Mudándome otra vez (Ben y Martha)

Recuerdo del primer mensaje :

Caminando llegamos a mi casa, no dijimos gran cosa en el trayecto... mayormente hablamos de tonterías (yo hablé) un poco de cosas sin importancia, mezclado con las sensaciones de bronca que aún tenía atragantadas. Había decidido que Martha no se la llevaría gratis y pensaba cumplir con mi palabra.

Demoré en abrir la puerta porque la llave no estaba a mano (para variar) y enseguida entramos, Ben detrás mío. Pisar mi casa fue raro, ya no sentía que fuera mi casa, como si mis meses allí estuvieran en el pasado... era todo muy extraño. -¿Tenemos el doble de recuerdos ahora entonces? De ese modo funciona?.-  le pregunté mientras me quitaba los zapatos y comenzaba a andar por allí buscando cosas para llevarme luego de decirle que se pusiera cómodo.

Spoiler:

Me terminé de vestir y estaba justo bajando las escaleras cuando escuché como Martha decía que se iba- Martha... Quédate, hace tiempo que no hablamos...No pasa nada-dije enarcando una ceja según bajaba y ella "huía" hacía la puerta. Era verla y pensar en todo lo que nos había hecho... Si es que era para matarla.

No iba a dejar que Martha se fuera, definitivamente no se me iba a escapar tan fácilmente. Bajó Ben y le dijo eso. Sonreí asintiendo también y mirándola después. -Venga, si todo está bien... Ben sólo me estaba ayudando con unas maletas.- dije sin mentir y más que nada para darle algo de confianza y que se quedara. -Toma asiento, no es problema... enseguida hago un café para los tres.- dije buscando de paso los cigarros y mirando de pasada a Ben. Necesitaba uno con urgencia o le partiría el cuello allí mismo. Si hasta sospechaba que el bolso que traía era en realidad mío... ¡cómo podía ser tan cabrona! Pero iba a sacarle toda la verdad, quería hasta el nombre de la condenada bruja que la había ayudado... todo!

Al final Martha se quedó y miré a Alma mientras ella cogía los cigarrillos no sabía muy bien que se proponía pero no me daban ni ganas de hablar con Martha, era solo mirarla y me daban ganas de matarla... Aunque al final seguramente no lo hiciese como me había pasado estos días... -Vale, un café- acepté sus palabras simplemente por no estar callado mientras me acercaba un poco al sofá donde estaba sentada.

-Un café..- repetí casi en automático, como queriendo confirmar que esa situación era real, que todo lo que estaba pasando era cierto. Fui a la cocina y puse la cafetera mientras intentaba entender porqué había hecho que Martha entrara en casa... pero es que necesitaba explicaciones... esa era la respuesta.
No pasó nada de tiempo hasta que volví con una bandeja y tres tazas de café, la puse en la mesa pequeña de la sala y me acomodé en el sofá al lado de Ben. -Entonces....- dije mirándola a los ojos. -¿Tienes algo para decir?.- dije sin quitarle los ojos de encima y disfrutando de cómo su corazón se aceleraba de los nervios. -Es decir, porqué has pasado a visitarme... ¿Somos amigas ahora?.- murmuré cogiendo mi taza de café como si nada mientras con ponía mi otra mano en la pierna de Ben con total confianza y acariciándola un poco, sabía que estaba siendo territorial pero ¡joder! era lo de menos tras todo lo que había tenido que soportar.

Alma se marchó a por el café y miré a Ben de soslayo, en el poco tiempo que estuvimos juntos quise decirle mil cosas pero al final no me atreví. Intimidaba demasiado cuando le daba la gana. Por suerte Alma volvió pronto e intenté relajarme, yo era charlatana, podia con esto- Claro que somos amigas, bueno al menos lo pensaba tras los días que me quede aquí- dije sonriendo- Solo quería saber como estabas ya te lo he dicho, hacía tiempo que no sabía de ti- dije viendo en ese momento como tocaba la pierna de Ben. Qué hacía!? Era mío! Carraspeé e intenté apartar la mirada, aunque no era fácil- Si llego a saber que no estabas sola no hubiese venido- dije con cara de buena.

