Viaje de carretera (Erik)

El viaje de carretera no había podido ser enseguida de dormir con Erik, al final asuntos de trabajo míos y suyos nos habían tenido ocupados toda la mañana y tuvimos que posponerlo un tiempo. Mientras las cosas iban bien, nos veíamos seguido y no podía negar que lo pasaba muy bien con él... era divertido y sabía como sorprenderme a cada rato, no podía aburrirme ni aunque quisiera.

Al fin llegó el día del viaje de carretera, me armé una pequeña maleta y aparqué en la puerta de la casa de Erik antes de tocar el timbre, iríamos en su coche así que bajé la maleta conmigo. -Listo?.- le dije apenas abrió la puerta de su casa.

Spoiler:

Erik había planeado ese viaje durante varios días, ya que Alma tuvo algunos problemas con su trabajo y no pudieron irse la misma noche que tenían planeado. Tenía un mapa con las ciudades que visitarían marcadas con una x y con una línea roja que explicaba la dirección que tomaría. Erik era un chico bastante tradicional en ese aspecto, se podía permitir perfectamente el GPS más caro del mercado, pero prefería los mapas, le gustaba ese encanto de antaño.
Alma tocó su puerta y Erik abrió con las gafas de leer aún puestas.

Spoiler:

-Sí, ya estoy listo, espera que voy a mi habitación a por mi bolso.-dijo yendo hacia su cuarto. Cogió el bolso de viaje que llevaba solo un par de prendas, una cajetilla de cigarros, el mapa y las llaves del coche y salió al patio, con Alma.-Vale, ¿lo llevas todo?-preguntó. Como Alma había estado quedándose un poco más a menudo en su casa, tenía algunas cosas, así que quizás se le quedaba algo en su casa. Erik cerró la puerta principal con llave y le abrió la puerta del coche a Alma, para que se sentara en el coche, mientras él ponía la maleta de esta y su bolso en el maletero.
Se sentó en el coche y miró el mapa. Se puso el cinturón y encendió el motor. Repasó el mapa otra vez, se dirigían hacia Richmond para después seguir yendo hacia el oeste y llegar finalmente a Nashville, eran varias horas en coche, pero merecía la pena.

Enarqué una ceja cuando Erik abrió la puerta aún con sus gafas puestas. Le daba un aire intelectual interesante. -Vale.- dije dándole un corto beso luego de que dijera eso de que iba a su habitación a buscar el bolso.
Volvió con bolso, mapa y llaves, y sonreí mirándolo, me daba algo de ansiedad ese viaje y a la vez me entusiasmaba... es que habíamos pasado un tiempo juntos, pero nunca tantas horas seguidas así que sería todo un experimento.
-Siempre me olvido algo, no es problema...- dije sonriendo en broma, pero es que era cierto. Ya nos montamos en el coche y organizó el asunto de los mapas antes de ponernos en marcha. Me puse el cinturón de seguridad de pura costumbre y lo miré. -me dirás hacia dónde vamos? Venga, así puedo seguir el trayecto con el mapa y eso ¿Ya te he dicho que nunca hice un viaje de carretera, no?.- le dije con una sonrisa, era cierto... nunca había tenido el tiempo ni se había dado la ocasión.

-Mira...-le enseñó el mapa.-Vamos hacia Richmond ahora, supongo que pararemos ahí.-mientras le decía le iba señalando con el dedo la línea roja que marcaba su trayectoria.-Y después cogemos la carretera hacia el interior y vamos a Nashville.-dijo ya mirándola a los ojos.-Claro, paramos por un par de sitios antes, porque si no se nos hace un poco pesado.-se encogió de hombros, quizá no era necesario porque no eran tantas horas en carretera, pero Erik tenía ganas de visitar lugares.

Erik me mostró el mapa y seguí su dedo viendo la línea que había trazado. -Vaya, te lo tienes bien montado.- dije sonriendo por su organización. -Y vale, me gusta... no conozco ninguna de esas ciudades... No parece tan largo el trayecto, pero me gusta eso de conocer sitios.- dije sonriendo entusiasmada y viendo el tramo de Richmond a Nashville, serían unas cuántas horas pero se podía hacer en el día. -Una pregunta ¿Me dejarás fumar en el coche?.- le pregunté sacando la cajilla de cigarros y sonriendo antes de que se pusiera en marcha.

Erik puso el coche en marcha y empezaron a moverse hacia la carretera.
-Yo las conozco... A primera vista no tienen nada especial, pero luego, te das cuenta que tienen un encanto excepcional.-dijo mirando hacia la carretera.-Claro que puedes fumar, pero tienes que darme una calada de vez en cuando.-dijo con una sonrisa.-Alma, ¿te puedo pedir un favor? ¿puedes poner la radio?

