Tomando algo (Ben)

Recuerdo del primer mensaje :

Estaba oficialmente enfadada, no podía ser que Ben se pusiera así conmigo cuando cada vez era más obvio que el que tenía secretos era él. Sino cómo se explicaba que hubiese querido dejar el oso en casa? Justo un oso de Pauline, con toda la historia que tenían y con lo amenazante que había sonado ese mensaje en la tarjeta... aunque... no era en sí "amenazante", si me ponía a recordarlo sonaba más bien a un mensaje hasta romántico y tierno, joder! Por eso Ben había intentado disimular restándole importancia? Ya ni sabía qué pensar.
Iba a subirme al coche pero preferí ir a pie, o me vendría mal tomar un poco de aire. Finalmente llegué al Baby-Black, no era tan tarde pero siempre había gente allí. Me senté en la barra y me pedí un vodka con lima mientras intentaba no darle más vueltas a lo de Ben, pero se me hacía imposible... de verdad que era un pésimo día.

Fui escuchando la conversación de Ben y Pauline, al principio no tenía en claro si él sabía que yo los oía... pero luego empece a pensar que sí. Casi me da algo al oirla decir todo eso, cómo juzgaba tan sencilla nuestra historia, como me ponía en el lugar de una víctima más... la veía allí de pié casi que sin saber manejar la situación y no dejaba de darme algo de pena ¿De verdad era una bruja tan poderosa? Fue diciendo ya todo lo demás, respondiéndole un poco a Ben y empecé a enfurecerme, joder... lo que me faltaba era que se pusiera a intentar manipularnos.
Por otra parte, quizá fuera cierto eso de los poderes... pero tampoco me había sentido nunca demasiado cercana a la idea de ser bruja. Si existía ese rollo del aquelarre, yo me lo había cargado con sólo 16 años al largarme de casa para recorrer el mundo detrás de un vampiro, estaba claro que no tenía vocación para eso de vivir en comunidad. Siempre había sido solitaria... al menos, en parte, hasta conocer a Ben y acabar enamorándome de él. Seguí prestándoles atención, Ben estaba desorientado... sabía que en un lugar esos razonamientos de Pauline le movilizaban, pero por otra parte también sabía que lo que teníamos era más fuerte que un capricho de él por completar SU final feliz... ¿o no era eso cierto? Ya no me sentía tan tranquila, quizá con eso de dormirme había modificado algo mis percepciones, condenada bruja. Con razón me daban tanto mal rollo.

No contesté. No dije nada por unos instantes, solamente la miré y ella me miró también. No creía que realmente Alma fuese un capricho por tener mi final feliz, porque si hubiese querido un condenado final feliz lo podría haber tenido mucho antes con Aitana. Sin dramas de humanos, sin relaciones abiertas, sin tantas discusiones... Bueno vale, desde luego que con Aitana había discutido pero ni la mitad de veces que con Alma. Ese si que hubiese sido un condenado final feliz sin tantos problemas... Pero aquí estábamos.
-¿Nos has secuestrado para hablar? ¿Para ir de habitación en habitación cotilleando? Un fantástico plan Pauline, ahora mismo sería yo el que te aplaudiría si no tuviese las manos atadas- dije cambiando un poco de tema y atacándola con cierto sarcasmo. Maldita sea! Que se dejara de tanto charlar, me ponía de los nervios.
Y de hecho pareció ofendida- ¿Quieres acción Ben? Pues la vas a tener...-y salió de mi habitación dando un portazo.

Ben acabó hartándose igual que yo y, como era de esperarse, terminó provocándola. Sonreí imperceptíblemente cuando le dijo eso porque de verdad que ya era hasta tragicómico que anduviera cotilleando así, pero sabía en el fondo que provocarla había sido una tontería por su parte.
No tardó mucho en entrar a la habitación en la que yo estaba con los ojos inyectados de odio, ni siquiera me dijo nada movió levemente la mano y me lanzó por los aires con silla y todo, dándome contra una de las paredes y haciendo que cayera de golpe. -Joder!. grité enloquecida de dolor y de ira. -Como le libere te las verás negras, sí que eres valiente meterse con alguien atado.- dije a los gritos mientras intentaba limpiarme la sangre que había quedado en mi rostro moviendo los hombros y sentía como una de mis piernas estaba quebrada o algo porque no dejaba de latirme del dolor. No me hizo caso me elevó por el aire con otro movimiento y volvió a dejarme caer pero con más fuerza, logrando que se me quebrara el cuello y que perdiera el conocimiento una vez más.

