Derrapando en Ámsterdam (con Arlette, Ben... Etc) +18

Recuerdo del primer mensaje :

Ya habían pasado unos cuántos días desde el encuentro con mi padre y no habíamos tenido novedades. Con Arlette nos habíamos conseguido un apartamento casi insignificante en un barrio de mala muerte. Tenía mucho olor a humedad y estaba completamente empapelado con el peor de los gustos, pero era todo lo que podíamos obtener.

Los primeros días me moría de la ansiedad... y un poco Arlette también, aunque sentía que intentaba disimularlo recordándome cada poco que en realidad "nada era seguro" y que "no me hiciera ilusiones". Luego al pasar una semana entera ya empecé a desquiciar... por mucho que llamé a mi padre no tuve respuestas y aunque no me concedía el perder las esperanzas, lo cierto es que algo dentro mío empezaba a quebrarse.
De un momento a otro de la bronca y la excitación pasé a sentir cada vez más dolor y me era tan insoportable que antes de que me diera cuenta estaba empezando a derrapar por todos los costados. Una idea empezó a crecer en mi interior y era solamente la venganza, quería encontrar a Zachary y arrancarle la cabeza. Salía casi solamente de noche y en general acababa cargándome a alguien, a veces humanos, a veces vampiros... no me importaba prácticamente nada, sólo dar con algun dato que me acercara a Zack o incluso al tal Luca. A veces Arlette me seguía de cerca, a veces se quedaba en casa.

Esa noche me había aburrido pronto así que había decidido traer directamente a dos tíos y una tía al apartamento. Uno de los chicos era vampiro, los demás eran humanos... Me entretenía verlo morder a los demás o al menos no me dejaba pensar en Ben que era todo lo que esperaba.
Era de madrugada y estaba borracha y tumbada en el sofá mirando sin ánimos la escena de sangre cuando Arlette llego a casa.

Spoiler:

Comenzaron con los hechizos y todas las luces de la casa se apagaron de golpe. Se hizo el silencio antes de que Sophie comenzara a invocar a Gus y ni bien alcé la mirada vi que Gus había desaparecido. ¡Joder! Me alteré un poco sin poder evitarlo. ¿Dónde estaba? ¿Había salido algo mal? No había vuelto pero tampoco estaba aquí... El tiempo que llegó después se me hizo eterno, Sophie seguía recitando una y otra vez el hechizo que invocaba/revivía a Gus y yo maldecía una y otra vez mentalmente. ¿Cómo nos habíamos prestado a esto? Es que era una locura, solo había servido para... Mis pensamientos se interrumpieron cuando de golpe las luces volvieron y Sophie se calló. Gus estaba en medio del circulo completamente...¡vivo!.

Nos quedamos en silencio y a oscuras por unos segundos que se me hicieron eternos. Al cabo de ese rato, las velas se encendieron y Gus estaba allí de pié en medio del círculo. -Joder!.- dije mirándolo y luego a Arlette. Es que realmente no había acabado de creerme todo ese rollo hasta no verlo con vida... empecé a temer entonces que decidieran dejar a Ben en el condenado "otro lado"... pero no dije nada, estaba contenta por Gus y sobre todo por Arlette. Estas semanas con ella nos habían hecho mucho más cercanas, como era obvio, y de verdad que estaba más tranquila con Gus con vida... significaba que era posible.
Arlette se soltó para ponerse de pie y abrazar a Gus... pero enseguida Sophie los interrumpió. -Venga, es la hora de tu sangre.- dijo mirándola.

Arlette y Gus se abrazaron enseguida, era una imagen bonita-Ha sido fácil- dije porque de verdad que me había esperado algo mucho peor. Pauline me miró y enarcó una ceja como si fuera tonto- Claro que ha sido fácil, Gus es simple, no pasaba nada con él... Pero a mi mis ancestros me odian y a ti mucho más, lo difícil será ahora...-dijo haciendome suspirar, joder.

Arlette se acercó a Sophie sin poder sacarse una pequeña sonrisa de la cara y mientras tanto Gus se sentó al lado de Alma y la abrazó también levemente por unos segundos-Todo irá bien-murmuró en su oído- Él esta bien, ¿vale?- dijo para reconfortarla antes de apartarse al escuchar como Arlette jadeaba ligeramente ya que la bruja había sacado un pequeño cuchillo y la había cortado en la mano para conseguir su sangre.  Siguiendo las instrucciones de Sophie, Arlette dejo caer algunas gotas de sangre sobre las velas y volvieron a formar un círculo todos allí sentados para esta vez, comenzar a hacer el hechizo para revivir a Pauline.

