Por fin estás aquí [Araziel]

Recuerdo del primer mensaje :

Relamía mis labios, aún sintiendo el dulce sabor de la sangre en mi boca, los colmillos aún presentes me hacían sentir fuerte. Dos humanos habían sido suficientes esta noche para sentirme satisfecha o al menos para ahogar cualquier sensación de hambre o necesidad.
Me recosté sobre un árbol mirando la neblina correr entre las ramas y las copas de los árboles, algo allí estaba fuera de lugar; si bien estábamos en invierno, la niebla no corría tan deprisa usualmente, además de eso una onda extraña de poder llegaba a mi, al comienzo no la reconocí para nada, definitivamente era un vampiro, pero no eran ni Damon ni Stefan, este era uno poderoso, pero tampoco eran ni Santiago ni Klaus, cuando se acabaron mis posibilidades, mi corazón se detuvo de inmediato, algo en mi susurró su nombre -Araziel - dije casi en un susurro, sintiéndome súmamente confundida.
Sabía que él no me haría daño, jamás, sin embargo me mataría por todos los líos en los que había terminado metida y obviamente no había forma de mentirle, no a él, además no me gustaba -¿Araziel? - dije esta vez un poco más alto pero aún con el corazón en la mano ante la idea que después de tanto tiempo esté de nuevo conmigo

Mordí mi labio como jugando con él, en realidad aquel silencio entre los dos era agradable, tranquilo y cargado de energía.

Desvié la mirada de sus ojos y jugueteé con sus dedos que se encontraban entrelazados con los míos- eso es presumir señor Araziel - dije con una sonrisa pícara- pero si quieres que sea honesta, estoy enamorada de usted desde que se casó conmigo en una boda de muñecas de trapo y tacitas de te- dije sonrojándome ligeramente y besando la palma de su mano

Sentí como cada uno de sus besos me volvía loca y erizaban mi piel, definitivamente me fascinaba lo que hacía, incliné la cabeza a un lado para que tuviera más libertad de besar y morder mientras mis manos sujetaban su nuca de forma un tanto posesiva. Escuhé su susurro y solté una rsita nerviosa - sí, sí lo sabía- dije separándome lo suficiente para llegar a sus labios y besarlos - lo sé desde que dijiste sí acepto delante de la muñeca de trapo que hacía como sacerdote - sonreí y mordí su labio con delicadeza tirando de él

Katherine le dijo que lo sabía desde ese día, pero él no hizo mucho caso a sus palabras. La tomó del rostro y la volvió a besar, fue entonces cuando Katherine mordió su labio. -Shhh.- Murmuró con suavidad. Cerró sus ojos y aspiró su aroma. Aún le seguía resultando exquisito.

Cuando sintió la mano de Katherine, en un pequeño desliz y frenesí, también dirigió su mano debajo de la ropa de ella, tocando su cintura con suavidad. Y en un arrebato, la levantó y la llevó con rapidez hasta un árbol, apoyándola allí con cierta brusquedad y acorralándola, todo esto lo hizo sin dejar de besarla.

Perfecto! ahora no iba a poder detenerme ni separarme de él. Besé sus labios, los mordisqueé con desesperación y deseo, sintiendo sus manos acariciar mi cintura. Mi respiración estaba demasiado acelerada, pero no quería detenerme, hundí mi mano bajo su polo y comencé a acariciar su espalda clavando suavemente las uñas en su piel. Sentí el árbol chocar con mi espalda mientras mis piernas se enredaban en su cintura y besaba su cuello repartiendo suaves mordidas y realamidas por toda la piel desnuda que podía tener al alcance

Aquellos ojos eran diferentes a los que siempre había visto, estos me volvían loca, me hacían estremecerme por el deseo que creaban en mi interior que se incrementaba de forma descontrolada al sentir sus labios y sus manos recorrer mi piel.

Mordisqueé la base de su cuello queriendo llega más allá, así que en un movimiento rápido lo recosté sobre el grass y le sonreí de forma pícara- te hice daño?- le pregunté mientras me sentaba sobre él - a veces olvido que soy muy fuerte- dije y volví a besarlo para luego quitarle el polo y poder seguir besando toda su piel frotando mi cuerpo sobre el suyo

Seguí besando cada parte de su piel, repartiendo suaves mordidas por su piel mientras mis manos acariciaban su pecho desnudo. Cuando sentí como girábamos sonreí y mordí su labio con cuidado mientras mi cuerpo realizaba suaves movimientos sobre el suyo haciéndose sentir.

