Derrapando en Ámsterdam (con Arlette, Ben... Etc) +18

Recuerdo del primer mensaje :

Ya habían pasado unos cuántos días desde el encuentro con mi padre y no habíamos tenido novedades. Con Arlette nos habíamos conseguido un apartamento casi insignificante en un barrio de mala muerte. Tenía mucho olor a humedad y estaba completamente empapelado con el peor de los gustos, pero era todo lo que podíamos obtener.

Los primeros días me moría de la ansiedad... y un poco Arlette también, aunque sentía que intentaba disimularlo recordándome cada poco que en realidad "nada era seguro" y que "no me hiciera ilusiones". Luego al pasar una semana entera ya empecé a desquiciar... por mucho que llamé a mi padre no tuve respuestas y aunque no me concedía el perder las esperanzas, lo cierto es que algo dentro mío empezaba a quebrarse.
De un momento a otro de la bronca y la excitación pasé a sentir cada vez más dolor y me era tan insoportable que antes de que me diera cuenta estaba empezando a derrapar por todos los costados. Una idea empezó a crecer en mi interior y era solamente la venganza, quería encontrar a Zachary y arrancarle la cabeza. Salía casi solamente de noche y en general acababa cargándome a alguien, a veces humanos, a veces vampiros... no me importaba prácticamente nada, sólo dar con algun dato que me acercara a Zack o incluso al tal Luca. A veces Arlette me seguía de cerca, a veces se quedaba en casa.

Esa noche me había aburrido pronto así que había decidido traer directamente a dos tíos y una tía al apartamento. Uno de los chicos era vampiro, los demás eran humanos... Me entretenía verlo morder a los demás o al menos no me dejaba pensar en Ben que era todo lo que esperaba.
Era de madrugada y estaba borracha y tumbada en el sofá mirando sin ánimos la escena de sangre cuando Arlette llego a casa.

Spoiler:

Arlette se despertó un poco sobresaltada a pesar de que había intentado ser "suave". Me senté enseguida en la cama de ella. -Salí a caminar y sentí que me perseguía alguien, resultó ser una bruja. Se llama Sophie.- dije más que nada porque a lo mejor a ella sí le decía algo ese nombre. -Dijo que conoce a mi padre... de hecho me inquieta un poco el modo en que lo conoce.- dije porque me había quedado la sensación de que tenía algún sentimiento o vaya a saber qué, por él. -Una mujer más baja que yo, pelirroja y muy guapa... Más grande que nosotras, tendrá unos 40 años o algo así.- dije intentando pensar una edad, pero no me resultaba tan fácil de definir. -Me ha dicho que puede ayduarnos pero que antes tiene que confirmar que vale la pena o algo así. El punto es que vendrá aquí y nos hará preguntas sobre Ben y Gus... supongo, no sé, no fue amable conmigo. Me insultó bastante y me dejó inmovilizada contra un muro... No me parece alguien en quien confiar, pero ha dicho que nos viene siguiendo y también que puede ayudarnos así que supongo que no tenemos opción.- dije intentando resumirle un poco todo y ya dejándole decir qué pensaba.

Arlette frunció el ceño mientras pensaba por como Alma le describia a la bruja- No, no me suena, he conocido a brujas pelirrojas pero ahora mismo por el nombre... No me suena nada- dijo sinceramente antes de centrarse ya en el resto de la historia. - Que bien, no?- dijo sin poder sonar un poco ilusionada, claro que eso de que la insultaba y demás no era muy halagador pero para ella ahora mismo era casi lo de menos- Supongo que conocerá a tu padre de antes, a lo mejor eran amigos o lo son ahora, o vuestros ancestros que llevaban bien... No sé- dijo porque podía ser muchas cosas, si no la hubiese dicho que tenía unos 40 años hubiese pensado que podía ser su hermana o algo así pero estaba visto que no era el caso, calculando su padre debería rondar por esa edad, entre los 40 y los 50. -¿Qué es lo peor que puede pasar? ya nos ha vigilado si nos quisiera hacer algo lo hubiese hecho y si puede traer de vuelta a Gus y a Ben estoy dispuesta a correr el riesgo de verla y ver que quiere- dijo Arlette dando su punta de vista sin dejar del todo ese tono esperanzado que tenía desde que había escuchado su nombre.

