+18 Relajándonos en Río de Janeiro (Ben, Arlette, Gus)

Recuerdo del primer mensaje :

Arlette dijo eso y asentí, era cierto que a pesar de las miles de complicaciones, las ideas y venidas, y todo los rollos en los que nos veíamos inmersos... no nos estaba yendo tan mal. Seguíamos queriéndonos y eso ya era mucho decir.
El viaje se pasó entre una charla y otra, por primera vez lograba conversar con Arlette como si de verdad fuese una amiga, sin las presiones de la locura de las muertes de Gus y Ben, sin andarnos con indirectas ni nada así... demasiado habíamos pasado como para seguir buscando problemas, quizá era tiempo de aceptar que no estaba tan sola en el mundo... pero tampoco quería dejarme llevar demasiado por esa sensación.

Finalmente Gus y Ben se despertaron con las maniobras del aterrizaje en Río. Bajamos del avión y escuchar el brasilero ya era una sensación bonita. Una sola vez había estado en Río, había sido un viaje muy rápido con Zack y apenas había podido disfrutar de todo eso que decían de la gente de allí... y de las playas! Esperamos las maletas y me acerqué a Ben. -Morir cansa, no? Es que se han echado todo el viaje durmiendo...- murmuré de broma mirándolo y un poco también a Gus.

Ben dijo eso enseguida estando de acuerdo conmigo y sonreí mirándolo a los ojos cuando me tomó un poco del rostro con sus manos y se acercó a mis labios. Fue besándome con suavidad y continué el beso de la misma manera, realmente disfrutando de eso, así calmada. Me daba un poco lo mismo ahora que nos miraran o no, realmente tenía ganas de besarlo. Antes, apenas se habían largado a la habitación Arlettey Gus, ya había tenido la necesidad de hacerlo y lo cierto es que nadie era como él... adoraba sus besos, su manera de tocarme y cada parte de su boca me resultaba perfecta. Dejé que nuestras lenguas jugaran a su antojo, sin aumentar la intensidad, en un beso tranquilo... como no había habido aún entre nosotros desde su "resurrección".

Nos fuimos besando sin pausas pero sin prisas y disfruté de cada instante. Puede que no fuera el beso más sexy del mundo pero desde luego que a mi me estaba encantando.
Bajé mi mano hasta su nuca para que no se apartara y seguí besandola un poco más, jugando con su lengua, degustando sus labios... Explorando cada centímetro de su boca. Podría pasarme horas así con ella, de verdad que estar así de nuevo con ella tras todo lo que había pasado era casi un milagro.

No nos separamos enseguida, ni después, ni al rato... Ben me cogió de la nuca y continuamos así bastante tiempo, no me interesaba dejar de besarlo por nada del mundo. Acaricié un poco su cuello con una de mis manos, jugando con mis dedos en su barbilla y con la otra fui bajando por sus pectorales, paseando mis dedos como dibujando por allí y sintiendo como el beso iba siendo más profundo a cada instante. Mordí un poco su labio inferior separándome un segundo y lo miré sonriendo antes de volver a hundirme en sus labios, en serio que costaba entender como había pasado esas semanas sin él.

Seguramente fuese lo más surrealista que me había pasado en la vida pero poco me importaba estarme besando sobre esa cama con Alma totalmente desnudo y enfrente de mi prima y su esposo. Solo me importaba ella, sus besos y sus caricias... Mordió mi labio y sonreí antes de que me volviese a besar. Era condenadamente sexy cuando la daba la gana.
-Ey, ey, podéis parar ya- escuché a Arlette medio riendo tras un rato- Shh...-susurré de broma haciendo un gesto con la mano para que se callara mientras continuaba besando a Alma sin detenerme y mientras la ayudaba a quedar más cerca mío.