Gus se acercó a decirme eso y asentí con una pequeña sonrisa. No estaba segura de que tuviera razón, pero tenía el don de tranquilizarme. Tenerlo allí... en fin, de pronto me daba cuenta de que lo mucho que lo había echado de menos, siempre había sido bueno conmigo, incluso aunque le costara discusiones con Arlette. Me alegraba de verdad que ya no fuéramos sólo nosotras dos. -Lo has visto? Estabas con él?.- susurré sin poder evitar preguntarle algo más. Pero Sophie quería seguir adelante y le hicimos caso.
Cortó la mano de Arlette y tras arrojar la sangre en la vela otra vez comenzó con el conjuro, mi padre la seguía... repitiendo las mismas palabras como un poseído. Pasó mucho tiempo, demasiado... al final las luces se apagaron pero esta vez un viento fuerte entró en la habitación... volaron nuestras cosas y me sobresalté enseguida. -Joder! Qué ocurre?!.- dije mirando a Sophie. -Shh... silencio.- me calló y continuó con el conjuro. Mi padre estaba a mi lado, me apretó algo la mano para llamar mi atención. -No va a ser fácil... los ancestros no quieren que Pauline vuelva, tampoco Ben.- susurró y sentí que me ahogaba ¡¿Los ancestros?! Quienes demonios se creían que eran?! Enseguida Sophie retomó la letanía extraña y mi padre también... el viento no cesaba y las voces se escuchaban cada vez más fuerte, como si estuvieran trabando algún tipo de pelea.

Comenzaron de nuevo con el ritual y esta vez era diferente, se podía notar con gran claridad. Esta vez pasó muchisimo tiempo hasta que las luces se apagaron y cuando lo hicieron se levantó un viento fuerte, demasiado fuerte porque nos tiró a Pauline y a mi tirandonos al suelo- Joder-murmuré, era lo más "real" que me había afectado desde que había muerto, por tonto que sonara me había hecho gracia... O al menos me hizo gracia hasta que alcé la mirada y vi que ya no estábamos con ellos, seguíamos en la habitación pero esta vez en el "otro lado" como si nos hubieran echado y no nos dejaran ver más- Maldita sea-bufó Pauline acercándose a mi porque el viento aún así no paraba y no sabíamos ni que esperar.

La bruja siguió y siguió y en un punto pidió más sangre por lo que Arlette cada vez más nerviosa al ver que nada pasaba se hizo otro pequeño corte y fue dejando que cayera mucha mas sangre sobre las velas mientras miraba a Gus y a Alma con bastante miedo, ¿y si ahora todo salía mal?.

El tiempo pasaba y Sophie tomó más sangre de Arlette... pero no teníamos novedades, solo mucho miedo en mi caso. El viento ese no parecía anunciar nada bueno y que se demorara más de lo esperado, tampoco. Eso continuó por un rato, Arlette fue dando su sangre cada vez que se la pidió y ya estaría algo débil cuando, tras mucho grito por parte de mi padre y de Sophie, lograron que las luces se apagaran. No sabía si era buena señal, pero recordaba que así había sido como todo había ocurrido cuando Gus había aparecido en medio nuestro. Suspiré y cogí la mano de mi padre y la de Gus con más fuerza.

Paso mucho mucho tiempo y el viento solo iba a más cuando me di cuenta de que Pauline estaba desapareciendo poco a poco, no estaba siendo de golpe como había pasado con Gus y eso me acojonó. Me asustó tanto que cogí a Pauline enseguida por los hombros- ¿Qué haces? Sueltame!- se quejó- No, no dejaré que te largues, joder, mira lo que esta costando ahora, luego pondrán mucha más resistencia y no me dejarán marchar... si me quedo, tu te quedas- dije firmemente mientras ella luchaba por zafarse de mi- SUELTAME!- se fue quejando, pero no lo permitiría, no dejaría que volviera si yo no podía y joder para que negarlo, siempre me había acojonado demasiado la muerte y estar solo por siempre... Ni de coña! O volviamos todos o ninguno. - QUE ME SUELTES!!- fue insistiendo empujandome con brusquedad y haciendo que los dos cayeramos al suelo.

En el piso todo iba cada vez más intenso, Arlette iba cada vez más y más débil por la perdida de sangre al borde casi de desmayarse y Sophie y el padre de Alma ya iban incluso sangrando por la nariz de los esfuerzos...

