+18 Buscando a Ben

Recuerdo del primer mensaje :

Había llegado el jueves y ni noticias de Ben, pensé en llamarlo pero supuse que un día más no le haría mal a nadie... Lo cierto es que esa semana había sido un poco rara, apenas había estado en casa porque tenía montones de cosas de la uni pero también porque no tenía ganas de tomar conciencia. Ben se había largado y yo hacía lo imposible por evitar reconocer que eso era un hecho.

Pasó el viernes, el sábado... al final decidí llamarlo, pero no respondió. Volví a mentirme, seguramente estaría liado o quizá justo estaba volviendo y en el avión les hacían apagar los móviles, así estuve algunos días más hasta que empecé a preocuparme de veras, pasó otra semana entera y caí en la cuenta de que no había vuelto y que probablemente no tenía intenciones de hacerlo. No podía ser... ¿Nos habíamos separado de verdad entonces?¿De esto se trataba? Tras tanto esfuerzo un simple beso con Damon y él mandaba todo al diablo?? Pasaron los días y estuve de fiesta como siempre que intentaba que las cosas funcionacen y me empeñaba en negar la realidad... al final decidí que no me merecía este trato. Lo iría a buscar como fuera.

No me costó nada conseguir un vuelo directo y me fui a París, recordaba su casa así que apenas salir del aeropuerto cogí un taxi y le dije al conductor su dirección. Sabía que lo más probable era que Gus estuviera allí, pero me importaba bien poco... Ben no podía hacerme esto.

Al final llegué al edificio y le "ordené" al portero que me dejase entrar, era más fácil si estaba en la puerta de su apartamento, si iba a evitar hablar conmigo entonces tendría que cerrarme la puerta a la cara. Al fin llegué y llamé a la puerta.

Spoiler:

No dije nada ante su primera pregunta porque de hecho y contra cualquier pensamiento lógico, si, la estaba dejando… -Supongo que no me arrepiento, o si se piensa fríamente si… No lo sé- dije totalmente hecho un lío ahora mismo, claro que no me arrepentía de todo eso que había hecho pero si se pensaba fríamente en parte si, hubiera sido lo mejor, ahora no estaríamos en estos líos… Continuó hablando con los ojos llenos de lágrimas y aparté la mirada- No es que no quiera luchar por ti, he luchado por ti y por la relación desde el primer momento, he luchado con todas mis fuerzas, joder Alma lo sabes pero… Estoy cansado, cansado de... Cansado de no poder estar en paz contigo- dije mirándola a los ojos. Rozó mi mano al coger la taza y tuve que hacer verdaderos esfuerzos para no cogerla y no soltarla nunca más- ¿Cuanto vamos a estar así? Venga Alma dímelo, porque no ha pasado ni un mes desde el último lío y ya estamos metidos en otro, ¿va a ser así siempre? ¿De verdad quieres pasarte la jodida eternidad sufriendo? Porque yo no quiero pasarme los días esperando a que alguno de los dos la joda, Joder…-dije tomando mi taza también y bebiendo por un momento mas que nada por tener algo que hacer y por la bronca que tenía ahora mismo. Escuchaba eso que decía de que solo yo podría hacerla sentir bien y no sabía que decirla, sabía que a mi me pasaba igual, no sería verdaderamente feliz con nadie que no fuera ella, pero es que parecía que apenas estábamos dos días felices y tres de bronca. – Y joder, no llores…-dije casi molestó pero es que no aguantaba verla llorar, y claro que siempre era por mi culpa… Me partía el corazón tanto como a ella estar en esa situación, tenía que entenderlo.

