+18 Viendo una peli (Erik)

Recuerdo del primer mensaje :

Llegué al cine un poco porque estaba aburrida y no tenía nada entretenido para hacer... enseguida me quedé mirando la cartelera. No solía tenerle demasiada fe al cine de Fell's Church pero quizá me diera una grata sorpresa al final y dieran alguna que valía algo la pena.

-Jaja, es que las dos cosas van de la mano.-rió.-No sé qué más puedo contarte de mi adolescencia... era un crío idiota que solo pensaba en follar. En desvirgar a jovencitas. Era un absoluto cabrón.-suspiró pensando en aquellos tiempos.-Estuve un año de intercambio en España, en Barcelona... fue lo mejor del mundo.-dijo.-Fiesta todo el día... la gente era simpatiquísima.-bebió otro trago.-Ahí conocí a Ana... uff, Ana.-empezó a reír.-Ella tenía 23 y yo 17, esa chica me enseñó un montón de cosas...

-Suena bien.- dije por lo de Barcelona y lo de Ana... -Pues yo no fui nunca demasiado... mmm... no sé cómo decirlo... traje problemas enseguida, me daba lo mismo lo que dijeran de mí y hacía lo que me daba la gana... Supongo que ser mujer y acostarse con quien te gusta así como así, no da una muy buena imagen...- dije con una leve sonrisa.

Escuchó lo que Alma decía.
-Eso es lo que les pasa a las señoritas.-dijo riendo. Se encendió otro cigarrillo.-Los hombres somos malos de nacimiento, si hacemos algo mal, nos lo perdonan, está en nuestra naturaleza. Vosotras las mujeres tenéis que cuidaros más de chicos como yo...-guiñó un ojo.

-Chicos como tú?.- dije mirándolo con una sonrisa mientras bebía. -Mira, no tienes idea de los sitios por los que he andado y los tíos con los que he estado... ahora mismo eres casi un alivio para mí.- le dije sin dejar de mirarlo a los ojos y volví a beber, claramente el alcohol hacía que dijera más de lo que quería... pero nada de lo que había dicho era falso.

Erik se encogió de hombros ante lo que dijo Alma.
Dio una calada a su cigarro y el sorbo final a su copa.
-Bueno, yo me he acabado mi copa... ¿no crees que es hora de que vayamos a mi casa?-miró su reloj.-A esta hora las mujercitas están durmiendo.

-Vale.- dije sin pensarlo demasiado... me sentía mejor después de haber bebido un poco y con suerte sería una noche más en la que haría lo imposible para no extrañar al estúpido de Ben.
Dejé el dinero y me puse de pié cogiendo la cartera. -Si no soy una mujercita... ¿qué soy?.- dije con una sonrisa mirándolo de pronto.
-Piénsate bien la respuesta.- dije después sin dejar de mirarlo con picardía.

Erik rió y la miró desde arriba (puesto a que era bastante más alto) mientras estaba apoyado en la pared.
-Hmm...-se tocó la barbilla.-Eres una lolita.-dijo arqueando una ceja. Se acercó a ella hasta notar su respiración y se apartó. Le gustaba "jugar" con las chicas.

-¿Una lolita? Vale... pudo ser peor...- dije con una sonrisa y ya comenzamos a caminar para salir del bar.

-Eres una lolita. Eres... joven, coqueta, no sé. Quizás el alcohol me esté haciendo efecto.-dijo comenzando a andar. Se volvió a colocar el pelo y se puso un cigarro en la boca.-Vamos en mi coche, está aparcado ahí.-dijo señalándolo, era un corvette negro del '76. Erik era bastante extravagante y pretencioso; y eso se veía reflejado en sus coches, en su casa y en su gusto para las mujeres.

Asentí con una sonrisa cuando decía eso y enseguida ví el coche... era bastante aficionada a los coches y solía manejar a cualquier velocidad... pero no tenía ahora coche.
Me subí del lado del copiloto y esperé que lo pusiera en marcha. -Pon algo de música.- le dije sin dejar demasiado opción a que se opusiera...

Erik encendió la radio y sonó el ipod que tenía conectado al coche. Sonaba Orgasm Addict. Aunque no lo pareciera, Erik era un amante del punk. Sonrió y puso la canción a tope. Empezó a acelerar. Le encantaba la velocidad.
En cuestión de minutos estacionaron en su casa. Una casa ultra-moderna europea que le había costado un ojo de la cara.

-Y esta es mi casa.-dijo bajando del coche.

Lo puso en marcha a toda velocidad para mi satisfacción, tener un coche así para ir paseando era un despropósito.
Sonaron los Buzzcocks y sonreí mientras cerraba apenas los ojos para sentir la velocidad y la musica, me gustaba eso... podía desaparecer por un rato de esta ciudad aburrida.

