Observando a esos especímenes llamados mocosos (Libre)

¿Que si tenía tiempo libre en Fell's Church? Bueno. Joder a mi hermano no tenía por qué ocuparme las veinticuatro horas del día. Así que sí.

Salí a dar una vuelta, sin tener claro aún lo que iba a hacer. Mis maquiavélicos planes requieren su tiempo para construirse.
Sin saber cómo, llegué a un parque lleno de infantes. Niños correteando de un lado para otro. Manos mugrientas. Llantos. Bocas sin más de dos dientes. Madres estresadas. Grititos.

Ah, ése no era para nada mi ambiente. Más bien, me daba ganas de encerrarlos a todos en foso muy muy hondo. Pero me atrajo por unos instantes. No porque me gustasen los niños, para nada, sino porque tenía curiosidad. La misma curiosidad de un gato que observa al ratón antes de matarlo.

Así que ahi estaba yo. Un joven deslumbrante con unos vaqueros desgastados, una camiseta negra y el pelo desaliñado. Muchas madres se giraron, y sus pensamientos me produjeron un enorme placer. No, no soy egocéntrico. Soy realista.
Me senté en un banco, un poco alejado del jaleo.

iba caminando por el parque despues de dejar a Wanda a cargo del local mientras iba en busca de un paquete que me habian enviado desde New York con alguna joyeria antigua, cuando en una banca vi a un guapo chico sentado, lo observè, no lo habia visto antes, definitivamente era demasiado hermitaña, tendria que salir mas amenudo,decidì acercarmele y socializar un poco -hola- salude

Parecían tan inocentes. Con sus estúpidos jueguecitos y sus mundos vacíos de odios y rencores. Tan...tan...tan ignorantes. Ignorantes. Esa es la palabra.
Lo gracioso de la situación era que sus madres era igual o más ignorantes que los hijos.

Levántate pronto. Hazle el café a él, los cereales a ellos. Plancha. Llévalos al cole. Limpia. Cocina.

-Estúpidos humanos - concluí con una risita entre dientes.

De repente, un olor destacó entre los demás, puesto que no era humano.
Era una vampira, aspecto joven y cómo no, de una belleza imposible.
Se acercó a mí. Por fuera, parecía relajado, por dentro estaba preparado por si surgía la amenaza.

Aunque bien pensado era un poco improbable en medio de un parque lleno de personas.

- Hola preciosa - contesté.

le sonreí divertida -que galán, no te había visto por aqui- comenté.
-soy Merysun- le dije tendiéndole la mano

Atendiendo a los modales propios de mi época, cogí su mano y la besé.

- Hace poco que llegué - y añadí con una sonrisa torcida - aunque si hubiese sabido que había mujeres tan guapas por aquí probablemente habría venido antes.

Le hice una señal para que se sentase en el banco.

- Damon - no mentí en mi nombre, pero omití mi apellido. Cosas de tener al imbecil de mi hermano suelto por ahi.

le devolví la sonrisa, ese nombre me resultaba familiar -mmm... por casualidad no eres Damon el hermano de Stefan?- pregunté con curiosidad

-Una vez que digo la puta verdad, ¡una vez! - fue lo primero que me pasó por la cabeza.

Después me obligué a mí mismo a calmarme. Mi rostro había seguido inexpresivo en todo momento, pero sonreí para quitarle importancia al asunto.

- Claro. ¿Lo conoces?

sonreí por el cambio brusco de las expresiones de su rostro -pues lo he visto por ahí, una ves estuvimos hablando y me contó que tenia un hermano, pero no me dijo que era tan... interesante- respondí un poco insinuante

- Típico de él. Siempre tan...modesto .

Agradecí su insinuación para cambiar de tema.

- A mí tampoco me dijo que tenía vecinas tan...interesantes - contesté utilizando la misma palabra que ella - ¿Estás sola en el pueblo?

definitivamente este, si que era un galan, nada que ver con su hermano -pues llegué sola, pero, estoy viviendo con Wanda- contesté -y tu? eres el típico soltero rompe corazones? o te han cazado?- le pregunté divertida ya que se notaba a leguas qeu era un casanova

- ¿Wanda?

Negué con la cabeza. Y reí interiormente cuando preguntó lo de si me habían cazado. Nunca.
Já!

- Estoy sin compromiso - dije guiñándole un ojo.

-interesante, interesante- loobservé detenidamente, si que era guapo -Wanda es una linda chica que conocí aquí, ella estaba sola y le ofrecí a que se quedara en mi casa, el vivir sola te da independencia, pero aveces es muy aburrido- le comenté al ver que no sabia quien era Wanda

Me encogí de hombros, sin dejar de mirarla.

- Vivir con gente implica dependencia, y a mí no me gusta depender de nadie.

-pensamos igual, soy muy independiente, pero Wanda es una situación especial- le di mi opinión -entonces si eres el típico soltero rompe corazones- afirmé

- No. Por supuesto que no - sonreí de forma casi angelical, puro teatro claro - Soy todo un caballero.

-y yo una santa- le dije haciendo un gesto de niña buena -no soy malvada, pero me gusta jugar- le dije

Reí, echando la cabeza hacia atrás.

- Claro, una santa... - clavé la mirada en sus ojos - Y, dime, ¿ a qué te gusta jugar?

cuando clavó su mirada en mis ojos me acerqué un poco mas -pues es obvio que no soy de la que le gusta jugar con los castillos de arena, para que luego se derrumbes, como lo están haciendo los niños de allí, soy mas del tipo piromana- le conteste sensual

- Ah. ¿Encendiendo pasiones? - pregunté con una sonrisa torcida, típica en mí - Me gusta...

le sonreì con malicia -y me imagino que tu eres el bombero que le gusta apagarla- le respondì

Enarqué las cejas.

- Por supuesto que no - me acerqué a ella como si fuese a hacerle una confidencia - Adoro la pasión.

enarque una ceja -uh... que bueno encontrar con quien jugar, ya me estaba aburriendo no no encontrar a nadie-

Reí con ganas, me encantaban las mujeres que no se andaban con tonterías.

- Aquí tienes un compañero de juegos para siempre que quieras, preciosa.

-me alegra saberlo, cuando quieras crear fantasías solo llamame, tengo mucha imaginación- le dije sacando una tarjeta de mi bolso con mi número

Reí cuando me dio la targeta.

- Vaya. Qué nivel - sonreí de lado - Te llamaré, no lo dudes.