Alma volvió y enseguida Martha empezó a soltar su mentira. Me ponía enfermo de verdad- Normal que no estuviese sola, estas no son horas de visita, ¿no?- comenté un poco de pasada puesto que era ya bien entrada la noche. ¿Cómo podía ser tan falsa? Me ponía de los nervios. Suspiré y cogí el café por hacer algo para beber un poco, esas cosas no me gustaban nada pero ahora mismo necesitaba hacer algo. Sentí como Alma tocaba mi pierna y como casi enseguida se le aceleraba más el corazón a Martha... Era para matarla de verdad.

Martha comenzó con su discurso y daban ganas de matarla. -Martha, te quedaste en mi casa porque no me diste opción... y tampoco soy tan mala persona como para dejarte en la calle. Pensaba que no lo merecías.-dije porque en ese momento sí que había pensado eso. -Pero no sé si amigas... está claro que a las dos nos interesaba el mismo chico.- murmuré sin hacerme cargo de mis palabras. Ben dijo eso y sonreí mirándolo un segundo sin dejar de acariciar su pierna. -Y bueno, como ha dicho Ben... que no esperabas que fuera a estar sola en casa a estas horas o sí?.- dije sonriendo y volviendo a mirarla a los ojos. -Sábes que soy muy social.- dije riendo un poco antes de beber algo de café.

- Pues no es tan raro, yo si estaba sola- dije contestando a los dos sin hacerme cargo de cualquier otra cosa que quisiesen decirme. Alma como siempre fue de hielo y seguí pensando que esa tía no había tenido amigas en la vida,  no era normal.- Si, muy social y muy puta también- solté furiosa sin andarme por las ramas. Como era capaz? Acababa como quien dice de dejarme con Ben, no era normal que le estuviese acariciando así y encima me dijise a las claras que estaba intersada en él. Pero quien se creía? La odiaba, la odiaba mucho!-Deja de manosear a mi novio!- dije cabreada y cogiendo su mano de un tiron y quitandola de la pierna de Ben.

Estaba bebiendo cuando escuché a Martha y literalmente me atragante con el café y por poco lo escupo. ¿Pero que narices...?. Tragué y la miré todavía sin dar crédito- Te estas pasando, eso esta totalmente fuera de lugar y joder ya no soy tu novio.-dije intentando no cabrearme demasiado, pero es que era imposible, no podía soltar cosas así y quedarse tranquila justo después de todo lo que nos había hecho pasar.

Martha dijo que era una puta y la miré conteniéndome lo que pude hasta que me quitó la mano de la pierna de Ben diciéndome eso, que dejara a su novio. A velocidad vampírica cogí su mano y la sostuve con fuerza antes de soltarla ante las palabras de Ben. -En serio... ¿Por quien demonios me has tomado?!.- le pregunté ya alzando algo la voz. -Lo digo en serio, Martha ¿Cuál es tu problema?¿Qué retorcido placer encuentras en joder a los demás?!.- murmuré mirándola a los ojos. -Estás muy enferma... ¿No puedes ver que lo que sientes por Ben no es amor?! Si le tuvieras algo de cariño al menos querrías que fuera feliz, pero a tí su felicidad te importa un carajo. Eres la tía más egoísta que he conocido en la vida.- dije agotada y bajando ya el tono de voz. -Pero esto no es gratis, ¿sábes? no te irás de aquí hasta que no hayas dado algunas explicaciones.-   murmuré mirándola con los ojos encendidos de furia.

Alma cogió mi mano a una velocidad que no era normal y gemí de dolor antes de que me soltara, eso había solido. Les escuché y me quedé congelada un momento porque estaba claro que Alma había recuperado la memoria. Como era posible?? Esa tía era incapaz de querer a nadie!? Me repusé enseguida y me puse en pie dejando toda fachada atrás, sabía que tendría que irme pero no podía, no podía irme sin luchar- Que no le amo? Tu no sabes lo que siento! Le amo más que a nada, he hecho todo esto por él, no es suficiente? Tu en cambio ni has sido capaz de recordarle, no has hecho nada, solo disfrutando por ahí de tirarte a todo el mundo, pues lo siento si ahora te jode pero Ben es mío, ha sido mío durante meses, me ha dicho que me quiere miles de veces y me ha hecho el amor tantas veces que he perdido la cuenta!- casi grité de los nervios- Y ahora sé que me sigue queriendo, puede que le cueste verlo pero por mucho que te joda sigue siendo mío joder, asúmelo- dije de los nervios mientras me ponía en pie y cogí a Ben de la mano para que también lo hiciese y me siguiese- Ven conmigo por favor, hablemos... Necesitamos hablar y lo sabes, no lo hemos hecho desde el otro día y sé que todavía sientes cosas por mí- es que lo sabía, por algo me había estado esquivando, porque se sentía culpable o algo.

