Encuentro (Erik)

Había estado de compras toda la mañana... Me sobraba el tiempo así que luego de desquitarme con las tiendas de ropa y zapatos de la ciudad vecina ya volví a Fell's a terminar de comprar algunas cosas.

Spoiler:

Ya estaba por entrar a una disquera para ver si tenían algo nuevo que se me antojara cuando me pareció ver pasar a Erik caminando, hacía mucho rato que no sabía de él... desde el viaje a Miami para ser clara. Sonreí enseguida y luego de confirmar que era él (no era fácil confundirlo), lo llamé.

Después de una larga temporada fuera de Fell's, Erik decidió darse una vuelta por el centro.
No tenía nada que hacer, así que pensó que sería una buena ocasión para conquistar a una señorita.
Iba caminando con la cabeza en otra parte cuando sintió su nombre, se dio la vuelta y era Alma. No sabía porqué pero siempre siempre siempre se encontraban. Era algo mágico o simple casualidad, pero vez que salía a la calle se la encontraba.
Se acercó y empezó a reir.
-Joder, acabo de llegar a Fell's y ya me encuentro contigo.-se colocó el pelo.-Creo que me sigues o algo...

-El destino, o ¿cómo era? Ah, ya sé... que Fell's era un pueblo "cósmico".- le dije con una sonrisa recordando sus palabras, alguna vez ya había dicho algo de que siempre acabábamos encontrándonos. -Así que acabas de llegar... ¿Y dónde has estado?.- le pregunté con una gran sonrisa ya volviéndome hacia él y dejando de lado la idea de ir a la disquera.

Erik siguió la caminata junto a Alma.
-Pues...-se rascó la barbilla y la miró fijamente.-He estado en Holanda durante un tiempo.-se aclaró la voz.-Era el cumpleaños de mi abuelo y quería que estuviera con él.-dijo. Erik no le tenía mucho apego a su familia, pero quería muchísimo a sus abuelos, ya que ellos le criaron.-Así que eso... estuve un par de semanas con ellos, disfrutando de lo bueno de ser nieto único.-se rió.

Sonreí con su relato. -Vaya... hasta suena tierno.- dije mirándolo cuando dijo eso de sus abuelos y caminando a su lado. -No sabía que tenías ese costado "familiero".- dije ya mirándolo de reojo. -Te queda bien.- murmuré después... -Y porqué has vuelto? Piensas quedarte aquí?.- le pregunté, se había ido sin despedirse y un poco me había dado tristeza porque le tenía aprecio, pero tampoco era quien para decirle nada así que simplemente me había hecho a la idea de que ya no lo vería... por eso me sorprendía verlo otra vez, era una buena sorpresa.

Erik sonrió cuando Alma empezó con el rollo familiar.
-Eh... que tampoco es para tanto.-dijo con una sonrisa.-Claro que me voy a quedar aquí, joder.-dijo mirándola fijamente.-Lo que pasa... es que así soy yo. Igual un día estoy aquí o igual un día me voy sin decirle nada a nadie. No sé. No me gustan las despedidas, no me gustan los sentimentalismos.

-Ya... pues no sé, a mí tampoco me gustan las despedidas la verdad.- le dije sinceramente. -Y tampoco es que tenga demasiadas personas de las que despedirme si me pongo a pensar.- dije con una sonrisa resignada después, nunca había tenido amigos por mucho tiempo y tampoco me relacionaba con mi familia, estaba bastante sola en el mundo sinceramente.

Erik escuchó lo que Alma decía y se encogió de hombros mientras seguía andando junto a ella.
-¿Y ahora qué hacemos?-preguntó alzando una ceja. No tenía ni idea de dónde irían en ese instante.

-No sé, lo que tú quieras... yo estaba de compras pero es más entretenido hablar contigo. Si quieres nos tomamos un café o nos vamos de copas.- le dije proponiendo alguna cosa mientras lo miraba sonriente.

Alma le propuso tomar un café o salir de copas... Erik lo pensó durante unos instantes. La verdad es que le daba igual qué hacer. Disfrutar de la compañía de Alma le bastaba (le costaba aceptarlo, pero se llevaba realmente bien con ella), así que dudó durante un tiempo.
-Hm...-dijo tocándose la barbilla.-Creo que... no sé. ¿Y si nos tomamos una copa en mi casa? No tengo así ganas de ver gente.-dijo.-Si te digo la verdad... me he follado a demasiadas chicas en este pueblo, y temo encontrarme con ellas... nunca he llamado a nadie.

