+18 Viendo una peli (Erik)

Recuerdo del primer mensaje :

Llegué al cine un poco porque estaba aburrida y no tenía nada entretenido para hacer... enseguida me quedé mirando la cartelera. No solía tenerle demasiada fe al cine de Fell's Church pero quizá me diera una grata sorpresa al final y dieran alguna que valía algo la pena.

Erik no podía parar de darle, pero se estaba comenzando a cansar, ya que entre sostener el peso de Alma y embestirla... así que sin dejar de penetrarla en ningún momento la cogió en brazos hasta la cama y se puso él debajo para que ella hiciera todo el trabajo, y así descansar un poco.

Me cogió en brazos y me tumbó en la cama dejando sobre él sin dejar de penetrarme, definitivamente estaba siendo muy bueno.
Comencé a moverme más rápidamente y además buscando una mayor profundidad en los movimientos al tiempo que sentía sus respiraciones entrecortadas.

Cuando Alma se puso arriba, de veras que sintió ganas de acabar justo ahí; pero se aguantó las ganas para prolongar más el sexo. La cogió de las nalgas y él la iba moviendo en círculos. Se levantó y empezó a lamer sus pezones, pero en ningún momento sin parar de penetrarla. Besó su cuello y comenzó a gemirle al oído.

Continué moviéndome sin cortarme en nada y comenzó a acompañar los movimientos en círculos haciendo que cerrara automáticamente los ojos y echara mi cabeza hacia atrás para disfrutar más todo.
En eso estaba cuando me sorprendió incorporándose un poco y comenzó a lamer mis pezones y luego llegó a mi cuello, sus gemidos cerca de mi oído casi me enloquecen, estaba totalmente excitada y cada cosa me gustaba más.

Después de un buen rato de embestidas, Erik estaba cansado, así que la agarró de las nalgas de manera muy brusca -llegando incluso a arañarla sin querer- y empezó a darle más fuerte. Sus gemidos eran cada vez más fuertes. Estaba a punto.

Cuando me cogió con más fuerza aproveché y me moví también con más pasión, yendo más y más fuerte para que se moviera más rápido dentro de mí, ya estábamos los dos totalmente excitados y no faltaba nada para que llegáramos al clímax.

Erik empezó a moverse como un loco mientras cmenzaba a eyacular, y a su vez, cogía de los muslos a Alma.
-Joder...-dijo al acabar.-¿Has acabado tú?-preguntó secándose el sudor de la frente.

-Shhh...- dije volviendo a su boca con una sonrisa que dejaba bastante en claro que había acabado. -Dije callados...- murmuré contra sus labios antes de morderlos, respiré un instante y ya me quité de encima suyo para tumbarme en la cama.

Erik la miró sonriente. Se tumbó en la cama junto a ella y la miró desnuda.
-Tienes buenas tetas...-dijo con una sonrisa en los labios. Cogió la cajetilla de cigarros que tenía encima de la mesa y sacó dos. Le dio uno a Alma y le dio el mechero para que se lo encendiera.

-Buenas tetas?.- le pregunté encendiéndome el cigarro y pasándole después el mechero mientras me incorporaba un poco y me las miraba. -No sé, no creo... me gustan más mis piernas.- dije mirándolo de reojo.
-Y tu tienes unos labios...- dije y mordí los míos. -Me gustan.- sonreí y le dí una calada al cigarro.

-Sí, tienes buenas piernas también, pero yo soy un tío de tetas.-dijo dándole una calada a su cigarrillo.-Hay dos tipos de tíos en este mundo: los tíos de tetas y los tíos de piernas. Bueno, también están los maricones que no les gustan ni las piernas ni las tetas, pero no cuentan. A lo que iba. Yo prefiero las tetas. Las tetas las chupas, estrujas, te puedes hacer una paja con ellas... Pero las piernas... si las chupas estrujas y te haces una paja con ellas es que eres un rarito.-dijo mientras acariciaba sus pechos e iba bajando poco a poco.

Escuché lo que decía y me hacía gracia que fuera tan jodidamente directo e "incorrecto". -Ya... pues no sé, si tú lo dices... no le he prestado tanta atención a esas clasificaciones...- le dije en un susurro porque ya comenzaba a besarme otra vez.

Erik la besó casi interrumpiendo lo que Alma decía.
-Ya bueno, es que soy distinto.-dijo dejando el cigarro en el cenicero.-Solo yo me fijo en esas cosas... y solo yo me las planteo.-sonrió y se colocó el pelo.-Soy raro... pero no un rarito de estos friquis que no follan nunca.-dijo rascándose la oreja.-Soy raro para bien, es decir, soy excepcional, un tío que destaca.-dijo sin tapujos, Erik era un poco creído pero era lo mínimo que sería una persona con su estatus, su dinero y su belleza.