No parecíamos tener realmente grandes intenciones de detenernos y a estas alturas me daba lo mismo que estuviesen allí Arlette y Gus, en realidad aunque había comenzado en plan juego para hacer caso al "pedido" de Arlette lo cierto es que no lo estaba haciendo porque nos vieran, ya estaba en mi mundo y lo demás no importaba. Escuché a Arlette quejarse un poco y sonreí contra los labios de Ben por su respuesta mientras sentía como me llevaba más contra él, seguía acariciándolo despacio, besándolo también al mismo ritmo... no sabía cómo íbamos a detenernos ya, no parecía que ninguno de los dos tuviera ganas.

- Es para mataros, si lo llego a saber no digo nada- siguió Arlette quejándose. Pero lo mismo me daba. Fui besándola, y acariciando su cuello según me daba la gana. Bajé mis manos hasta su cintura y poco a poco la ayudé a tumbarse sobre la cama yendo un poco sobre ella. Era mi mujer joder, no quería cortarme y no lo pensaba hacer.
Pero Arlette no se daba por vencida tan fácil, así que sentí como se tumbaba a nuestro lado e iba besando un poco el hombro de Alma mientras me acariciaba un poco a mi en la espalda haciéndome suspirar por un momento como un imbécil.

Escuché a Arlette pero poco caso le hicimos. Ben siguió besándome, acariciando mi cuello mientras me ayudaba a tumbarme en la cama y venía un poco sobre mí. Ahora mismo me daba todo igual así que seguí acariciando su espalda, besándolo con toda la tranquilidad del mundo hasta que sentí como Arlette se acercaba ya dejando de lado eso de solamente mirar... Sonreí cuando besó mi hombro. -No puedes con tu genio, no?.- murmuré divertida contra los labios de Ben pero hablándole obviamente a ella. Ya me aparté algo de los labios de Ben y me giré a mirarla. -Además te dije que por algo guardábamos distancias... Ahora te la aguantas.- murmuré en broma mirándola a los ojos. Gus se fue acercando también, había quedado algo distanciado, mirando solamente la escena.

Alma se apartó finalmente de mis labios y mordí ligeramente su cuello como si me quejara, aunque con una sonrisa, es que Arlette era cierto que no podía con su genio!- No me gusta quedarme al margen, lo siento- susurró con cara de niña buena mientras la tomaba de la barbilla y la daba un pequeño beso. Mordió su labio y después fue mi turno pues cogió también mi barbilla y me besó a apenas unos centimetros de Alma. Joder... Seguí su beso mientras sentía como Gus también se acomodaba a nuestro otro lado y como se inclinaba para besar esta vez a Alma en los labios tras hacer que girara su cabeza hacía él sin tantas vueltas como antes en el sofá.

Sonreí por la cara de niña buena que ponía Arlette, si no la conociera hasta podía llegar a creerme su cara... pero no era el caso. Me besó enseguida y luego a Ben. Sabía que pasaría eso... que cuando empezara a besar a Ben en vez de encenderme me darían ganas de matarla por meterse en el medio, es que no era divertido ver como ella también se imponía nomás que por no quedarse al margen. Suspiré un poco y estaba por protestar cuando Gus se me acercó y me estampó un beso sin darme tiempo a nada. Sonreí un poco en sus labios retomando la cordura y aunque seguía acariciando a Ben, llevé la otra mano al cuello de Gus mientras sentía como me apretaba algo más contra el colchón profundizando el beso con ansiedad.

Según besaba a Arlette pude sentir como Alma se ponía de los nervios. Era bueno haber bebido antes de ella para sentir estas cosas y no tener problemas... Por lo que apenas rompimos el beso volví a centrarme en Alma, besando esta vez su cuello al ver que sus labios estaban ocupados por Gus, quién la apretaba contra el colchón e iba profundizando el beso poco a poco, degustando su boca de una manera que daba hasta escalofríos. Joder, y parecía tonto... Sonreí negando con la cabeza ante esa inesperada imagen y volví al cuello de Alma repartiendo pequeños besos y lamidas por allí, sintiendo su pulso bajó mi condenada lengua. Daban ganas incluso de morderla.