Le había provocado y tuve mi respuesta. Me dejó ver por el cristal como se desquitaba con Alma y maldije internamente, había olvidado como pensaba Pauline...Tenía que tener más cuidado a partir de ahora.
Me miró a través del espejo cuando le partió el cuello a Alma y la miré.-¿Quieres más acción?- y no dije nada, ahora mismo me parecía la opción más sensata-No te preocupes, lo mejor esta por llegar-dijo sonriendo con maldad antes de agacharse hasta Alma. Puso las manos en su cabeza y tras unas palabras que ni entendía... Entro en su mente.

Pauline me había partido el cuello, o esa impresión me había dado porque lo cierto es que había perdido otra vez el conocimiento así que era lo más probable.
No sé cuánto tiempo pasó, pero cuando abrí los ojos y me puse de pie en la habitación en la que había estado noté que ya no tenía las manos atadas, miré hacia la pared que me separaba de Ben pero no estaba allí. Miré mejor y recién ahí caí en la cuenta de una risa detrás mío. -Lo siento, estás dormida Alma, no te ilusiones.- dijo Pauline haciendo que me diera vuelta a mirarla o se puso ella delante mío, no lo tenía muy en claro ahora mismo... pero sentí con pesar que tenía razón. Estaba en un condenado sueño y ella había encontrado el modo de meterse en él. -Quiere decir que si te parto el cuello no te mueres?.- le pregunté con mucha ira mientras hacía el gesto como para limpiarme la sangre de la cara que aún sentía que tenía a causa de sus golpes de antes. Se encogió de hombros con malicia y sonrió. -Me temo que no.- murmuró enseguida a modo de respuesta. -Entonces qué! Joder Pauline! No lo pillo... ¿qué pretendes? Vas a seguir haciendome ver cosas, contándome tu vida... No entiendes que me da igual!?. le dije acercándome a ella con mucha rabia. -Y si te creyera qué? Si decido dejar a Ben entonces qué? Te pondrías contenta? Es eso? Es tu forma de vengarte? Joder, esto es ridículo.- dije acomodándome un poco la ropa y el cabello maltratados por ese "secuestro" y las caídas de recién, casi que como tic porque sinceramente era poco probable que pudiera acomodarme siendo que estaba en un condenado sueño.

-¿Dejarle? ¿Crees que esa nimiedad me pondría contenta?-dijo casi mofándose de ella mientras se acercaba y la rodeaba un poco mirándola desde varios ángulos. Su venganza no era tan simple- Voy a hacer que lo mates-dijo con crueldad- Quiero que sienta la "magnifica" sensación que se siente cuando te mata la persona que más quieres en este mundo-murmuro sin dejar de mirarla acercándose más a ella. Miró la expresión de Alma y sonrió- Ponte cómoda querida, esto puede llevarnos un par de días- dijo con una sonrisa cruel antes inmovilizar a Alma en su propia mente y de comenzar a trabajar en su hechizo. Recitando pequeños versos en un lenguaje desconocido fue implantando una pequeña semilla de odio en la mente de Alma... Sería lento y con mucho trabajo, pero daría sus frutos. Pauline se relamía de solo pensarlo.

Yo por mi parte... Hacía rato que me habían oscurecido el cristal para que no viera nada y me habían dejado allí sin más. ¿Qué estaría pasando? Esto era peor que estar aguantando las charlas de Pauline...