Me desanimó un poco que Arlette no tuviera ni la más remota idea de quién podía ser la tal Sophie... sobre todo porque, aunque secretamente, había tenido la esperanza de que pudiera sonarle de algún lado... quizá Sophie no era su verdadero nombre, en fín. Estaba visto que era mejor no esperanzarse con cosas como esa. Dijo eso de mi padre y asentí encogiéndome de hombros. -Si te soy sincera, me ha dado la impresión de que se lo está tirando...- dije sin la menor intención de cortarme o guardarme las sospechas que tenía. -Pero me da lo mismo quien sea... si es su amante o su prima o su vecina de enfrente me tiene totalmente sin cuidado.- murmuré porque era lo cierto. -Pienso lo mismo que tú, si hay aunque sea una chance de que pueda ayudarnos entonces tenemos que correr el riesgo... después de todo es como dices, si hubieran querido hacernos algún daño, nos lo habrían hecho.- dije cada vez más convencida de eso.

Arlette abrió bien los ojos cuando dijo eso de que pensaba que se lo estaba tirando- Pero... ¿Tus padres no estan juntos?- preguntó desconcertada porque lo había dado por hecho- Y si es así... ¿de verdad que te da igual que se la este tirando?- dijo sin saber si creérselo del todo mientras doblaba las rodillas hasta sentarse como un indio mientras Alma decía lo último- Vale, pues genial, ¿a qué hora viene? ¿me da tiempo a darme una ducha?- preguntó mientras miraba el reloj que había a su lado en la mesilla.

Arlette me preguntó eso primero y asentí. -Sí, eso creía... Pensé que seguían juntos.- dije porque era lo que había creído hasta la conversación con la bruja esa. -Pero me ha dado a entender que algo ha ocurrido con mi madre y no parecía caerle muy en gracia...- dije pensando en eso. Me preguntó si me daba lo mismo y me encogí de hombros. -Sí, no sé... la verdad es que supongo que sí.- dije sin estar del todo segura sobre eso en realidad. Dijo lo demás y ya le dije que sí, que suponía que le daba tiempo... en todo caso la esperaba y listo.

Asintió, no sabía nada de la historia y todas las parejas pasaban por malas rachas, a saber  que había pasado- Bueno, ya te enterarás, tu tranquila- dijo intentando tranquilizarla, aunque realmente parecía que le daba igual así que no había mucho problema- Pues voy a ducharme- dijo poniéndose enseguida en pie para estar lista antes de que llegara la bruja. Cogió algo de ropa limpia y fue hacía el baño. Abrió el grifo y tras desnudarse se metió dentro dejando que el agua cayera sobre su cuerpo.

Me dijo que me quedara tranquila, que ya me enteraría y asentía. Se fue a bañar y mientras tanto me quedé un poco dando vueltas por la sala de ese pequeño apartamento, que tenía la cocina allí mismo. Me encendí un cigarro y pensé un poco más en la bruja esa mientras me aventaba en una de las ventanas y miraba la calle.

En el fondo tenía que reconocer que la idea de que esa tía estuviera tirándose a mi padre no me gustaba nada de nada. No tanto porque me importara la vida sentimental de mi padre o con quien se acostaba... estaba acostumbrada a no contar con ellos, muchas veces me habían decepcionado y que estuvieran juntos o no, me tenía sin cuidado. Pero me jodía el pensar que podía andar con una tía que despreciara a mi madre sin disimularlo y también que ni siquiera intentara ocultar que me despreciaba a mí... eso sí me dolía. Aunque me costara reconocerlo. -Ben, estás por aquí? Probablemente no... probablemente estás divirtiéndote en el condenado más allá, disfrutando de vaya a saber qué cosas... Estoy cansada, sábes? De toda esta mierda de ciudad y no me gusta nada meter a esta bruja en mi casa. Pero lo haré, quiero tener esa chance... verte una vez más aunque sea, necesito abrazarte y que me digas que estaremos bien... Joder.- fui susurrando como a veces hacía sin mucho motivo. Se me llenaron los ojos de lágrimas y me los sequé mientras seguía mirando por la ventana. Fumé el resto de cigarro que me quedaba y arrojé la colilla a la calle con absoluta impunidad, cada vez me importaba menos todo.

