Incidente en Ámsterdam (Alma)

Recuerdo del primer mensaje :

Arlette le estaba contando todo lo que había pasado con Alma cuando escucharon la puerta abrirse. Todo paso muy rápido, unos tíos entraron y fueron a por ellos. Pelearon pero estaban en clara desventaja y se llevaron a Gus, y Arlette se ganó tal golpe en la cabeza que quedó inconsciente en el suelo de la habitación durante un buen rato. Cuando se despertó estaba sola y toda la habitación estaba revuelta de la pelea de antes. ¡Maldita sea!

Apenas se estaba levantando tocándose la cabeza, que todavía la dolía del golpe cuando escuchó la puerta. Se asustó casi enseguida pero vio a Alma y... Se acercó a ella y sin darla tiempo a nada la dio tal bofetada que resonó en toda la habitación mientras ella iba gritando-¡TU! TODO HA SIDO POR TU CULPA, TU LOS TRAJISTE AQUÍ- gritó llena de rabia pensando que ayer la habrían seguido o algo. Joder, era tan injusto, no estaba siendo justa y lo sabía, era su dolor y su pena por Gus  lo que la había llevado a todo eso-  Se han llevado a Gus-susurró siendo totalmente bipolar y bajando el tono casi enseguida mientras se dejaba caer y se arrodillaba en el suelo entre lágrimas. No debía haberla pegado, había sido más la impotencia que otra cosa- Lo siento- susurró como pudo entre lágrimas.

Arlette se quedó medio congelada allí contra la pared mientras escuchaba el intercambio de palabras y ni bien se fueron se acercó hasta Alma que lloraba desconsoladamente.-Dios mío...-murmuró arrodillándose al lado del cuerpo de Ben y llorando también sin poderlo evitar. Le cerró los ojos y por un momento se apoyó en el hombro de Ben llorando sin poderse contener. Habían sido tantas siglos juntos y Gus... Dios, ¿le pasaría lo mismo?. No supo cuanto estuvo ahí llorando pero por primera vez consiguió recuperar la compostura antes que Alma- Alma vamonos, el tío ese tenía razón, vendrán a comprobar que ha pasado-murmuró limpiándose las lágrimas con una mano como podía. Se le partía el alma por dejar allí el cuerpo de Ben, ¿pero que podía hacer? No podía ir por plena ciudad con él.-Vamonos-murmuró tirando del brazo de Alma para que se pusiera en pie también.

Arlette se arrodilló a mi lado llorando también y cogí la mano de Ben, el anillo de bodas. Besé su mano y cogí su anillo, quitándoselo enseguida mientras sentía tal nudo en mi pecho que había quedado sin habla. Suspiré cuando Arlette dijo eso, pero negué con mi cabeza, no quería irme no pensaba hacerlo... me daba lo mismo morirme allí mismo, de algún modo sentía que acababa de hacerlo. -No voy a ninguna parte Arlette, vete tú.... no lo dejaré aquí... me da igual que me maten...- solté en un murmullo mientras apoyaba mi cabeza en su pecho y seguía llorando.

Arlette la miró sintiéndose de verdad fatal-Vamos Alma, yo tampoco quiero dejarle aquí pero no nos queda otra, ¿en serio piensas que Ben querría que te matarán? No lo hagas por mi, hazlo por él joder- dijo tomando su brazo y tirando otra de vez de ella para que se pusiera en pie. Entendía que estuviera fatal, ella misma lo estaba pero no ganarían nada dejando que las mataran.

Me daba igual lo que Ben pensaba, no lo sentía para nada y había sido como perder una parte de mí... estaba desaparecida, invisible. -No puedo... no puedo.- dije simplemente respondiéndole a Arlette pero sentí que volvía a tironear de mí. ¿Es que no podía dejarme tranquila ni siquiera ahora?! Ya no podía hacer nada, no tenía fuerzas y sabía que Arlette no se iría sola así que quedarme allí era también exponerla a ella. Suspiré otra vez ya intentando incorporarme. -Los mataré.- dije mirando un segundo a Arlette. -Uno por uno. Primero a estos tíos que tanto los asustan y luego iré por Zack.- murmuré sin cortarme. -No tengo nada que perder...- dije ya poniéndome de pié y sabiendo que adentro mío algo se estaba quebrando, no quería sentir dolor... no quería sentir nada, necesitaba enfocarme en vengar la muerte de Ben cargándome a cada uno de los que había tenido algo que ver. Iba a hacerlo fuera como fuera.