Apenas Pauline comenzó a hablar entendí porqué había sido una ingenua, me parecía imposible que lograra eso que se proponía, pero también sabía que las brujas eran un tema serio... -Ya lo he sentido.- alcancé a decir mirándola desafiante. Me incorporé con la ropa algo más "acomodada" y la miré con desdén. Para transformarme Ben había tenido que matarme y recordaba esa sensación, mezcla de temor y ansiedad, casi intacta. Se acercó a mí y antes de que pudiera decir más nada me inmovilizó, aunque podía oírla y verla, no podía mover un sólo músculo del cuerpo. Comenzó a recitar mil palabras que no entendía y de a poco mi mirada pasó de subestimarla a sentir miedo de verdad, joder, no sé qué estaba haciendo pero temía que fuera posible... Tendría que confiar, eso... confiar en que éramos inevitables, confiar en que antes o después nos encontraríamos con la verdad. ¿Era posible, no? Al fin y al cabo habíamos superado las maniobras de Martha y ahora la muerte de Ben, habíamos superado las complicaciones con Gus y Arlette... podíamos enfrentar esto, teníamos que poder.
Intenté aferrarme a esa idea, la confianza en que éramos inevitables y sentí como Pauline iba cada vez más fuerte con su hechizo, de alguna manera ese pensamiento estaba haciéndole fuerza y le dificultaba avanzar... pero empecé a fatigarme, mi mente estaba cansada tras tantas manipulaciones y me costaba mantenerme cuerda cuando todo parecía a punto de desaparecer.

Las horas fueron pasando y nadie pareció acordarse de mi. Seguía allí en mitad de la sala atado. Apenas me podía mover y no se escuchaba nada de nada. Joder. Forcejeé intentando deshacerme de las ataduras pero lo máximo que conseguí es acabar por los suelos sin haberme soltado ni un poco de las ataduras- Maldita sea...-murmuré más para mi mismo que otra cosa mientras me intentaba incorporar otra vez.
 ¿Qué diablos estaba pasando? ¿Dónde estaba Pauline? ¿Seguía con Alma?. ¿Se había olvidado Pauline de mi? Tal vez esta era su tortura... Dejarme en una sala de mala muerte durante el resto de la eternidad... Casi que era peor que la muerte, al menos en el otro lado el tiempo pasaba rápido sin darte ni cuenta... Aquí en cambio cada minuto se hacía eterno.- ¿HAY ALGUIEN AHÍ? ¿ALGUIEN ME ESCUCHA?- terminé gritando mientras me movía con fuerza para soltarme como un último intento patético de salir de allí. No se oía nada pero quien sabe... y joder, al menos necesitaba saber que no acabaría en esa sala por siempre!!!

Pude oír a Ben, o mejor dicho fue Pauline quien lo oyó porque tuvo que dejar por un segundo el hechizo. Por mi parte seguía inmovilizada en mi sueño. -No va a quedarse tranquilo hasta que le dé una explicación.- dijo de mala gana casi que necesitando informarme lo que pensaba hacer a continuación. Quería hablarle, decirle que era una idiota por suponer que Ben se quedaría tan tranquilo durante las horas que duraba el hechizo. -Afortunadamente no nos queda nada, un poco más y mi venganza será perfecta.- dijo con un brillo de malicia en los ojos. Estaba loca, ahora casi que no me costaba nada poder afirmarlo con la misma seguridad con la que siempre Ben se había referido a ella.
-Un poco más, sólo un poco más... Es una pena que no sepas nada de magia, no sabrás valorar lo precioso que es este hechizo, quedará tan guardado en tu mente que nadie podrá advertirlo. Soy brillante.- dijo casi ¿simpática? regodeándose en sus maldades. Quería destruirla con todas mis fuerzas, cerrar mi mente tal y como Ben me había enseñado alguna vez, así que eso hice... Pauline comenzó a recitar otra vez ese hechizo y se detuvo luego. -Pobrecita ¿Te crees que puedes detenerme?.- murmuró, sabía que estaba logrando hacerle más dificultoso el camino, pero no por mucho. Al poco rato ya estaba otra vez en esa especie de terrible trance y siguió todavía unas horas. Antes de detenerse otra vez, estaba exhausta. Sabía que no había acabado, le estaba demandando mucha fuerza y no podía continuar enseguida. No me dijo nada, simplemente desapareció y volví a poder moverme, pero poco podía hacer estando así dormida. Supuse que había vuento por Ben, aunque no lo tenía en claro.
Efectivamente volvió a presentarse ante Ben, su aspecto era tremendo, los pelos revuelto, sangre en la naríz y totalmente maltrecha a causa del esfuerzo de su hechizo... pero sus ojos estaban inyectados de odio y placer a la vez, sabía que estaba logrando su objetivo y eso la excitaba.

