Tomando algo (Ben)

Estaba oficialmente enfadada, no podía ser que Ben se pusiera así conmigo cuando cada vez era más obvio que el que tenía secretos era él. Sino cómo se explicaba que hubiese querido dejar el oso en casa? Justo un oso de Pauline, con toda la historia que tenían y con lo amenazante que había sonado ese mensaje en la tarjeta... aunque... no era en sí "amenazante", si me ponía a recordarlo sonaba más bien a un mensaje hasta romántico y tierno, joder! Por eso Ben había intentado disimular restándole importancia? Ya ni sabía qué pensar.
Iba a subirme al coche pero preferí ir a pie, o me vendría mal tomar un poco de aire. Finalmente llegué al Baby-Black, no era tan tarde pero siempre había gente allí. Me senté en la barra y me pedí un vodka con lima mientras intentaba no darle más vueltas a lo de Ben, pero se me hacía imposible... de verdad que era un pésimo día.

Estuve dando vueltas un buen rato por la habitación. Por más que intentaba tranquilizarme no lo conseguía, al revés, más tiempo pasaba y más de los nervios estaba. Esto no era normal, yo no era así... Pero es que sabía a ciencia cierta que Alma me estaba ocultando y el no saber que era me desquiciaba a unos niveles insospechados. Y encima se había largado! La madre que la parió...
Ya no me pude controlar más por lo que tomé mi móvil y tras marcar el número de Alma me lo llevé a la oreja- "Alma, ¿dónde estas?"-solté ni bien me cogió el teléfono.

Hacía ya un buen rato que estaba en el bar bebiendo un poco de cada cosa. No había perdido el control ni nada, pero cada vez más me daba vueltas en la cabeza la idea de que Ben tenía algo con Pauline, una historia no resuelta, yo que sé. Pero no me hacía gracia en absoluto y eso que yo no era precisamente la persona más celosa del mundo. Llegado un punto me cansé de actuar como una celosa, decidí que no me haría más problemas y seguí bebiendo, en eso estaba cuando sonó el móvil. Era Ben.
Apenas dijo nada que ya me estaba preguntando por dónde andaba. "Se suponía que ibas a dormirte". dije sin responder enseguida, nomás escucharlo tan imperativo y ya me hervía otra vez la sangre. "Estoy bebiendo unas copas, en el Baby-Black" dije al final más que nada por que no le diera un síncope, que ya me lo imaginaba caminando por las paredes y no era la idea.

-"Como voy a dormir cuando mi esposa esta por ahí haciendo vete a saber qué después de haber discutido?"-murmuré suspirando, no quería cabrearme pero es que no era obvio que nos habíamos pasado media tarde discutiendo, ¿en que mundo era normal que se fuera por ahí slla a celebrarlo?-"Estas sola?"-la pregunté a continuación según miraba la hora. Joder... es que no enendia que hacia a estas horas en el Baby-Black!!

Entorné los ojos apenas dijo ese "vete a saber qué está haciendo". "Ya te dije, estoy bebiendo unas copas, a ver si se me pasa un poco... Ya tenía un día pésimo antes de llegar a casa y sólo me lo has empeorado" murmuré. "Y sí, estoy sola...Joder Ben, ¿Con quién iba a estar?¿Quieres que empecemos otra vez?¿Qué necesitas?¿Que le pase el móvil al camarero así le crees a algún otro? Joder, que parece que dudas de todo lo que te digo!" dije cabreándome de nuevo. "No sé qué bicho te ha picado pero estoy cansándome de que me hagas planteos absurdos, me quedé sin trabajo hoy porque precisamente me despidió mi agente y en vez de animarme, a tí sólo se te meten tonterías en la cabeza. Además es evidente que la única que tiene razones para enojarse soy yo... que todavía no me explicas porqué has decidido mantener dentro de casa el oso ese... No es lógico para nada" dije intentando no levantar la voz. Pero es que ya me estaban entrando ganas de matarlo, ¿cómo podía ser tan egoísta?

La escuché y apenas podía creerlo-"¿Qué te estoy estropeando el día? No soy yo quien se ha largado por ahí en vez de quedarse en casa para intentar arreglar las cosas"- dije un poco a regañadientes, porque si, había conseguido que me sintiera un poco culpable. Es verdad que tendría que haberla animado pero joder! Es que me estaba ocultando cosas! No lo podía pasar por alto... Siguió sacando una vez más el tema del oso y se lo hubiese tirado a la cabeza si la hubiese tenido delante. ¿Qué más la daba?-"No entiendo que tienes con el oso, es un peluche! No puede molestarte tanto, no te pongas pesada"- dije casi bufando- "Vuelve a casa de una vez"-  la "exigí". No podía estar de fiesta por ahí, no me fiaba joder...