Había informado a Gus del encuentro con la bruja esa y enseguida había vuelto al piso de las chicas porque quería estar realmente presente en esa especie de reunión. Estaba... En realidad no estaba haciendo nada, estaba dejando el tiempo pasar como había hecho durante semanas cuando escuché la voz de Alma de pronto y me sobresaltó, me sobresaltó porque me estaba nombrando! 

Me acerqué un poco a ella más por instinto que otra cosa y me hubiese encantado gritarla que no, que no estaba divirtiéndome en el más allá ni nada parecido, que seguía allí, viéndola y "cuidándola". Pero obviamente no serviría de nada... Suspiré.- Estarás bien Alma, te lo prometo...-susurré aunque ni me oyese. Yo no le tenía nada de fé a eso de que se pudiese volver pero estaba seguro de que antes o después ella estaría bien, que conseguiría estabilizarse y seguir adelante o... No sé, solo esperaba y deseaba que volviesa a ser feliz más pronto que tarde.

Todavía seguía mirándola allí bien cerca cuando el timbre de la puerta sonó y Arlette salió del baño precipitadamente- Ya estoy, ya estoy- dijo terminando de abrocharse los jeans según esperaba a que Alma fuese a abrir. 

Arlette:

Sonó el timbre y me sacó de mis pensamientos. Enseguida Arlette salió de la habitación y sonreí al verla... era extraño estar de pronto con ella compartiendo piso y viviendo juntas, pero me alegraba realmente no estar pasando por esto sola.

Le dí algo más de tiempo mientras bajaba a abrirle a la tal Sophie. Estaba en la puerta, con una media sonrisa, esperándome. -Hola, pasa.- dije apenas abrí la puerta y sin decir nada se metió en el edificio. Me ponía incómoda el silencio y no dejaba de pensar en que eso de meterla en nuestra casa era un arma de doble filo... pero no teníamos opción. -No tenemos ascensor ni nada así... es un piso sencillo.- dije por decir algo mientras le señalaba la escalera. -Lo imaginaba, tampoco es el mejor barrio.- dijo con un tono que no terminé de interpretar. Suspiré. -Es todo lo que pudimos conseguir, no tenemos demasiado dinero... No esperábamos permanecer en Ámsterdam más que un par de días y ya van semanas.- dije un poco justificándome y un poco "poniéndome en víctima", no solía hacer eso... pero me había tratado de soberbia antes y no me había caído nada bien. Sophie no dijo nada y finalmente llegamos a nuestro apartamento. Abrí la puerta y la hice pasar. -Te presento a Arlette.- le dije mirándola. -Arlette, ella es Sophie...- dije sin más.

-¿A qué es guapa? Es mi sobrina- soltó la voz de antes otra vez a mis espaldas. No dije nada aunque miré a Gus que también acababa de aparecer para cotillear todo el asunto. -¿No es curioso lo gracioso que es el destino? Mi sobrina interesada en el padre de tu esposa... Vaya- dijo con tono burlon mientras caminaba hacía su supuesta sobrina- Hubiese sido peor que tu sobrino hubiese sido su padre- dije secamente porque desde ya que ahí el destino si que se hubiese reído un rato. - Eh, un respeto que al final puede que sean mis ancestros los que os ayuden- dijo haciendo que yo volviese a mirar a Gus porque ya no sabía ni que esperarme, de aquí no podía salir nada bueno...

