Recuperando la memoria (Ben) +18

Recuerdo del primer mensaje :

Hizo todo en unos pocos minutos. Enseguida que se subió al coche lo puse en marcha y comenzamos a andar rumbo al aeropuerto, sin querer iba a mucha velocidad. Es que de verdad sentía que necesitaba escapar de Fell's Church, del país, de todas esas personas que se habían estado burlando de nosotros.
No había tenido tiempo de cambiarme de ropa en casa de modo que apenas llegar al aeropuerto le dije a Ben que fuera por los pasajes mientras me metía al baño a cambiarme la ropa y ponerme algo más cómodo para viajar.-

Entorné los ojos- Eres la peor esposa del mundo, que lo sepas- dije de broma por lo mal que sonaba todo lo que decía. Claro que nadie sabía que pasaría de aquí a doscientos años pero prefería pensar que sería dándola la lata en medio de coches que volaban y todas esas tonterías que se esperaban para el futuro... Era mejor esa imagen a pensar desde ya que nos aburríamos tan fácil que sería un milagro que de aquí a 5 años siguiéramos juntos. Dijo lo demás un poco enojada y sonreí cogiéndola de la cintura enseguida- Claro que es gracioso, pero no te vayas- dije impidiendola que se alejara- Ven y besame- dije sonriendo mientras tiraba un poco de ella haciendo que quedara sentada esta vez en mis piernas.

No pude evitar sonreir un poco cuando dijo que era la peor esposa del mundo, no lo había pensado en ese sentido, pero bueno puede que lo que había dicho no se interpretara de la mejor manera ahora que me detenía a pensarlo.
Estaba por alejarme para coger algo más de whisky cuando me cogió por la cintura haciendo que quedara sentada en sus piernas y me pidió que lo besara. -No sé si tengo que hacerlo, dices que soy la peor esposa del mundo...- murmuré mordiéndome el labio mientras pasaba mis manos por detrás de su cuello. -Y que además es gracioso que me confunda y haga el ridículo... Eres demasiado malo, no sé si te lo mereces.- murmuré con picardía mientras no quitaba mis ojos de los suyos. -¿Crees que igualmente debería besarte?.- le pregunté en tono de juego mientras volvía a mirarlo.

- Lo decía de broma...-dije con mi mejor cara de niño bueno, como si ahora me intentara excusar para que me besara. Me cogió del cuello y sonreí al tiempo que decía todo lo demás- Ajá, creo que deberías besarme igualmente... Has estado muchos meses sin besar demasiado a tu esposo y creo que deberías arreglar eso- dije con una sonrisa picara mientras clavaba mis ojos en sus labios. Deseaba que me besara más que nada.

Enarqué una ceja cuando dijo que iba de broma así solamente por que lo besara y luego sonreí cuando dijo lo demás. -¿Seguro? Yo creo que sí que he estado besando a mi esposo los últimos meses, de hecho... he estado haciendo las cosas más atrevidas con mi esposo los últimos meses. Una pena que ninguno de los dos nos enteráramos.- murmuré recordando que de verdad que había hecho de todo con Ben en los últimos meses, cuando no teníamos memoria. De hecho, habíamos acabado en situaciones que no se habrían podido dar si tuviéramos memoria... Sonreí mirándolo a los ojos una vez más y antes de que pudiera responderme ya estaba hundiéndome de una vez en sus labios sin poderme cortar.

Me mordí el labio cuando dijo eso porque claro que tenía razón, habíamos hecho de todo, en realidad casi que prefería ni pensarlo porque me daba algo... No nos habíamos cortado nada de nada. Ya iba a decir alguna tontería cuando por suerte ni me dejó. Suspiré contra sus labios y se los mordí con picardía antes de hundirme en sus labios una y otra vez, descargando un poco toda la tensión contra sus labios en cada beso.-¿Sabes que no has hecho con tu esposo estos meses?-susurré contra sus labios cuando nos separamos un instante- Intercambiar sangre- susurré como si no lo pudiese decir alto- Quiero morderte y que me muerdas- dije siendo totalmente claro. No necesitaba ahora mismo sexo (al menos no demasiado) porque era algo que como ella acababa de decir habíamos hecho más de una vez pero necesitaba sentirla, necesitaba de verdad sentirnos tan unidos como antes por esa unión de sangre.

Enseguida me devolvió el beso, hundiéndose en mi boca con avidéz, descontrolándose un poco y haciendo que también yo lo hiciera. Enredé mis dedos en su cabello y lo jalé hacia mí nuevamente. Nos separamos y cuando soltó eso sentí que me encendía en un segundo. -Joder Ben, hagámoslo... Muérdeme, hazlo.- murmuré al tiempo que le quitaba la camiseta sin cortarme, para dejar su torso al descubierto y me acomodaba mejor sentándome con mis piernas abiertas sobre él.