Dijo que estaba cansado y lo entendía... pero no podía creer que de verdad estaba acabando conmigo. -Ya sé que has luchado por esta relación, joder... claro que lo sé.- dije porque no había tenido intención de que sonara a reproche. -Y entiendo que estés cansado.- murmuré bajando la mirada casi en un susurro. Comenzó a decir todo eso sobre cuánto más estaríamos así... -Venga, tampoco es así... que dices que vamos de un lío a otro, pero tampoco es así.- murmuré con los ojos llenísimos de lágrimas intentando contenerme como podía y sin demasiado éxito. -Sábes qué creo? Que tú la jodiste con Arianne pero yo sobrereaccioné.- dije, había tenido tiempo de pensarlo y ahora creía que era mi culpa por eso. Ben nunca se hubiera largado a París por un simple beso si antes yo no hubiera hecho exactamente lo mismo y peor, por medio de una condenada nota. -Y sobrereaccioné porque ella me cabreaba más que nadie... pero de verdad siento haber actuado como una cría, debí enfrentarte de una vez y no largarme así, no fue la solución y ahora cada vez que peleamos acabamos semanas separados y no puedo vivir así.- dije ya llorando aunque limpíandome las lágrimas todo el tiempo.
-No sé cuánto tiempo Ben, no puedo decirte más de lo que te he dicho.- susurré, es que le había dicho todo lo que debía decirle. Que lo amaba, que haría por él lo que fuera, que lucharía por él si él me dejaba hacerlo, que me arrepentía de haberle hecho daño, que solamente podía ser feliz con él, que era inevitable...-Pero no quiero que sufras.- dije de verdad llena de dolor pero con sinceridad mientras miraba el café. -Si lo que quieres es que desaparezca de tu vida, eso haré.- dije ya llorando sin poder evitarlo. Me dijo que no llorara, pero es que no podía. -Lo siento... quizá debería arrepentirme de algo, pero no me arrepiento de haber estado contigo, sólo... hubiera querido no ser tan jodida y no hacerte sufrir...- dije ya dejando a un lado el café. No podía seguir tomándolo me sentía demasiado mal. Me alejé un poco de la encimera dispuesta a marcharme y sintiendo como se me derrumbaba el mundo encima. Pero apenas un poco y me dí cuenta que no podía irme de allí sin sentirlo una vez más... pero sentía que él ya no quería nada de mí. -Dímelo a los ojos, dime que quieres que me vaya y me iré.- susurré acercándome ahora peligrosamente juntando los trocitos de coraje que me quedaban.

No dije nada, me tranquilizaba en parte que tuviera claro que había luchado por la relación pero es que era cierto lo de los líos por mucho que ella dijera que no... Lo de Laine, lo de Arianne, ahora sus besos... Parecía que no teníamos nada de paz últimamente, y siempre uno terminaba largándose de casa. Dijo lo de Arianne y que había sido cosa suya y suspiré girándome y dejando la taza sobre la encimera, no quería remover cosas del pasado, joder, claro que había sobrerreacionado, y seguramente yo también al largarme pero es que ahora mismo lo menos que necesitabamos era buscar culpables.- Yo tampoco...-murmuré porque tampoco podía seguir viviendo así.- Lo siento de verdad, yo... sé que no quieres que sufra y yo tampoco quiero que sufras aunque no me creas, joder Alma- suspiré pasandome una mano por el pelo un poco nerviosamente antes de girarme de nuevo hacía según veía como no paraba de llorar- No hace falta que te disculpes yo... Simplemente no ha funcionado...-susurré pensando en eso que decía de que desaparecería de mi vida y que a pesar de todo no se arrepentia. No me podría creer que estuvieramos en esta situación, es que se me estaba partiendo el corazón, sobre todo si la veía así tan destrozada como estaba yo por dentro. Estaba por marcharse cuando pareció cambiar de opinión y se acercó hacía mi, la paré con una mano en su hombro como si buscara protegerme o algo pero es que no quería que se acercara, era demasiado... Dijo eso y suspiré, era el momento de acabar con todo de una vez... Debía ser fuerte por mucho que doliera- Quiero que...- suspiré intentando reunir todo el valor posible pero no pude. Suspiré intentando decirlo más seguro y esta vez alzando la mirada- Quiero que te vayas-dije mirándola a los ojos apenas unos segundos antes de acercarla a mi aprovechando que la tenía sujeta del hombro y buscar sus labios con los míos. Es que no podía... Era pensar que realmente se iba a marchar para siempre y se me partía el corazón. Suspiré y la besé dejandome llevar totalmente, besando sus labios todavía salados después de tantas lágrimas.