Arlette consiguió levantarla a pesar de todos esos "no puedo" y la miró con seriedad pero asintiendo- Y yo te ayudaré en eso, te lo juro- murmuró yendo deprisa a la habitación para recoger las cosas personales más importantes como el pasaporte y demás. Tomó su maleta totalmente agradecida de no haberla desecho antes y metió las cosas de Alma en la otra maleta, aunque no todas no sabía de cuanto tiempo disponía. Volvió con Alma que seguía medio llorando y medio llorando mirando a Ben y le paso su maleta- Vamos, cojamos un taxi-dijo tirando de ella hacía la puerta.

Arlette me prometió eso y no supe si lo decía para conformarme o de verdad me lo estaba jurando, pero lo mismo le creí... necesitaba creer en algo. Ya se fue a buscar las maletas y no me moví del lado de Ben. Lo miré hasta en el más mínimo detalle, recorrí su cara ahora grisásea y me sentí tan mal, tan revuelta... acaricié un poco su cabello pero no tenía caso quedarse allí. Ben no estaba, definitivamente ese cuerpo ya no tenía nada que ver con él, con el tío del que me había enamorado como una idiota apenas verlo... en cada gesto en cada palabra, del único que había logrado convencerme de convertirme ¿No éramos acaso inevitables?! ¿Cómo demonios se explicabe esto?! Me había convertido para que mi humanidad no fuese un estorbo y ahora se moría?! Me levanté de una vez cogiendo la maleta que me pasaba Arlette y salimos de esa casa sin mirar atrás. No podía pensar, no podía escuchar nada, ni mirar nada. Me sentía en off... como nunca.

Salieron a la calle sin mirar atrás y Arlette paró un taxi enseguida. Su primer impulso hubiese sido coger un avión y largarse de esa ciudad para no volver jamás pero estaba Gus y algo le decía que Alma no le dejaría que se fueran tan fácil, al menos hoy que estaba tan sedienta de venganza. Así que al final pidió que les llevarán a un hotel cerca del aeropuerto. Seguramente ninguna de las dos pudiese dormir demasiado pero necesitaban pasar la noche en algún lado y pensar en como seguir a partir de ahora.

Pagó al taxista ni bien llegaron al hotel y pidieron una habitación para compartir. Mejor estar juntas por si... Venía alguien de imprevisto. Contra menos riesgos corrieran mejor.

Entramos a la habitación sin hablar, en realidad no habíamos hablado en todo el trayecto desde la casa de Zack. No podía hablar, no podía decir nada que valiera la pena ni un poco. Arlette se había encargado de elegir hotel, pagar el taxi y guiarme hasta llegar a la habitación que nos tocaba. Ella tenía las riendas y era lo mejor, porque no me sentía capáz de hacer nada que no fuera llorar o matar a alguien. Espo era lo que necesitaba, matar a alguien... Entré en la ducha enseguida, más por tener un segundo a solas que porque precisara bañarme. Estuve un buen rato bajo el agua, llorando desconsolada, sintiendo como las lágrimas se mezclaban con el agua de la lluvia y la angustia me oprimía el pecho. Cerré el grifo y me quedé un segundo allí desnuda. Necesitaba olvidarme de todo, de Ben, de Gus, de Arlette, de mi vida... necesitaba irme y empezar de nuevo en cualquier parte. Decidí hacerlo, pero antes me cargaría a todos, uno por uno, aunque me costara la vida lo haría.

Salí de la ducha al rato, Arlette acomodaba sus cosas pero entendí que lo hacía más por hacer tiempo y entretenerse que porque realmente le importara. -Necesito sangre.- dije simplemente mirándola. Ahora era todo en lo que podía pensar, estaba claro que no podría dormir.

Alma se fue a la ducha y Arlette se quedó, estaba vez si, deshaciendo su maleta. No quería llorar, no quería pensar más de la cuenta y ahora mismo parecía lo mejor. ¿Cómo se había estropeado tanto su vida en apenas un día?.
Estaba colocando como una automata el píjama bajo la almohada cuando Alma salió del baño diciendo todo- Vale eh... ¿Llamo al servicio de habitaciones?- preguntó yendo un poco hacía el teléfono mientras esperaba respuesta. No sabía si era eso lo que la quería decir o que se largaba. Sinceramente la segunda opción la aterrorizaba demasiado, no tenía ganas de pasarse lo que la quedaba de noche detrás de una vampira que intentaría apagar sus emociones desangrando a gente por ahí.