Fue diciendo todo eso como una histérica mientras se ponía de pié. -No tienes cara! Joder, no has hecho nada por él Martha, lo único que has hecho fue meterte en su mente con magia para quitarme del medio, así de poco lo respetas! Asúmelo tú, ni siquiera le has respetado en este tiempo un poco! Le has ocultado todo, has intentado manipularlo y manipularme. Y claro que te ha hecho el amor, si ha querido cumplir contigo, quizá recordarte... Joder, si hasta se ha sentido culpable por tí cuando en el fondo prefería montárselo conmigo, a ese punto lo has manipulado y te has burlado de él, de nosotros. Joder! Vuelve a recordarme que has tocado a mi esposo y juro que voy a matarte.- dije ya empezando a perder el juicio y poniéndome de pié. No podía soltarme eso o le partiría el cuello de verdad. -Tú no nos conoces, no sábes nada de nosotros... si te decía que te quería era para ponerte contenta. Nunca te ha querido.- dije mirándola. -No tienes idea de las fuerzas que nos unen, ¿No te extraña que nos hallamos casado siendo tan jóvenes? Pues ahí tienes! Eso es amor, no has podido separarnos ni con magia que al cabo acabamos enamorándonos de nuevo... eso ocurrirá, una y otra vez, cuántas veces sea... No vas a jodernos, no puedes dañarnos más, somos mucho más fuertes que tú y tus caprichos.- fui diciéndole alzando más la vos. Escuché como comenzaba a decirle a Ben eso, pidiéndole hablar... -Hablen joder! Quizá es mejor que lo escuches por su boca y así dejas de jodernos de una condenada vez.- murmuré ya sacada mientras iba hacia una de las ventanas y encendía un cigarro. Estaba estresada, alterada, cansada... Necesitaba que Ben le dejara en claro unas cuántas cosas, que nos defendiera, que me defendiera, joder! Demasiado mal de mí estaba hablando delante suyo... no entendía que pudiera tolerarlo.

Martha dejó de lado toda mascara y empezó a hablar claro y casi me da algo porque no pude ni creerlo. ¿Cómo era capaz de soltar todo eso después del daño que nos había hecho?. Alma se fue encendiendo y no me extraño que la respondiera de ese modo. Me había quedado por unos instantes medio cogelado pero cuando Martha me cogió de la mano para irnos ya fue el colmo- Joder, Basta!-les dije a las dos para que dejaran de echarse en cara unas cosas tras otra- No Martha no voy a ir contigo a ningún lado, joder... -bufé soltando su mano de inmediato al ver como tiraba de mi para que me fuese con ella- Alma tiene razón no has hecho nada más que manipularme, que manipularnos y obviamente nunca estaría con alguien así... Ni te quiero, ya te lo dije el otro día, solo quiero que nos dejes en paz-bufé- Siento si te jode pero no has conseguido ni vas a conseguir que lo nuestro se acabe tan fácil-dije caminando unos pasos, me alejé un poco de ella y caminé hacía Alma que estaba junto a la ventana fumando de los nervios. Lo sentía mucho por ella, no se merecía tener que aguantar ahora mismo a la loca esa.