Dijo que no me disculpara, que simplemente no había funcionado y de pronto sentía que de verdad se lo había estado pensando. Que eso de no volver a Fell's era una condenada señal que yo tendría que haber sabido interpretar para no estar en una situación tan horrible como la que ahora enfrentaba. Acabé ya pidiéndole que dijera que me fuera de una vez, me detuvo con su brazo y no avancé ni un centímetro más de lo que me permitía... pero necesitaba escucharlo, saber que no había nada por hacer... necesitaba que fuera franco conmigo que me lo dijera y me dejara en paz aunque en el fondo deseara con el alma que no lo hiciera. Eso pasaba por mi mente cuando al final alzó los ojos y me dijo que me fuera, sentí que moría por dentro y no pude ni bajar la mirada. Lo miré sin reproche pero sentía tanta desilusión que quedaba en evidencia. No me esperé que reaccionara así, me acercó a él y antes de que pudiera hacer o decir algo me estaba besando con avidéz, no sabía ya qué pensar... no entendía si estábamos despidiéndonos o si quizá... no, había sido claro... quería que me fuera. Tuve el impulso de salir de sus labios y largarme de una vez, pero estaba atrapada, no podía hacerlo antes de que pudiera ser consciente de eso y mientras aún pensaba en irme una de mis manos ya se había aventurado en su cabello, enredando allí mis dedos mientras la otra había ido colándose por debajo de su camisa, acariciando su abdomen directamente sobre su piel, acariciándolo mientras lo estrechaba más contra mí saborenado el gusto de su boca y devorándolo en cada segundo.

¿Era un beso de adiós y buena suerte? No, no era eso... No quería que se fuera, no quería perderla... Y aún así no sabía ni como salir del lío en el que nos habíamos metido porque ni si quiera estaba seguro de que estos besos fueran lo correcto. Suspiré intentando no pensar en ello, intentando perderme por completo en sus labios, en ese beso que me estaba estrujando completamente el corazón. Sentí como enredaba su mano en mi pelo y como colaba su otra mano por dentro de mi camisa y antes de ser muy consciente de nada tomé su camiseta por los bordes y se la saqué por la cabeza. La miré a los ojos en el instante en que tuvimos que separar a sus labios y no la di tiempo a decir nada volviéndome a hundir enseguida en sus labios mientras dejaba caer su camiseta al suelo antes de tomarla por la cintura pegandola a mi, era completamente inevitable para mi.

Continuamos besándonos sin ya pretender explicarlo, es que cualquier explicación era más dolorosa que dejarse llevar de una vez sin pensarlo demasiado y eso era algo que los dos sabíamos hacer muy bien. Sentí el fuego en su boca y lo invadí con mi lengua sin cortarme, peleándome con él en sus labios y adorándolo a la vez. Ya se libró de mi camiseta en un instante y nos miramos a los ojos una fracción de segundo, pero ni Ben quería hablarme ni yo quería que lo hiciera así que ya estábamos otra vez buscándonos a los besos. Desabotoné su camisa con un par de tirones, cargándome botones como siempre y la deslicé por encima de sus hombros mientras mi boca no se apartaba de la suya. La tiré al suelo allí a sus pies y enseguida subí con caricias por su espalda estrechándolo más contra mí.

Se libró de mi camisa rompiendo un par de botones en el proceso y en otro momento seguramente me hubiera hecho hasta gracia porque era algo muy propio de ella pero ahora mismo estaba tan tenso por todo lo que había pasado que no podía ni sonreír. No separamos nuestros labios ni un instante y no perdí el tiempo, la alcé así tomada como la tenía de la cintura y la senté allí en la encimera antes de desabrochar sus vaqueros y quitárselos con un par de tirones. Ni bien los tiré al suelo me puse entre sus piernas y no deje de devorar su boca a besos ni un instante, descargando allí todo lo que la quería y todo lo que la odiaba como tantas otras veces.