Nosotros cuando caímos al suelo... No sé que pasó pero de pronto dejé de sentirla y deje de ver y sentí mucho dolor... Pasó una eternidad antes de que pasara de nuevo por la chica de la primera vez (la ancla o algo así) y paso mucho más tiempo antes de que fuera realmente consciente de todo... De pronto estaba allí en mitad del círculo de velas sujetando todavía a Pauline como si la vida me fuera en ello.- SERÁS CABRÓN!- gritó Pauline empujándome enseguida enojada por lo que podría haber pasado, lo más razonable es que nos hubiesemos quedado los dos pero... Es que era una locura, habíamos conseguido volver los dos y a la vez! 

Pauline:

Las cosas se pusieron más intensas y ya estaba empezando a desesperarme... si costaba tanto que Pauline volviera no quería ni pensar cómo lograría que Sophie me ayudara a traer a Ben! Arlette ya no podía más, Gus la sujetaba intentando tranquilizarla y tanto Sophie como mi padre estaban sangrando por la naríz. Finalmente las velas se apagaron y antes de que se encendieran escuché una nueva voz, la que sería de Pauline insultando. Se encendieron las velas y casi me da algo ¡Ben estaba allí! -Joder Ben... joder.- dije tironeándolo enseguida mientras ya Pauline pasaba de él y miraba a Sophie. -Cómo demonios lo han logrado?.- alcancé a escuchar que le preguntaba... pero me daba lo mismo enseguida abracé a Ben tras tironearlo para que se acercara a mí, que aún estaba sentada. Y no pude decir más porque sentí un golpe en el suelo, mi padre se había desmayado. Sophie se acercó enseguida pasando de Pauline y susurrándole al oído... -Ya está, están todos...- dijo como si esi fuera a tranquilizarlo de alguna manera, pero mi padre no respondía. -¿Qué pasa?¿Qué le ha pasado?!.- dije alterada mirándolos, ya me imaginaba lo peor. -Debía pagar un precio y lo ha hecho... Los ancestros le han dejado sin poderes, y no pongas cara de arrepentiemiento, porque es tu culpa.- dijo Sophie mirándome con bastante desdén.

Pasé enseguida de Pauline y prácticamente al instante sentí como Alma tironeaba de mi. - Alma...-murmuré suspirando y agachándome enseguida para abrazarla. No podía ni creerlo, jamás hubiese pensado que esto fuera posible, de verdad que había sido muy reaccio a creer en todo esto. La abracé con fuerza pero prácticamente al segundo nos soltamos. Su padre había caído desmayado y me temí lo peor por un momento, ¿habría muerto?... Pero Sophie fue explicando y suspiré- Lo siento...-le dije a Alma apretando un poco su hombro antes de sentir como Arlette tiraba un poco de mi otro brazo y me atraía hacía ella para abrazarme- Lo siento en serio, joder...-murmuró disculpandose un poco por eso de haber elegido a Gus.- No pasa nada, todo esta bien- la dije abrazandola también enseguida antes de notar como el padre de Alma iba despertando poco a poco.

Arlette y Ben se abrazaron y yo estaba aturdida... necesitaba hablar con Ben... joder, pasar un minuto a solas con él, pero ahora parecía imposible... la pequeña habitación de nuestro piso en Ámsterdam estaba que desbordaba de gente. Y me sentía culpable por mi padre, aunque fuera una tontería, no podía dejar de pensar en eso. Al final se incorporó un poco y Sophie lo abrazó, más de lo que me hubiera gustado en realidad. -¿Qué ocurrió?¿De verdad no tienes tus poderes? Joder, lo siento...- dije mirándolo a los ojos. -Tranquila Alma, quise hacerlo... te lo debía.- murmuró mirándome a los ojos con bastante paz. -Eso no es cierto... Si tu vampiro no hubiera sido tan cabrón, hubiéramos podido cambiar las cosas.- dijo Sophie mirando a Ben y a mí. -Cállate, quiero hablar con mi padre sin nadie en el medio, tienes a tu tía... vete con ella y pónganse al día, no pintas nada en esta casa.- murmuré con bronca. -Ha sido ella la que logró que vuelvan... No se peleen, estoy bien... sabía lo que hacía.- dijo mirándome.
-Te traigo un poco de agua?.- dije como una idiota por decir algo mientras ya me ponía de pié. Sólo mi padre y Sophie permanecían sentados, mi padre algo recostado en realidad. Miré a Ben, a Gus y a Arlette y camino a la cocina abracé a Ben de una vez. "Oye, te vuelves a morir y juro que te dejaré pudrirte en el otro lado" pensé para que él me escuchara.