"Si querías arreglar las cosas hubieras hecho algo más que tumbarte a dormir" dije enojada cuando dijo lo primero. Siguió hablando y no podia creerlo. "No es un simple peluche!" dije enseguida. "Te lo regaló Pauline! Y no sé si recuerdas que traía una tarjeta que parecía amenazante pero que ya ni sé cómo tomar..." dije pensando eso otra vez. Casi que me exigió que volviera a casa y eso no me gustó nada. "No pienso volver. No voy a hacerlo hasta que no se me pase y si me sigues dando vueltas con planteos tontos tardará llevará mucho tiempo" murmure cabreada. "Si quieres, sal de la cama y ven tú." dije después. "Aunque lo mismo te da demasiada pereza, verdad?" dije porque es que no podía ser más egoísta, lo único que hacía con esas exigencias era hacer que me enojara más.

-"Esta visto que el oso solo te molesta porque es un regalo de Pauline, pero mira te jodes, si tu no das tu brazo a torcer yo tampoco"- dije porque era lo que me faltaba. Si no me contaba su secreto no iba a estar tirando yo un regalo que me gustaba... En realidad ni si quiera sabía que me pasaba con ese oso, pero no quería tirarlo, era mío y ya. Siguió hablando y cuando se burló con eso de la pereza simplemente colgué sin decir ni una palabra antes de lanzar el móvil con rabia sobre la cama soltando improperios en francés como cada vez que me enfadaba. Maldita Alma. 
Miré por unos segundos el móvil pensando en llamarla otra vez y gritarla mil cosas hasta que decidí que iría a por ella. Iría al Baby-Black y me la traería a rastras si era necesario. Así que molesto como estaba fui hacía el armario para vestirme.

Dijo eso y entorné los ojos, era obvio que me molestaba por eso! ¿Porqué iba a joderme un simple oso de peluche? Pero es que se lo había regalado su ex esposa, quien resultaba ser una bruja poderosa y asesinada que acababa de volver de la muerte... había suficientes motivos como para sospechar de sus regalos o al menos eso me parecía.
Ben colgó el teléfono y me enojé todavía más, odiaba que hiciera eso nomás que por quedarse con la última palabra. De todos modos no pensaba volver a casa en un buen rato. -Otra copa, podrá ser?.- le dije al camarero que parecía haber escuchado la conversación (o parte de ella). Me dijo que si no era suficiente y le dije que no y que me la pusiera sin más. Eso hizo, al fin y al cabo era un camarero y pensaba pagarle por mis copas.

Me vestí con unos vaqueros y una camiseta, y tras ponerme una chaqueta salí de casa. Estaba de los nervios, es que me daban ganas de matarla por como me estaba llevando la contraría todo el rato una y otra vez.

Ben:

Cogí el coche para ir más deprisa así que en apenas un par de minutos después de salir de casa ya estaba allí.

Entré al local y justo vi como el camarero le estaba sirviendo una copa. En realidad era solo eso pero mi mente ya veía todo con dobles intenciones así que me acerqué enseguida- Esta casada, largo- dije bastante borde. El tío me miró como si estuviese loco y se marchó. De hecho debía parecer un loco porque era un pueblo pequeño, y él era el camarero del único pub de todo el condenado pueblo. Estaba claro que sabía que estábamos casados…

Ya centré mi atención en Alma y enarqué una ceja- Levántate, nos vamos- dije mientras sacaba unos billetes y los dejaba sobre la barra para dejar pagada sus bebidas antes de largarnos.

El camarero me estaba sirviendo la condenada copa cuando entró Ben totalmente desquiciado. Casi me da algo verlo tan alterado pero no alcancé a decir nada, primero se la tomó con el camarero pero luego ya cuando me "ordenó" que nos fuéramos recuperé el habla. -Joder Ben, siéntate y tómate una copa, te hace más falta que a mí.- dije pasándole mi copa y mirándolo a los ojos, mientras hacía grandes esfuerzos por no mandarlo a la mierda por hablarme de esa forma. -Todo el condenado pueblo sabe que estamos casados, te pido por favor que te calmes y no me hagas una escena.- dije mirándolo a los ojos en voz baja pero sin siquiera pestañear. -De verdad que no sé qué tonterías estás pensando pero no voy a perder un sólo segundo más explicándote que no tiene sentido lo que piensas. No te estoy ocultando nada, piénsalo, joder... sábes que no te ocultaría nada, por tremendo que fuera, es que nunca te he ocultado nada...- dije mirándolo y era totalmente cierto, incluso cuando habíamos cruzado alguna línea siempre había acabado contándole todo.