Llegamos a su casa al rato. Era realmente moderna y me gustaba por donde la miraba, no tenía nada que ver con Fell's y eso de algún modo me alivió... cada vez quería saber menos con Fell's.
-Explícame eso de que llevabas construyéndola un tiempo...- dije bajándome del coche. -Eres arquitecto o algo... o es que tienes buen gusto y ya.- le dije mirándolo con una leve sonrisa y luego miré la casa.

-Tengo buen gusto.-la miró de arriba a abajo con una mirada picarona.-Pues... primero compré el terreno, con la casa que había aquí... una típica casita de pueblo... grande, sí, pero no era mi gusto. Así que la demolí y empecé a hacerme una, para mí.-dijo sentándose en uno de los sillones del recibidor. La invitó con la mirada a hacer lo mismo.

Me senté con él en el recibidor... la verdad es que la casa era preciosa, pero seguía sin ser lógico que acabara en esta parte del mundo con una casa así...
-Mi casa es bastante más pequeña... pero me gusta, la decoré yo misma y en fin... no tenía tampoco demasiado dinero en ese momento.- un par de campañas en Roma, Milán y París me habían dado mucho más dinero del que gastaba... pero seguí sin tocar un centavo del fideicomiso de mis padres.

-Ya...-escuchó atento. Se encendió un cigarrillo y la miró fijamente mientras estaba medio acostado en uno de los sillones.-Supongo que la conoceré, ¿no?-sonrió.

Sonreí cuando dijo eso, saqué también un cigarro y lo encendí dejando luego que el humo saliera lentamente. -Ya veremos... puede que sí.- dije mientras me recostaba en el banco y cerraba un instante los ojos. -Odio este pueblo y a la vez... no puedo terminar de odiarlo del todo y entonces otra vez vuelvo...- dije pensando en voz alta.
Abrí los ojos. -Cuéntame de tí... puedes seguir hablándome de tus inicios descarados en el sexo, no es mal tema...- dije con una sonrisa.

-Jajaja...-dio una calada a su cigarro.-Después de esa tal Ana... pues hubieron muchas más chicas. Rubias, pelirrojas, asiáticas, afroamericanas, latinas...-suspiró.-No sé qué más contarte...-dijo dudoso... se levantó y le ofreció la mano a Alma para que se levantara con él.

Sonreí cuando dijo todo eso... y luego me puse de pié y lo seguí. -Nunca has pensado que existen muchas más cosas alrededor nuestro de las que somos capaces de entender?...- le dije pensando en los vampiros y en la sangre de Ben que ya se me había ido del todo... claramente el alcohol me había deshinibido porque no eran cosas que diría así como así. -Tienes tequila?.- le pregunté.

Erik ignoró el comentario que Alma le había hecho, no le gustaba mantener charlas muy profundas con gente no muy cercana, le hacían sentir vulnerable.
-Sí, tengo tequila y todo lo que quieras.-dijo. Se fue al minibar y sacó una botella de tequila.-Hoy estoy vago como para hacerte un cóctel.-dijo acercándose y dándole la botella.-Pero si quieres, puedo hacerte otras cosas...-susurró a su oído.

Escuché lo primero que dijo y cogí la botella destapándola...
-Trae limón y sal... ya veremos qué eres capáz de hacer.- dije mirándolo luego de que susurrara a mi oído eso, de verdad me había estremecido... pero ahora me daban ganas de jugar, y por definición no me gustaba quedarme con las ganas.

Erik sonrió y se dirigió a la cocina a por limón y sal. Sacó un par de copas y las llevó al salón. Le entregó una copa a Alma y se quedó él la otra. Dejó los limones y la sal en la mesa.
-Bueno, ahora es hora de que me cuentes tu vida...

Sonreí, me acerqué y coloqué el limón suavemente en sus labios luego tomé su mano y puse algo de sal en su muñeca. -No es una vida interesante.- susurré. Me aproximé a su muñeca llevándola a la altura de mis labios y la lamí lenta y sensualmente, enseguida bebí el tequila y me acerqué a sus labios para cojer el limón.
Suspiré. -Qué quieres saber?.- pregunté después como si nada hubiese ocurrido sin dejar de clavar mis ojos en los suyos.

Erik se quedó sin inmutar mientras Alma le lamía la muñeca.
-No sé...-dijo mientras sonreía de medio-lado.-Lo que tú quieras contarme.

-Me fui de casa a los 15 con un chico, no estaba enamorada... pero quería desaparecer y era mi mejor opción... seguí con él hasta que fue insostenible...- dije mirándolo y pasándole la sal para que ahora él escogiera sitio. -Desde entonces he sido algo... desconfiada... hasta que conocí a Ben.- ni siquiera sabía cómo había logrado hablar de él, pero el alcohol estaba ayudando a que no pensara... Me quedé mirándolo, era su turno de beber tequila.

-Vaya... una vida interesante.-dijo encendiéndose un cigarro.-¿Y qué tal con Ben?-preguntó.-¿Cuánto lleváis?