- ¿No puedes estarte un poco quieto? La madre que te parió Ben así no puedo concentrarme-dijo Pauline mucho tiempo después según entraba por la sala.
Estaba hecha un desastre, y para mi desgracia no era la primera vez que la veía en ese estado. Había estado haciendo magia oscura. Un escalofrío me recorrió por toda la espalda solo de pensar que podría haber hecho con Alma... Joder me daba una mezcla de bronca y de pena verla en ese estado que ni entendía-Mira que te dije veces que te estabas dejando llevar demasiado por la magia... Que te estaba consumiendo... Que ya no eras tu... Que la magia oscura era peligrosa y...- me interrumpió enseguida-Vete-dijo casi bufando mientras se limpiaba con una mano la sangre de la nariz.- ¿Qué...?-murmuré cortando mis palabras a la mitad totalmente desconcertado. ¿Cómo qué me fuera?- Así contigo no puedo concentrarme, solo me molestas, así que largo de aquí tengo muchas que hacer- dijo exasperada mientras se acercaba a mi- No en serio, me quedaré callado!- dije casi a la desesperada porque ya me la conocía de memoria y veía que me iba a lanzar algún hechizo algo... y joder, no quería dejar aquí sola a Alma.
Pero pasó de mi obviamente. Cerré los ojos para resistirme cuando puso sus manos sobre mi cabeza pero tras unas palabras que ni entendía comenzó a darme ordenes:-Te vas a ir a casa y te vas a ir directamente a la cama, ni si quiera te vas a plantear que a pasado aquí o donde esta Alma, simplemente vas y te duermes-soltó "deshaciéndose" de mi para que no le diera más la lata. Mierda. Quería resistirme pero realmente antes de darme cuenta ya estaba pensando que debería irme a casa, estaba cansado- Venga vete, ya tendrás noticias mías-dijo con un tono que ni supe identificar mientras iba deshaciendo mis ataduras con un simple movimiento de mano.

Poco pude hacer durante el rato que Pauline me "liberó". Podía moverme otra vez pero seguía dormida, lo cual era bastante extraño considerando el absoluto estado de conciencia que tenía. Eso era lo más raro, estar soñando y a la vez sentirme tan despierta. Miré a mi alrededor, no tenía en claro dónde estaba, seguía en el bosque pero otra vez esa sensación que había tenido luego de echar a correr... como si estuviera en una condenada escenografía. Pensé en Pauline y rebusqué en mi mente intentando entender qué era lo que había logrado con ese hechizo, se suponía que tenía que matar a Ben, pero pensaba en él y no me daban ganas de matarlo... al contrario me sentía mal porque estuviera sólo en el cuarto de al lado, sin entender.
Supe que tenía que despertarme, era el único modo de escapar, así que empecé a hacer todas las tonterías que se me cruzaron por la mente, morderme, pellizcarme, intentar correr y chocarme algo, quebrarme un hueso.... pero nada resultaba, no había logrado demasiados avances cuando Pauline apareció otra vez.
-Listo, ya estamos solas.- dijo con una sonrisa de malicia. -¿Solas?¿Dónde está Ben? Lo has liberado?! Joder Pauline, como le hagas algo te aseguro que te las verás conmigo.- le dije sin poderme ni controlar y yendo hacia ella como en una exalación. Pero me detuvo con un simple movimiento de su mano, inmovilizándome otra vez. -Para ser la prisionera sueltas amenazas muy fácilmente. Y no, no le hice nada. Tranquila.- me dijo con desdén. -Se ha ido a casa, estaba cansado así que le sugerí que durmiera un buen rato.- dijo remarcando la palabra sugerí y dejándome más confuso todavía. -¿Dónde estábamos? Ah, sí... en la parte en la que te callas y sigo con mi obra maestra.- dijo ya con un brillo de maldad que le había visto antes. Enseguida se puso a recitar su hechizo, había renovado sus fuerzas porque ahora no se detenía y yo apenas podía entender qué demonios me estaba pasando.