Aparté la mirada casi enseguida que comenzó a decir que no montara una escena. ¿Qué no montara una escena? Tal si me hiciese algo de caso para variar no tendría que montarla. Es que joder, hoy se había propuesto llevarme la contraría en todo. -Joder, mira que eres cabezota...-me corté y me mordí la lengua por no seguir hablando al tiempo que ella misma seguía hablando. La madre que la parió, lo peor es que sabía que sus palabras tenían cierto sentido, qué nunca me había ocultado nada (bueno, al menos durante demasiado tiempo) ¿pero y qué? ¿Quién me quitaba a mi esta sensación de desconfianza?.-Joder, trae- dije casi molesto por todo lo que decía mientras tomaba la copa que me había pasado y me  la tomaba prácticamente de un trago. -No sé que decirte- murmuré casi a regañadientes mientras dejaba la copa sobre la barra ya vacía. Joder, quería confiar en ella, sabía que tenía razón en lo que decía, pero no podía!- No sé que me pasa pero no puedo confiar en ti-murmuré- No me estoy montando una película, realmente siento que me estas ocultando algo- dije mirándola seriamente para hacerla entender que no eran simplemente unos celos sin fundamento sino que podía sentirlo!

Al final aceptó mi copa y la bebió de un trago antes de continuar hablándome. Sentí que iba entrando en razones, al menos reconocía que esos celos repentinos eran algo que ni él entendía. -Vale, pues tampoco sé qué decirte... Siento que sientas esa desconfianza pero no te he dado motivos y no me aguantaré que te los inventes.- murmuré encogiéndome de hombros. -Hablemos de Pauline... Se qué te enfada pero de verdad preciso respuestas ¿Porqué decidiste quedarte con el oso? No puedes decirme que es sólo un peluche, joder Ben... Ella es tu ex! Y no cualquier ex precisamente, imagínate que algún ex.... no sé Zack por ejemplo o Stefan.- dije mencionando a los dos más importantes, pero además sabiendo lo mal que le caían. -Me manda una caja con un peluche, diciéndome que si lo recuerdo y que esperan que me guste su regalo... Entonces yo decido quedarme con el oso y lo pongo en mi mesita de luz en nuestra habitación ¿Cómo te sentirías?¿No te parece una provocación? Porque a mí, sí que me lo parece...- dije haciéndole señas al cantinero de que me rellenara la copa y trajera otra para Ben.

No dije nada, tampoco tenía sentido porque enseguida pasó del tema y siguió con su tema particular: el del oso. ¿Era para matarla, o no?. Pero fue hablando y vale, dicho así parecía una provocación, desde luego que yo no dejaría que tuviese un estúpido oso de Stefan en nuestra habitación pero esto era diferente, era mi oso!-Mira no sé que decirte, así dicho claro que suena mal pero quiero tener ese oso, simplemente me gusta- comenté. Ni si quiera tenía en claro porque estaba tan interesado en mantener el oso a toda costa, pero lo quería. Era algo que sentía igual que la desconfianza. Era de lo más raro... Pero bueno, que lo quería y ya, tampoco me iba a comer la cabeza por una cosa tan tonta. -Y no, no te montes peliculas porque no lo quiero tener porque este locamente enamorado de Pauline- dije enarcando una ceja porque ya me imaginaba lo que vendría después.- Simplemente me gusta, es un oso bonito, y joder es un regalo, esas cosas no se tiran- dije un poco patéticamente, pero vamos, que sentía que tenía que defender a ese oso y lo pensaba hacer. Ese oso no saldría de casa.

Ben me contestó sobre el oso y cada vez era menos coherente lo que decía. -Es decir que es un capricho.- dije porque me sonaba a eso. -Simplemente te has encaprichado y ahora te da igual que te diga que me jode tener un maldito regalo de tu ex en la habitación, tengo que hacerte caso porque a tí se te da la gana. Es así?.- dije mirándolo seria, es que realmente parecía que lo que pretendía era imponerme el condenado oso. -Sábes qué? Me da igual si estás locamente enamorado de Pauline o no, ahora mismo casi que esa sería la explicación más razonable.... Es eso o es que te has vuelto loco, no te entiendo para nada, es que no te reconozco.- dije sin poder quitarme el cabreo y encogiéndome de hombros, era como hablar con un extraño. -Es ese oso o yo. Lo pillas? No volveré a casa hasta que no te hayas deshecho del oso.- dije firme. Tampoco me jodía taaanto el oso, pero de pronto sentía que lo que más me importaba en el mundo era deshacerme del oso ese... deseaba verlo prendido fuego ¿deseaba? Sí, precisamente eso, nomás pensarlo destruído y me ponía contenta. Pero tampoco tenía tanta lógica que me dieran tantas ganas de destrozarlo, ni siquiera entendía porqué sentía eso.