Mis palabras tuvieron un efecto inmediato en ella, me pidió enseguida que la mordiera y sonreí complacido antes de que me quitara la camiseta y se sentara mejor sobre mi. No la di tiempo a nada más, verla así tan acelerada de golpe solo me hacía querer morderla de una vez por todas. Aparté el pelo de un lado de su cuello y me incliné sobre él antes de desenfundar mis colmillos y morderla de una vez. Me encantó enseguida, el sabor de su sangre era único para mi. Llevé mis manos a su espalda y la estreché más contra mi mientras bebía de su cuello sin cortarme para nada.

Acomodó mi cabello y tras un instante me mordió sin cortarse. Suspiré al sentir sus dientes en mi cuello, siempre había sido una sensación que me fascinaba y me estremecía por completo. Sus manos recorrieron mi espalda y me acerqué aún más, sintiendo como iba bebiendo mi sangre sin detenerse y manteniendo mis manos enredadas en su cabello, ciñiéndolo un poco, para que tomara lo que quisiera.

Me apretó más contra su cuello y fue una delicia, no sabía como iba a hacer para parar... De verdad que ahora mismo necesitaba esto, necesitaba sentirla aunque fuera por un instante totalmente a mi merced, y sentir que era realmente mía... Joder, habían sido de verdad muchos meses desfasando en muchos sentidos. Bebí de mi antojo hasta que noté como ya me estaba pasando y bufando casi con resignación por tener que parar me separé de su cuello mientras me relamía los labios. Había sido perfecto.

Lo sentí desquiciarse en mi cuello y disfruté de todo el proceso hasta que se apartó un poco bufando lo cogí de la nuca enseguida y me hundí en sus labios besándolo apenas apenas acabó de limpiarse mi sangre de su boca. Lo besé mordiéndolo a mi antojo y cuando me aparté lo miré con una sonrisa pícara, antes de volver a besar ahora su barbilla, bajando con besos por su cuello y lamiéndolo por allí hasta encontrar el punto exacto en el que le gustaba ser mordido.
Besé el sitio, lamiéndolo despacito y soplando con suavidad antes de desenfundar mis colmillos y morderlo de una vez, sintiendo el calor de su sangre en mi garganta y sobre todo, sintiendo como otra vez el lazo que nos unía estaba en su sitio.

Me desquité en sus labios por completo, adoraba de verdad estos arrebatos suyos, y sobre todo los había echado de menos. La dejé hacer sintiendo como me mordía y besaba a su antojo y sonreí con picardia cuando se aparto. Era la mujer de mi vida, no podía tener ni una duda. Me acomodé mejor contra el respaldo del sofá según bajaba por besos por mi barbilla y cuando llegó al punto exacto donde me gustaba que me mordieran suspiré. Recordaba como sin siquiera recordarnos una de las veces me había mordido allí y yo había pensado que era casualidad... Joder, no había sido casualidad para nada, ahora lo tenía claro. En medio de todos esos pensamientos me mordió y cerré los ojos dejandome hacer. Enredando las manos en su pelo, aprentadola contra mi cuello y disfrutando de como esa unión de sangre se iba haciendo otra vez poco a poco.

Se acomodó mejor contra el respaldo del sofá antes de que lo mordiera y sentí como cogía mi cabello entre sus dedos, ayudándome a ir más contra él. Hundí mis dientes y bebí sin cortarme, sintiendo el sabor de su sangre, el olor... disfrutando de todo eso. No había nadie como él, había echado tanto de menos eso que apenas podía pensar. Ahora mismo sentía con exactitud como se estaba sintiendo él, podía notar lo placentero que le resultaba mi mordida y todo eso así que fuera por más. No podía ser mejor.

Podía sentir con claridad lo contenta y emocionada que estaba por estarme mordiendo y sintiendo ese vinculo de nuevo y es que me sería imposible decirla que parara. Quería eso más nada, quería sentirla, quería que disfrutara de mi... Joder, quería que bebiera de mi hasta quedarme seco. Suspiré estirando un poco más el cuello dejandome hacer por completo, dejando que disfrutara por completo de mi sangre.

Seguí bebiendo sin cortarme, sintiendo como Ben se estiraba cada vez más, cómodo con lo que hacía. Cuando supe que era suficiente me aparté y abrí los ojos mirándolo con intensidad. Quité la sangre que me quedaba en los labios con mi dedo índice y lo chupe sin dejar de mirarlo. -Joder Ben... Cómo pudimos sobrevivir sin esto? Explícamelo.- murmuré con picardía y preguntándomelo de véras mientras no le quitaba la vista de sus ojos.