Gus no tenía intenciones de apartarse y de verdad que ahora no quería que lo hiciera. Subí mi mano enredándola en su cabello y enseguida suspiré al sentir como Ben volvía a mi cuello, besándome y lamiéndolo sin cortarse. Sonreí otra vez contenta de eso, de tenerlo cerca mío mientras Gus no paraba de recorrer mi boca con su lengua, estrujándome y desquiciándose, haciendo que me encendiera por la avidéz con la que lo hacía. Antes había sido todo un caballero pero ahora estaba claro que ya no teníamos demasiadas normas que respetar. Sentí la lengua de Ben en mi cuello y por el condenado vínculo supe que estaba deseando mi sangre.... Joder, era lo que me faltaba, quería que me mordiera lo deseaba más que nada en el mundo... pero no sabía si eso estaba bien o si todo podía desmadrarse.

Gus se apartó un segundo y mordió su barbilla con picardia y encantado de la vida- Creo que ya te estoy perdiendo el respeto- susurró de broma por como antes ella le había pedido eso. Pero no le dio tiempo a decir nada que ya la estaba aprisionando de nuevo contra la almohada besándola con ahínco mientras yo seguía por su cuello. De pronto sentí deseo en ella de que la mordiese y... No lo hice, porque no sabía si hacerlo, pero me desquité arañandola con mis colmillos levemente.
Por su parte Arlette odiaba quedarse al margen, lo odiaba más que nada, y ahora mismo lo estaba haciendo... Estábamos ambos pendientes de alguien que no era ella, es más, estábamos pendientes de Alma! Y no pensaba quedarse al margen, le daría algo... Así que con algo de rabia fue besando mi espalda para llamar mi atención (y tal vez molestar un poco, quien sabe), fue lamiendo despacito al tiempo que sus manos iban bajando hasta mi trasero sorprendiéndome. Me fue poniendo un poco de lado para poder llegar mejor a mi y antes de darme cuenta sentí sus manos en mi miembro haciéndome jadear, acariciándome despacito y poco a poco mientras iba repartiendo besos por mi espalda.

Me mordí un labio cuando Gus dijo eso, joder... ¿en qué momento había comenzado a ser tan sexy? No alcancé a responder nada proque ya estaba otra vez aprisionándome sobre la almohada, besándome sin cortarse para nada, haciéndome suspirar una y otra vez mientras sentía como Ben también se iba desquiciando un poco por mi cuello. Arlette estaba quedándose afuera y podía suponer que eso no duraría mucho tiempo... así que cuando sentí a Ben suspirar de placer y corté el beso un segundo para mirar, pude ver como ella estaba ya masturbándolo mientras besaba su espalda. Me mordí un labio un poco impactada por la imagen y volví a Gus enseguida. Mirándolo primero a los ojos mientras le daba caricias con mis dedos enredados en sus cabellos, no le dije nada sólo sonreí y lo atraje otra vez hacia mí dejando que devorara mi boca como antes. Algo que no tardó nada en hacer.

Bajé la mirada viendo como la mano de Arlette iba y venía por mi miembro y suspiré como un gilipollas- Eres una jodida- susurré por como había conseguido que la tuviésemos en cuenta- Lo sé, pero te encanta- me susurró medio sonriendo mientras continuaba con sus besos por mi espalda y masturbándome.
Sabía que Alma y Gus se habían detenido un momento a mirarnos pero no tardaron en volver a besarse. Devorándose como momentos antes... Pasados unos instantes y aprovechando que al haberme puesto de lado había dejado más a la vista el cuerpo de Alma llevó su mano hasta uno de sus pechos. Mordió sus labios y tras tomar su pecho se inclinó, pasando la lengua por su pezón por primera vez antes de comenzar a besarla despacito, sacándose las ganas que había tenido de hacer eso desde antes.

