matarla toda y demostrar mis sentimientos tan fácil.

Suspiré algo incómoda pro como esquivaba mis preguntas con falsas respuestas, pero terminé respondiendo- ¡me molesta porque eres solo mio! -dije sin pensar antes de hablar - me refiero a que... a que siempre haz sido mio y no quiero que pienses en otra y que eso te aleje de mi y que luego te vayas y eso, si entiendes no? - pregunté algo nerviosa, en realidad rogaba porque no leyera más allá de mis palabras, realmente no quería quedar como la alumna que se enamoraba de su profesor o algo así

Lo miré con un gesto de incomprensión total, había prestado atención a cada una de sus palabras, a sus gestos, pero sin embargo no entendía nada y las cosas se estaban volviendo demasiado confusas y enredadas.

Desvié la mirada hacia la nada y cerré los ojos intentando calmar los latidos acelerados de mi corazón - lamento si te incomodé- susurré - no debería importarme si te gusta alguien, tú no tienes por qué permanecer a mi lado siempre si no lo quieres- dije fingiendo una sonrisa y bajando el rostro - no tienes por qué alejar tus sentimientos solo por cuidarme, ya te dije, sé hacerlo sola, soy una niña grande ¿ves? - le pregunté enseñándole los colmillos y fingiendo morderle el cuello

Me retiré por completo de su cuello y guardé los colmillos, esta vez había entendido con claridad todo el mensaje y algo en él me había dejado petrificada.

En realidad no sabía que responder, no tenía ninguna idea formada en mi cabeza, es más todo lo que giraba en mi mente eran simples frases inentendibles, sobre lo excitante e imposible que resultaba el momento - Araziel....- susurré mientras me acomodaba a su lado y me acercaba a él para tenerlo frente a frente y no perderme ninguno de sus gestos - tú tampoco tienes idea de lo que significas para mi, pero ... -dije mordiendo mi labio por los nervios - no es un simple aprecio, ni mucho menos-dije frenando a mi cuerpo a acercarse más a él

Katherine se acercó, y dijo que lo que “sentía” hiba más allá que un simple aprecio, al menos eso entendió él. -¿Que... qué quieres decir con eso?.- preguntó porque en efecto, todo era tan confuso. Araziel pensaba seriamente en decirle todo de una buena vez pero no sabía si eso sería lo correcto o no, en realidad desconocia porque en ese momento se estaba sincerando de tal manera.

La miró con detenimiento, cada movimiento de aquella le parecía encantador. Esbozó una sonrisa para luego buscar con anhelo los labios de Katherine y fundirlos en un beso. ¿Qué demonios fue aquello?.- dijo para sus adentros y de inmediato se puso de pie y se alejo de ella. -Lo siento.- dudó de sus palabras pues era algo que él quería hacer desde hace tiempo.

-Quiero decir que... en realidad...- intenté explicarme, pero él realmente no me estaba escuchando, en qué estaba él pensando, todo había sido tan extraño ese día, tan confuso que ni si quiera había tenido tiempo de meditar las cosas o asimilar sus sentimientos para luego explicarlos.

Presté atención en sus ojos, que parecían ocultarme algo, cuando de repente todo pasó, sus labios se unieron a los míos en un movimiento rápido que me dejó sin reacción, no pude ni si quiera corresponder el beso porque él ya se había alejado por completo e mi lado "lo siento" había dicho, pero en realidad por primera vez sus palabras sonaron muy poco convincentes, era eso o simplemente yo no quería que lo sintiera.

Me acerqué a él para acortar de nuevo la distancia entre nosotros, miré directamente a sus ojos y con el corazón en la mano le confesé todo - desearía que no lo sintieras, realmente sé que no debería sentir nada por ti, es decir ningún sentimiento distinto al cariño y aprecio por todo el tiempo que nos conocemos, pero realmente lo he intentado, intenté apagar cada una de las emociones que me produce tu sola sonrisa, pero no puedo y odio que me veas como una niña por eso!, porque sé que mientras me veas así, entre tú y yo nada va a poder pasar - dije entre suspiros y demasiado sonrojada- y como ya hice el papel de la noche al confesar mis estúpidos sentimientos supongo que nada perderé si te beso - susurré ya casi cerca a sus labios, a los que sin darme cuenta me había ido acercando todo el rato, suspiré y sentí su respiración tan cerca que no pude evitarlo y le devolví el beso, cargado de todos los sentimientos encontrados que tenía en ese momento

-Sí- respondí en un susurro sobre sus labios, con al respiración acelerada- ahora entiendo- dije mientras acariciaba su mejilla y sentía como todo el mundo comenzaba a aclararse, era una sensación extraña en realidad, Araziel me conectaba con mi lado humano, con él no era una vampiresa, con él no tenía que demostrar maldad o instinto de venganza, con él podía ser yo, con él podía estar en paz.

Sus labios comenzaron a besar los míos de forma desesperada y en realidad para nada quería detenerlo, aunque la cabeza comenzara a darme vueltas por el deseo que recorría mi piel, aunque mi respiración no pudiese controlarse, lo quería y lo quería solo para mi. Sentí sus manos en mi cintura mientras yo acariciaba su espalda, era simple, ese momento era la mezcla exacta de lo que habíamos mantenido oculto por un buen tiempo. Se separó un momento de mi, segundos suficientes como para tranquilizarme y recuperar la cordura, pero luego sus labios besaron mi frente y no pude hacer nada más que sonreír - siempre seré una niña para ti no? - le pregunté de forma pícara mientras depositaba mis labios sobre la base de su cuello