Un mal día (Alma)

Recuerdo del primer mensaje :

El cementerio no solía ser mi lugar favorito pero estaba tan ofuscado que lo que menos me apetecía ahora mismo era largarme a casa o a cualquier otra parte, allí por lo menos había silencio y no habría ningún humano molesto cerca. Suspiré tras andar un rato más y me senté como si nada con las piernas cruzadas sobre una de las lápidas antes de abrir el periódico que llevaba en la mano y empezar a tachar y rodear cosas que me iban más o menos. Ese desde luego no era mí día

-Ya, ya...- dije sin hacerle ni caso porque era obvio que el problema era suyo. Era gracioso, al final de verdad acabaría creyendo que tras doscientos años de vida seguía pensando como alguien de la nobleza y ni registraba lo que era trabajar o esforzarse un poco. -Y cuéntame. Cómo se supone que tendrían que ser esos jefes de los que hablas para que puedas trabajar tranquilamente sin inconvenientes?.- le pregunté sonriendo.

- Pues menos exigentes y no tan estrictos... Es que no te dejan ni respirar, y te controlan todo el rato, eso no es normal, agobian- dije como si no fuera nada normal y como si yo no fuera realmente un vago mientras miraba por la ventanilla, cada vez estábamos mas cerca porque Alma siempre conducía a mucha velocidad.

-Ya, ya... no tienes cara.- dije riendo porque no le creía ni un pelo. -Y dónde te gustaría trabajar? No creo que haya demasiados jefes con las características de las que hablas.- murmuré sonriendo.

- No sé... Me gustaría no trabajar y que el dinero cayera del cielo- dije sonriendo como si eso fuera posible- Pero bueno, no sé... Me da igual, lo primero que me salga- dije sin darle demasiadas vueltas- Para ya en la próxima ciudad- la dije indicándola de nuevo el camino que tomar.

-Eres el tío más vago que he conocido en toda la vida.- le dije sonriendo en broma cuando dijo eso de que prefería el dinero cayendo del cielo y nada de trabajar.
Enseguida me indicó porqué camino ir y le hice caso girando tal y como me decía, esperaba tener buena suerte con el tal Nick. Estas situaciones me ponían nerviosa pero a la vez me gustaban.

Sonreí, puede que lo fuera... Pero es que me habían educado así! Era difícil a veces cambiar en ciertos aspectos... Fue tomando camino hacía la ciudad y la miré un poco de reojo, esperaba realmente que la cosa no acabara muy mal y no acabáramos rociados de verbena... -Para ya por aquí- dije cuando entró en la ciudad y vi unos edificios que me sonaban.

Le fui haciendo caso, guiándome por los lugares que me iba señalando, no recordaba esa ciudad, y tampoco conocía esas calles... así que le hice caso en todo. Al final nos fuimos moviendo cerca a unos edificios y cuando nos metimos por unas callecitas más pequeñas ya me indicó que aparcara. -Bueno, y cómo haremos...?.- le pregunté mientras me arreglaba un poco la camisa que llevaba al quitarme el cinturón de seguridad.

Dudé porque no lo tenía muy claro, era ella la que había querido venir- Bueno pues iremos a verle y veremos si se puede hacer algo para cambiar la deuda de dinero... No sé, lo mismo hacer algo por él, algún recado, alguna prueba... Yo que sé, alguna cosa que no sea muy mala y que se pueda cambiar por el dinero... ¿Estas de acuerdo?- pregunté mirándola un segundo sin bajarme del coche de momento.

-Claro, si a tí te parece bien, a mí tambien.- dije encogiéndome de hombros con una sonrisa. Yo me había metido allí y no podía negar que todo eso me gustaba, la adrenalina de andar en peligro, en fin... que tenía su punto para salir un poco de la rutina. Siempre había sido bastante temeraria y ahora siendo vampira encontraba muchas menos razones para andarme cortando. Ya nos bajamos del coche y comencé a seguirlo.

- Vale... Pero si pasa algo malo... Lárgate si puedes ¿vale? Ya me las apañare...-dije casi avisandola por lo que pudiera pasar, es que a saber, y prefería que se largara si tenía oportunidad, ya después nos encontraríamos. Me baje ya del coche y esperé a que ella también lo hiciera antes de empezar a caminar por la calle para ver si recordaba donde estaba el sitio exacto.

Dijo eso y asentí, pero tenía muy en claro que no me largaría si llegaba a pasarle algo a él... ni loca que estuviera lo dejaría solo, menos ahora que podía apañármelas al menos un poco mejor. Lo seguí por esas calles algo desiertas y ví que no tenía muy en claro donde era. -Cuándo ha sido la última vez que has venido?.- le pregunté mirándolo mientras nos íbamos deslizando por allí.

Solo asintió y la miré enarcando una ceja, no me estaba haciendo ni caso... Igualmente ya haría algo para que se largara, seguía siendo mas fuerte en todos los sentidos, podría hacer que se largara aunque fuera con mis poderes..- No sé, muchos años pero estamos en contacto, ya sabes...-dije por eso de deverle dinero, cada tanto le devolvía un poco y el se ponía en contacto conmigo cuando hacía mucho que no le pasaba nada de dinero- Es allí- dije ya señalandoselo. Suspiré y entramos en la tienda de antigüedades que la había señalado.