Arlette me pregunto eso yendo hacia el teléfono, pero realmente lo que necesitaba era salir. -No, no se, prefiero salir a la calle sinceramente... Volveré enseguida, si no quieres venir no importa.- dije porque entendía que a lo mejor le dieran ganas de quedarse. Agradecía estar con ella la verdad, parecía mentira tras tanto rollo que ahora mismo estuviésemos en esa situación. Si apenas la noche anterior había estado con Ben! Joder, pensar en eso me desquiciaba... Habíamos acabado teniendo sexo como siempre que no podíamos empezar por decir lo que nos pasaba. Me sentí invadir por el recuerdo y por una inmensa tristeza y me deje caer sentada en la cama. -Joder Arlette! ¿De verdad tengo que pensar que no volveré a verlo??.- dije cubriéndome la cara con mis manos evitando llorar otra vez. Me puse de pie enseguida... -Vayamos a un bar necesito alcohol... Sangre y alcohol.- le propuse enseguida.

-Vale-dijo soltando el teléfono casi enseguida, no pensaba dejarla sola, no hoy, no tras todo lo que había pasado. Le preguntó eso y se mordió un labio intentando no llorar pero no la contestó, no podía contestarla y realmente dudaba de que quisiese realmente una respuesta. Joder, era tan triste de pensar todo lo que había pasado hacía apenas una hora atrás... -Si vale, vayamos a tomar algo- dijo como una autómata cuando Alma se puso en pie diciendo ya lo demás. Tomó su bolso de nuevo y suspiró caminando con ella hacía la puerta. Miedo la daba como podía acabar esa noche.

Arlette estuvo de acuerdo y cogí solamente un bolso, le metí el móvil y las llaves. Ni siquiera me importaba cambiarme y ponerme algo mejor, me vestí como estaba vestida antes de ir a lo de Zack... Joder, sólo pensar en la cobardía de ese vampiro y me daban ganas de estrangularlo. Como autómata seguí a Arlette fuera de la habitación y enseguida salimos a la calle. Estábamos cerca del aeropuerto y no era la mejor zona, pero apostaba que habría un bar por alguna parte y con que tuviera vodka y algún humano me conformaba. Comenzamos a caminar en silencio, toda la verborragia de la tarde ahora mismo era inexistente, ya sería bien entrada la madrugada cuando por fin dimos con un bar de mala muerte. Nos metimos dentro y fuimos directo a la barra. Me pedí un vodka y cuando me lo sirvió cogí la mano del camarero enseguida. -Déjame la botella guapo.- dije sin soltar su mano, asintió mirándome con curiosidad, en el bar solo había tíos con pintas de motoqueros y unas pocas mujeres que serían (o al menos parecían) prostitutas.

Arlette se sentó a su lado pero no pidió nada de beber. Ya había bebido bastantr esa noche y se sentía fatal por ello...Se sentia incluso un poco culpable. Si no hubiese ido tan borracha seguramente no hubiese hecho tanto caso a Ben y se hubiera quedado a ayudarle... Era tan triste de pensar... Aparto la mirada mirando alrededor mientras intentaba controlar las lagrimas y se sintió todavia peor. ¿Qué hacian allí? Tal ves porque era de otra época pero casi qie le parecia una falta de respeto estar allí tras su muerte. Hubiese visto mas razonable quedarse en la cama llorando un rato en vez de irse de copas a celebrarlo. Bueno vale estaba siendo injusta porque sabia que no lo estaban celebrando pero aún así no le gustaba la situación. ¿Qué hubiese pensado Ben? A saber... Era dificil intentar saber eso con certeza.

No tenía realmente ganas de beber, en realidad no tenía ganas de nada... pero necesitaba apagarme de alguna manera ese sentimiento de vacío y el alcohol siempre había sido un buen aliado para esas cosas. Bebí un vaso tras otro sin detenerme, ya me sentía algo borracha pero me daba igual. Arlette no hablaba, ni siquiera bebía... por un momento sentí que solamente me había acompañado porque le daba miedo dejarme sola... -Voy al baño.- le dije a Arlette tras ponerme un segundo de pie y con serias intenciones de ir a beber de alguien. Ni siquiera me interesó elegir a la víctima, algo que hacía en general de pura vanidad, para probarme a mí misma que era capáz de seducir a quien me diera la gana.