- Encantada- nos interrumpió la voz de Arlette que estaba ya saludando a Sophie y mirándola con cierta curiosidad. -¿Te conozco de algo? ¿nos hemos visto antes? -preguntó curiosa, la chica la sonaba de algo... Lo que me hizo cierta gracia, seguramente no la conociese pero estaba claro que era la más perceptiva de los tres.

Arlette se presentó enseguida y le preguntó a Sophie si la conocía de antes. -No sé, no lo creo... Aunque con vosotros nunca se sabe.- dijo evidentemente refiriéndose a los vampiros. -Venga, dinos ya qué es lo que quieres saber...- dije impaciente. Realmente no sabía si apurarla era lo mejor, pero cada vez tenía menos paciencia y esa bruja hacía que todos mis sentidos estuvieran en guardia.
-Tranquila, tenemos tiempo nadie se muere por esperar un rato.- dijo mirándome burlona. Miró enseguida a Arlette. -Consigue unas velas.- casi que le ordenó y enseguida tras recorrer la sala escogió un sitio y se sentó en el piso haciendo que también yo me sintiera. Arlette volvió con unas velas y Sophie las puso en el medio. Entorné los ojos sin poder evitarlo... todo ese espectáculo me ponía enferma. -Tanto mal te han hecho las brujas? O es que le tienes miedo a lo desconocido?.- dijo Sophie mirándome a los ojos con sus chispeantes ojos oscuros. -No lo tomes personal, las brujas me caen mal en general...- murmuré un poco metiéndome con ella sin poder evitarlo. Joder... sabía que mejor me controlaba, pero es que me provocaba todo el tiempo... Sophie sonrió con desdén y cuando Arlette se sentó nos hizo tomarnos de las manos las tres.
Empezó a decir cosas en otro idioma y yo estaba ya empezando a arrepentirme cuando las velas se encendieron. Sophie nos miró a las dos. -Ábranme sus mentes... quiero conocer a los vampiros que se supone que traeremos... dijo sin más. -Se suponía que nos ibas a hacer preguntas.- dije sintiendo que nos engañaba. -No confío en lo que tú puedas contarme del tal Ben y tampoco sé nada de tu esposo.... Si valen la pena, lo juzgaré yo misma.- dijo mirándome severa primero a mí y luego a Arlette. Miré a Arlette confundida, no sabía si nos convenía exponernos así... pero no parecíamos tener opción.

Arlette asintió, era muy probable que siendo vampira se la hubiese cruzado en alguna parte hacía años o que sé yo... No le dio más importancia y prácticamente corrió a por las velas a su habitación y ni bien volvió se sentaron en círculo. Se cogieron de las manos y la bruja comenzó a hacer alguna especie de conjuro o algo así. Las velas se encendieron y casi me da algo, es decir, ¿podrían vernos?- ¿Qué se supone que esta haciendo?- dije sin terminar de fiarme ni un poco mientras me acuclillaba cerca de la bruja y la miraba de cerca- Shhh...-dijo "su tía" haciendo que me callara practicamente al instante.

- Vale, no hay problema- dijo Arlette mirando a Alma, estaba fuera de los planes pero ahora mismo no le parecía que pudiese haber nada malo en enseñarles algo de su mente, o al menos nada muy grave- "Enséñale solo cosas buenas"- le dijo Arlette mentalmente a Alma sin fiarse aún así del todo, sino se fiaba de sus palabras era por algo, podría buscar alguna excusa en algo que le enseñaran para no hacerlo, o alguna tontería así. Así que sin soltarse las manos Arlette empezó a hacer lo que la bruja había pedido, abrió su mente y fue dejando que viera pequeñas escenas cotidianas con Gus. ¿Qué estaba buscando con todo eso?.

Arlette aceptó enseguida y luego "escuché" lo que me decía mentalmente. Iba a costar en parte... es decir, no es que no tuviéramos cosas buenas, pero casi que no teníamos cosas completamente "normales", eso sin contar que seguramente no tenía ni cerca la destreza que Arlette tendría para hacer una "selección" tan rápida y sin equivocarse. Arlette se concentró y Sophie también. Bajé finalmente las condenadas barreras de mi mente y le fui dejando ver algunas cosas... sobre todo el final, era lo que más presente tenía. Pensé en cómo lo habían asesinado y me llené de odio al detenerme en Zachary, pensé en el día de esquí en Suiza... en cómo había salido a buscar un sitio para tomar unas copas y antes en cómo habíamos estado esquiando todo el día.