Me cargó apoyándome ya en la encimera y se libró de mis jeans sin demasiados prólogos. Bajé mis manos a su cintura y bajé su cierre pero enseguida volví a sus labios devorándolo sin cortarme mientras mis manos iban a su espalda subiendo por allí con intensidad, pasando por la curva de su nuca y luego enredándose en su cabello. Cerré los puños cogiendo su cabello y lo atraje más hacia mí volviendo a hundirme en su boca y separándome por instantes para volver a hundirme una y otra vez. Lo deseaba con locura y ya me daba igual pensar en nada, no me interesaban las explicaciones, ni las dudas, ni las certezas... sólo quería sentirlo y lo demás me tenía sin cuidado.

Llevo sus manos al cierre de mi pantalón pero aunque esperaba que se encargara de mi pantalón pareció cambiar de opinión, llevando sus manos a mi espalda y a mi pelo estrechándome más contra ella haciéndome estremecer por completo al sentir su piel desnuda del abdomen contra la mía. No quería hablar, no quería pensar, solo quería dejarme llevar, olvidarme de todos los problemas por unos instantes y hacer lo que me diera la gana con ella, ya luego habría tiempo de lamentarse, o de hablar, o yo que sé... No deje de devorar su boca ni un instante, acariciando sus muslos y estrechándola más contra mi casi sin pensar.

Me acarició una y otra vez, recorriendo mis muslos y besándome mientras ya bajaba mis manos otra vez a su pantalón y se lo quitaba de una vez dejándolo caer a sus pies antes de pasar a acariciar su vientre y bajar mis manos hasta su miembro, no dejé de besarlo ni una vez. Por el contrario cada vez iba con más intensidad, mordiendo sus labios con bronca y luego pasando por allí mi lengua con ternura, amándolo en cada caricia y luego hundiendo las yemas de mis dedos en su carne con bronca otra vez, no podía ser que me generara todas esas cosas... pero lo que sí era claro, era que no podía evitarlo, me sentía locamente enamorada de él, de cada centímetro de su piel, quería que fuera mío y de nadie más.

Apenas podía pensar con claridad, las manos de Alma por mi cuerpo, sus besos... Me estaban dejando totalmente atontado, no podía desearla más ahora mismo. Si es que la amaba con locura, era un imbécil por pensar que sería fácil eso de estar separados cuando Alma era totalmente increíble. Nos fuimos quitando la ropa interior mutuamente entre besos y caricias sin control, disfrutando de cada beso y de cada caricía como si fuera el último, sin importarn que estuvieramos en mitad de la cocina, desde luego no sería la primera vez que acababamos así. Cuando estuvimos completamente excitados y no podíamos ya más me hundí en ella mordiendo sus labios casi en el acto.

Nos acabamos de desnudar y se hundió en mí mientras sentía como mordía mis labios y le respondía con la misma intensidad. Lo tomé del trasero ayudándolo a hundirse en mí luego de rodearlo con mis piernas, busqué sus labios y los mordí mientras con mis manos continuaba estrujando su trasero, hundiendo las yemas de mis dedos en su espalda recorriéndolo con esa mezcla de sensaciones que sólo él me producía. Suspiré en sus labios una vez y luego otra y no pude decir nada, no podía hablar no había palabras que explicaran lo que sentía y no quería que acabaran arruinando ese instante en el que nos uníamos una vez más.

Me tomó del trasero estrechándome más contra ella y suspiré totalmente excitando contra sus labios, hundiéndome lo más posible en ella, queriendo que me sintiera por completo. No quería que acabara nunca, no quería tener que afrontar la realidad de todo lo que estaba pasando, solo quería pasarmela sí eternamente con ella, disfrutandonos el uno al otro sin ningún reparó. Besé sus labios como podía, acariciando con una mano sus muslos, su cintura, sus pechos... Acariciandola y besandola hasta que ninguno de los dos pudiera más.