Comencé a caminar al baño y una vez allí, nomás echar una mirada y era para morirse... el sitio era un espanto de mugre y ni siquiera los espejos me devolvían una imagen más o menos decente... estaba demacrada como nunca en la vida. Me lavé la cara y al rato entró una chica. La miré por el espejo y no le dí tiempo a nada, la metí en el cubículo tras ordenarle que no hablara y desenfundé mis colmillos comenzando a beber de ella sin cortarme, no me sabía a nada... pero necesitaba embriagarme de sangre o me daría un ataque. No me detuve hasta que sentí que el pulso de la chica empezaba a ceder... la dejé en el suelo moribunda tras borrarle la memoria y volví al espejo a lavarme un poco la cara. Sonó mi móvil, era Gus.

Arlete dudó en si seguirla o no pero tras mirar hacía el baño vio como entraba una de las prostitutas y prefirió no entrar, mejor dejarla sola y que disfrutara del beber sangre y demás.
-¿En serio no vas a beber nada?- le preguntó el camarero sacándola de sus pensamientos- Bueno... Ponme un vodka también.-dijo por pedir algo mientras seguía mirando un poco alrededor. Si no hubiese sido vampira seguramente hubiese estado muerta de miedo, este sitio daba realmente miedo.

Alma por su parte cogió el teléfono y el hombre al otro lado de la línea empezó a habla- Soy Luca- dijo directamente, ni si quiera sabía con quien estaba hablando pero le daba igual, era la última llamada que Gus desde ese móvil así que debía ser importante- No sé quien eres y me da igual, solo debes saber que acabó de matar a Gus y que su deuda ya esta resuelta conmigo. Saludos-dijo lo último con un tono medio burlón que no pudo evitar antes de colgar.

Cogí el teléfono sin decir nada ni responder, estaba borracha y bien embriagada de sangre pero sabía que podía no se Gus y lo último que quería era ponerlo más en peligro. El tío acabó de hablar y me dejó más muda que antes, no me dió tiempo a responder y casi que fue mejor. Colgó y entré en chock, salí del baño corriendo y llegué hasta Arlette pálida de miedo. ¿Cómo demonios decírselo?!¿Sería cierto?? Claro que era cierto! Si había visto como moría Ben ante mis propios ojos! -Arlette! Escúchame... algo ha pasado... Gus....- le dije temblando. -Un tío, un tal Luca... Joder, acaba de decirme que.... que está muerto...- dije mirándola y mostrándole el móvil como si eso fuera prueba de algo. -Joder, joder....- dije dejando sobre la barra mi móvil y sintiéndome otra vez fatal ¿Es que no acabaría de sentirme así?! Necesitaba que Arlette reaccionara ya mismo.

Alma salió corriendo y Arlette se asustó enseguida. ¿La habría matado?. No, nada que ver, cuando la escuchó sintió que la que se moría era ella. Pero lo sabía, de alguna manera tras lo de Ben lo había sabido, era el siguiente paso lógico. Pero aún así dolía y mucho!. No pude decir nada, solo apartó la mirada y se apoyó contra la barra rompiendo a llorar. ¿Podía romperse más su corazón hoy? No era justo para nada.

Arlette se puso a llorar y la abracé enseguida aunque no sabía realmente qué podía hacer. -Vaya tías... Qué pasa tanto drama, se les ha muerto alguien?.- dijo el camarero desubicadamente. Entonces, recordé la tía medio muerta que había dejado en el baño y tras apartarme un segundo de Arlette que seguía llorando desconsolada, cogí al maldito del cuello mirándolo a los ojos y le susurré bien despacio: -Irás al baño encontrarás a un cuerpo y te encargarás de hacerlo desaparecer sin decir nada a nadie, luego lo olvidarás.- fui ordenándole, luego le di una historia paralela sobre nosotras antes de coger la botella de voda y ponerme de pié. -Vamos Arlette, larguémonos de aquí.- dije haciéndole señas de que me siguiera. No sabía a donde, no sabía qué hacer. Pero estaba claro que ahora no podría hacer un condenado duelo en paz... Arlette me necesitaba y tendría que encontrar el modo de no encerrarme en un círculo de violencia del que no pudiera salir.