-Me gusta como suena eso de la belleza oculta... como si tuvieran algo de misterio, no sé.- dije sonriendo y poniendo tono de misterio en broma. Reí cuando me dijo eso del cigarro y que cada tanto le diera una calada. -Será un placer.- dije muy obediente y mientras cogía un cigarrillo de la cajilla me acerqué a encender la radio. -Tú tenías un pasado algo punky, no? Me suena algo de eso...- dije riendo e intentando recordar con una sonrisa. Me costó sintonizar algo que me diera ganas escuchar hasta que un poco de casualidad dí con una canción vieja de Pixies que me gustaba.

-Jaja, pasado punky...-rió.-La verdad es que punky punky no, pero digamos que escucho de todo... Pero suelo escuchar cosas no sé, rápidas.-se encogió de hombros. El sol le daba un poco en los ojos así que se puso las gafas de sol que tenía en su camiseta. Escuchó lo que Alma había puesto. Le gustaban los pixies así que sonrió.-Buena elección.

Sonreí cuando dijo eso... -Y de dónde lo habré sacado? Que va... si es que me acuerdo pocas cosas fuera de que te pasabas la vida persiguiendo "jovencias" con las que no tenías muchas ganas de conversar.- dije con algo de pesar y una sonrisa pequeña por lo primero y luego bromeando un poco pero es que recordaba que siempre estaba diciendo en broma eso de que andaba por Fell's buscando "jovencitas" sin que le importara mucho más. Sabía poco de su vida amorosa, sólo que había tenido un gran amor, pero que al final había sido infiel con esa chica y todo se había acabado.

Se puso las gafas y sonreí. -Así que escuchas "cosas rápidas"... Y por ejemplo qué?.- le pregunté contenta de que le gustara mi elección. Ya me coloqué el cigarrillo en los labios y lo encendí dándole una profunda calada.

-No sé, imaginaciones tuyas.-sonrió, empezó a recordar aquel tiempo, cuando estaba recién llegado a Fell's, echaba de menos a veces esos tiempos, se lo pasó bastante bien con Alma, y bueno, con todas esas chicas con las que estuvo.
-Bueno, me gusta de todo, por ejemplo, para hacer deporte me gusta la música electrónica, para conducir me gusta el rock, quizás el punk también para conducir... Para escuchar ya en casa solo me gustan otras cosas, soy una caja de sorpresas.-dijo riendo.-Por ejemplo, cuando estoy solo en casa, vale, te vas a reír porque es un cliché, pero, en vez de mirar la tele, me gusta encender la chimenea y escuchar Chet Baker. Puedo tirarme horas mirando el fuego sin aburrirme, es un pasatiempo muy cliché y muy primitivo a la vez, pero no sé, el fuego tiene un encanto.

Dijo eso de mis imaginaciones y asentí. -Ya, no lo descarto... no recuerdas que te he dicho que tengo mucha imaginación?.- dije sonriendo al final porque se lo había dicho un poco en plan pícaro en su momento.
Luego fue contándome lo demás y eché a reir con lo de Chet Baker y la chimenea. -Lo dices en serio?.- dije riendo. -Wow, igual sábes reconozco que me gusta... es decir, te imagino ahora mismo mirando la chimenea tan tranquilo.- dije sonreindo. -Los vampiros no nos llevamos muy bien con el fuego y creo que soy demasiado hiperquinética como para tirarme horas mirando el fuego... pero quien sabe? Quizá un día podría probar... Aunque sola, porque si estoy contigo no me van a dar tantas ganas de quedarme quieta.- dije sonriendo con picardía.

-Sí, claro, por eso te lo he dicho, a veces sacas cosas muy extrañas.-dijo, recibió una calada de Alma.-Pero muy divertidas.-añadió.-Sí mujer, te lo estoy diciendo en serio. ¿Ves? Nadie me cree cuando lo digo...-rió expulsando el humo.-Ajá... ya, la verdad es que no sé si tú aguantarías, probablemente empezarías a mirar el fuego y luego te cambiarías de postura porque te empezarías a aburrir, y luego acabarías haciendo otra cosa.-se encogió de hombros.-Jaja, eso es cierto. Yo tampoco creo que aguantaría mucho mirando al fuego si te tengo al lado, preferiría mirarte a ti, y bueno, aparte de mirarte, hacerte muchas cosas...-sonrió pícaramente. Se quedaron en silencio un momento, Erik prestó atención a la música que sonaba y se concentró en conducir. Sin duda le esperaban unas 7 u 8 horas más en carretera, aún no salían del estado, pero en el poco tiempo que llevaba conduciendo lo había pasado muy bien. Erik vio un restaurante de carretera y miró a Alma. La verdad es que él no había desayunado y tenía un poco de hambre.-¿Quieres que pasemos a comer algo? Yo aún no he desayunado.