Sophie había cerrado los ojos pero los abrió. -En serio? Alma estás jugando conmigo? Qué demonios me importa su día de esquí?.- dijo mirándome y suspiré. -Pues no sé, no entiendo qué quieres con toda esta tontería! No es más fácil que me preguntes y ya?.- dije encogiéndome de hombros, pero Sophie ya no me habló... evidentemente había perdido la paciencia conmigo así que solamente comenzó a hacer algún conjuro y antes de darme cuenta estaba sintiendo como pasaban por mi mente mil millones de recuerdos sobre Ben, fraccionados... una y otra vez, imágenes que no podía controlar. Me sentía completamente invadida así que intenté detenerla, pero enseguida sentí un gran dolor en mi cabeza y no pude hacer menos que abandonarme a esa especie de hipnósis a la que me tenía sometida. No supe cuánto duró todo el asunto, pero en algún punto sentí que perdía el conocimiento y me dejé ir.

Arlette enarcó una ceja sin dejar aún así de hacer lo que había pedido. Algo iba mal, o al menos estaba claro que a esa bruja solo la interesaba Alma (o Ben en su defecto), ella también estaba pensando en sucesos tontos! ¿y se molestaba solo por Alma y su recuerdo del esquí?. Vamos, que era normal, que sabía que estaba allí más por el padre de Alma que otra cosa y que si fuera por la bruja esa a ella y a Gus les podían dar por culo pero igual le daba desconfianza todo eso... Y no pasó mucho antes de que sus sospechas se cumplieran. Notó como Alma la cogía con más fuerza de la mano tras ese intercambio de palabras y poco después perdió el conocimiento, soltando sus manos y cayendo hacía el suelo del todo. Las velas se apagaron al instante al perder el contacto entre las tres y Arlette se lanzó a velocidad vampirica hacía la bruja tirándola al suelo sin darla tiempo a reaccionar- ¿Qué diablos te pasa? ¿QUÉ LE HAS HECHO MALDITA BRUJA?- grito furiosa poniéndose sobre ella y apretando su cuello con sus manos. 
La mataría, juraba que la mataría, ahora mismo Alma era su único apoyo! Y para una pequeña esperanza que tenían parecía que esa bruja solo lo había aprovechado para joderlas.

A mi por mi parte casi me da algo cuando Alma perdió el conocimiento. Corrí hacía ella casi sin pensarlo- Alma! Joder, Alma... Vamos despierta... Dime que estas bien- murmuré ni bien que me quedé a su lado, agachándome para mirarla mejor. Estaba respirando, ¿no?. No podía sentirlo pero notaba su pecho subir y bajar. Por tonto que sonara eso me dio tal tranquilidad que casi me da algo. Maldita bruja, era imposible fiarse de ella, si por mi fuera sería yo mismo el que la estuviera estrangulando.

Perdí el conocimiento y no supe más. Sophie estaba siendo estrangulada por Arlette que la tenía amarrada sin demasiada piedad. -Suéltame!.- le ordenó con un hilo de voz. -Si quieres recuperar a tu vampiro, mejor me sueltas ya.- susurró y Arlette aflojó apenas sus manos. -Ya sé todo lo que tengo que saber... Ya sé quienes sois.- dijo todavía algo ahorcada.
Algo me hizo volver en mí poco a poco y me incorporé todavía confundida viendo la escena de Arlette y Sophie. Joder, Arlette... Qué ha pasado?.- dije mientras Arlette ya la liberaba más al notar que yo estaba bien. -Tranquilas, no ha pasado nada... Sólo necesitaba algo de información y la he tenido.- dijo Sophie con sorna, mientras se sentaba otra vez y se acariciaba un poco el cuello que estaba algo dolorido. -Porqué has dicho que sabes quienes somos? Mi padre no te lo había dicho acaso?.- le pregunté sin fiarme nada de ella. No me gustaba sentir que había "obtenido información" de mi mente, me sentía vulnerable. -Me había dado algunas pistas... Lo demás he tenido que hacerlo sola.- dijo incorporándose.