Sonreí ante las palabras mentales de Alma y solo asentí, quería decirla tantas cosas... Darla las gracias y abrazarla hasta no soltarla nunca más, pero ahora mismo no era el momento... Nos soltamos para que Alma fuera por el agua y Pauline bufó levemente- ¿Qué chica más maja, no?- dijo de Alma despectivamente por como trataba a Sophie- Pero tiene razón, vamonos, luego ya tendrás tiempo de verle sin tanta gente alrededor- le dijo a su sobrina tirando un poco de su mano para que se pusiera en pie y la acompañara. Se resistió un poco abrazando de nuevo al padre de Alma y prometiendole que le llamaría después y miré a Pauline cuando pasó por mi lado- Hoy has sido un cabrón-dijo sin que yo dijese nada- Pero esta bien...Así podré matarte yo misma con mis propias manos, y esta vez nadie te podrá traer de vuelta... Lo siento cariño- dijo con una sonrisa torcida al pronunciar esa última frase que me heló un poco la sangre, es que eran las últimas palabras que le había dicho yo al matarla.- Suerte con eso...-dije simplemente como si no la tuviese fé en conseguir que acabara conmigo. Agarró ya del todo a su sobrina y para alivio de todos se largaron.

Escuché todo el diálogo de Pauline con Ben gracias a mi oído vampírico. No dije nada, odiaba las amenazas pero sabía que yo misma le había soltado unas cuántas a su tía así que no estaba como para quejarme. Llené un vaso con agua y se lo acerqué a mi padre enseguida. -Ten.- dije y me quedé esperando que bebiera. -¿Quién es esta mujer?.- le dije antes que nada. -Y dónde demonios está mi madre?.- dije después sin darle demasiado tiempo a que se recuperara. No estaba en mi mejor día, eso era un hecho... demasiada tensión y manipulaciones que no entendía, me sentía desbordada que no me daba la gana ser bondadosa con nadie. -Una amiga.- dijo mirándome sin ir más allá. Entorné los ojos mirándolo. -Oye, he tenido muchos "amigos"...- dije haciendo hincapie en la palabra "amigos". -Me da lo mismo con quien te acuestas, pero no me hace gracia que hable con ese desprecio de mi madre... No lo permitiré en mi propia casa.- dije mirándolo. Mi padre sonrió entornando los ojos. -Tienes agallas, agradezco eso, sabes cuidarte... Mi vida privada es mi vida privada, siento si te ha hablado mal de tu madre, pero se ha portado mal con mi aquelarre y por eso le han sentenciado un exilio hace ya un tiempo. No la veo hace mucho y no sé dónde está... ellos la aceptaron a pesar de ser vampira y luego de que nos traicionara tuve que optar.- dijo mirándome y dándome a entender que había elegido a los brujos en vez de a mi madre. -No volveré a verla?.- pregunté enseguida. -Puede que sí.- dijo mi padre poniéndose de pié mientras me devolvía el vaso con agua. -Tampoco yo "pinto nada aquí".- dijo sonriéndome y repitiendo mis palabras. -Os dejaré solos, cualquier cosa que precises me llamas...- dijo mirándome. Ya miró a los demás y se detuvo en Ben. -No querían que volvieras... Puede que tengas que cuidarte más de lo habitual por un tiempo... Haré lo que pueda con Sophie y con Pauline.- dijo mirándolo primero y tras mirarme a mí se fue a la puerta. -Gracias.- alcancé a decirle simplemente antes de que saliera por allí. Se giró a miramre y sonrió, era la primera vez que le decía algo así en la vida.

Juraría que Gus y Arlette hubiesen querido desaparecer, no se habían ido por respeto pero la conversación de golpe parecía demasiado privada y ellos prácticamente habían quedado contra la puerta de la cocina intentando pasar despercibidos y no molestar en una conversación entre padre e hija que parecía tan "familiar"... A mi también me parecía algo demasiado personal pero bueno era su marido después de todo y no quería alejarme de ella así que no me moví. De golpe su padre estaba dando bastante información y no sabía como se lo tomaría Alma...-Gracias- le dije sinceramente a su padre, no solo por la advertencia de que tuviese cuidado sino por todo en general, sin él no habríamos vuelto y se había quedado sin poderes... No sabía como le aceptarían en su aquelaree después de esto y de haberles contradecido trayéndonos de vuelta. Su padre ya se fue y miré a Alma un segundo- ¿Cómo estas?-murmuré tomando su mano para ver como iba aceptando todo lo que le había dicho ahora su padre.