No dejó de hundirse en mi interior y lo acaricié una y otra vez, apretándolo y estrechándolo con intensidad, sintiendo como también él hacía lo mismo. Era claro que no queríamos pensar y era mejor, siempre era mejor no pensar. Continué mordiendo sus labios, bajando a su barbilla y soltando algún mordisquito por allí mientras disfrutaba de sus manos recorriéndome por completo. Lo busqué con mis dientos y me lengua, yendo a su cuello y subiendo otra vez por su barbilla antes de volver a sus labios rojos y excitados, mordiéndolo y devorándolo, dejándome llevar por el placer de estar así con él.

Sonreí con placer por su forma de morderme los labios y estiré el cuello cuando sentí como bajaba por allí con sus labios, dejándola hacer a placer. Continué hundiéndome en ella una y otra vez, cada vez con más intensidad según íbamos cada vez más excitados, hubiera sido totalmente genial seguramente si no fuera esta situación tan rara la que lo había provocado. Volvió a mis labios y devoré los suyos por completo, mordiendo y suspirando contra sus labios cada poco, pentrandola y marcando un ritmo continuado que nos gustara a ambos.

Continuamos besándonos con avidéz, acariciándonos y fui descubriendo su piel, recorriéndola por completo, bajando a su vientre, pasando por su espalda, volviendo a su trasero y otra vez besé su boca, jugando allí con mi lengua y disfrutando de su sabor, quería que fuera mío, ser suya y fin de la historia. ¿Porqué todo tenía que complicarse tanto?¿Porqué no podíamos simplemente ser felices y ya? Dejé de pensar, no era eso lo que quería, no era lo importante... lo que me interesaba ahora era disfrutar de sus estocadas, de cada una de sus penetraciones, de sus arrebatos, de la locura con la que buscaba profundizar las embestidas y arrebatarme gemidos de placer.

Sus besos, sus caricias, sus gemidos, todo me tenía completamente al borde, y no quería que acabara para nada, quería pasarmela así disfrutando de ella, de su cuerpo, de estar sin problemas... Pero nada era tan bonito, en algún punto tendríamos que hablar y no quería para nada eso. Intensifiqué el ritmo según la notaba gemir cada vez más y no paso demasiado antes de que estalláramos en un intenso orgasmo que casi me dejo sin respiración. Joder... No podía ser todo tan perfecto y al mismo tiempo... No serlo... Apoyé mi frente contra la suya y suspiré mientras salía de su interior, había sido totalmente intenso todo eso.

Continuó con las embestidas aumentando el ritmo sin cortarse y llegamos al orgasmo estallando de placer. Me sentí gemir y temblar cerca suyo y cuando apoyo su frente en la mía saliendo de mi interior lo abracé enseguida con fuerza. Hundiéndome en su cuello e intentando no pensar, no quería hacerlo, sabía que apenas lo hiciera se rompería otra vez el hechizo. Necesitaba quedarme así para siempre, abrazándolo con fuerza, sosteniéndolo, impidiendo que se largara, que me dejara, que se escapara de mi vida.

Todavía resonaban en mis oídos sus gemidos cuando me abrazó hundiendo su cara en mi cuello haciéndome suspirar en el acto recuperando del todo la respiración- Dios mío Alma... ¿Qué vamos a hacer?-susurré contra su oído sin esperar realmente respuesta mientras la abrazaba también un poco con fuerza intentando pensar con claridad. ¿Qué hacer? ¿Realmente se podía dejar pasar toda la conversación anterior? ¿Era realmente lo correcto?. No quería ni pensarlo... Es que era mucho más fácil no hacerlo y quedarme así abrazado para siempre a ella. Suspiré y la di un pequeño beso en el cuello sin pensar mientras intentaba poner mi mente en orden para poder decirla realmente algo.