Reí cuando Erik dijo todo eso de que si se cruzaba con alguna de sus "chicas". -Vale, me parece lo más sano... que no quiero ganarme un ojo morado gratis.- le dije en broma por si podían llegar a vincularlo conmigo y pegarme o algo.
-Vamos en tu coche? O en el mío...- le pregunté porque lo tenía a un par de cuadras de allí.

Erik asintió mientras sonreía.
-Pues... vamos en tu coche.-dijo.-Es que... si fuéramos en mi coche tendría que ir a buscarlo a mi casa y luego venir a por ti. Vamos, que me he venido andando.-dijo.

Sonreí cuando me dió toda la explicación del coche y ya luego negué con la cabeza mientraas echábamos a andar rumbo al coche. Llegamos al sitio y ya le quité la alarma subiéndome del lado del conductor luego de soltar las bolsas que traía al lado de otra gran cantidad de bolsas que había en el asiento de atrás... Había salido de compras desde temprano y llevaba gastados unos cuántos miles...
Me acomodé en el asiento y me quité los zapatos con delicadeza dejándolos a un lado para conducir porque llevaba una falda tubo y se me hacía más fácil moverme descalza.

Subieron al coche y se dirigieron a su casa. Erik, como siempre, encendió la radio y toqueteó los botones hasta encontrar una emisora que le gustara. Al fin la encontró y puso la música a todo volumen. A pesar de la música, el viaje fue muy silencioso. No se decían muchas palabras, pero Erik no paraba de acariciar el muslo de Alma mientras la miraba con ardientes ojos de deseo.

Apenas me había montado en el coche cuando puso música y comenzó a acariciar mi pierna... Sabía que me miraba y casi no podía respirar.
Me estaba metiendo en un lío... lo veía venir "Joder Alma, tan tranquila que estabas"...
Ni siquiera había tenido la valentía de decirle que con Ben nos proponíamos llevar la relación en forma exclusiva... no me atrevía a decirle nada, ni a quitar su mano, joder... me encantaban sus caricas, me sentía una adolescente y odiaba eso. Le puse muchísima velocidad porque necesitaba llegar de una vez y al cabo de unos pocos minutos aparqué en su casa sin bajar ni un poco la velocidad como una desaforada, una sola maniobra perfecta, como siempre.

Alma siguió silenciosa y se bajaron del coche sin decirse ninguna palabra. La tensión sexual de ese momento se podía cortar con una cuchara. Tenía ganas de desnudarla ahí mismo. Entraron a la casa y pasaron al salón. Sin quitar su mirada de sus ojos durante un segundo, Erik le preguntó si quería algo de beber.
-Siéntate, anda... yo voy a por algo.-dijo dirigiéndose a la cocina.

Me sentía fatal por no hablar pero no podía tampoco decir nada. Erik me miró con más intensidad de la que toleraba y me senté en el sofá esperando que preparase algo...
No pasó ni un segundo que ya me puse de pié impaciente y fui a la cocina. -Joder, Erik... Tengo algo que decirte.- le dije apoyándome en el marco de la puerta con un hombro y esperando que me atendiera. -Tú sabes... es lo de Ben, es que... comencé. -Que nos hemos propuesto eso de llevarlo con exclusividad, dejar lo de la relación abierta, tú sabes...- le dije y lo miré porque no sabía qué diría.

Mientras Erik estaba en la cocina buscando algo para beber y comer, se acercó Alma y le dijo que ahora las cosas habían cambiado, que había hablado con Ben que tendrían exclusividad y ese tipo de cosas. Él, como siempre, hizo oídos sordos y se acercó a ella.
-¿Todavía sigues con él?-preguntó acercándose cada vez más a ella. Podía notar su perfume a tan poca distancia.