Escuché el diálogo de Ben y Arlette y sonreí interiormente.... de verdad que era jodida, pero también era entendible. Estaba todavía besando a Gus y sintiendo los besos de Ben en mi cuello, puesta completamente a eso cuando me sorprendió Gus comenzando a bajar con su mano hasta volver a tomar mi pecho en sus manos. Me mordió un labio y se apartó de mi boca haciendo que lo siguiera con la mirada, enseguida comenzó a lamer mi pezón, mirándome cada poco y provocándome con absoluto descaro. Antes había hecho eso con Arlette sin dejar de mirarme y ahora sentía que había tenido ganas de hacerlo conmigo desde el principio. Comenzó a besarme después los pechos y lo miré todo el rato ya que estaba algo apoyada en la almohada y podía hacerlo. -Quisiste hacerlo desde el principio, no?.- le susurré a Gus acariciando todavía su nuca, mientras mi otra mano viajaba por la nuca de Ben que seguía cerca de mi cuello. -Me gusta... quiero decir, eso de que me pierdas un poco el respeto.- murmuré provocadora mordiéndome un labio.

-Tal vez...-susurró Gus en tono misterioso mientras mordía su pezón, aunque no engañaba a nadie, lo había deseado y mucho- ¿Acaso no te gusta? ¿No quieres que continue?- susurró clavando su mirada en ella mientras pasaba la lengua por sus pechos y sus manos se aventuraban un poco por sus piernas. Le había gustado el juego ese de "hablar" con Alma así que en cuanto podía la provocaba. Era gracioso.
-Quiero que te corras Ben- soltó Arlette de pronto en mi oído sin ningún filtro haciendome temblar por lo fuerte y sexy que sonaba al mismo- Quiero que te corras mientras ves como mi esposo besa a tu esposa- susurró de una manera que me dió algo. Era fuerte, muy fuerte. Sobre todo cuando sentí como me apoyaba ya del todo en la cama y bajaba con su boca hasta mi miembro. No pude evitar mirar la imagen de Gus besando los pechos de Alma y... Era de locos! Era Gus con Alma... No le debería dejar hacer eso, ¿no?, ¿o si? Yo antes me había liado con su esposa como si nada... Al final no llegué a nada claro la verdad, pues Arlette iba con intensidad sobre mi miembro con su boca y yo solo podía jadear mientras mordía el hombro de Alma y apoyaba allí un poco mis labios.

Gus me respondió con picardía y sonreí mirándolo y entornando los ojos. -¿Te he dicho que te detuvieras, acaso?.- murmuré entre suspiros porque sus besos me estaban descontrolando. Escuché a Arlette y casi me da algo, pero sobre todo porque ya la ví dejar a Ben sobre el colchón y bajar a su miembro para comenzar a darle placer con su boca sin cortarse. Ben siguió con la cabeza girada hacia mí, besando y gimiendo en mi hombro y acaricié todavía su nuca. Sabía que estaba dudando, podía sentirlo... ver a Gus besándome no dejaría de ser raro para él, pero por eso no dejé tampoco de tocarlo, no pensaba hacerlo... no iba a volver a romper el contacto con él tan fácilmente. Gus bajó con sus manos a acariciar mis piernas y sonreí de lado mirándolo. -¿Te gusta tocarme?.- le pregunté provocadora mientras flexionaba levemente una de mis piernas y sentía como ponía su cuerpo todavía más contra el mío, apretujándome siempre un poco, como si no quisiera que fuese a escaparme o algo.

-No me lo podrías decir, sé que te esta gustando- susurró jugando mientras clavaba su mirada en ella según le preguntaba lo demás- Si, me gusta tocarte... Tienes unos pechos perfectos- susurró según acariciaba uno de ellos con su lengua al tiempo que la ponía un poco de lado cuando flexionó la pierna para quedar más cerca-¿Notas como me gusta?- susurró picaramente ya que al quedar ya tan pegados notaría lo excitado que estaba.
Alma me seguía acariciando del cuello y yo estaba que no daba más. Arlette no me daba nada de paz y verles besarse así era sexy aunque fuera raro de asumir. De verdad que estaba hecho un lío así que antes de darme cuenta y dejándome llevar por el deseo de sangre que había tenido antes desenfundé mis colmillos y me hundí en el cuello de Alma. A territorial no me ganaba nadie de esa habitación y a pesar de todo lo que estaba pasando quería que quedase claro que era mía, condenadamente mía. Así que no me corté y bebí de su sangre mientras Gus que había notado ese arrebato volvía a sus labios con vehemencia y bajaba ya del todo las manos hasta su sexo, comenzando a tocarla por primera vez despacito para que disfrutara de todo eso.