Arlette soltó su cuello ni bien vio que Alma se encontraba bien y se volvió a sentar en su sitio, aunque no pudo evitar mirar a la bruja con cierta sorna cuando vio que se frotaba el cuello. Se lo merecía por cabrona.
- ¿Puedes dejar de ser tan misteriosa para variar?- dijo ya sin nada de paciencia después de todo lo que había pasado- ¿Qué información necesitabas? ¿Qué información has tomado?- dijo sin entender nada de nada y cada vez con más desconfianza- Joder, nosotras también necesitamos confiar en ti, necesitamos respuestas- dijo suspirando- Dinos de una vez si nos vas a ayudar o no después de todo lo que supone que has averiguado- dijo porque al final no dejaba de ser eso lo más importante para ella.

Arlette se sacó de quicio y agradecí no tener que ser otra vez yo la que me metía con esa tal Sophie, cada vez me caía peor. -Las ayudaré, bueno... primero serán vosotras las que me ayuden a mí. Pero creo que es un pequeño precio a pagar por recuperar a sus vampiros.- dijo ya poniéndose de pié y sin dejar de hablar un poco con "misterios". Definitivamente eso era lo que más odiaba de las brujas, se creían muy superiores y eran tan pesadas que me daban ganas de matarlas. -Hace un tiempo atrás un vampiro se llevó a la persona que más quería en el mundo...- dijo sin mirarnos mientras iba hacia la ventana. Me puse de pié también y lo mismo Arlette, ni siquiera me interesaba su historia... pero eso de que hubiera "tomado información" de mi mente, no me gustaba nada. -Yo era pequeña y juré que la traería de nuevo ni bien tuviera la ocasión... Supe cómo hacerlo hace un tiempo atrás, ella era mi tía... era una bruja y nuestros ancestros la habían condenado por algunas malas decisiones del pasado así que en el conjuro necesitaba un ingrediente más, sangre de quien le había quitado la vida.- dijo mirándonos. -Entonces fue cuando tu padre entró en mi vida con una historia fascinante sobre su hija casada con un vampiro de orígen francés, Benjamin Lebeau.- dijo mirándome, yo cada vez entendía menos. -Y no sólo eso, la prima del tal Benjamin estaba con ella... sangre de su sangre.- dijo mirando a Arlette y clavando sus ojos oscuros.

Escucharon toda la historia y a Arlette la fue cerrando todo poco a poco-Oh Dios mío, eres la sobrina de Pauline-murmuró Arlette sin poderlo creer, por eso la sonaba, Pauline había muerto siendo más joven que ella, pero aún así se daban un aire. -Joder... Ben se debe estar retorciendo en su tumba...

-¡Serás Puta!- le grité a Pauline alterado prácticamente al mismo tiempo que Arlette decía esas palabras. Era prácticamente la primera vez que me dirigía directamente a ella, de verdad que había intentado ignorarla porque no me daba la gana hablarla ni tener nada que ver con ella pero es que esto ya era el colmo- Ha sido tu plan desde el principio, eres...Jamás volverás, es que por encima de mi cadáver- dije todavía sin dar crédito y alterado- Eh, tranquilito, si quieres volver es lo que hay-dijo ella con voz algo alterada también- Tu me mataste Ben,  ¡asume las consecuencias de tus actos!- me acusó señalándome con el dedo. Iba a replicarla cuando una voz nos cortó- ¡Basta!-dijo Gus sin alzar ni un poco la voz y colocándose entre nosotros- El punto es... ¿Tendrá consecuencias para Arlette?- preguntó casi que pasando de mi (estaba claro que estaba dispuesto a que volviese ella si todos podíamos volver) y pensando en Arlette. Todos sabíamos que los hechizos de este tipo tenían consecuencias, y supongo que le preocupaba que al ser ella la que diese la sangre las repercusiones cayeran en ella.