Alma me fue gritando cada vez más alto y poco me importaba, se veía que estaba de los nervios y era lo que quería conseguir, es que casi ni la escuchaba, no me interesaba lo que me fuera a decir, ahora había salido mal pero volvería a intentarlo, tenia muy en claro que no dejara a Ben escaparse tan fácil y mucho menos por ella, por esa zorra que no le interesaba nada Ben.- Tu no le amas, no sabes que es eso! Solo le has estado utilizando una y otra vez, como haces con todos los tíos! es que no lo entiendes!- dije pasando de ella de inmediato, no me interesaba hablar con ella, quería hablar con Ben, era lo único importante para mi. 
Pero él también fue hablando y se me fueron saltando las lágrimas. Estaba claro que esa tía le había comido el coco otra vez, no podía ser. Maldita sea!- Ben por favor no hagas esto, no ves que es ella quien te esta manipulando otra vez? Puede que no me quisieras pero si que sentías algo por mi, lo sé, no me podrías haber tocado ni besado de esa manera si fuese de otro modo- dije todavía entre lágrimas caminando hacía él e intentando ignorar a Alma que estaba bien cerca. Quedé enfrente suyo y le cogí de las solapas de la camisa para que me mirara- Te quiero, te quiero mucho, dame solo otra oportunidad, ok? Ahora todo irá bien te lo prometo, cambiaré en lo que quieras, solo déjame quererte- le dije sin soltarlo todavía. Sabía que me apartaría pronto así que no desaproveché mi oportunidad y me colgué de su cuello antes de besarle.

Ben reaccionó finalmente y luego de decirle a la cara las cosas se acercó a mí que estaba intentando no romperle el cuello mientras fumaba como una desquiciada. Se acercó a mí y lo miré desesperada, es que cada palabra que escuchaba de la boca de Martha era para provocarme. No me gustaba eso, no me merecía una situación así.
Enseguida ella soltó dos tonterías y acercó a él sin dejarlo tranquilo, rogándole que volviera con él... ya no podía seguir con eso. -No puedo tolerar esto... Joder, por favor Ben, haz algo o no respondo de mí.- dije apartándome de ellos y antes de que me diera cuenta lo estaba besando delante de mis ojos. Estaba hecha una furia, pero como me pasaba cada vez que la situación me superaba del todo me puse en piloto automático. No iba a forzarla, era Ben quien tenía que ponerle los puntos, me daba igual que lo besara ahora... al final ella tenía que entender que estaba enferma. Me descargué con un cenicero que arrojé con bronca al suelo y me fui a la cocina con los ojos llenos de lágrimas, no iba a llorar delante de ella, maldita sea, no podía ser tan cabrona.

Martha empezó a llorar como casi siempre que empezábamos a discutir y no me pude creer que empezara a pedirme otra oportunidad allí como si nada. Escuché las palabras de Alma y la miré apenas unos instantes antes de que Martha se lanzará y me besase. Joder... El beso no duró demasiado. Tanto por mi porque la aparté enseguida, como por el golpe que dio Alma con el cenicero que hizo que nos sobresaltáramos.- Alma...-murmuré, pero se fue a la cocina y suspiré volviéndome hacía Martha- Joder Martha, basta- bufé cogiéndola por las muñecas con fuerza temiendo que volviera a intentar otro beso o algo así- No quiero nada contigo, te lo he dicho, no te quiero... Y nunca te voy a querer, no insistas- dije puesto que después de todo el engaño ni en sueños conseguiría algo así- Y no sé que hacer para que lo entiendas...-dije de verdad sin saber ni que hacer- Vete... Vete y no vuelvas- dije al final porque como siguiera presionando tanto veía que la mataba y me quedaba tan a gusto.

Ben me apartó y sonreí triunfante cuando Alma hizo lo del cenicero y se fue hacía la cocina. Estaba pensando ya que la había ganado cuando Ben insistió otra vez en eso de que no me quería- Ben...-dije otra vez llorando, pero no le iba a poder hacer cambiar de opinión, por lo menos no hoy con Alma por aquí, tal vez otro día... Me limpié las lágrimas algo esperanzada por ese pensamiento- Si quieres que me vaya lo haré..Por tí haría lo que sea ya lo sabes- murmuré cogiendo el bolso- Solo recuerda que te quiero, y que... Bueno si quieres verme sabes donde estoy- dije entre algunas lágrimas más mientras iba hacía la puerta. Tanto esfuerzo para nada?? No podia ser ver con todo lo que le quería.

Escuché desde la cocina toda la conversación. Primero Ben aclarándole las cosas y luego Martha dando a entender que no se iba a detener. Hubiera querido salir de la cocina y cogerla del brazo para amenazarla, decirle que en cuanto volvier a pisar esta casa o la de Ben, entonces la mataría. Pero no podía moverme, estaba congelada, era tanta la alteración que tenía que no podía moverme. Me quedé allí de pié en la cocina escuchando las palabras de Martha como una puntada, todo lo que decía era para dañarme... no podía dejarla salir así, pero no podía moverme.