Me preguntó eso y no quería ni escucharlo, no quería responderle, no sabía ni qué decirle. Se hundió en mi cuello y suspiró abrazándome también y no lo solté para nada, manteniendo la tensión de ese abrazo y tratando de no pensar, pero no podía estar así para siempre... pasó un rato antes de que dijera algo. -No tengo la menor idea.- susurré en su cuello antes de volver a poner allí mis besos. -No quiero pensar Ben, joder... no quiero.- dije y volví a besarlo dándole un pequeño mordisco casi quejándome porque hubiera sido él quien interrumpiera el silencio.

Besó mi cuello mientras decía eso de que no tenía ni la menor idea y suspiré, sobre todo cuando dijo lo demás, yo tampoco quería hablar, si es que... Joder- ¿Y cual es tu plan? ¿Quedarnos abrazados hasta el fin del mundo?- susurré contra su oído sin poder evitar que sonará realmente tentador. Era exactamente lo que quería, no hablar y quedarme abrazado a ella por siempre. Suspiré- Te odio...-susurré necesitando realmente que lo supiese mientras me dejaba la vida y los pensamientos en intentar llegar a algo claro, a algo que me diera las fuerzas para dejar de abrazarla y hablar con claridad.

-Sí, supongo que ese es el plan.- susurré enseguida que mencionó lo de quedarse abrazados para siempre, por idiota que sonara ese era mi estúpido plan y no sentía que necesitara nada más en realidad. Ya dijo que me odiaba y suspiré, joder... es que sabía que no sería fácil salir de esa situación. Estábamos abrazados, totalmente desnudos en medio de la cocina de la casa que ahora mismo compartía con Gus y ni siquiera estaba claro si volveríamos a estar juntos o si estábamos acabando ya. -O no.- dije después con pesar. -Puede que en realidad sea cierto que quieres que me vaya y que ahora me toque cumplir mi palabra y hacerte caso.- murmuré acurrucada a su cuello todavía, besándolo por momentos suavemente y recorriendo con caricias ahora lentamente sus brazos con las yemas de mis dedos... deseando que esto se arreglara pronto magicamente.

Sonreí imperceptiblemente contra su cuello, no era un plan en realidad... Sentí sus besos por mi cuello y sus caricias por mis brazos y me sentí totalmente desarmado mientras hablaba, ¿como iba a dejar que se marchara ahora?- No te vayas, ¿vale?-susurré muy bajito contra su oído casi como si temiera que me escuchara mientras cerraba los ojos- Solo... Quédate...-susurré sin saber realmente como seguir pero sintiéndolo de todo corazón sin dejar de abrazarla ni un instante. Quería que se quedara conmigo, no sé como haríamos, que se quedara, que habláramos... No sé, pero que no se marchara, mucho menor para siempre.

Lo sentí decir eso de que no me fuera muy bajito y suspiré con una imperceptible sonrisa. Dijo que me quedara, que simplemente me quedara y entonces recién pude sentir que el alma me volvía al cuerpo. -Entonces no me iré... no me iré a ninguna parte.- susurré abrazándolo todavía y acariciando levemente sus brazos mientras continuaba besando suavemente su cuello. Es que acababa de decir lo único que me importaba escuchar en el mundo y de verdad que todo lo que hubiera por hablar me daba igual, simplemente quería quedarme allí con él y sentía que lo demás se arreglaría.

Me dijo que no se iría a ninguna parte y suspiré levemente, intentando relajarme un poco y no estar tan en tensión... Sus besos en mi cuello ayudaban, nada quería más que sentirla cerca- Alma yo...-suspiré sin saber ni como seguir mientras besaba también un poco su cuello casi sin darme cuenta. Me odias, ¿verdad?-susurré sin dudarlo realmente, es que era para odiarme, nada mas llegar la había echado con la excusa de que había otra, luego la había vuelto a echar mirandola a los ojos sin ningún pudor... Lo raro era que siguiera aquí abrazada a mi, y no podía estar realmente más agradecido... Joder... Si es que había sido un día realmente raro y ahora no quería ni pensar, ni hablar por miedo a todo lo que pudieramos decirnos.