Tomando un café (Federico)

No me apetecía desayunar en casa así que decidí ir al Ispwich a desayunar.
Nada más llegar decidí ir a la barra y sentarme para pedir el desayuno.

-Hola, qué quieres tomar?.- pregunté saliendo de dentro de la cocina y yendo a la barra ni bien se sentó por ahi una chica.

-Hola, quiero un expreso- dije con una sonrisa -¿Eres nuevo?- pregunté con curiosidad.

-Sí, soy nuevo. Llegué a Fell's Church hace un par de días y conseguí este empleo.- le expliqué mientras me giraba para prepararle su expreso en la máquina. -Me llamo Federico, pero todos me dicen Fede.- me presenté.

-Me alegro por ti, has tenido mucha suerte- dije mirandole mientras se presentaba -Encantaba Fede, yo soy Miriam y todos me llaman Miriam- dije bromeando.

-Astutos.- respondí en broma por eso de que todos la llamaban Miriam. -Sí, que tuve suerte y además parece ser un sitio tranquilo que es lo que busco.- le comenté mientras ya le dejaba el café y me ponía a acomodar algunas cosas.

-Pues un sitio más tranquilo que este no encontrarás eso te lo aseguro- dije sonriendo -Y ¿Ya tienes casa o vives en la casa de Huéspedes como todos?- dije mirandole.

-No tengo casa todavía, llegué hace muy poco y tampoco tengo dinero aún para rentar, pero luego ya seguramente lo haga.- le dije mirándola con una sonrisa. -Bueno ¿Y a qué te dedicas tú?.- le pregunté, la chica estaba muy buena.

-¿Y donde te qedas mientras?- pregunté intrigada antes de reponderle -Yo soy modelo, en realidad acabo de empezar- le expliqué.

-Estoy en la Casa de Huéspedes.- le respondí a lo primero. -¿Y es que todas en este pueblo son modelos?.- dije después en broma porque ya había estado con otra chica que era también modelo. -Si era así tendría que haber venido mucho antes.- dije con una amplia sonrisa mirándola y ya luego fui a atender a otra persona que me llamaba.

-Pues nos veremos a menudo, ahí vive mi novio- dije sonriendo.
Luego mencionó lo de que si todas éramos modelos y me quedé pensando en si conocería a Alma.

-Tu novio?.- le pregunté, claro que tendría uno... que una chica así tenía novio seguro. -¿Y quién es? Tendría que conocerlo.- dije intentando hacer memoria de las personas que me había cruzado en la Casa de Huéspedes aunque claro que estaba hacía poco. -Y qué lástima que tengas novio, que ya me estaba ilusionando.- le dije después con cierto descaro mientras la miraba de arriba a abajo. Pocas cosas me gustaban más que una chica que encima estaba "prohibida".

-No sé si tendrás que conocerlo, se llama Stefan Salvatore- dije sonriendo. Escuché lo que dijo sobre que se estaba ilusionando y sonreí -Si solo te he pedido un café y estoy siendo amable no he coqueteado contigo- dije encogiendome de hombros.

Me quedé mirándola y pensando... no, no me sonaba Stefan Salvatore. Seguramente no habíamos coincidido.
-Ya, un café... todas empiezan con un café.- dije sonriendo y en broma como si eso significara de verdad algo porque era obvio ya que era el camarero.

-¿Ah si? ¿Y cómo seguimos después?- pregunté picaramente siguiendole la broma.

-Depende de la imaginación de cada una.- respondí sonriendo y cogiendo una taza para irla secando. -Algunas me llevan a pasear y me dan la lata un buen rato antes... Otras, ya ni se esmeran y directamente me llevan a la cama.- dije como si tal cosa mientras la miraba a los ojos y seguía a lo mío.

-Ya, ¿Y cuales te gustan más?- pregunté con curiosidad cogiendo la taza de café que me daba.

-Todas tienen su gracia.- dije mirándola con una sonrisa en los labios. -Pero me gustan más las que saben divertirse.- dije mirándola.
Me acomodé sentándome del otro lado de la barra y quedando de frente antes de clavarle mis ojos. -¿Tú? ¿Sábes divertirte Miriam?.- le pregunté con una sonrisa de lado apoyándome en la barra.

-No sé preguntale a Stefan y a Hannibal- dije sonriendo sin darle una respuesta concreta.

Alcé una ceja cuando dijo eso porque no me esperaba que saliera con que le preguntara a otros. -No creo que lo haga.- dije simplemente. -No es nada, es que me gusta tener mis propias impresiones.- dije con una sonrisa mirándola y sin dejarme llevar por eso de que le preguntara a los demás. Si sabía divertirse eso podría demostrarlo solita.

-Ya me conocerás y sabrás si sé divertirme- dije comenzando a tomar el café.

La miré divertido porque no me esperaba esa respuesta. -Me gusta como ha sonado eso.- murmuré sonriendo y mirándola. Justo me llamaron de una mesa. -Discúlpame, ya estoy contigo.- dije antes de ir a atender a esas personas.

Sonreí cuando dijo eso -Si claro no te preocupes- dije viendo como se iba a atender a otra mesa antes de continuar tomando mi café.

Atendí ya la mesa que me había llamado y al rato volví con Miriam. -Aún no me organizo.- me excusé con una gran sonrisa porque no tenía tan claro como distribuirme el trabajo y todo eso.

-¿Quieres que te ayude hoy?- pregunté con una sonrisa por si estaba muy agobiado.