Me quedé mirando la puerta un segundo, no tenía en claro nada de nada... mi mente iba a mil kilómetros por hora y sentía que ni siquiera estaba permitiéndome disfrutar del "regreso a la vida" de Ben. Se acercó y me dijo eso sacándome de mis pensamientos. -Joder... Ben.- dije ya mirándolo y esta vez lo abracé de verdad. Sintiendo que mi cuerpo se aflojaba, no sabía cómo había logrado tensionarme de esa manera pero lo cierto es que por primera vez estaba sintiéndome un poco relajada. Quizá fue eso, o quizá fue que realmente había estado más angustiada de lo que había podido reconocer... pero lo cierto fue que empecé a llorar, las lágrimas calleron de mis ojos sin que fuera conciente de ello, y cada vez más... me largué a llorar de una vez, sintiendo como mi cabeza latía y mi cuerpo temblaba. -Ben... te echado mucho de menos, yo... creía que no podría verte... pensaba que no podría.- susurré despacito en su oído una y otra vez abrazándolo con fuerzas y llorando como una niña porque no podía hablar, no podía hacer nada que tuviera una mínima de lógica.

No me había esperado esa reacción por tonto que sonara. Alma me abrazó comenzando a llorar y pude ver por encima de su hombro como Gus me hacía una seña como que se iban un rato a la habitación de Arlette para hablar también un poco solos. Pude ver como Arlette también iba medio llorando por el camino antes de que se metieran a la habitación y era triste pero estaba claro que en toda historia quienes peor lo habían pasado eran ellas.
Abracé con más fuerza a Alma ahora que estábamos ya solos y suspiré según iba escuchando sus palabras.- Y yo... Yo tampoco creía que pudiese volver a verte- susurré -Te quiero Alma, vamos a estar bien a partir de ahora, te lo prometo- fui susurrando en su oído buscando que se tranquilizara y buscando que dejara de llorar. Recordaba como antes me había "dicho" hablandole al aire que la dijese que todo fuera bien y es que ahora mismo se lo decía de todo corazón. Nos iría bien, estaba seguro, ya bastante nos había pasado-Gracias por todo... Yo... Jamás te lo podré agradecer- dije sinceramente, es que sin ella no estaría ahora mismo aquí... Suspiré y la di un pequeño beso en el cuello, había muerto hacía muchas semanas pero no era solo eso, antes de morir ya habíamos estado separados por todo el asunto de mi deuda así que ahora no podía estar disfrutando más de tenerla entre mis brazos. No pensaba soltarla jamás.

Fue diciendo todo eso y sabía que lo sentía pero no podía creer en nada... me sentía tan angustiada, tan desbordada. Arlette y Gus se fueron a la habitación y nosotros quedamos allí en medio de la sala de pié, con las velas derretidas en el suelo y el revuelo que el "viento" había dejado por todos lados. -No lo sábes.- susurré todavía entre sollozos. -No sabes si estaremos bien... Pauline ha dicho que volverá a por tí y no he podido encontrar a Zachary... Siento que tenemos enemigos por todas partes... Y lo que dijo mi padre...- dije pensando en las "recomendaciones" que le había hecho. -Joder... Ben, quiero creer todo eso, quiero creer que será más fácil... pero lo he pasado fatal, si no hubiera sido por Arlette, no sé cómo habría acabado ¿Entiendes?.- dije mirándolo ya un poco a los ojos. Me agradeció y me encogí de hombros. -¿Qué otra cosa podía hacer?.- murmuré. -Cuéntame... dime como es todo allá. En el otro lado... Hay dolor, cómo es?.. podíamos vernos? escucharnos?.- fui preguntándole casi sin poder contener la verborragia.

