Otro día en París (Alma)

Recuerdo del primer mensaje :

Me desperté temprano como siempre y Alma seguía dormida a mi lado, pero esta vez no me moví de la cama como solía hacer, no tenía nada de ganas y menos después de recordar todo lo del día anterior. Había sido un día raro pero también un día increíble en muchos aspectos. La miré dormir sin cortarme demasiado, no era la primera vez que lo hacia y seguramente la costaría despertarse pero lo mismo me daba. Ayer había sido un día muy intenso y largo, entendía que estuviera muy cansada.

Sonreí cuando asintió por fin y me incorporé un poco en la cama corriendo las sábanas. Nos habíamos acostado desnudos y así habíamos dormido... en verdad, solíamos hacerlo...
-Creo que me daré una ducha antes de salir...- dije mirándolo y aprovechando que aún estaba tumbado le acaricié un poco el cabello.

- Vale... Aquí te espero...-dije con una sonrisa sin moverme ni un poco mientras la veía levantarse completamente desnuda, estaba preciosa, dormiamos tanto así desnudos tras hacer el amor que ya casi era una costumbre

Sonreí cuando dijo eso de que me esperaba y entonces ya me puse de pié para ir a la ducha. Abrí el grifo y enseguida me metí allí, bajo el agua caliento, quitándome en parte la resaca de la noche anterior. Me quedé pensando en la noche anterior, realmente había sido una de las noches más raras y a la vez excitantes de mi vida, todo el día anterior había sido de lo más intenso... ahora con la cabeza más calma podía repasarlo.

Se fue a la ducha y yo mientras me quedé tumbado sin hacer nada como tanto me gustaba hacer, realmente estaba feliz, en cierta manera habían cambiado muchas cosas desde ayer y ahora mismo estaba totalmente relajado por mas que luego me tocará ir al cementerio con el mal rollo que me daba.

Me quedé bajo la ducha un rato antes de ya salir de allí y envolverme en una toalla antes de volver a la habitación. Ben seguía tumbado en la cama casi en la misma posición en la que lo había dejado. -¿Qué tan vago estás?.- murmuré con cierta picardía acercándome a él ya metiéndome sobre la cama un poco y comenzando a molestarlo algo.

Sonreí cuando salió y enseguida subiendose un poco a la cama molestandome- Mucho... Me has dejado atontado...-murmuré sonriendo y tomandola de la mejilla como si me hubiera afectado todo lo de ayer, me acerqué un poco y la di un beso, sonriendo al sentir como su pelo todavía mojado rozaba mi propia mejilla según nos besabamos.

-Ya... toda culpa mía.- murmuré sin creerle con una sonrisa antes de continuar el beso que me daba.

Sonreí por eso y continué su beso un poco más antes de darla un golpecito en el hombro para que se levantará- Anda vamos...-dije por lo de su abuela, porque no era plan llegar tarde. Esperé a que se levantara y ya me pusé en pie yo también para irme vistiendo.

Ya me puse en pié y enseguida fui a buscarme algo que más o menos fuera con la ocasión. No es que tuviese en las maletas demasiada ropa para ir a un velatorio... pero al final logré encontrar algo más o menos sobrio aunque siempre llevaba minis, no tenía nada más largo en todo el guardarropas.

Spoiler:

Me recogí el cabello y me maquillé algo antes de coger un bolso e ir a la puerta. -Ya estoy lista.- le dije con una sonrisa esperando ya salir de allí.

La miré un segundo, tenía un aspecto mas serio que de costumbre pero tampoco es exceso, no iba mal. - Vale, pues venga vamos...-dije cogiendola de la mano. Me daba pena que tuviera que pasar por esto pero así era la vida. Salimos de casa y fuimos ya hacia el ascensor para bajar y coger un taxi.

No tardamos demasiado en llegar al Cementerio de Montparnasse o al menos esa fue mi sensación... Quería que nunca llegara el momento y quizá por eso se me hizo corto. Sabía que sería allí porque ahí estaban enterrados el resto de los miembros de la familia Blaquier.
Bajamos del coche y luego de despedirme de Ben ya entré en el Cementerio buscando el sitio en el que seguramente estarían. Al final encontré el lugar. Había allí una veintena de personas, todas de estricto negro. Mi padre en el medio junto a mi tía... mi madre algo apartada, más rubia que nunca y con un sombrero que me recordó alguna película. Me acerqué sigilosa, no quería que advirtieran mi presencia enseguida, me quedé por detrás de todos mientras el sacerdote rezaba una oración.

En el taxi miré un par de veces a Alma, sabía que según nos ibamos acercando se ponía algo mas tensa porque podía sentirlo. Nos despedimos a la entrada y miré como entraba antes de quedarme por allí cerca a esperarla. Esperaba que todo fuera bien.

Esperé que acabara el sacerdote y luego ya cuando algunos pasaron a decir alguna cosa supe que mi padre había advertido mi presencia. Me sonrió de lado y le respondí con una sonrisa torcida antes de que fuera su turno. Cuando acabó todo se me acercaron algunos parientes, sonreí levemente y casi de hielo evité responder cualquie cosa que me preguntaran, usando las mejores evasivas. Ya se me acercó mi tía y nos abrazamos. Suspiré aún tensa e intercambiamos algunas palabras antes de que me abordara mi madre.
-Alma.- dijo mirándome con los ojos perdidos. -No esperaba que vinieras, a Mme. Blaquier le habría gustado despedirse.- dijo formal ante los oídos de algunos parientes, y supe que era un reproche. No podía decirle que había estado en la casa, no podía decirle nada. Bajé la mirada y me centré en el montículo de tierra que se alzaba sobre el cajón en el que estaba quien había sido mi abuela. Mi madre siguió diciendo algunas cosas más y luego se acercó mi padre también, pero ya ni les escuchaba.

