Sabiendo la verdad (Martha)

Aparqué frente a mi casa tras apenas un par de minutos después de haber dejado a Alma en su casa y me bajé del coche. Abrí la puerta con mis llaves y enseguida pude escuchar a Martha. Era temprano así que se acabaría de despertar o algo del estilo. Cerré de un portazo y a continuación suspiré intentando tranquilizarme- Venga Ben, tranquilo... Tranquilo...-me dije a mi mismo porque sino la partiría el cuello apenas verla y no era plan... Al menos hasta que hubiese sacado algo más en claro- ¿Martha?- grité desde la planta de abajo mientras cerraba la puerta. Es que pensaba en todo lo que me había jodido y me daban ganas de matarla de verdad... La odiaba.

Me desperté temprano, Ben me había dejado un mensaje que volvería pronto. Mi plan inicial había sido prepararle una comida en recibimiento pero no me había dado tiempo si llegaba tan pronto. Lo peor de todo es que en su ausencia había llamado una tal prima de Ben y entonces estaba segura de que no había sido un problema de ella el que había ido a resolver.
Toda la tarde lo había pensado y resolví que dejaría el tema de lado, se suponía que teníamos que mejorar las cosas y desconfiar no era la mejor forma de empezar.

Escuché la puerta cuando estaba todavía en la habitación dando vueltas y ordenando cosas, bajé enseguida las escaleras cuando me llamó y me colgué de su cuello dándole un beso. Tenía que empezar a ser más expresiva si quería conseguir algo.

Bajó corriendo las escaleras y cuando se colgó de mi cuello y me besó la deje hacer durante unos instantes quedandome totalmente quierto y sin seguir sus besos. ¿Cómo había sido capaz de hacer todo eso? Es que más lo pensaba y menos me lo podía creer. La aparté un poco por los hombros y la miré intentando estar lo mas controlado posible- Me acuerdo... Me acuerdo de todo-murmuré- Espero que tengas una buena explicación si no quieres que te mate- dije lo último sin poder evitarlo. Es que... Quería matarla mas que nada, en serio...

Ben no me correspondió el beso y cuando me apartó cogiéndome así de los hombros y diciendo eso, un frío mortal me recorrió el cuerpo. ¿Había recordado? Eso era lo que estaba intentando decirme? No, no era posible, la bruja había dicho que no era posible.
-¿Qué?¿De qué hablas? Me asustas Ben ¿Qué pasa? Debes estar estresado de tanto viaje... ¿Quieres tomar un café? Por cierto, llamó tu prima, no estabas con ella.- le dije desviando la conversación y apartándome un poco para ir a la cocina, aunque ¿porqué metía a su prima ahora? Es que era tonta... ni siquiera podía pensar, el corazón se me aceleraba más a cada segundo.

- ¿Cómo puedes ser tan hipocrita?- solté sin hacerla nada de caso a su intento de desviar la atención hacía el viaje y mi prima. La sujete fuerte del brazo impidiendola andar ni bien vi sus intenciones de ir hacía la cocina- No juegues conmigo Martha, ya lo has hecho durante estos meses... -dije tirando de ella para que se diera la vuelta y me mirase- Explícamelo, explicame como has podido ser tan zorra durante todos estos meses y destrozarme la vida- dije sin poder evitar irme alterando- En serio, explícamelo, explicamelo porque por mas que le doy vueltas no puedo creer que me hayas hecho esto.

No podría evadir este tema, era claro que Ben había recuperado la memoria y no sabía cómo salir de este brete quedando bien parada (o viva a juzgar por la furia en sus ojos), pero es que la bruja había dicho que no tenía vuelta atrás y no había pensado nada por si llegaba a recordar algo.
-Vale, tranquilo... te explicaré todo. Suéltame que me haces daño.- dije para que soltara mi brazo. Caminé al sofá sentándome allí y tragué saliva antes de empezar. -Yo... te amo, de verdad te amo Ben. Siempre te he amado, desde que te ví por primera vez y tú... joder, tú querías estar conmigo, sólo que Alma te tenía... te tenía como secuestrado o hechizado y tú no podías ver cómo era ella... Solo.- tomé aire. -Yo quería que supieras cómo era ella en realidad... darte la oportunidad de conocerme y no sé, no me importaba si no me querías, yo... quería que fueras feliz y Alma no te deja ser como tú eres, ni te das cuenta pero... ella te controla.- dije mirándolo con los ojos llenos de lágrimas.

