+18 Viendo una peli (Erik)

Llegué al cine un poco porque estaba aburrida y no tenía nada entretenido para hacer... enseguida me quedé mirando la cartelera. No solía tenerle demasiada fe al cine de Fell's Church pero quizá me diera una grata sorpresa al final y dieran alguna que valía algo la pena.

Erik había ido al cine ya que había leído en el periódico que iban a hacer un ciclo de películas de Woody Allen, uno de sus directores favoritos. Hoy empezaban con Hannah y sus hermanas y así seguiría durante el resto de la semana. Llegó al cine y miró la cartelera para confirmarlo, cuando se dio cuenta de que había una espalda que le parecía familiar.

-Vaya... me parece que voy a verte hasta en la sopa.-le susurró por detrás.

Me giré cuando me dijeron eso y era Erik. -Por supuesto que sí, si no paras de seguirme...- le dije con una sonrisa haciéndole un guiño y ya apartándome un poco para que pudiera leer también la cartelera.
-Esperabas ver alguna en especial?.-

Erik sonrió.
-Claro que sí, hoy empieza un ciclo de películas de Woody Allen, uno de mis directores favoritos, y comienzan con Hannah y sus hermanas. Una película buenísima.-dijo mientras se colocaba el pelo.-¿Tú has venido a ver algo?-preguntó mientras arqueaba una ceja.

-Woody Allen suena bien...- hice una pausa mirándolo. -A decir verdad suena bien todo lo que no sea quedarme en casa... necesito distracción, no pensar... esas cosas...- dije encogiéndome de hombros. -Siento haberte dejado colgado en la fiesta de Leo la otra vez... ¿aceptaría que te invite al cine en compensación?.- le dije ya después mirándolo con una leve sonrisa, necesitaba estar entretenida en lo que fuera para no pensar.

-Bueno... si tú quieres invitarme, no me voy a negar...-dijo con una sonrisa en sus labios. Se incorporó y se volvió a colocar el pelo. Miró de arriba a abajo a Alma; la verdad es que nunca se había parado a contemplarla como tal; era una chica bastante guapa, a pesar de su delgadez, tenía un cuerpo bonito; probablemente deseado por muchos hombres.-¿Distracción? ¿por qué?-preguntó extrañado.-¿Te ha pasado algo?

-Me alegra que no te niegues...- dije sonriendo y fui a la taquilla a sacar dos entradas.
Volví hacia Erik y ya nos dirijimos a la puerta para entrar a la sala. -Sí, digamos que me han pasado algunas cosas... pero no voy a lograr distraerme si empiezo contándote mis penas.. ¿verdad?.- le dije con una leve sonrisa.

-No sé, cómo tú veas.-dijo. La verdad es que se moría de ganas por saber qué es lo que le pasaba, ante todo, Erik era un absoluto cotilla.-Bueno, pero yo invito a las palomitas, ¿eh?

-Vale. Unas palomitas me vendrán realmente bien.- le dije mirándolo con una bonita sonrisa, hubiera querido decirle todo... me daba confianza y parecía de esos tíos que no harían un drama donde no lo había, pero contar el rollo sin blanquear lo de los "vampiros" era difícil y no tenía ganas de pensar.
Entramos a la sala y nos acomodamos al fondo mientras Erik llamaba a la vendedora por las palomitas.

Erik cogio unas palomitas gigantes y un par de pepsis. Se sentaron en la sala y eran las únicas personas salvo por dos o tres tíos que habían delante.
-Joder, ya veo el éxito que tiene esto, ¿eh?-empezó a reirse y le dio una pepsi a ella, ya que él no podía con todo en las manos. Le dió un trago a su pepsi.

-Creo que este debe ser el día de más audiencia...- dije con una sonrisa cogiendo la bebida y tomando un poco. -Digamos que Fell's no es el lugar más... mmm... divertido de mundo, pero bueno... ¿tú habías venido por tranquilidad no?.- dije después mirándolo con una sonrisa.

-Sí, algo así... pero tanta tranquilidad me está volviendo loco.-dio un trago a su pepsi. Prefería la pepsi a la coca-cola.-Es posible que este fin de semana me escape a la ciudad... porque la verdad es que me aburro, y demasiado. No hago nada, absolutamente nada. Y me aburre. Me aburre mucho.