Fue diciéndome eso y luego ya me indicó un sitio. Era una tienda de antigüedades por la que no daba ni un dólar, estaba venida a menos en todos los sentidos. Las paredes arruinadas de humedad y las cosas que vendían llenas de polvo, me sorprendía que todavía existieran sitios como ese. Entramos enseguida y no parecía haber nadie por allí... me quedé de todos modos mirando los objetos, era extraño porque entre cosas que no parecían tener mayor valor había otras que me llamaban la atención y que parecían realmente muy antiguas y valiosas. -Vaya, bonito gusto.- dije con un poco de ironía y en voz muy baja mientras señalaba unas lámparas de java que parecían haber salido de una peli del superagente 86.

La tienda seguía tan desastrosa como siempre, ni parecía tener cosas nuevas, debería cambiar de local y montar otra cosa. Caminé hasta el mostrados y miré a Alma cuando dijo- Shh...-era claro que nos podrían escuchar. Toqué un pequeño timbrecito que había por allí parecido al de los hoteles por hacer algo, porque estaba seguro de que ya nos habría escuchado. No tardó demasiado en aparecer Nick por una puerta de detrás del mostrados. Era un hombre de unos 40 años, moreno, vestido con un impecable traje negro... En fin, tal como siempre le había visto- Ben que sorpresa.-dijo con voz neutra acercandose mas al mostrador para quedar mas cerca- Bonito gusto- dijo imitando a Alma mientras la miraba directamente como si fuera un simple accesorio que había llevado yo conmigo.

Salió de detrás de un mostrador un tío de traje negro impecable, no tenía nada que ver con ese sitio... pero es que ya no me sorprendía para nada, los vampiros cuanto más viejos más indescifrables. Dijo eso saludando a Ben y enseguida se paró a mirarme imitándome. Me mordí un labio con algo de vergüenza porque no era plan que me hubiera escuchado, pero es que ¿lámparas de java? no conocía a nadie que las tuviera ya... eran de venta de garage como máximo. -¿Gracias? Supongo...- respondí con una sonrisa porque aunque me trataba como si fuera una cosa más que Ben traía al fin y al cabo había sido un halago y yo era sensible a ese tipo de comentarios.

Nick solo la dedicó una rápida sonrisa y me miró enseguida- Supongo que no has venido hasta aquí para traerme el dinero que falta, habrías hecho una simple transferencia- dijo mirandome y apoyando una mano en el mostrador- ¿Qué quieres?- dijo sin rodeos y pasando un poco de Alma. Suspiré un segundo y le miré también- Me has llamado para darme un ultimatum para devolverte todo y sabes que me es imposible reunir tanto dinero en poco tiempo... Encima ya sabes que le debo dinero a mas gente- dije sin saber ni como plantearlo- Hemos venido a negociar, ¿Qué podemos hacer para dar por zanjado el asunto del dinero?- dije después ya directamente haciendo que Nick enarcara una ceja, no se lo venía esperando para nada.

El vampiro pasó totalmente de mí y entonces me dediqué a escucharlo, era evidente que si estábamos ahí no era para pagarle precisamente pero luego una cosa era pensarlo y otra decirlo. No dije nada y Ben comenzó a soltarle todo el rollo sin hacer ni una pequeña pausa. Se calló la boca y el tal Nick lo único que había hecho era poner una cara de sorpresa que no sabía ni cómo interpretar, no me atreví a decir nada hasta tanto saber qué es lo que estaba pasando por su cabeza. Si nos daría una oportunidad o si al final nos diría que nos larguemos... en fin, que el aire se cortaba con el filo de un cuchillo.

Se lo pensó un instante y casi con voz burlona le escuché decir- ¿Un poquer?- dijo haciendo que enarcara una ceja, ¿tan fácil?- No me importaría...-dije cauteloso- ¿Trato?- dije enseguida tendiendo su mano- ¿Cuales son las condiciones?- pregunté antes nada. Dudó pensando- Será con dos hombres míos más, tres partidas, si ganamos, podremos castigaros y doblaré el dinero que me debes... Si ganas, digamos que... te quitó la mitad del dinero que me debes, si ganas ya veremos si te puedo mandar algo mas serio para dejar en cero la deuda- dijo enarcando una ceja. Le miré mientras lo pensaba, era bueno en el poquer, y no era tan malo, si ganaba al menos me quitara la mitad y lo otro que hacer lo mismo era una especie de misión fácil- Vale, trato- dije estrechando su mano en un arrebato. Nick sonrió y señaló a Alma- Jugara ella- dijo como si nada empezando a ir hacía la puerta- ¿¡Qué!?- dije sin poderlo casi creer, no habíamos aclarado nada de eso y me la había jugado- Os espero dentro- dijo entrando por la puerta que había tras el mostrados sin mirarnos. -Joder...-dije por un momento totalmente acojonado- ¿Sabes jugar al poquer?- dije enseguida acercandome a ella, si es que imbecil, lo tendría que haber consueltado todo con ella antes de aceptar nada.