-Sí, sigo con él.- respondí viendo como iba acercándose cada vez más. -Sé que te dije que vendría con un novio digno y eso...- le dije un poco en broma porque recordaba que le había hecho una "promesa" de ese estilo alguna vez. A Erik no le caía bien Ben o al menos nunca me hablaba demasiado bien de él... -Y puede que siga loca como una cabra, pero lo quiero... de verdad quiero que funcione.- le dije después con una leve sonrisa.

Erik rió cuando dijo aquello del novio digno e hizo caso omiso a eso que decía sobre lo que le quería. Se acercó aún más a ella y susurró en su oído:
-¿Y no harás una excepción por mí...?
Y tras esto colocó sus manos en sus caderas, acariciándolas suave y lentamente.

Erik no me hizo caso y antes de que pudiera protestar me tomó por las caderas acariciándome levemente. -No puedo... Joder Erik, no me lo pongas complicado, vale?.- le dije con carita de niña buena, me conocía demasiado... nunca tendría que haber aceptado ir a su casa. Coloqué mis manos sobre las suyas y las aparté suavemente. -Venga, dejémoslo así... la he pasado estupendo contigo, lo sábes.- le dije sinceramente. -Pero tengo que darle una oportunidad a esto, tengo que probar que puedo ser una novia decente.- le dije ya burlándome un poco de mi misma y la situación. Joder, me estaba costando mucho... con ningún chico me iba a costar como con Erik, siempre lo había sabido... por eso temía encontrármelo.

Erik siguió haciendo caso omiso a lo que Alma decía, así que terminó arrinconándola y acercándose cada vez más a ella, solo sonreía y se acercaba poco a poco a su cuello mientras sus manos habían vuelto a sus caderas.
Le gustaba muchísimo más, ahora que se resistía, era algo que estaba fuera de su ser... Subió por su cuello susurrando palabras cochinas hasta besar sus labios a la fuerza.

Ni siquiera se detuvo un segundo, no importaba lo que dijera más me arrinconaba y más encima lo tenía diciéndome cosas que sólo lograban encenderme. Llegó a mis labios y me besó antes de que fuese capáz de decir nada...
Lo aparté y lo miré con una mezcla de bronca y desconcierto. -Joder Erik.- le dije mirándolo. -Tómame en serio, joder!.- le dije ya saliendo de la pared. -Así será? Que tengo que hacer? No puedo hablar más contigo... es eso?.- le dije cada vez más cabreada, por supuesto que sus jodidos labios contra los míos me habían acabado subiendo las estúpidas revoluciones, y me costaba mucho ser convincente... tenía que serlo.

Alma se resistió demasiado y Erik vio como las cosas estaban pasando a castaño oscuro. Esto le ofendió realmente, pero no quiso hacerse el herido, así que usó su mecanismo de defensa.
-Joder y tú quién coño te crees.-dijo algo enfadado.-Vienes a mi puta casa a follar y ahora te haces la estrecha.-se apartó bruscamente.-No me jodas, está bien que juegues un rato, pero ya no mola. Tú no eres mi puta amiga, yo solo te llamo cuando quiero follar y ni siquiera te llamo, sabes. Vamos, piénsalo, ¿por qué estás en mi casa? ¿querías hablar? ¿de veras piensas que me importa algo la mierda de la que hablas? Si hablas solo mierdas de tu puto novio pringado, vamos. Como si me importara.

Erik se enfadó al segundo... había sido una tonta en ir a su casa, pero no había podido resistirme tampoco. Todo lo que dijo podría haberme ofendido pero en verdad me causó gracia porque yo misma le había cortado la conversación alguna vez para ir directo a su cama y dejarnos de tonterías que era obvio que no éramos amigos. -Ya... no sé, vine porque no se me hace fácil resistirme a tí, eres un cabrón pero tienes razón... que siempre ha sido sexo, lo siento no quise fastidiarte ni quitarte tiempo ni nada...- le dije ya apartándome de la pared y pasando delante suyo para coger lo que había quedado a medio preparar. Aún me sentía algo alterada por todo lo que había dicho y me estaba costando mucho no devorarlo a besos de una condenada vez. -Y también ayuda lo del alcohol gratis.- dije después mirándolo con una sonrisa y sin tomármelo del todo en serio, ya alguna vez cuando quedamos para ir a una fiesta le había dicho eso de que al menos valía la pena por el alcohol gratis.