Me mordí un labio cuando Gus dijo eso dando por echo que me gustaba... claro que lo hacía. Luego ya dijo lo demás respondiendo que le gustaba tocarme y mis pechos y sonreí mirándolo antes de que me sorprendiera ya poniéndose algo más cerca mío. Me dejó entonces sentir su erección y suspiré encendiéndome enseguida... no podía ser más sexy todo eso. -Joder... Sí, lo noto... Lo noto perfectamente.- respondí con picardía entre suspiros antes de que me sorprendiera ya Ben mordiéndome sin cortarse. De verdad que no me lo había imaginado por nada del mundo, sabía que estaba excitadísimo culpa de Arlette pero ese arrebato me sacudió de placer. Gemí sin poder evitarlo y pude sentir por el vínculo de sangre lo al límite que estaba, pero también... esa necesidad de marcar su territorio. No podía ponerme más todo eso, el sentir que le desesperaba verme con Gus pero que quería dejar en claro quién era él. Fui jadeando y relajándome, disfrutando de todo eso como nunca en la vida mientras ya sentía como como Gus me besaba otra vez devorándome la boca (quizá también llevado por eso de oler mi sangre) al tiempo que empezaba a bajar sus manos a mi sexo, tocándome por primera vez.

La sangre acaleró todo, sabía que con cuatro vampiros en esa cama no era lo mas sensato pero también era parte del morbo. Arlette bajó un poco la intensidad para dejarme beber con comodidad y Gus fue acariciando poco a poco el sexo de Alma para que disfrutara y terminar de excitarla.
Sabía que no me podía pasar, ya había bebido de ella en Paris y me había pasado así que debía beber poco de ella pero aún así lo disfruté con toda mi alma. Habíamos empezado todo eso nosotros en esa cama y de una manera o de otra habíamos acabado "separados" así que el sentirnos aunque fuera por la sangre era lo menos que nos debíamos.
Bebí de ella hasta notar que era suficiente y me quedé después besando un poquito su herida hasta que se cerró para no correr riesgos. Gus seguía devorando sus labios y noté como la apretaba un poco mas contra él-Quiero que me sientas en tu interior-susurró en sus labios antes de morder su barbilla e ir subiendo con pequeños besos hasta su oído-Dejame follarte- susurró bien bajito en su oído sin parar de acariciar su sexo pero pidiendo permiso, como lo había hecho al principio para simplemente mirar.

La sangre era ahora mismo lo único en lo que pensábamos todos. Yo, por mi parte, estaba en el séptimo cielo en serio... No podía estar disfrutando más de todo eso. Estiré mi cuello para dejar a Ben beber hasta que le diera la gana y acaricié su nuca incitándolo a que continuara sin cortarse. No iba a cortarlo aunque se pasara... no me importaba en absoluto, sólo quería sentir otra vez el vínculo con él, desquiciarme con él, pasar cada una de las experiencias con él.
Se separó de mi cuello y fue lamiendo de a poco hasta que mis heridas se cerraron, casi que velando por mi sangre hasta que la última gota desapareció en su garganta. Y desde ya que me estremecí ante esa sensación, hasta qué punto estaba siendo territorial era algo que no dejaba de excitarme.
Enseguida Gus volvió a besarme con avidéz y llamó mi atención estrujándome contra el colchón y pidiéndome todo eso al oído. Joder... ¿cómo podía hablarme así y ser tan sexy? -Hazlo.- dije sin cortarme mordiendo sus labios. A estas alturas estaba claro que lo deseaba y no creía que Ben fuera a molestarse. -También te deseo, quiero sentirte.- murmuré con indecencia mientras bajaba mi mano y acariciaba distraídamente su erección. Yo misma estaba al límite tras todo eso de la sangre así que no podía pensar ya en otra cosa.