Nunca em habían gustado los cementerios, me recordaban demasiado a la muerte obviamente y era realmente triste estar por allí. Vi desde la entrada a mas de una persona salir llorando y a alguna entrar con algunas flores... Suspiré intentando no pensar en todo eso mientras esperaba a que Alma saliera, eso de los entierros siempre era duro.

Acabé de escucharlos (o hacer como que los escuchaba) y ya después me quedé con mi tía mirando un rato la tumba. Era curioso pero nada de lo de allí podía borrarme la imagen de mi abuela, la última imagen... era la única que me importaba. Ya pasó un rato y cuando me dijeron que iban a juntarse en la casa y demás les dije que me despedía de ellos. Mis padres se sorprendieron, pensaron que volvería o algo... pero les expliqué que no era mi idea. Mi madre lloró y dijo una cantidad de cosas como siempre y mi padre se quedó allí sin hacer nada más que intentar calmarla un poco, como siempre.

Salí lo antes que pude del Cementerio y me quedé apoyada en una de las paredes respirando fuerte antes de sentirme en libertad como para comenzar a llorar.

Me quedé un rato más por allí dando vueltas hasta que tras un rato paseando vi salir a Alma. Me acerqué sin hacer nada de ruido como de costumbre, suspiré al ver como lloraba y tomé su rostro cuando estuve lo suficientemente cerca, secando sus lágrimas por un instante antes de simplemente abrazarla. Ni me preocupe en preguntar que tal había ido todo, ya me lo contaría cuando tuviera ganas, ahora solo quería que estuviera bien.

Ni siquiera supe en qué instante Ben se acercó, pero secó mis lágrimas y me abrazó. Suspiré sintiéndome mejor, mucho mejor... necesitaba ese abrazo, nadie en mi condenada familia era capáz de dármelo. Estuve unos minutos así sin hacer nada, simplemente dejándome abrazar hasta que me sentí un poco mejor. -¿Vamos?.- le pregunté. Mejor salir de allí antes de que aparecieran mis parientes y ya empezaramos otra vez con lo mismo de siempre.

La abracé hasta que cogió algo de fuerzas y dijo eso. Asentí-Claro, vamos...-dije tomandola de la mano y mirandola un segundo antes de tirar un poco de ella y comenzar a andar para coger otro taxi e irnos de ese triste lugar.

Enseguida me cogió de la mano y ya nos metimos en un taxi, el primero que encontramos. Apenas había cerrado la puerta cuando ví salir del Cementerio a mi madre y mi padre, iba hablando mi madre y mi padre asentía con cara de cansado. No sabía qué odiaba más, si los modos patéticos de mi madre aún en el entierro de su suegra o la cobardía de mi padre que no era capáz de decir una sola de las cosas que pensaba... Con ese nudo en la garganta el taxi se alejó de allí. Agradecí perderlos de vista y me quedé mirando por la ventana un instante antes de volver hacia Ben y recostarme en el respaldo del asiento.

Nada mas montarnos le di la dirección al taxista de mi casa. Se pusó en marcha y no dije nada mas mientras miraba por la ventanilla dejando un poco tranquila a Alma por no molestarla, que sabía que estaba siendo todo duro, lo de su familia, su abuela... En fin, que lo que menso quería era molestarla.

Llegamos a los minutos a su casa y entramos enseguida. -Café, voy a hacerme un buen café. Fumaré un cigarro. Y listo, mañana será otro día... dije ya entrando y programando las dos tonterías que haría para quitar de mi cabeza la voz de mi madre. Fui enseguida a la cocina a prepararme el café. -Ben.- dije sabiendo que lo mismo me escuchaba aunque no estuviese a su lado. -Gracias por acompañarme... vale?.- dije simplemente antes de comenzar con lo del café, necesitaba decírselo... no había necesidad de decir nada, contaba con él como con nadie.

Fui escuchando lo que pensaba hacer mientras entrabamos, era lo que siempre hacia para dejar de pensar, no era realmente una novedad. Me quité los zapatos dejandolos en el salón de cualquier manera e iba hacia la cocina con ella cuando escuché como me daba las gracias. Entré a la cocina, estaba de espaldas preparando el café. Me acerqué y la abracé desde su espalda, permitiendo que apoyara su espalda en mi pecho- Vale...-murmuré como si la contestara a su "vale?" mientras la daba un pequeño beso en el hombro.

Se acercó a mí y apoyé mi espalda en su pecho cuando dijo eso. Sonreí levemente cuando besó mi hombro y suspiré al tiempo que alzaba una de mis manos para acariciar levemente su cabello aún allí contra mi hombro.
-Podemos irnos de aquí cuando quieras...- murmuré ya volviendo a lo del café y en parte porque había "cumplido" con lo que quería y ya me daba igual quedarme allí o volver a Fell's.

La escuché y ya la solté al ver que volvía a lo del café- Cuando quieras... Mañana mismo si quieres para no perder universidad...-dije mientras salía ya de la cocina para hacer alguna otra cosa.

-Vale, me parece bien.- dije antes de dar una calada al cigarro que me había prendido. Ben se fue a la sala y me serví la taza de café antes de volver allí y sentarme a su lado en el sofá.
-Mi madre no ha hecho más que reprocharme cosas... y sin embargo creía que volvería a casa, se asombró cuando le dije que ya me iba.- solté mirando el café mientras comenzaba a hablar un poco automática.