Martha aceptó irse pero después de todo seguía insistiendo... No tenía remedio- No voy a querer verte, espero que lo tengas claro y dejes de hacerte ilusiones...-dije casi con un suspiro mientras se marchaba, es que era el colmo. Vi el cenicero en el suelo recordando a Alma y no le presté más atención a Martha mientras se marchaba. Caminé hacía la cocina y abrí la puerta encontrando a Alma allí de pie sin hacer nada- Ya esta... ¿Estas bien?- pregunté mientras me acercaba a ella. La miré un instante y aunque al principio dudé en si tocarla o no al final no me pude controlar y la tomé de la cintura abrazándola, queriendo y necesitando que estuviese bien a pesar de todo...

Martha se fue y al cabo de un segundo Ben entró a la cocina acercándose enseguida y abrazándome. Me costó salir de ese estado pero lo hice abrazándolo por fin. Me preguntó eso y no pude hablar, sólo hundí mi cabeza en su cuello y antes de que pudiera darme cuenta me eché a llorar como una niña, no había sentido tanta angustia desde hacía tiempo... de pronto una a una me iban cayendo todas las situaciones que habíamos atravesado y me sentía tan agobiada que era como un torbellino. Cada encuentro en plan "amantes", que él hubiera estado con otras y yo con otros... Martha, sus insultos, los del día del desfile, los de cada vez que me hablaba con odio... el rencor que siempre había sentido que me guardaba, joder... era demasiado para poder procesar.

Se quedó estatica en un principio y yo ya me estaba empezando a desesperar cuando me devolvió el abrazo. Suspiré más tranquilo por eso me sentí como enseguida escondió su cabeza en mi cuello y empezó a llorar. No hice nada por detenerla, ni la limpié las lágrimas, ni la dije que no llorara... Nada de nada, al contrarío, deje que llorara todo lo que quisiese mientras me limitaba a abrazarla más fuerte y a darla algún beso por el cuello. Había sido una situación muy estresante, y no solo eso, era la situación en general... Martha nos había usado como le daba la gana y si se pensaba era realmente para llorar. - Te quiero...-susurré así contra su cuello sin querer que lo olvidara y sin dejar de abrazarla ni un instante.

Ben me abrazó y continué llorando sin poder recomponerme por un buen rato hasta que me salieron algunas palabras. Yo era muy conversadora siempre, pero es que ahora no tenía nada para decir que pudiese realmente expresar lo mal que me sentía. -Y yo...- le respondí despacito, sintiendo como besaba de a poco mi cuello. -Todas las cosas que dijo de mí... joder, esas cosas horribles...- susurré pensando no sólo en esta visita sino en todas las veces que había hablado pestes de mí, es que ahora todo empezaba a tener sentido, a saber las cosas que le habría dicho a Ben de mí. Al menos Erik no se metía con él, solamente se aprovechaba de la situación y nada más, ni lo nombraba.

Asentí tranquilo cuando tras un buen rato dijo que también me quería pero no me gustó tanto que dijese lo demás, no me gustaba verla mal- Pero sabes que no son verdad... No te dejes manipular por ella- murmuré sin mencionar que yo mismo me había dejado manipular más de una vez, tanto cuando no recordaba nada como cuando había empezado a recordar... Es que Martha era jodida, sabía que decir exactamente para meterse en tu mente- Sabes que esta loca, da igual lo que te haya dicho, no pienses en eso- dije apartándome ya un poco de ella para poder mirarla a la cara. Suspiré y ahora si limpié un poco sus lágrimas- Lo siento mucho...-dije sintiéndolo de verás, no se merecía nada de esto, no era justo.

Fue diciendo eso y me dió algo de ánimo, sabía que no podía dejarme manipular por ella... al final era dejar que consiguiera lo que quería. Pero era dificil, eran meses de haber sido engañada. -Lo sé, tengo que pasar de ella... Tenemos que olvidarnos que existe.- murmuré cuando ya me miró diciendo eso. -También yo lo siento... Joder Ben, odio que haya jugado contigo este tiempo, que haya juagdo con los dos.- murmuré mirándolo a los ojos.