La solté casi a regañadientes pero fue lo que hice, la solté y la deje "explicarse" mientras veía como iba hacía el sofá. Estaba loca. Más hablaba y más me quedaba claro... Y lo peor es que yo solo me había metido en este lío por empezar a coquetear con ella. No sabía si ahora mismo la odiaba más a ella o a mi mismo... ¿Se podía ser más imbécil?. - ¿Qué me controla? ¿Qué me tenía como hechizado? No me puedo creer que precisamente tu digas eso- dije casi riendo porque era el disparta total. Era ella la que había hecho todo eso- Tu no me amas, dudo mucho que sepas lo que es amor... Tu lo que estas es loca- dije sin andarme por las ramas mientras hacía caso omiso de sus lágrimas- ¿Cómo hiciste esto? ¿Eres bruja?- dije sin andarme por las ramas, quería buscarle una solución a esto ya. Lo de matarla o torturarla podía esperar...

Me fue diciendo eso y eran como puñetazos cada una de sus palabas. -Claro que te amo... Y sí, ella.. es que todo lo he hecho para que tú abrieras los ojos.- le dije entre lágrimas. Me preguntó si era bruja y negué con la cabeza. -No me odies, sólo quería que tú pudieras ver la verdad y es que no sé porqué no lo he logrado... se suponía que...- me detuve ¿Qué iba a decirle?¿Que el hechizo no tenía antídoto? No podía volver a decirle nada, me sentía fatal y no sabía cómo remontar esto... es que me había partido el corazón. -Tú me querías... me lo has dicho, te enamoraste de mí...- murmuré casi pidiéndole afecto.

De verdad que había ido con la intención de matarla pero más hablaba y más me parecía una loca que necesitaba tratamiento urgente... Si no me hubiese jodido tanto la vida me daría hasta pena- Si claro, ya te hubiese gustado...-dije siendo algo cabrón, pero vamos que era cierto, claro que la hubiese gustado que me enamorase de ella... Pero no lo había conseguido, si se lo había dicho mas de una vez era para dejarla contenta. Total, a seguirle el rollo a las chicas no me ganaba nadie.- ¿Entonces quien lo hizo? ¿Cómo lo hiciste?- pregunté yendo al tema que me interesaba. Si ella no era bruja... ¿Cómo lo había hecho?- ¿Cómo hago para romper el hechizo?- pregunté suspirando y perdiendo un poco la paciencia con ella.

Fue diciendo eso primero y me sentí fatal una vez más pero perdida por perdida no tenía caso discutirle más nada. ¿Qué sentido tenía? De todos modos me dolía, podía aceptar que no estuviera conmigo, pero no podía aceptar que se fuera con Alma. -Pues una bruja, pero no había forma de romperlo... eso me dijo.- murmuré ya de una vez. -Además, ya lo has roto... ¿No dices que recuerdas todo?.- murmuré de paso indagando un poco... a lo mejor no era cierto que recordaba todo y allí estaba mi ganancia.

- Yo si he recordado todo pero no Alma- dije secamente mientras sacaba el móvil-No sé con quien hablarías pero te equivocas, hay una forma de romperlo y voy a averiguar cual es...-murmuré sin más. Yo lo había roto. Había alguna forma, alguna forma que tenía que averiguar- Recoge tus cosas y largate- dije con total frialdad mientras iba hacía la cocina para hacer unas llamadas. Necesitaba algo de ayuda.

Dijo que Alma no había recuperado la memoria y ví enseguida mi oportunidad. -Has estado con ella entonces. Y luego no ves cómo te controla? Pero está bien, recogeré mis cosas y me largaré.- murmuré y me puse de pie para ir a recoger mis cosas mientras iba pensando qué decir. Así que Alma no recordaba, pues era de esperarse... ella no sentía por Ben nada profundo, lo usaba... eso siempre lo había visto yo y ahora era claro. Podía ser que Ben no lo viera pero para mí era obvio, él había logrado romper el hechizo porque la quería, en cambio ella no. Pero ya encontraría como usar eso en mi provecho.
Subí las escaleras y recogí mis cosas metiéndolas en dos maletas... Dejé algunas cosas de Alma y me llevé otras... ¿Qué le importaba a nadie al fin y al cabo? Suspiré todavía acongojada, es que mis días felices se estaban acabando.

Ni caso la hice, bastante bueno estaba siendo con ella como para que siguiera con eso. Mi paciencia estaba alcanzando limites insospechados. Llamé antes que nada a mi prima (que Martha había soltado que había llamado). Me disculpé por estar meses sin hablar con ella y después fui al grano... No podía ayudarme aunque tal me diese algunas ideas... No sé, tenía que pensarlo todo con detenimiento. Llamé también a Gus, e incluso a Arianne... Era la única bruja con la que mantenía contacto hoy en día aunque no me lo cogió.. Tal vez más tarde. Suspiré y salí de la cocina ya para ver como Martha bajaba con dos maletas en las manos.