-Ya... y eres modesto además.- le dije en broma por todo lo bueno que decía de él mientras volvía a sentir sus besos.
-Es la única clasificación que tienes? O te has inventado alguna otra?...- le pregunté antes de volver a besarlo esta vez yo jugando con sus labios que me gustaban mucho.

-Hmm... mi único defecto era la modestia. Ahora soy perfecto.-dijo guiñando un ojo, después, Alma le volvió a besar.-No sé, tengo más, pero ahora no se me ocurre ninguna, no estoy inspirado.-dijo sonriendo.-Ahora cuéntame algo de tu vida, no sé, lo primero que se te venga a la cabeza. No sé nada sobre ti y tú sabes demasiadas cosas sobre mí...

-Nah... de tí sólo sé que eres perfecto.- le dije en broma antes de besarlo. Me separé de sus labios. -Yo tengo una pequeña clasificación...- dije recordando eso y mirándolo a los ojos. -Siempre he creído que soy del grupo de las personas que hacen lo que les da la gana...- dije porque era cierto que siempre lo decía. -Están los que hacen lo que deben porque quieren hacerlo, los que hacen lo que deben pero igual se quejan... pues yo ni me detengo a pensar qué es lo que debería hacer... simplemente hago lo que me viene en gana.- le dije con una leve sonrisa. No me creía especial, no lo era... pero la pasaba bastante bien y sabái disfrutar de los momentos sin hacerme demasiados planteos.

-Ya, bueno...-dijo cogiendo el cigarro que tenía en el cenicero y poniéndoselo nuevamente en la boca, dio una calada.-Yo también me considero de ese grupo de personas.-dijo mirándola fijamente.-No sé, soy un tipo raro. No me enamoro, soy un cabrón... solo una vez tuve novia.-suspiró.-Y me porté realmente mal con ella. Ella era una chica dulce, guapa, delicada... no me merecía.-dio otra calada a su cigarrillo.-Yo la quise, pero a mi manera. Duramos cuatro años, desde los 18 hasta los 22. La conocí en un descanso de un seminario. Estaba leyendo "El guardián del centeno".-hizo una pausa.-Un buen libro, desde luego. Me acerqué a ella y la abordé. Nos fuimos conociendo más y más y empezamos a salir; pero yo, al pasar el tiempo empecé a tentarme con otras chicas.-dio otra calada a su cigarrillo.-Me acosté con un montón de chicas cuando salía con ella. Y ella, lo sabía, pero nunca me dijo nada.-dijo mirando al techo.-No sé, yo creía que íbamos a casarnos, era la esposa ideal. Estudiaba historia del arte, era culta, una chica fina, la típica chica que les presentas a tus padres... pero yo fui un cabrón. Y en parte, no sé, me arrepiento. Le hice mucho daño y cuando me di cuenta de lo mucho que la estaba jodiendo, decidí dejarla, para no acabar con ella.-dio la última calada a su cigarrillo y lo apagó, después lo tiró al cenicero.-Y además, luego hubo otra chica... Ana... creo que te hablé de ella. Resulta que nos volvimos a reencontrar ya cuando yo tenía 21, y no sé, cambió completamente su personalidad, e hizo... pues, no sé... yo con ella me sentía feliz.-suspiró.-Es la sensación más parecida que he tenido a lo que la gente suele denominar enamorarse.

Sonreí escuchando todo lo que decía... al final podía ser un cabrón pero estaba contándome bastantes cosas de su vida.
-Sí, me hablaste de Ana...- le dije recordando eso. -Y siento que hayas sido cabrón, pero más todavía de que te arrepientas... es decir... a veces las cosas no están dentro de nuestro control. No sé...- cogí el cigarro y le dí una calada. -La verdad paso de controlarme... es una tontería, no me interesa ya negar quien soy, por eso con Ben era fácil... podía estar con él y quererlo, y también estar contigo aquí en tu cama... no me gusta sentirme culpable. La cagué demasiadas veces y ya no quiero más esa sensación.- dije encogiéndome de hombros, entendía eso de lo de la chica de "El guardián del cenceno", había dejado a Stefan y antes a Zack... sólo por seguir mis instintos... y no era bonito saber que le jodías la vida a los demás.