- Shhh... Alma, Alma, tranquila- murmuré porque parecía un poco histérica diciendo todo eso entre sollozos, estaba muy superada y lo entendía, pero no me gustaba escucharla tan fatalista, Alma nunca lo había sido.-Me da igual los enemigos que tengamos, todo irá bien, estaremos juntos, afrontaremos todo juntos esta vez-dije tomandola de las muñecas para que dejara de abrazarme y me mirara a los ojos-Fui un estúpido, me deje llevar... Me mataron por mi culpa, porque fui impulsivo- lo había tenido en claro practicamente desde que los tíos compañeros de Zack me sujetaron y le dejaron clavarme la estaca con facilidad. Había estado en desventaja pero aún así por lo desbordado que había estado por toda la situación que estaba viviendo con los hombres para los que trabajaba y demás me había dejado llevar. Pero ya no lo haría... Había que afrontar estas cosas juntos y si era necesario pues también con Gus y Arlette.- Y lo siento tanto... Siento haberte hecho esto-dijo por como lo había estado pasando mal y demás. Solté ya sus muñecas y no dije nada ante eso de que podía hacer.... Podría haber seguido adelante y ya, ¿no?- Pues es como aquí pero... No sé, todo se ve diferentes, los colores, las distancias... No hay dolor, pero tampoco hay paz, es raro- dije haciendo una mueca- Y el tiempo pasa muy rápido, demasiado, apenas eres consciente- comenté. Pensé en que más me había preguntado y la miré- No siempre estabamos juntos y si, a veces os podíamos ver, era muy cansado y consumía muchas energias pero... Si te veía a veces- dije sin ocultarlo y dejando entrever que había visto como se había desfasado con eso de las matanzas y la sangre.

Me tranquilizó enseguida, haciendo que dejara de pensar así tan dramáticamente y sujetándome de las muñecas a la vez. Lo miré a los ojos y le presté atención a cada cosa que decía... No sabía cómo había sido su muerte exactamente, había llegado tarde y apenas había podido procesar nada de todo aquello. -Está bien...- dije más que nada a eso de que afrontaríamos las cosas juntos, en parte eso era una tranquilidad, mucho de lo que había sufrido tenía que ver con no saber exactamente a qué nos enfrentábamos, no quería volver a pasar por eso.
Ya me contó un poco como era el sitio, sonaba mal... de verdad no quería conocerlo. -Vaya, siento que tuvieras que estar ahí. Y también Gus, Arlette sufrió mucho... y... no sé, somos diferentes en eso, ella ha sido un gran apoyo, a veces es más sensata.- reconocí mirándolo con una pequeña sonrisa, sobre todo pensando en lo que había dicho... sobre el hecho de que me había visto algunas veces. Quizá yo había sido la más esperanzada y la que no se había dado por vencida en ningún momento, tomando el toro por las astas... pero también era cierto que me había visto más desbordada que Arlette, más fría incluso. -Pensé en largar todo... en apagar mi humanidad y que no me doliera más nada, lo pensé muchas veces. Si no conseguí tomar la decisión fue por no dejarla sola.- dije mirándolo a los ojos, tenía en claro eso... era extraño como se habían dado las cosas entre nosotras.

- Yo también lo siento-dije sonriendo levemente porque nadie podía sentir más que yo el haber estado muerto, menos con el miedo que siempre le había tenido a la muerte, que incluso me había convertido para evitarla! - Supongo que cada una sufristeís a vuestro modo...-dije por no decir que eran diferentes. Pero claro que lo eran, solo había que ver como se lo había tomado cada una, no tenían nada que ver, Arlette siempre había sido más dramatica, más llorona, en cambio Alma había sido mucho más fría y apenas había derramado un par de lágrima. Fui diciendo lo demás y asentí- Lo sé- y no había llegado a apagar su humanidad pero si que estaba mucho más fría, podía sentirlo. Ni un te quiero por su parte, ni un beso después de todo lo que había pasado... Todo ese rollo de la sangre la había mantenido más alejada de los sentimientos, lo sabía, puede que no se hubiese dejado llevar del todo como para apagar su humanidad pero había estado cerca, ya había pasado yo por eso demasiadas veces como para reconocer los síntomas.-Pero ya estoy aquí... He vuelto Alma, quédate con eso- murmuré clavando mis ojos en los suyos antes de acortar la distancia para darla un condenado beso de una vez, el primer beso tras haber vuelto... La besé abriendo un poco sus labios con los míos, intentando sacarla de ese estado de frialdad y de histeria en que la notaba.