Arlette y Gus intercambiaron un par de miradas (supongo que también tenian sus códigos de matrimonio, que sé yo) pero no fui apenas consciente por todo lo que estaba pasando-Cambio de planes, quiero que acabes en mi interior- me susurró Arlette mientras se iba viniendo sobre mi. Se veía que el olor de la sangre nos había terminado de poner a mil en un segundo así que era lógico que ella también quisiese disfrutar un poco... Me ayudó a hundirme en su interior y tras comenzar a moverse un poco sobre mi marcando el ritmo de las embestidas no me pude aguantar y la hice girar rápidamente hasta dejarla contra el colchón ahora a ella tumbada. Habíamos estado todo el rato haciendo lo que ella quería, ahora era mi turno de desquitarme un poco. 
Por su parte Gus estaba encantado, Alma había aceptado y los demás no nos habíamos quejado así que tras alguna caricia más comenzó a hundirse por fin en su interior. Jadeó ligeramente y comenzó a penetrarla una vez tras otra, sin acelerarse demasiado, disfrutando de cada embestida mientras volvía a su boca, besándola y mordiendo sus labios en cuanto podía.

Escuché a Arlette y ví como Ben la hacía girar dejándola contra el colchón sin cortarse para nada... Entendía que ahora mismo quería disfrutar ella también pero sobre todo podía sentir lo acelerado que iba Ben algo que me enloquecía tras todo eso de la sangre, adoraba sentir que pese a toda la locura de esta noche era absolutamente mío y yo era suya. Iba a decir algo pero no dije nada porque ya Gus estaba volviendo a mis labios, comenzando a penetrarme sin acelerarse lo que me había sorprendido un poco y también me había encantado... Se movió con profundidad, hundiéndose en mi boca y suspiré de placer en sus labios apenas lo sentí dentro mío. Se vino bien sobre mí y entonces acaricié su espalda con una de mis manos mientras jugaba ya con la otra en su nuca. Ayudándolo a besarme con más profundidad pero sin acelerarme tampoco para nada. Iba excitada pero también quería disfrutar al máximo y ese ritmo que acababa de plantear, un poco de irnos descubriendo de a poco, estaba encantándome.

Arlette y yo íbamos mucho más acelerados pero es que no tenía nada que ver, a mi Arlette me había estado masturbando un buen rato y eso unido a la sangre es que ya no daba más. Estaba totalmente al límite. Así que fui hundiéndome en ella con intensidad según notaba como cada vez gemía más y más. De reojo podía ver también a Gus y a Alma y es que me daba algo... Era una situación de locos.
Suspiré cuando me tomó Arlette del cuello para besarme y seguimos así por unos instantes más hasta que llegamos al orgasmo mientras Alma y Gus seguían a lo suyo a su propio ritmo.

Ben y Arlette iban mucho más acelerados así que en poco rato ya acabaron llegando al orgasmo. Sentirlos gemir al lado mío no dejaba de ser rarísimo... era la segunda vez que Ben se tiraba a Arlette en esa misma noche y pensarlo no dejaba de ser realmente fuerte.
Seguramente me habría hasta enfadado por los repentinos "cambios de planes" de Arlette si no fuera porque Gus estaba sobre mí, entreteniéndome y llamando mi atención completamente concentrado, apenas había mirado hacia el costado... no es que no le importara lo que pasaba con su esposa, pero estaba claro que ahora mismo estaba más interesado en lo que pasaba conmigo, desde el principio habíamos estado yendo lentos y yo no podía quejarme porque estaba sintiendo mucho placer de verdad. Lo besé y ordí algo su labio inferior provocándolo todavía mientras lo miraba y lo sentía hundirse en mí. -¿Te gusta?.- susurré mirándolo y siguiendo con eso de hablar un poco con él, mientras flexionaba las piernas a los lados para estar más cómodos. -Así, lento... Porque a mí me está encantando... sentirte.- susurré sin dejar de provocarlo.