Sonreí cuando dijo eso de que sacaba cosas extrañas y divertidas. Luego ya fue diciendo lo demás y le alcancé el cigarro para que le diera una calada. Le dí enseguida una calada yo cuando me lo devolvió y lo miré sonriendo mientras iba diciendo que nadie le creía y que seguramente yo no me aguantaría quieta, era cierto. -Igual tengo que probar, que nunca se sabe...- dije riendo y ya aclaró que tampoco podría hacer eso conmigo al lado, me mordí un labio con picardía y ya miré a la carretera. Era condenadamente guapo y cuando reía era más guapo todavía. Nos quedamos un rato en silencio escuchando música y la verdad es que no me sentía incómoda con esos silencios, eso era bueno.
Al cabo de andar un rato dijo eso del restaurante y asentí. -No es mala idea... ya sábes que yo no como, bueno... en fin, que igual precisaría algo de sangre ahora que lo pienso.- dije porque era de hecho buena idea aprovechar un parador para poder morder a alguien. -Te acompaño y de paso me busco a alguien para morder.- dije con picardía muy contenta, de verdad que a estas alturas ya lo iba necesitando.

Erik se dirigió hacia el aparcamiento y dejó el coche allí. Salió del coche y se estiró un poco, después besó a Alma y cerró las puertas con llave, se metió las llaves en el bolsillo.
-Bueno, pero tienes que ser discreta.-dijo.-Estoy diciendo gilipolleces, perdona.-se encogió de hombros.-Me imagino que serás una experta en esto.-se encogió de hombros. Entraron al local y se sentaron en una mesa. Les atendió una camarera cuarentona y Erik pidió un café y unos gofres.

-Claro que lo soy,- le dije con una sonrisa cuando dijo que seguramente era una experta. Me besó y entramos ya en la cafetería. Se pidió un café y también me pedí uno, no era bueno llamar la atención... pero no me pedí nada para comer. -En un rato luego de que nos traigan los cafés, voy al baño y si tardo un poco no te preocupes.- dije insinuando que me encargaría de conseguir sangre en ese momento.
-Luego cuando estemos a salvo en el coche hazme acordar que te cuente algo... vale? Es una tontería sobre el vampirismo pero te gustará saberlo.- le dije con una sonrisa.

Alma solo pidió un café y luego se fue al baño, él asintió mientras la camarera le traía el pedido. Se comió los gofres lentamente y se bebió el café. Miró el reloj de su muñeca varias veces, era un poco obsesivo con eso, pero es que Alma estaba tardando mucho. Pero era normal, porque probablemente se estaría "comiendo" a alguien. Sonrió por un instante, pensando en lo surrealista que se había convertido su vida de un momento a otro. No era un tío muy creyente, ni alguien fácil de convencer, y si cualquier otra persona le hubiese contado lo que Alma le dijo, lo tacharía de idiota.
Se terminó de beber el café, ansioso por aquel "secreto" que le iba a contar Alma.

Me levanté y me fuí al baño primero, luego salí con la excusa de ir a buscar algo al coche y le dí la vuelta al restaurante a ver si había alguien que me pudiera servir ahora mismo. El problema de salir a "cazar" de esa forma en sitios desconocidos, era que a medida que pasaba el tiempo y no conseguía a alguien más desesperadamente deseaba sangre y menos era capáz de controlarme.

Caminé por un sendero, como allí había un parador en medio de la carretera podía ser que hubiera algunos humanos acampando o algo. Conseguí dar con un grupo y esperé lo más pacientemente que pude hasta que un tío se alejó de los demás, lo sorprendí a los pocos metros y lo mordí enseguida, no llegué a pasarme y le modifiqué los recuerdos para que no me recordara "Te has herido con unas ramas que no viste, vuélvete al campamento, ponte un vendaje y quédate acostado un buen rato". El chico se dió media vuelta y se fue. Y volví al restaurante luego de limpiarme los labios, me sentía mucho mejor ahora.

Cuando entré Erik seguía allí ya terminando su café, me senté y cogí el mío aunque iba algo frío. -Me ha costado un poco, no hay tantas personas por aquí.- le dije sonriendo y acabando lo que quedaba de mi café.

Después de un buen rato, por fin llegó Alma y se empezó a beber su café, seguramente ya frío.
-Vaya... estaba lejos el baño, ¿no?-bromeó y la cogió de las manos.-Me imaginaba... De todas formas, me tenías preocupado, ¿tan lejos fuiste? Voy a pedir la cuenta y vamos a largarnos de aquí...-dijo. Levantó la mano para que la camarera se acercase y pidió la cuenta. Pagó y dejó propina y se levantó de la mesa para dirigirse junto a Alma a su coche.