Hice un par de movimientos más y quedé sobre él bajando por todo su pecho y llenando de besos su piel, jugueteé con mi lengua en su abdomen y seguí bajando para desabotonar sus pantalones a toda prisa, lo miré de forma pícara y subí a besar sus labios con deseo mientras mi mano jugueteaba sobre sus boxers

En realidad solo quería tenerlo, sentir que era mio, que siempre lo tendría allí para mi y con cada uno de sus cuidadosos movimientos lograba hacerme enloquecer más.

Mordisqueé sus labios y luego lo besé hasta llegar a su oreja - ya no soy esa niña Araziel- susurré jugueteando con mi lengua y mis dientes sobre el lóbulo de su oreja - en realidad quiero esto, en realidad te quiero - dije fijándome en sus hermosos ojos, siempre tan misteriosos y cautos.

Bjé de nuevo hacia sus boxers y le retiré todo lo que quedaba de ropa en un movimiento rápido, para luego comenzar a masajear su miembro con una de mis manos sin separar mis labios de su piel.

La excitación y la sed del momento embargaban a los cuerpos de ambos, haciendo que prácticamente fuera imposible de detenerse, al menos por aquel entonces no.

“ya no soy esa niña Araziel” Katherine susurró en su oído para después susurró algo más.
“en realidad quiero esto, en realidad te quiero” el vampiro no pudo evitar esbozar una sonrisa ante aquellas palabras. -Yo también.- Dijo en un susurro que se escapó de sus labios.

Katherine terminó por quitarle todo, así que aquella comenzó de nuevo con aquel contacto que Araziel disfrutaba, continuaron así por un buen rato hasta que fue él quien se deshizo de la ropa de la chica.
Araziel hizo un rápido movimiendo donde él quedó nuevamente por encima de ella, hizo que enrredara sus piernas en las caderas de él. El vampiro comenzó con suaves movimientos, aun así los mismos comenzaban a ser más bruscos. El ritmo era cada vez más excitante.

Sus palabras fueron suficientes por ese momento, no necesitaba más para sentirme bien. Cada uno de sus movimientos me hacía delirar, primero sus movimientos suaves y calmados y luego cuando el ritmo aumentaba mi respiración también. Ya me era difícil mantenerme centrada en lo que hacía -muérdeme - le pedí mientras ahogaba un par de gemidos besando con desenfreno su cuello y seguía con le ritmo acelerado y tan excitante que habíamos alcanzado

Con un movimiento rápido de mi cabeza le afirmé que mi labio se encontraba bien, sentir la sangre en ellos y verlo lamerla de mis labios me excitó más de lo que estaba, si es que eso era posible.

El movimiento de su cuerpo contra el mio no paraba y se sentía genial, cada vez más acelerado y delirante .Sentí de nuevo el árbol en mi espalda esta vez con más brusquedad y deseo. Continué moviendo mi cuerpo al ritmo del suyo sin dejar de acariciar su piel, sin dejar de besarlo y mordisquear sus labios que tenían ya ligeros rastros de mi sangre.

Mordisqueé su cuello y su hombro mientras me aferraba a él, mi cuerpo se encontraba realmente excitado por cada uno de sus roces, movimientos o caricias. Evitaba gemir, ahogando cada uno de los sonidos en una mordida o en un jadeo desesperado, pero él realmente me traía loca

Sentí aquel movimiento, cayendo sobre el suelo de nuevo, era genial poder estar con él, seguí besándolo sin dejar de moverme, la fricción entre nuestros cuerpos se hacía cada vez más genial y agresiva, sin dejar de resultar malditamente excitante y delirante.

Sentí sus labios sobre mi oreja y mordí mi labio por aquella sensación hasta que lo escuché "pequeña Kath" susurró, y aquello realmente me dio, sonaba gracioso escucharlo en aquel momento. Giré sobre mi cuero y lo acorralé sobre el suelo, lanzando mi cabello a un lado y mirándolo con una sonrisa pícara- no. soy. pequeña. - dije mientras me acercaba a besar su cuello y acariciarlos con mis colmillos, rasmillando suavemente su piel