Mejorando un conjuro (Bonnie)

Se dice que Se dice que cada brujo tiene su poder de algún elemento de la naturaleza, por lo que había escuchado a mis padres la mayoría utiliza el fuego puesto a que dé el obtienen la mayor fuerza que necesitan sobre todo al momento de realizar un hechizo poderoso, pero en mi caso era el agua ese líquido vital el cual me hacía sentir más fuerte cada vez que realizaba algún hechizo por más simple que fuera. Intentaba mejorar un hechizo que había visto en uno de los grimorios de mi padre y el cual por algún motivo estaba incompleto por lo cual aproveche aquella hermosa noche de cielo despejado y con un sinfín de estrellas y la más grande luna llena que pude haber visto en mucho tiempo. La luna aquel astro que hace que las mareas asciendan por lo cual me sentía completamente lleno de fuerza.
 
El hechizo lo había memorizado por lo cual el grimorio familiar seguía muy bien resguardado en la casa porque no me gustaría que aquellos conocimientos fueran a parar en las manos de alguien que lo fuera a utilizar de alguna forma negativa. Estaba concentrado en el conjuro cerca de la fuente por algún motivo cada que estaba en proximidad del agua no me concentraba en nada más que en lo que hacía y a [url=#]mi pesar[/url] y sobre todo la preocupación de mi hermana eso era una mala idea y una mala estrategia porque cualquiera podría hacerme algo por mi descuido pero hasta este momento siempre estaba a salvo de todo.

Estaba bastante agobiada con todo lo que estaba pasando. Todo eso de que por ser bruja todos te buscaran para solucionar sus problemas, sobre todo los vampiros. Todavía recordaba cuando mi abuela me contaba que provenía de un linaje de bruja de Salem. Con Elena siempre nos reíamos de ello hasta que un día simplemente no pude seguir engañándome con que las cosas mágicas que pasaban a mi alrededor no se debían a que era una bruja.
Con el tiempo por suerte aprendí a sobrellevarlo y ahora no es tanto una carga para mi, aunque no negaré que hecho de menos cuando era solo una humana corriente sin saber nada de magia y no teníamos vampiros cerca. 
Mientras pensaba en todo eso paseaba por las calles de Fell's Church buscando algo de tranquilidad y poder poner mis pensamientos en orden. Estaba pasando por la plaza cuando veo a un chico en la fuente que parecía estar haciendo magia. Al principio pensé que no podía ser ya que nadie en su sano juicio haría magia en mitad del pueblo, sobre todo con los vampiros rondando por aquí. Finalmente la curiosidad me ganó y me acerque a la fuente hasta llegar a donde estaba el chico. Al parecer no se había dado cuenta de mi presencia hasta que me encontré justo detrás de el. - Sabes que hacer magia en mitad del pueblo no es una buena idea, ¿no? - Le dije con una pequeña sonrisa mientras le miraba esperando su respuesta, que sin duda no tardaría en llegar.

Estaba tan concentrado en realizar aquel hechizo que al escuchar la voz lo único que pude hacer fue el mojarnos a ambos puesto a que el agua estaba flotando – Y a ti no te han dicho que asustar así a alguien está mal – Le decía algo molesto ignorando por completo que había mencionado la palabra magia, sin duda era alguien que sabía de la existencia de nosotros los brujos – Si te aseguras que no hay nadie más en un momento nos secó a ambos – Le decía dando un vistazo rápido para concentrarme y que una suave brisa nos rodeara para terminar completamente secos en un par de minutos.
 

-Ahora volviendo al inicio, me sorprende que sepas sobre magia – Tenia una sensación extraña al estar tan cerca de ella como si algo me resultara familiar pero no sabía bien que era – Lamento mi mala educación mi nombre es Artemis – Extendía mi mano para saludarla aunque mi intención no era ser educado era poder confirmar aquel presentimiento que me decía que ella era una bruja, los consejos de mis padres siempre me ayudaban en momentos como este puesto a que recuerdo algo que me había dicho mi madre “Una bruja o algún brujo siempre sabe la naturaleza de alguien mas al estar cerca de el pero el tacto nunca miente”

Después de lo que le había dicho al chico sentí como me caía el agua encima, mojándome por completo al igual que a el.  
Sonreí al escuchar el tono molesto en su voz. - No, nunca me lo han dicho porque generalmente no voy asustando a los demás. Claro que no todos los días te encuentras a un chico haciendo magia en mitad del pueblo. - le dije todavía sonriendo mientras le miraba y me cruzaba de brazos.
Miré alrededor como me había dicho pero no había nadie aparte de nosotros dos. - No hay nadie aparte de nosotros dos por aquí. - le dije como si fuera obvio por lo que el chico, el cual todavía no sabia su nombre conjuró un hechizo dejándonos a los dos completamente secos.

Sonreí al escucharlo sonar sorprendido de que supiera sobre la magia cuando en este pueblo lo raro era que no supieras nada del mundo sobrenatural que había a nuestro alrededor. - ¿Tanto te sorprende? Digo este pueblo esta lleno de seres sobrenaturales, no debería sorprenderte tanto. - Le dije con una sonrisa mientras escuchaba como se presentaba. Al parecer se llamaba Artemis. Sonreí al verle estirar la mano para que se la diera, supongo que pretendía intentar averiguar que era así que se la dí sonriendo mientras me presentaba. - Encantada, soy Bonnie Bennett. - terminé de decir todavía con su mano en la mía.

Había escuchado sobre este pueblo y su sin fin de eventos sobrenaturales pero esperaba que fuera una simple historia para atraer al turismo pero vaya lugar había elegido para vivir por lo cual tenía que entender que ella supiera sobre magia y otros acontecimientos como los ya tan mencionados “ataques animales”. Tome su mano y en efecto era una bruja y no cualquier bruja, una Bennett, mi padre había investigado la línea familiar sobre nuestra magia y en cierto punto todos los brujos somos familia aunque unos poseen más poder que otros por su relación y sus habilidades adquiridas con el tiempo mientras que otros solo mantienen a uno o dos miembros como es el caso de mi familia, por parte de ambos lados – Que sorpresa que la primer bruja que conozco aparte de mi hermana sea una Bennett, hasta en mi pequeño mundo de magia eres famosa – Le decía con una amplia sonrisa en los labios antes de besar el dorso de su mano como un saludo formal aunque un tanto anticuado para la época en que vivimos.
 

-He escuchado sobre los eventos que aquí ocurren y sobre todo esos tan mencionados ataques animales que son el pan de cada día por estos lugares – Le decía ya más tranquilo invitándola con un simple gesto para caminar un poco por la plaza la cual a estas horas estaba vacía – Volviendo al inicio de mi magia, tenía que aprovechar esta bella luna llena – No sabía a ciencia cierta que podía hacer con el conjuro de mi padre pero si lograba completarlo de algún modo sería algo sumamente bueno por la ayuda o favores que podría obtener.