-Ya bueno... pero la mayoría de la gente no tiene eso en la cabeza.-dijo encendiéndose otro cigarrillo.-La mayoría de las personas creen que amar es sinónimo de ser monógamo... y ese concepto es erróneo.-dijo dándole una calada a su cigarro.-Yo me sentiría bien si tuviera una novia que me esperara en casa por la noche después de haberme acostado con varias chicas en una fiesta, pero... ¿es eso lo moralmente correcto? Es decir, haciendo ese tipo de cosas, acabas haciéndole daño a la otra persona y acabas jodiendo la relación. No puedes ser tan pasivo y no ser celoso... Quiero decir, no sé, si lo hacen a tus espaldas, vale. Pero... ¿si los pillas en la cama? ¿no te enrabiarías? Pues sí. Y al saber que tu pareja se acuesta con otra persona, te imaginas a tu pareja con otra persona que no seas tú en la cama; y eso, a la larga, acaba jodiendo las relaciones. Siempre hay alguien que no está a gusto.-la miró fijamente.-Es decir, yo como tío, si me acuesto con otras, lo hago solo para echar un polvo, pero si mi chica, se acuesta con otro, es porque no está bien conmigo... es porque las chicas sóis... más sensitivas, más lógicas.-se rascó la barba que llevaba, no era una gran barba, tan solo una barba de dos-tres días.-Quiero decir, si vosotras os acostáis con alguien, luego, pues... no sé, quedáis a menudo con el chico, y acabáis sintiendo algo por él. Lo queráis o no, está en vuestro interior.

-Ya... puede ser...- dije pensando todo eso. -Pero a mí no se me aplica.- dije encogiéndome de hombros con una leve sonrisa, fumé un poco más.
-Me pone celosa saber que mi chico puede llegar a sentir algo por otra... pero si sé que sólo es un polvo y que me quiere sólo a mí no me jode, mientras luego vuelva y acabe en mi cama, está bien para mí.- dije sinceramente porque así eran las cosas con Ben.
-Es tener claro que te quieres y ya, luego si cada quien se divierte por ahí es tema de cada quien... pero no voy a mezclar los sentimientos enseguida, no sé... no soy así.- le dije mirándolo.
-Si pillara a mi chico con otra sería un desastre... pero bueno, es cosa de poner reglas y estar de acuerdo... No sé, con Ben no quedábamos en casa con otras personas, era nuestro sitio, nuestra cama.- le expliqué, me deprimía un poco pensar eso... porque había adorado esa jodida cama.

-Ya, bueno...-dijo mirándola, se dio la vuelta para ponerse cara a cara, ya que antes estaba boca arriba y no podía mirarla bien. Notó cierta melancolía en sus palabras.-¿Estás bien? ¿necesitas hablar?-preguntó mirándola fijamente a los ojos. No solía ser nada empático con la gente, pero tenía la sensación de que Alma necesitaba desahogarse con alguien. El sexo sin sentido no era para nada una buena terapia contra el mal de amores.

-No, estoy bien... lo extraño supongo, y pensar en todo esto un poco me deprime... pero nada más.- le dije siendo sincera.
-Para ser un cabrón no eres tan antipático... he sido mucho menos considerada en ocasiones...- le dije con una leve sonrisa porque al fin y al cabo había acabado contándome sobre su vida y preocupándose bastante sinceramente por mí, o eso parecía.

-Ya, bueno, no sé.-dijo encogiéndose de hombros, no sabía porqué se estaba abriendo ante Alma en ese momento, de hecho no solía hacerlo con nadie, y menos con una chica con la que acababa de echar un polvo. Le echó la culpa al pueblo, y su clima, y todo lo que conllevaba.-Tienes que buscarte un novio en condiciones, un tío que mole, no sé, un tío que te quiera y te cuide.

Sonreí cuando dijo eso. -Nah... no necesito a nadie, ya estuve con uno bastante perfecto.- dije recordando a Stefan. -Y aún así no funcionó, es que no soy tan perfecta como tú...- le dije en broma, Stefan había hecho exactamente lo que un buen chico haría y no había sido suficiente para mí.
-Sé estar sola y siempre puedo echarme buenas compañías...- le dije haciéndole un guiño mientras apagaba el cigarro.

-Venga, no me jodas, las tías no podéis estar solas.-la miró fijamente.-Seguro que dentro de un par de semanas tocarás mi timbre y echaremos un polvo, y luego me hablarás de tu novio el nosequién que es tan maravillosamente guay y es el mejor, y le amas, y sabes que le vas a amar el resto de tu vida.-dijo riendo y acabando su cigarro.