-Puedo escaparme contigo si quieres...- le dije casi en un murmullo y sin pensarlo dos veces... Pensaba huir a París en breve y desaparecer al menos un día de Fell's achicaba las posibilidades dde cruzarme con Ben.
-Soy buena escapando... hace ya casi 4 años que no dejo de hacerlo...- dije después en un susurro con una sonrisa leve y resignada, pero era verdad. Se apagaron las luces, la peli comenzaba.

Erik quiso responderle pero justo la película empezó. Era una de sus películas favoritas, aunque él era la antítesis de Mickey. No le estaba prestando mucha atención a la película. La verdad es que estaba pensando en eso que había dicho de escaparse con ella... sería una buena ocasión para tirársela, o algo así... Erik era un aprovechador, y si en cualquier momento tenía una oportunidad, iba a ir a tope a por ella.

La película transcurrió y la verdad es que había sido una buena idea acabar en ese cine. Por un rato no me sentía tan sola, ni tan cobarde... casi que volvía a respirar sin que se me cerrara la garganta de pensar en el cabrón de Ben.
Cuando acabó encendieron las luces... -No la había visto... me gusto.- le dije con una leve sonrisa ya poniéndome de pié. Habíamos terminado todas las palomitas.

-¿No la habías visto? Es muy buena.-dijo colocándose el pelo nuevamente. No podía evitar hacerlo, siempre tenía que estar perfecto, quizás era demasiado narcisista... Se levantó del asiento y dejó la pepsi y las palomitas ahí, algún acomodador las sacaría, a él no le importaba...
-Bueno, no sé, es pronto aún.-miró el reloj.-¿Crees que deberíamos tomar algo por ahí? o... no sé, en mi casa, dónde quieras.

-Esa super casa que te has construido?.- dije mirándolo con una sonrisa algo en broma.
-Creo que me dan ganas de conocerla...- dije con una leve sonrisa, no había tenido que pensarlo demasiado porque la verdad es que se me antojaba hacerlo... parecia que de a poco volvía a lograr ser la de antes... la Alma que hacía exactamente lo que le daba la gana.

Erik sonrió al oír que Alma había aceptado su propuesta.
-¿Y bueno...?-preguntó.-¿Vamos a mi casa directamente o quieres tomar algo antes?-sonrió.

-Podríamos tomar algo antes, no?...- dije sonriendo y pensándolo. Comenzamos a caminar hasta llegar a un bar y ubicarnos en la barra.
-Tomaré vodka, tú?.- le pregunté mientras ya me sentaba y cruzaba mis largas piernas. Encendí un cigarro y dejé salir el humo con lentitud...

Erik la miró descaradamente, desnudándola con la mirada.
-Yo...-se lamió los labios.-Quiero un Martini con vodka.-dijo con una sonrisa de medio-lado.

Noté como me miró y no hice mucho caso... la verdad es que estaba bastante acostumbrada a que me mirasen y pasaba de todo eso.
Erik me caía bien, era guapo y en todo caso, era un humano interesante que podía ayudarme a pensar en otra cosa, exactamente lo que necesitaba.
Nos trajeron las bebidas. -Por la valentía que nunca tendré.- dije alzando mi copa para brindar por ello y sin molestarme en dar demasiadas explicaciones.

Erik se encogió de hombros y brindó con ella.
-Pues... por tu valentía...-dijo algo confuso alzando la copa. Sacó un cigarrillo, se lo puso en la boca y se lo encendió.-Bueno, no sé, ahora es el momento en el que nos contamos la vida... si quieres te cuento mi adolescencia de niño rico.-dijo pegando un buen trago a su bebida.

-Vale. Cuuéntame tu adolescencia de niño rico y te contaré mi adolescencia de niña rica...- dije con una sonrisa sabiendo que podía desconcertarlo, pero al fin y al cabo de eso se había tratado en suma mi adolescencia... de ser una consentida niña rica hasta que la verdad se impuso y me dió por largarme...

Erik se rió y dio un trago a su copa.
-Pues... yo era el mejor. El que sacaba mejores notas, el mejor en los deportes, y el que más ligaba.-rió.-Perdí la virginidad a los 15 años, con una chica de 14. Era virgen. La convencí, le dije que también era mi primera vez y que la iba a tratar con cuidado, y que la quería y esas cosas...-dio una calada a su cigarrillo.-Pero me la follé y nunca más la volví a llamar, ni supe nada de ella.

-Pensé que me hablarías de tu adolescencia de niño rico, no de tus despiadados inicios en el mundo del sexo... pero también puedo hablarte de eso...- dije con una sonrisa mirándolo. -Sí es que te interesa...- dije antes de continuar bebiendo.