Comencé a caminar ni bien me liberó con la clara intención de irme a casa. Realmente era lo único que ahora mismo tenía en mente, pero una parte de mi sabía que ese sitio era "importante". Así que sin saber ni porque fui memorizando los pasillos y fijándome en cada sitio por el que pasaba. Era raro, pero no dejé de fijarme en cada detalle.
Ya salí a la calle y como un autómata caminé hacía casa. No pasó mucho antes de que entrará en ella y me fuera directamente hacía la habitación. Tenía que dormir. Nada más importaba, ni donde estaba Alma, ni que era demasiado temprano para ir a dormir... Nada importaba realmente.

No tenía la menor idea de cuánto tiempo había transcurrido pero en un momento determinado Pauline pareció acabar ya el condenado hechizo. Sentí que todo se oscurecía como si se "apagara", incluso Pauline desapareció de mi vista y de pronto un frío polar, era rarísimo porque no recordaba como se sentía el frío desde que me había convertido en vampira... una sensación espantosa que duró apenas unos instantes y cuando todo lo de alrededor hubo desaparecido simplemente me desperté.
Estaba otra vez en la habitación, allí atada a la silla otra vez y Pauline, realmente muy maltrecha delante de mí. -Vete sabiendo que no vas a salirte con la tuya.- le dije enseguida recordando un poco el sueño. Pauline se rió. -Oye, no lo tomes mal, no es contigo... Pero por lo poco que te he conocido te recomendaría que cambies de dirección, eres tan temeraria que acabarás destruyéndote y a todos a tu alrededor.- dijo como si me ¿aconsejara?. -Te imaginarás lo poco que me importan tus consejos, joder... estás loca Pauline, totalmente loca.- dije mirándola. -Debí sospecharlo cuando te ví aparecer vestida así, ¿quién te ha asesorado? Por Dios, no vas a durar nada sin llamar la atención.- dije ya soltando borderías sin que me importara nada. A Pauline no le gustó nada lo que dije y con un movimiento de su mano hizo que mi silla se diera contra la pared haciéndome caer.

Dormí unas cuantas horas, no las típicas 8 horas, pero si dormí bastante y lo primero que hice nada más despertarme fue pensar en Pauline. No fue difícil teniendo en cuenta que nada más girarme en la cama lo primero que vi en la mesilla de noche fue el condenado oso de peluche de Pauline. Obviamente seguía en la casa porque ayer me había negado a tirarlo. Y hoy... Contra toda pensamiento lógico tampoco quería tirarlo. Era raro de narices.

Me levanté y no me pasó inadvertido que el lado de la cama de Alma estaba intacto, pero por alguna extraña razón ni si quiera le di importancia.Bah... Ya volvería.
Y con ese simple pensamiento me fui hacía el baño. Necesitaba una buena ducha para empezar con buen pie el nuevo día.

Me puse de pie con intenciones de ir hacia ella y partirle de una condenada vez el cuello, pero con otro simple movimiento de su mano me detuvo y tras decir unas palabras me desvaneci. Cuando desperté estaba en el bosque otra vez, solo recordé el oso y el capricho de Ben. Que se había aparecido en el bar y que se había largado tras montar una escena de celos, o algo así. No entendía porque estaba en el bosque perro tenía pinta de haber estado corriendo y luego vete a saber, llevaba unas pintas tremendas, me sentía sucia y cansada. Probablemente había estado de caza tras una buena borrachera. Tras eso había soñado con Pauline y no era nada agradable lo poco que recordaba...
Comencé a caminar hacia casa, llegue y sin saber ni donde estaba Ben (y sin pensar en el lo cual era curioso) entre en la ducha. Lo ultimo que recordaba era que había aparecido en el bar a montar una de sus escenitas y no tenía ganas de cruzármelo... También recordaba un sueño, haber soñado con Pauline y un hechizo, como si me hubiera "embrujado" pero la culpa de todo la tenía el escupido oso que había entrado a casa, cuanto antes pudiera destruirlo, mejor.