Ninguno dijo nada esta vez y fue una suerte porque en caso contrario seguramente no hubiésemos reparado en que al mismo tiempo Arlette estaba planteando la misma pregunta- Estaría dispuesta a dar mi sangre- dijo tras pensarlo un poco y tras mirar a Alma para ver como iba asumiendo toda la historia- ¿Pero me pasará algo malo?- dijo mirando a Sophie con intensidad esperando una respuesta sincera.

Arlette dijo que era la sobrina de Pauline y me costó un poco entender todo... -Joder, Pauline... Ben me contó esa historia.- dije hablando más con Arlette que otra cosa. ¿Iba a traerla de vuelta?! Sabía que Ben la había asesinado, pero es que ahora mismo se me mezclaba todo... una cosa tenía en claro: por culpa de su historia con esa bruja me había pedido que me convirtiera en vampira, no quería repetir las cosas... y muy bien nos había ido. Entorné los ojos pensando en todo eso y me interrumpió la voz de Arlette otra vez, esta vez estaba preguntando a Sophie sobre su propia suerte, la bruja se sonrió. -No, un poco de sangre... puede que al principio te quedes algo débil, pero en teoría no tendrás que morir si es lo que te preocupa.- dijo mirándola. -Cómo demonios haremos para confiar en tí? Sé que tu tía no era de fiar y tú has demostrado ser justo como ella.- dije siendo clara, esa jugada antes de acabar quitándome a la fuerza los pensamientos no me había gustado nada de nada.
-No podrás saberlo, eso es lo interesante.- dijo con sorna. -Tendrás que confiar en mí de todos modos, no tienen alternativa.- dijo mirándome. -Y ya veremos cuando vuelva tu vampiro si se atreve a ponerle a mi tía un sólo dedo encima... No me costará nada mandarte al otro lado también.- dijo amenazándome y casi que amenazando a Ben, como si pudiera escucharla. La cogí del cuello enseguida sin poderme controlar. Ya estaba demasiado alterada de los nervios y ahora estaba claro que ella también nos necesitaba. -Escúchame bien, a mí tampoco me costará nada quebrarte el cuello... no sábes las ganas que tengo.- dije mirándola enseguida con fiereza. -Así que más vale haces tu parte sin ninguna sorpresa... Primero quiero ver a Gus y a Ben... Luego tendrás tu sangre y veremos si tu tía viene de visitas o se queda a esperarte del otro lado.- murmuré mirándola a los ojos antes de soltarla. En ese momento alguien llamó a la puerta. Arlette miró por el agujero de la puerta y dijo que era mi padre.

Nos quedamos algo más tranquilos al escuchar lo de Arlette y ya fuimos escuchando toda la conversación-¿Me esta amenazando?- dije sin dar crédito como si la bruja esa fuera una insignificante niña. Alma la amenazó y escuché a Pauline reír desde la otra punta de la habitación-No aceptará, mi sobrina no es imbécil, no os dejara volver antes que a mi, al menos no a los dos- dijo enarcando una ceja. No dije nada, en parte era lógico, luego bien podríamos no darle la sangre...

Para mi sorpresa llamaron a la puerta y ni bien abrió Arlette entró el padre de Alma quien se quedó un poco impactado al ver la escena que se estaba produciendo entre Alma y Sophie..
Arlette le dejó pasar y miró a Alma para que soltara a Sophie y sin saber muy bien como seguir. ¿Qué hacía su padre allí? ¿Iba a ayudar a la bruja a que volvieran? ¿O...?