-Algo así.- respondí sonriendo y enarcando una ceja divertida cuando dijo que seguramente me había quedado lejos el baño. Me cogió de las manos ya diciendo lo demas y sonreí una vez más mirándolo, no recordaba demasiado esa sensación de "preocupar" a alguien y la verdad es que era agradable.
Ya pidió la cuenta y pagamos antes de salir de allí y volver a montarnos en su coche para continuar el viaje. -Ha sido algo complicado.- le comenté cuando ya estábamos en marcha. -Pero había un campamento más o menos cercano y al final lo he conseguido... le dije con una sonrisa. Recordé luego que le había dicho que le contaría algo. -Sábes? Hay algunas cosas interesantes sobre el vampirismo... Una de ellas es que puedo leer la mente o algo así, en realidad es más bien como "escuchar" los pensamientos de los demás. De todos modos no te preocupes que jamás lo he hecho contigo, he aprendido a "bloquear" eso porque es muy molesto y entonces lo evito, me siento más normal evitándolo.- dije con una sonrisa aclarando eso para que no se cortara o se sintiera invadido porque es lo que a mí me hubiera ocurrido. Tenía que confiar en mí, y de verdad que era cierto que nunca lo había hecho con él.

Erik encendió el coche y se dirigió hacia la carretera otra vez mientras escuchaba atentamente a Alma... Resulta que podía leer su mente, pero le había dicho que no lo había hecho con él, y a ser verdad, confiaba en ella.
-Vaya... Así que podías leerme la mente, ¿eh?-dijo con una sonrisa.-Si me leyeras la mente pensarías que soy un idiota básico, porque paso todo el día pensando en guarradas... No me juzgues.-se encogió de hombros. La verdad es que era cierto, a pesar de que era un chico inteligente, su hipersexualidad hacía que estuviese más de la mitad del día pensando en tener relaciones.

Sonreí cuando dijo eso. -Nah, no pensaría eso seguramente... Y en todo caso nadie se salva, si tú leyeras la mía tampoco sería lo más bonito del mundo.- dije sonriendo con picardía porque es que yo misma era bastante de dejarme llevar y no es como si no pensara en guarradas cada tanto. -Igual, eso no es lo más genial... Lo mejor de todo es que puedo reflejar un pensamiento en tu mente... "Decirte" algo pero sin necesidad de hablarte.- le dije poniéndole intriga en broma. -¿Quieres probar?.- murmuré un poco jugando mientras me buscaba un cigarro para encenderlo.

-¿Cómo es eso? O sea, ¿que me hablas telepáticamente? Suena divertido...-dijo pensándolo, la verdad es que le llamaba mucho la atención todo ese mundo de los vampiros, porque aparte de la vida eterna, podían hacer muchísimas más cosas... Pensó un segundo con malicia las cosas que podría hacer si tuviera ese poder, pero la idea se esfumó en un segundo.-Bueno... probemos entonces.

Sonreí cuando dijo eso de que le hablaría telepáticamente. -Claro, sí... no sé, es algo así.- le dije sin poder expresarme mejor porque era raro, era como si "reflejara" una idea en su mente y entonces él podía captarla como si fuera suya. Era divertido y lo usaba mucho. -Reconozco que he sido algo mala con eso... No contigo, que a tí te tengo cariño.- le dije con una sonrisa un pcoo en broma. -Pero sí que al principio me lo pasaba molestando a la gente, poniéndoles ideas en la cabeza y esperando a ver cómo reaccionaban...- murmuré con malicia.
Estuvo de acuerdo en probar y sonreí. -Vale, concéntrate... Probaré con algo fácil.- dije y enseguida pensé "Esas gafas te quedan muuy sexys" enseguida lo reflejé en su pensamiento y lo miré para ver si lo había pillado.

Erik la escuchó y después se concentró como ella lo dijo. De repente, empezó a quedar que las gafas le quedaban bastante bien, pero se confundió un poco, así que miró a Alma.
-¿Tú verdad? ¿Mis gafas? ¿Te gustan?-guiñó un ojo.-Te las puedo dejar si quieres... Pero no sé si te queden tan sexys como a mí.

Sonreí cuando dijo eso porque era claro que había escuchado mi pensamiento. -Nah, quédatelas tú... ya te he dicho que me gusta como te quedan.- murmuré con picardía sonriendo y mirándolo. De verdad le quedaban sexys, era tan guapo que por momentos era dificil dejar de mirarlo. -Sábes? Una tía de la universidad dice que te he inventado.- dije de pronto recordando a Martha y que decía que era cuento que salía con él. -Un día tienes que venir a buscarme o algo... Que no quiero que luego me tomen por loca... Ya sé que estoy como una cabra pero me gusta disimular.- dije en broma sonriendo.
-Y venga, ahora piensa algo tú y yo te lo leo... A ver si puedo leerte la mente.- dije poniéndole misterio en broma.