No me lo podía creer, ibamos a estar toda la noche con el tema del oso?- Y debo ser yo el que te hace caso por que a ti te da la gana-pregunté enarcando una ceja- Ni si quiera me estas eacuchando, aquí la única que parece tener un jodido capricho eres tu-dije sin entrar en razones. Aunque bueno ella tampoco estaba entrando en razones precisamente. Qué nos pasaba? 
Dijo lo demás y se me escapó una risa porque era lo que me faltaba. Me estaba dándo un ultimatum? Me estaba haciendo elegir entre el oso o ella? La miré ain dar crédito y me bebí de nuevo la copa de un trago antes de decir nada- Supongo que entonces te espera una larga temporada en tu antigua casa- dije sin poder evitar cierto deje de desafio antes de alejarme de ella e ir hacia las mesaa de billar. Ya no podía con ella, de verdad que era como hablar con una pared... Suspiré y tomé un taco ni bien llegué a una de las mesas de billar.

Dijo que no lo escuchaba y no dije nada, es que tampoco él me estaba escuchando realmente a mí! Al final acabó eligiendo al oso y me enfadé de una manera descomunal, pero en el fondo sabia que era un poco la respuesta más obvia a mi "ultimatum", que nos conocía y a cabezotas era dificil ganarnos... por algo solíamos evitar desafiarnos, que era evidente que acababa mal.
Me encogí de hombros enseguida cuando pidió el taco para echarse un billar. -Vale, espero que lo pases lindo con el oso... no lo he hecho desde los 8 años pero recuerdo que me parecía bonito dormir con un peluche.- susurré metiéndome un poco (bastante) con él sabiendo que me oía. Enseguida pensé en mi casa y recordé que la tenía alquilada, había decidido hacerlo para tener algo de dinero extra y ahora lo necesitaba así que decidí pasar la noche en la Casa de Huéspedes, no pensaba volver a casa hasta que no se deshiciera de ese estúpido oso. Era un hecho.

Estaba furioso, realmente furioso. Comencé a meter una bola tras otra sin apenas pensar en nada más con rabia. Joder, es que a quien se le dijese... Este era el matrimonio más ridículo de la historia.
Apenas acabé de meter todas las bolas dejé el taco sobre la mesa y me dirigí hacía la salida. Ya no pintaba nada así, que hiciese lo que la daba la gana-Cuando se te pase la tontería ya sabes donde estoy- murmuré sin pararme y sabiendo que me escucharía.

Metió una bola detrás de la otra sin cortarse y aunque disimuladamente no dejé de mirar lo que Ben iba haciendo. Cuando acabó de meter todas y largó el taco iba a acercarme, pero soltó esa frase ya yéndose y no dije nada. Sabía que no había mucho por agregar, por más tonto que fuera nuestro problema, habíamos conseguido enfadarnos y a cabezotas no era fácil ganarnos, ni a él ni a mí. Pero tampoco me hacía gracia meterme en la Casa de Huéspedes, además porqué yo era la que tenía que marcharse si el ridículo era él?

Acabé mi copa y dejé el dinero sobre la barra antes de salir del Baby-Black, Ben iba adelantado unos metros. -Venga, espera.- dije sabiendo que me oía y me adelanté otro poco. -No tienes ganas de razonar conmigo, lo pillo. Pero no es justo que tenga que irme a un hotel porque un capricho.- dije, no tenía nada de ganas de dormir sin él, pero es que el oso... joder ¿porqué me daba tanta bronca el oso?

Apenas salí del local escuché la voz de Alma pidiendo que esperara. Y obviamente me paré a esperar porque me estaba yendo más por orgullo que otra cosa, no porque me hiciera precisamente gracia dejarla allí sola pero bueno... -Si te vas al hotel es porque quieres-respondí mirándola porque era ella la que no quería volver a casa. Suspiré un segundo colocándome la manga de la chaqueta mientras pensaba. ¿Qué nos pasaba que no podíamos parar de discutir hoy?- Simplemente vamonos, ¿vale? Deja de discutir de una vez conmigo- dije tomándola del brazo para que viniese a casa y ya, ¿era tanto pedir?