Mi padre entró en la habitación y solté a Sophie. -No pienso dejar que vuelvan hasta que mi tía no esté conmigo.- dijo Sophie y la miré otra vez con furia. -Pues uno de los dos vendrá primero o no tendrás trato...- dije sin dejarme convencer. -¿Qué ocurre?.- dijo mi padre metiéndose entre las dos y mirando a Sophie algo severo. -Tu hija, no acepta mis condiciones para ayudarlas.- dijo mirándome. -Pues me da lo mismo, primero vendrá uno de los dos, luego podemos darte tu sangre y si el otro no vuelve rápido me encargaré de quebrarte el cuello antes de que tú y tu tía se pongan al día, vale?.- dije sin que me importara para nada que mi padre estuvier allí.
-Alma, tranquila, lo hemos pensado bien... no habrá problemas.- me dijo mi padre pero me daba lo mismo. Miré a Arlette. -Quién de los dos primero?.- le pregunté, más que nada porque la sangre era SU sangre y no sabía si era preferible tener aquí a Gus o a Ben... lo mismo Pauline sólo quería hacer toda la movida para dejar a Ben en el "otro lado" y no me hacía ninguna gracia pensar eso.

Gus y yo nos miramos por un momento y Arlette suspiró casi al mismo tiempo- No puedes hacerme elegir, yo...-parecía el drama de su vida andar eligiendo entre los dos... Pero ¿y si dejaba a Ben para el final y luego hacían algo para que no volviera tras Pauline? ¿Y si traía a Ben primero y su odio le cegaba matando a la bruja sin dejar que volviese nadie más?. Volvió a suspirando y tras pasarse una mano por la frente miró a Alma- Gus-dijo finalmente- Lo siento- dijo y realmente no supe si se lo decía a Alma o iba dirigido hacía mi... Pero era de esperar, siempre le había escogido por delante de mi en todo, era el amor de su vida después de todo.
Se alejó un poco de Alma sin ser capaz de mirarla ahora mismo y se centró en la bruja- Pero quiero que lo hagamos ya, no más esperar, este asunto termina aquí y ahora- dijo decidida mirando ahora mismo a los dos brujos que allí había.

Arlette no quería elegir, estaba claro que en su vida eso de decidir entre los dos era una putada. Se quejó pero me encogí de hombros dándole a entender que no pensaba hacérselo más fácil... era su sangre, no la mía. No dije nada cuando decidió y aclaró que lo sentía, no sabía si me lo decía a mí o qué. Se hizo un silencio. -Está bien.- murmuré. -Más ganas van a darme de quebrarle el cuello si se le ocurre no cumplir el trato.- dije mirando a Sophie y tratando de verle el lado bueno. Desde luego que si llegaba a hacer alguna "jugada" fuera de lo previsto la mataría... o Ben estaba de vuelta antes que tarde o acabaríamos todos en el "otro lado", de eso estaba segura.

Arlette la apuró y Sophie asintió, ya no tenía la sonrisa misteriosa y sobredora conmigo, no sabía si era a causa de mi padre o porque de verdad le había metido algo de miedo... pero cuanto más calladita se quedara, todo sería mejor para todos. -Ven, Sophie, empecemos.- dijo mi padre y nos hizo sentarnos otra vez a Arlette y a mí. Los cuatro en círculo y las velas. Esto me estaba estresando y mucho.

Sonreí sin poder evitarlo al ver a Alma así tan de "mala" y cuando todos se sentaron de nuevo en el suelo en circulo nos acercamos los tres como tontos hasta quedar a sus espaldas, quedando de alguna forma también en una especie de circulo. ¿Funcionaría de verdad?.
Se cogieron de las manos y la bruja comenzó a murmurar cosas en otro idioma como antes y poco después las velas se encendieron de nuevo solas. Reinaba tal silencio que parecía mentira con toda la tensión que había en el ambiente.

Nos sentamos otra vez y de nuevo Sophie empezó con esas palabras que soltaba en vaya uno a saber qué idioma. Mi padre esta vez la acompañó, recitando la misma extraña letanía hasta que las luces se encendieron y luego se apagaron... tanto las luces de las velas como todas las demás. Quedamos en silencio y a oscuras cuando Sophie comenzó a hablar, parecía una suerte de invocación... escuché que nombraba a Gus y luego ya no supe qué más decía. Supuse que tenía que ver con esa famosa "ancla" de la que había oído hablar.