Relax...[Benjamin Lebeau]

Tan solo hacía unos meses que era nueva por Mystic Falls, y a penas había hecho amistades, todo se debía al nuevo traslado, arreglar la casa y que seguía trabajando como modelo. Seguía volviendo a las ciudades cercanas para realizar los trabajos como modelo o asistir a grandes fiestas, a pesar de que prefería quedarme en aquel pueblo tan tranquilo. Casi todos se conocían, y siempre que paseaba o iba a hacer la compra, muchos me miraban mal por no conocerme y me sentía algo triste. Necesitaba hacer algún amigo o conocer a alguien con quien no estar sola, pero... ¿cómo podía hacerlo si todos me miraban tan mal?

Aquella tarde, fui a la gran ciudad para una sesión de fotos de moda. Comenzamos más o menos al medio día y entre que te peinan, te maquillan y te preparan, y varios cambios de ropa, acabamos prácticamente a la hora de cenar. Sin embargo, a pesar de lo agotador que aquello era, me encantaba. Disfrutaba mucho cuando me hacían fotos, y me divertía con el making off, porque en aquellos videos demostraba que no era una modelo superficial como las demás...
Tras acabar la sesión de fotos, todo el equipo cenamos juntos, eramos como una pequeña familia, pero estaban lejos de mi. Sin embargo, me venía muy bien un poco de soledad, para relajarme y olvidarme de los problemas, sobretodo de mi padre... Aún me dolían algunos moratones que tenía por el cuerpo, que poco a poco iban desapareciendo, pero el dolor interno, aún era persistente...

Tras llegar a Mystic Falls, aparqué el coche al lado de mi casa y al salir de él, me di cuenta que hacía una noche estupenda, con una brisa muy agradable. Caminé por las calles del pueblo, con tranquilidad. Estaba todo muy silencioso, en la oscuridad, el camino estaba marcado por las farolas que iluminaban las calles. Sin tener ningún destino en concreto, llegué a un pequeño parque, no muy alejado de mi casa. ¿Cómo no lo había visto antes? No tenía mucho de especial, un gran árbol, unos cuantos bancos, una fuente y algunas flores junto al césped.
Decidí sentarme en uno de los bancos a contemplar la luna. Era una luna menguante preciosa, y junto al silencio del pueblo, me daba una sensación de calma y tranquilidad...