-Te has vuelto a enamorar de ella.- sentencié apenas pisé la sala con mis dos maletas. -¿No lo ves? El hechizo hizo que se olvidaran y luego, los sentimientos no pueden modificarse tan sencillamente... Quizá por eso lo has roto.- murmuré haciéndome la buena y la comprensiva. -Ahora entiendes porqué ella no recuerda y tú si? Alma no te quiere, nunca te ha querido... se ha entretenido antes contigo y ahora está otra vez controlándote para pasar el rato mientras tiene a Erik esperándola, ¿cómo piensas competir con él? te has cansado de tirártela y de todos modos ella no siente nada por tí.- dije mirándolo a los ojos. -Dirás que estoy loca, pero todo lo que hice lo hice para que fueras libre por una vez... y así me lo pagas.- murmuré bajando la mirada ofendida. Si es que tantos meses de fingir ya se me daba bien lo de la actuación.

Martha soltó todo eso y fue como un balde de agua fría. Ya lo sabía, en el fondo sabía como se había roto el hechizo aunque no había querido reconocérmelo... Más de una vez en el pasado había dudado de sus sentimientos y más de una vez había pensado que yo la quería mucho más que ella a mi... Por eso no había querido pensarlo, porque era reconocer que todo eso podía ser verdad al final y es que... Dolía demasiado si quiera pensarlo. Seguramente no quisiese ni que la ayudara a recuperar la memoria. Así estaría tan feliz con Erik sin tanas complicaciones , tirandose a quien le diera la gana y sin... Me detuve un segundo con mis pensamientos.. Maldita sea, ya estaba haciendo Martha que dudase de todo. La odiaba, la odiaba muchisimo- Puede que tengas razón y por eso se haya roto el hechizo... Pero no importa, ya se enamoró una vez de mi aunque no te lo creas, y volverá a hacerlo-murmuré como si fuese tan fácil- Ahora lárgate- dije abriendo la puerta y echandola sin contemplaciones. No la quería allí, me hacía dudar y ya bastante mal estaba como para aguantar sus gilipolleces. Ya me encargaría de ella más adelante.

Tuve que disimular mi sonrisa, estaba en la peor de las situaciones, en el peor escenario del mundo y de todos modos había conseguido que Ben dudara. Era genial, cada vez me asombraba más lo bien que se me daba todo eso de las intrigas.
-Vale, como quieras. Yo te lo advertí, no puedes decir luego que no lo sabías.- murmuré con mi mejor cara de reina ofendida antes de pasar delante de él con mis dos maletas.
Me giré a mirarlo antes de largarme de allí por fin. -Aunque no me lo creas te amo. Piénsalo, te he amado hasta el punto de cambiar toda mi vida por tí, de meterme en tu vida a cualquier precio... Dirás que estoy loca, pero si hice lo que hice, fue por amor. Este es el tipo de amor que te mereces, aunque no puedas verlo.- murmuré antes de irme de una vez y atravesar esa puerta. Por suerte estaba en coche.

La escuché aunque no quería ni hacerlo, no quería que me siguiese manipulando. - Cállate- murmuré sin querer caer en su juego... Aunque un poco lo hice. Yo lo sabía y ella también.

Cerré la puerta de un portazo cuando se fue y suspirando me apoyé en ella hasta dejarme caer al suelo quedando sentado. Pasaron unos minutos y apenas escuché el coche de Martha alejarse rompí a llorar. Rompí a llorar como un gilipollas a lágrima viva, como hacía décadas que no me pasaba. Y lloraba por todo, por todas las dudas que tenía ahora por culpa de Martha, porque Alma ni si quiera me recordaba, porque no me quería, porque ahora mismo se la estaría tirando otro, porque todo había sido mi culpa... Porque me sentía más solo que nunca en la vida... -Joder...-maldije entre algunas lágrimas ¿Era normal moquear tanto cuando se lloraba? Si es que estaba tan poco acostumbrado a esto que ni entendía... Malditas debilidades humanas...

No sé cuanto estuve así, tal vez, un minuto, o cinco o tal vez una hora... La cuestión es que cuando me serené estaba demasiado cansado. Hacía mas de 24 horas que no dormia con todo lo del viaje. Fui a la habitación y me tumbé sin tan si quiera cambiarme. Tal vez cuando mañana me despertara me diese cuenta que todo había sido solamente un mal sueño...