Suspiré satisfecho cuando se apartó y abrí los ojos clavandolos en los suyos con una pequeña sonrisa- No lo sé... Joder, no lo sé... Lo he echado tanto de menos- murmuré mientras la volvía a atraer hacía mi boca aprovechando que tenía toda mis manos en su pelo. Mordí sus labios y después enseguida la besé de nuevo. Era perfecto... De verdad que después de mucho tiempo me sentía lleno de nuevo- ¿Me sientes?-susurré con una pequeña sonrisa contra sus labios como si necesitara estar seguro o algo.

Murmuró eso y asentí, también había echado de menos eso... ni siquiera había reparado en cuánto hasta ahora, que por fin volvía a sentirlo como antes. Volvimos a besarnos y me dejé hacer hasta que nos separamos y me preguntó eso, enseguida lo miré con una sonrisa. -Claro que te siento.- dije porque era hasta obvio. -No puedes engañarme Ben, digas lo que digas sé perfectamente que estás en el condenado paraíso.- murmuré mordiéndome el labio divertida y con tonito de creída, pero vamos que también yo lo estaba.

Sonreí cuando me confirmó que si que me sentí y me mordí un labio cuando dijo todo lo demás- Ajá, lo estoy... Pero no soy el único- murmuré con una pequeña sonrisa mientras me acercaba a sus labios y mordía su labio inferior un poco en juego. Es que claro que estaba en el paraíso, hacía mucho que no me había sentido tan bien y sinceramente era una sensación que sin saberlo había echado de menos. Adoraba estar así unido a ella.

Sonreí cuando aceptó lo que decía y dijo lo demás. Se acercó a besarme y sonreí cuando mordió mi labio juguetonamente. -Claro que no eres el único.- dije despacito volviendo a mirarlo a los ojos. Tras tantos líos y tantas desconfianzas, no había sensación que diera más paz que la de sentir esa unión otra vez, ya no había que andar explicando nada, quedaba en evidencia lo mucho que nos amábamos... ocurriera lo que ocurriera, dijésemos lo que dijésemos... el vínculo no podía engañarnos y se sentía estupendo.

Sonreí cuando dijo eso y me perdí por un segundo en sus ojos. Es que la adoraba, adoraba ahora mismo incluso el estar así sentados sin hacer gran cosa hablando, la había extrañado de verás y sentir que todo poco a poco empezaba a volver a la normalidad me daba tal tranquilidad que no se podía ni explicar. .-Ha sido una idea fanstastica la de venir a París- dije sonriendo pensando un poco en lo fácil que estaba siendo todo desde que estabamos en mi casa. No nos había sentido realmente extraños ni nada, y ahora con la sangre mucho menos como era obvio.

Se quedó mirándome y mantuve la mirada, siempre me había perdido en sus ojos y no era la excepción. Dijo eso y sonreí. -Siempre he sido de tener ideas brillantes... No sé qué es lo que te llama la atención.- murmuré con una sonrisa sin dejar de mirarlo a los ojos. De verdad que podía quedarme allí con él toda la vida, doscientos años, más... los que fueran.

Reí sin poder evitarlo negando con la cabeza- Había olvidado lo creída que eras- dije un poco de broma y otro poco en serio. -Pero para darte el gusto te diré que tienes razón, sueles tener ideas brillantes- dije sonriendo mientras una de mis manos jugaba en su brazo con mis dedos. Era de tontos, pero era como si necesitara tocarla o algo así todo el rato.

Sonreí cuando dijo eso primero, sobre lo creída que era... y luego todo lo demás. -Ya, ya... dices que lo haces por darme el gusto, pero en el fondo sabes que es cierto. No te preocupes chèr, tu secreto está a salvo conmigo.- susurré de broma mirándolo a los ojos y sintiendo como juagba un poco con sus dedos por mi brazo.

Entorné los ojos por como no dejaba de ser creída una y otra vez y aparté mi mano de su brazo casi resoplando- Te odio- dije sonriendo de broma por lo creída que sonaba todo el rato. Pero en realidad la adoraba para que mentir... Y apostaba a que podía sentirlo.

-Y yo, y yo...- murmuré sonriendo cuando dijo que me odiaba, es muchas veces lo odiaba, aunque ahora mismo no era el caso para nada.  -QUé tienes ganas de hacer... Traéte la botella de whisky y juguemos a alguna cosa, vale?.- dije separándome un segundo y poniéndome de pié mientras lo miraba a los ojos. No me daban tantas ganas de salir, se estaba bien en su casa y como no tendríamos gente por un buen rato, no había de qué preocuparse.

Se apartó de encima mío tras decir eso y asentí- Vale, vete pensando a que quieres jugar mientras- dije sonriendo mientras me ponía también en pie. La di un pequeño beso al pasar y fui directo hacía el mueble bar para coger de nueva la botella de whisky que había cogido antes para servirnos las copas.