Dijo que cada una había sufrido a su modo y asentí, seguramente fuera eso... No lo tenía en claro, en realidad no tenía nada en claro, ni la muerte, ni esta especie de "resurrección"... todo, desde ese día en Suiza en el que unos tíos desconocidos habían venido a llevárselo había sido un completo caos. Me dijo que estaba aquí, que me quedara con eso y volví a mirarlo a los ojos, de algún modo me costaba hasta creerlo... sí, estaba aquí, era Ben. Ya no esperó más y me dió un beso, abriendo mi boca con la suya y buscándome, buscando que reaccionara. Cerré los ojos y fui dejándome llevar, intentando abstraerme de todo... intentando centrarme en él, en sus labios, en el hecho de que estaba con vida. Cogí con mis manos sus brazos a los lados y fui subiendo, despacio, acariciándolo... casi dibujándolo mientras no dejaba de besarlo, sintiendo el roce de su piel, de su ropa... LLegué a sus hombros y luego a su cuello. Acaricié su cuello y deseé su sangre... Suspiré apoyando mi frente en la suya. -Ben, creo que tengo un problema.- susurré sin poder mirarlo ahora a los ojos. -No puedo dejar de pensar en la sangre... es como si todo latiera alrededor, siento muchas cosas... pero lo que más siento es eso, eso y odio.- susurré soltándolo de una vez. -Un odio profundo, una bronca que no me explico y ganas de matar... Joder.- ya lo miré a los ojos. -Bésame otra vez, tómame... hazme el amor, acaríciame... Por favor, sólo... necesito que... me invadas, que me llenes el vacío que siento y que te quedes conmigo, que no me dejes sola nunca más.- dije sin poder encontrar palabras mejores.

Alma se fue dejando besar sentí sus manos subir por mis brazos y fue una sensación que me encantó por el hecho de que joder, había estado muerto, sentir un simple contacto ahora mismo era increíble, hacía que me sintiera vivo de verdad. Pero mi felicidad no duró mucho, porque si, nos estábamos besando pero Alma estaba claro que estaba a otra cosa, sus dedos por mi cuello no eran casuales, estaban presionando mi jodida arteria! Suspiré casi al mismo tiempo que ella cuando apoyó su frente contra la mía y cerré los ojos por un momento cuando dijo que tenía un problema y todo esa de la sangre y el odio. Era... Era triste la verdad, y un poco decepcionante también. -Joder Alma... Esta bien, no pasa nada-dije cuando nos apartamos, no era lo mejor del mundo que solo odiara y quisiera matar pero bueno lo superaría, todos los vampiros habíamos pasado por eso alguna vez en la vida. Iba a decirla alguna cosa más pero siguió hablando y no dije nada enseguida mientras la tomaba enseguida de la cintura para que se volviera a acercar a mi-Esta bien, haré lo que quieras... Solo quiero que estes bien, ¿entiendes?-susurré mientras mis labios se dirigian hasta su cuello y repartía algún beso por allí- No voy a dejarte nunca más, te lo prometo...-fui susurrando intentando darla alguna condenada seguridad de las que me pedí. Haría todo eso, la besaría, la acariciaría, la haría el amor... Lo que fuera para que se sintiese querida, para que saliera de ese estado "salvaje" y de frialdad en el que estaba. Subí con mis labios de nuevo hasta sus labios y la besé llevando mis manos hasta los botones de su camisa vaquera- Llévame a tu habitación- susurré contra sus labios según iba soltando sus botones. Me había pasado solo de vez en cuando para cotillear, así que la casa no la conocía del todo como para distinguir donde estaba su habitación o cual era la suya o la de Arlette.

Dijo que no pasaba nada y quise creerle... seguramente fuera así, seguramente se tratara sólo de un mal momento. No quería sentirme de esa forma, estaba como ¿bloqueada? y joder! Ben acababa de volver de la muerte, era toda una jodida ocasión para festejar! ¿Cómo podía ser que me costara dejar que todo lo demás se prendiera fuego?!
Suspiré cuando dijo que no me dejaría más y sonreí mirándolo a los ojos y asintiendo. Era cierto, confiaba en él... sabía que cumpliría, claro que lo haría! Fue diciendo lo demás, que haría lo que quisiera y lo miré sintiendo que por una vez lograba perderme en sus ojos como siempre había hecho, dejándome invadir por eso y sin que nada me arrancara el momento. Enseguida me atrajo a él y enarqué una ceja divertida, volvió a besarme, ahora el cuello y cerré los ojos mientras escuchaba que me preguntaba dónde estaba mi habitación. Lo miré cuando saltaron los botones de mi camisa... -Pensaba que te habría dado curiosidad cotillearme por las noches... Qué decepción!.- susurré de broma contra sus labios porque estaba claro que no sabía cuál era la habitación. No había más que dos puertas más, la del baño y la otra... -Ven, ya te la mostrare...- susurré y tras cogerlo de la mano, caminé con él hacia la habitación enseguida.