Dijo eso y enarqué una ceja. -No, si me voy al Hotel es porque no quieres deshacerte de un regalo de tu ex... Vamos, ni siquiera deshacerte, me alcanza con que lo quites de la habitación.- dije entornando los ojos. Me tomó del brazo ya diciendo lo demás y negué con la cabeza. -Es que no quiero discutir contigo, pero reconoce que te has portado como un gilipollas desde que recibimos ese estúpido paquete.- dije mirándolo a los ojos. No sólo toda esa acusación absurda, también estaba la "escenita" que me había montado en el bar. -Propongo que lo echemos a suerte.- dije al final con una pequeña sonrisa intentando no seguir cabreada con él. -Podemos jugar un pool pero te destrozaría y me daría pena.- dije picándolo de broma. -Así que estoy de acuerdo en apostar, el que gana decide el destino del oso.- murmuré mirándolo.

¿Qué me había comportado como un gilipollas desde que había recibido el paquete? ¿Realmente se había visto a ella misma? Me parecía que no era el único haciendo el gilipollas... pero en fin, no dije nada, porque si quería que sacara el oso de la habitación lo haría. Que hubiese empezado por ahí!-Mira no, no lo voy a echar a suertes, ni me lo voy a apostar... Ya hemos hablado del oso, y te he dicho que lo quiero- dije enarcando una ceja. Ya veía que si ganaba ella iba directo al cubo de la basura y por sobretodo quería ese oso. No era lógico y ni entendía porque le ponía tanto empeño, pero bueno, que lo quería- Si lo que quieres es que lo saqué de la habitación pues lo quito de allí, ya lo pondré en el salón o en cualquier otro sitio- dije encogiéndome de hombros imaginándome que esa simple acción ya le valdría. - Ahora... podemos irnos ya?- dije sin soltar su brazo y esperando que dejara todo lo del oso de una vez.

Ben aceptó sacarlo de la habitación y no me bastaba para nada, pero era un comienzo... eso y el hecho de que al menos por un rato habia dejado de suponer que le ocultaba cosas. -Vale. Está bien para empezar.- dije sin estar del todo convencida, pero bueno que me valía de momento. No me soltaba el brazo asi que yo misma me solté un poco. -¿Qué apuro tienes en que volvamos? No va a pasar nada en nuestra ausencia, dudo que el oso cobre vida y se largue solo, si es lo que te preocupa.- dije ya riendo un poco pero sin intenciones de molestarlo... Es que era muy gracioso eso del oso cuanto más lo pensaba. -Caminemos y a ver si nos tranquilizamos del todo antes de llegar a casa, además la noche está preciosa.- dije ya intentando dejar la tensión de lado.

Pareció quedarse conforme y ya estaba pensando que todo iría mejor cuando se soltó de mi agarre. -¿Ya no puedo ni tocarte? De verdad que parece que te molesta todo lo que hago-dije sin salir de ese estado de "paranoia" en el que llevaba toda la tarde y porque realmente parecía que tooodo lo que hacía yo estaba mal. Igual a pesar de estar picado no pude evitar que se escapara una sonrisa de mis labios ante la idea de que el oso cobrará vida y se fuera por su cuenta. Sería lo que faltaba! -Vale... Bueno, lo que quieras- dije tras mirar un segundo el coche. Yo había ido en coche hasta allí pero siempre podría volver más tarde a por él, y la verdad es que según estaban las cosas tal vez algo de aire fresco sería lo que mejor nos valiera. - Un paseo por la noche nunca esta de más- dije simplemente mirando alrededor, todo siempre parecía más bonito a la luz de la luna. Sería por eso de haber sido un "vampiro nocturno" por muchos años o algo así.

Enarqué una ceja cuando me dijo eso. -Claro que puedes tocarme, qué tonterías dices... y no me molesta todo lo que haces, eres un exagerado.- dije negando con la cabeza y sonriendo un poco. -Es sólo que te he notado tan posesivo antes que no sé, no me gusta eso... Pero ya lo sabías desde antes de que nos casáramos que no me iba todo eso de tus arranques de celos, no vas a decirme que te llama la atención.- dije con una pequeña sonrisa cogiéndolo ahora yo del brazo mientras empezábamos a andar. -Luego venimos por tu coche, pero hace mucho que no ando por Fell's de noche, recuerdo que tenía su encanto...- murmuré mirándolo un segundo. Allí, a la luz de la luna y un poco cabreado todavía, lo veía más guapo que nunca. No sé porqué habíamos acabado tratándonos tan mal.