Nick ofreció un trato y antes de que fuera consciente de nada Ben ya lo había aceptado. Fuero poniendo reglas y me acerqué pero no pude decir nada el tío me señaló y abrí los ojos totalmente descolocada. Joder, no había jugado más que alguna vez al pocker, no era buena para nada y ahora mismo apenas recordaba las reglas, pero no iba a soltarle todo eso así a la primera. Esperé que Nick se fuera. -Joder Ben, eres idiota? Ni siquiera me has preguntado nada...- dije tomándomelas con él de los nervios que me daba todo eso, ya negué con la cabeza y me tranquilicé. -Vale, olvídalo... ya está, estamos metidos en esto, tendremos que salir.- dije resignada. -He jugado alguna vez, pero apenas recuerdo un poco... Tendrás que explicarme.- dije mirándolo con cara de pena. -La parte buena de este asunto es que suelo ser una chica con suerte... así que, quien sabe.- dije ya con una sonrisa intentando relajarme y verle el lado positivo al lío en el que acabábamos de meternos.

Me llamó idiota y no lo negué, puede que lo fuera, era cierto que la tendría que haber consultado pero estaba demasiado acostumbrado a hacer esas cosas solo. Después me dijo que había jugado alguna vez y que la recordara las cosas y suspiré, ellos eran expertos, la iban a machacar... Pero no lo dije en voz alta, no quería desanimarla tan pronto mejor que siguiera pensando eso de ser una chica con suerte, quien sabe, tal vez lo era- Vale, a ver, recuerda, la escalera real y la escalera de color es lo que mas vale... Seguido del poquer, y...-y continué explicándola rápidamente y a grandes rasgos el juego, no era demasiado pero confiaba en que de verdad hubiera jugado alguna vez.- ¿Entendido?- pregunté sin saber que mas contarla ahora mismo- Venga... Confío en ti ¿vale? Te quiero...-murmuré tomando su rostro y dándola un rápido beso antes de cogerla de la mano para ir yendo a la puerta esa, mejor si no se impacientaban.

Ben comenzó a explicarme todo y yo hice mi mayor esfuerzo por seguirle la corriente, en mi interior tenía bien en claro que lo más probable era que nos aplastaran en ese juego... tenían toda la experiencia y por más suerte que tuviera no estaba entrenada para jugar a ese nivel ni mucho menos.
Sonreí asintiendo cuando me dijo que confiaba en mí. -También te quiero... Ya está, vamos... no tenemos salida de todos modos.- dije encogiéndome de hombros y ya siguiéndolo hacia el sitio en el que se daría el juego, entrando por la misma puerta que había atravesado antes Nick.

Asentí, era cierto que no teníamos salida de todos modos. Entramos y vimos como ya estaba Nick sentado a la mesa junto a dos hombres más... No iban tan elegantemente vestidos, de hecho, pegaban mucho mas con la tienda de antigüedades que el propio Nick. La hice un pequeño gesto a Alma para que se sentara saludé a los hombres con un apretón de manos mas que nada por cumplir- No te sientas presionada, si pierdes solo pienso romperle uno a uno todos los huesos del cuerpo...-susurró Nick a su oído como si nada aprovechando el momento de "confidencialidad"- Contigo... Ya buscaremos algo parecido, tal vez algo con estacas- dijo con una maliciosa antes de apartarse y coger las cartas para empezar a barajar.

Entramos al sitio y había otros vampiros sentados, lucían más o menos como la propia tienda y no hice ningún comentario hasta que nos hizo pasar y sentarnos. Nick se me acercó diciendo eso y me estremecí de pensarlo, joder... no tenía muchas ganas de que me rompieran todos los huesos precisamente, de hecho no recordaba haber sufrido dolor físico realmente y no me hacía nada de gracia pensar la posibilidad. -Ya veremos... quien dice... te quedas con las ganas.- susurré nomás que por no dejarme intimidar. Ya nos sentamos mientras escuchaba lo de las estacas a Ben, joder... no sonaba bien para nada.

Nick ni contestó a su comentario y empezó a repartir. Yo no podía hacer mucho más que mirar así que me quedé por allí cerca mirando, podía ver las cartas de alguno de los hombres pero me sería practicamente imposible "chivarla" algo, aparte Nick ya me había pillado haciendo trampas una vez, seguro que estaría con mil ojos sobre, y mejor ni pensar lo que podría hacernos si me pillaba haciendo trampas de nuevo... Así que intenté ser bueno y me limité a mirar mientras les iba viendo con las cartas.

Ben no podía hacer demasiado y yo estaba tan desorientada que me costaba pensar con claridad en la situación en la que me había visto metida. Ni siquiera ahora que estaba allí sentada terminaba de entender porqué estúpida razón había accedido a ir (peor aún, le había insistido) y menos todavía cómo era que estaba jugando al poker en vez de dejarle el turno a Ben que era lo lógico. Repartieron las cartas y las mías no eran malas pero igualmente tampoco eran de lo mejor, tocaría intentar interpretar qué ocurría con los demás y era una suerte que no me conocieran y no supieran si era mala o no.