- No estabas precisamente en tu habitación por las noches...-murmuré con una pequeña sonrisa, porque si, era verdad que la había cotilleado poco pero porque había cogido la mania de hacer vida nocturna, y esa vida había sido de ir por ahí a por sangre o a matar... Y no era algo que encantara ver la verdad. Me cogió de la mano para ir a su habitación y deje su camisa así abierta pero sin quitarsela todavía y la seguí. Pasamos por delante de un par de puertas, la de Arlette y supongo que el baño o algo así y ya entramos en su habitación cerrando la puerta después- Mira que habéis conseguido una casa fea...-murmuré de broma metiéndome un poco con ella e intentando recuperar esas pequeñas cosas cotidianas para ver si ayudaban a que todo fuera mejor. Suspiré levemente tras mirar la habitación y me volví a acercar un poco a ella para no estar lejos. La tomé de los dos lados abiertos de su camisa vaquera un poco y me mordí un labio sin atreverme a quitársela todavía del todo- ¿Seguro que quieres esto?-murmuré porque por mucho que me hubiese pedido antes que la hiciese el amor y demás no podía quitarme la sensación de que un poco la estaba forzando a ello.

Sonreí cuando dijo eso de que no estaba precisamente en mi habitación por las noches. -Vale, reconozco que no ha sido mi sitio favorito.. ya te mostraré cuál ha sido, pero no quiero darte miedo tan pronto.- dije mordiéndome un labio. Entramos en la habitación y dijo eso de la casa fea haciéndome reir. -¿Has visto? Ya ves porque prefería no pasarme aquí las noches, es deprimente... ¿Quién la ha empapelado así? Con Arlette disutimos bastante sobre posibles hipótesis de un gusto taaan malo.- dije con una pequeña sonrisa mirándolo. Cogió mi camisa y me encantó, me mordí un labio y alcé la mirada enseguida clavándola en sus ojos, pero luego ya me preguntó eso y enarqué una ceja. -¿Alguna vez no he querido? Venga, parece mentira que me conozcas... No recuerdo haber tenido un período más deprimente que las últimas semanas. No me tengas miedo... he estado un poco descarriada, pero debo tener arreglo.- dije de broma riéndome un poco de mí misma. -No supe como reaccionar, no quería entristecerme y... no sé, desaparecer o algo así... Pero irá todo bien, has dicho que no vas a dejarme nunca más y te he tomado la palabra... Venga, tenme fé, además... piensa que con tu ex esposa dando vueltas, tendré que esmerarme.- dije al final ya de broma como si la presencia de Pauline pudiera hacer que se volviera a enamorar de ella o algo así y entonces yo tuviera que esmerarme más por "retenerlo".

Sonreí- Vale, haces bien que no quiero salir corriendo nada más volver- murmuré medio sonriendo como si fuera a salir corriendo de verdad si me diese miedo.- Ajá, ya veo, si que es horrible- dije por eso del papel pintado y de lo que había estado hablando con Arlette, pero igualmente la casa enseguida pasó a ser secundario cuando comenzó a decirme todo lo demás. . En fin no sé, serían paranoias mías después de notar como me había estado tocando la artería y como después me había ido diciendo todo eso del odio y la sangre- Supongo que hablas de Pauline, pero que sepas que jamás me casé con ella- murmuré sonriendo por eso de "ex esposa" y dando por hecho que hablaba de ella y no de Aitana, ya sería el colmo que ella también estuviese dando vueltas por aquí. En otro momento tal vez la hubiese preguntado si era como se la había imaginado o qué sé yo pero ahora no quería hablar de ella, no me interesaba nada- Pero igual me gusta eso de que te vayas a esmerar- susurré con picardia mientras ya comenzaba a deslizar la camisa por sus hombros sin andarme con más vueltas. Era cierto que nuestras relación siempre había sido bastante sexual y muchos de los problemas los arreglábamos así, y bueno que estaba dispuesto a cualquier cosa para que todo volviese a la normalidad la verdad. Sonreí levemente al ver como su camisa caía al suelo y enseguida la volví a tomar de la cintura para poder besarla de nuevo, abriendo sus labios con los míos y dejando que nuestras lenguas jugaran a placer, que se buscaran una y otra vez como tantas otras veces mientras mi cuerpo se pegaba más ella y la buscaba casi sin darse cuenta.