El comentario de camarero fue totalmente horrible y solo sirvió para que Arlette llorara más y más. Apenas fue consciente de todo lo demás hasta que escuchó a Alma. No supo ni de donde sacó fuerzas pero al final consiguió ponerse en pie y seguirla mientras su mente iba a mil hora. ¿Qué sentido tenía ya todo? ¿Debía largarse? En un día su vida e había ido al garete por completo y ya no sabía ni como afrontarlo.

Arlette se puso de pié y recordé que era bastante más dócil que yo estando triste... o al menos esa impresión me había dado antes cuando había desaparecido Gus. Era una suerte porque mi mente era un huracán ahora mismo y no estaba en condiciones de pensar demasiado cuidadósamente las cosas ni de lidear con nuevos problemas. Salimos a la calle y caminamos sin hablar unos cuántos metros. Arlette no paraba de llorar. -¿Quiéres volver al Hotel? Podemos tumbarnos a llorar un buen rato y emborracharnos, no sé... Luego ya mañana pensaremos qué hacer, dónde ir... no sé.- dije sintiendo que empezaba a desbordarme otra vez, pero prefería no hacerlo, necesitaba no hacerlo.

Arlette asintió, no pensaba que pudiese estar mucho más en la calle sin parecer una loca que iba llorando por las esquina.
Llegaron a la habitación tras un rato de andar y ni bien entraron Arlette cogió algunos pañuelos, le quitó la botella a Alma de las manos y se sentó sobre la cama todavía entre lágrimas. -No me puedo creer todo lo que ha pasado hoy.-soltó casi sin pensar antes de beber y que su llanto se volviera más desconsolado.

Llegamos a la habitación y Arlette se fue a la cama sentándose allí a beber y a llorar. Me descalcé e hice lo mismo tumbándome en la cama también a su lado, pero a diferencia de lo que le ocurría a ella, ya no tenía lágrimas, no me quedaban. -Entonces ¿No hay solución? Es así? Qué demonios les pasa a los vampiros cuando mueren? No hay un estúpido cielo de vampiros o algo de eso???.- dije ya cogiendo la botella y dándole un largo trago, me empezaba a sentir otra vez muy borracha, pero mejor así... al menos sentiría menos el dolor.

-No... No lo sé, yo...-lloró todavía más fuerte por unos instantes, tenía tal ataque de histeria que la costaba hasta respirar, suerte que era vampira y eso poco importaba- No quería darte falsas ilusiones, ¿sabes?... Quería hablar con Gus... Y... y... y ahora no puedo- fue diciendo entre sollozos limpiándose por momentos las lágrimas, pero es que lloraba tanto que parecía que no hacía nada.-A lo mejor hay una manera de traerlos de vuelta...-susurró muy bajito como si no se atreviera ni a exponer sus pensamientos.

Arlette empezó a llorar más fuerte y cerré los ojos escuchándola y bebiendo de la botella otro trago, me dejé caer acostándome de espaldas en la cama e intentando irme con la mente de ese sitio. Cuando por fin se detuvo y comenzó a hablar volví a abrir mis ojos incorporándome sobre los codos y la miré completamente estupefacta. -¿Qué quieres decir? Joder Arlette! Qué dices?! Yo lo ví, joder... estaba gris y quieto....- suspiré sintiendo otra vez que empezaba a llorar, no quería sonar incrédula de lo que acababa de soltar, pero ¿porqué no lo había dicho hasta ahora? -Joder, si hay una forma dime... lo que sea, haremos lo que sea.- dije sintiendo como otra vez las lágrimas estaban en mis ojos.

Arlette se encogió de hombros todavía llorando ante sus palabras- He escuchado tantas historias a lo largo de estos doscientos años...-susurró- No sé si es verdad pero se dice que al morir los seres sobrenaturales no vamos al mismo sitio que la gente normal-susurró porque a pesar de haber escuchado tantas historias no sabía nada a ciencia cierta, puede que se estuvieran dando ilusiones para nada- Necesitaríamos a una bruja o un brujo-murmuró ya mirándola- Pero de confianza... No estarán contentos sus ancentros si todo sale bien-fue diciendo como podía entre lágrimas.