Después de mucho tiempo (Santiago)

Recuerdo del primer mensaje :

Recorría con calma el bosque, rodeada de árboles y más árboles, la niebla comenzaba a formarse, dando un aspecto encantador y terrorífico al bosque.
Caminaba ya saciada luego de matar a dos excursionistas cuando sentí a otro vampiro cerca, sus pensamientos llegaron claros y sonreí.
Aparecí a su lado y susurré por detrás suyo - no pensaba verte aquí! Acaso me estás siguiendo?

-sabes que poder de brujo todavía tengo?-esperé que se llevara el cigarrillo a la boca para hacer que se quemara completo.-deberías aprender a fumar tus labios van a pagar la cuenta si lo haces mal-la miré del mismo modo desafiante que ella lo hizo anteriormente

-Maldición Santiago, estas mas molestoso que de costumbre! -dije lanzándole lo poco que quedaba del cigarro- no juegues conmigo, que también puedo jugar sucio no loolvides

-era solo una advertencia, no tocarás a elena o te las verás conmigo y sabes q soy mas sucio

-Haz lo que quieras Santiago, a Elena la tengo de mi lado - dije sonriendo mientras me transformaba en una gatita blanca que ronroneaba entre sus piernas

la miré extrañado
-sabes que soy un hibrido no puedo hacer cosas de los dos, sino ya te habría cazado- le sonreí tomándola en mis brazos y arrojándola a un árbol
-vamos gatita baja o llamo a los bomberos?

Lo miré desde el árbol y me lancé convirtiéndome en una tigreza, esas eran las dos cosas en las que podía cambiar - Grrr- gruñí mostrándole los dientes bien afilados y acercándome despacio a él

-wau! creo que tigresa te viene mejor aunque yo hubiese elegido una perra o una zorra para ti- luego me concentré y una niebla espesa nos cubrió e hice q el viento soplara más fuerte donde estaba ella limitando su ataque

Lo amenacé on una garra y me acomodé a su lado de nuevo siendo vampira - no me gustan los perros- dije sonriendo mientras notaba como el viento comenzaba a soplar

haber ocupado los poderes de brujo me había embobado un poco pero había conseguido que el viento se descontrolara- ni a mí las zorras- le tomé de una mano y la lancé con fuerza hacia un árbol- todavía puedo ocupar la naturaleza de mi lado-le sonreí, tenía poderes de los dos tipos pero los de brujo eran más limitados ya que no era mi naturaleza. El hecho de ser mestizo me hacía poderoso pero no poseía todos los poderes ni de brujo ni de vampiro.

-No te gustan?- dije sintiendo el golpe en mi espaldo - entonces no me explico cmo te puede gustar Elena- lo molesté con una sonrisa en mi rostro mientras aparecía a su lado y rozaba mis cabellos en su mejilla - no trates mal a tu adorada hermanita -susurré sobre su oído

-como siempre no conviene que te trate mal, siempre sales perdiendo-me reí mientras apartaba sus cabellos de mi mejilla
-es raro que no seas un hipopótamo o un elefante se ve que te has alimentado bien, al contrario de elena quizás por eso les gustará a todos es bonita, inteligente y está en forma gordita-le guiñé un ojo

Eso no lo iba a permitir, nadie me llama gordita y vivía para contarlo. alcé la mano y en un os por tres lo lancé tres árboles más allá, luego aparecí a su lado y si si quiera tocarlo comencé a dominar su mente, primero un fuego interno quemar su cuerpo y luego un dolor punzante en su cabeza que lo inmovilizara -cosas de vampiros que tú mezcla extraña, prueba inutil nunca podrás manejar

-te equivocas querida, eso si lo puedo usar-le dije reteniendo el dolor d emi pecho y mi cabeza-pero esto también
alcé mi manó y unas ramas del árbol se le incrustaron en el hombro y en sus piernas. Luego de tenerla atrapada le dije -también puedo entrar a tu mente y proyecté la imagen de klaus que tanto temía en su cabeza mientras yo me bajaba del árbol muy adolorido

Ña imagen me paralizó, en realidad le tenía miedo, era al único vampiro al que le corría -Parece que hace mucho que no lo ves! yo tengo mejores recuerdos de él -dije disimulando y proyecté en su cabeza la idea de Klaus matando a Elena, mientras yo me quitaba las estacas y sentía como las heridas sanaban rápìdo- no deberías usar magia si terminas así de mal y cansado -dije mientras me acercaba a verlo

fue chocante ver a klaus matando a Elena - lástima que eso nunca pasará- le dije para disimular lo impactante de la imagen
-no te preocupes sanó rápido
mientras bajaba del árbol volví a clavarle las ramas en el mismo lugar
-perdóname hermanita pero que te sirva de escarmiento, es triste sacrificar algo tan hermoso-salté al árbol de al frente y enseguida el que estaba ella empezó a arder. -Deberías temerme también Katherine. Ya no aguantaba más hace días que no había tomado sangre y necesitaba alimentarme así que mientras ella estaba ahí ataqué al conejo que había tomado antes y me di cuenta que mi nariz sangraba pero me di la vuelta para que ella no me viera mientras tomaba un trago del animal

Sentí el fuego quemar poco a poco el árbol, mis pies comenzaban a sentir el calor muy cerca, respiré hondo y con fuerza saqué una de las estacas y la arrojé lejos, la de mi hombro estaba bien clavada y en una posición incómoda, como sea la arranqué, la prendí y se la lancé clavándosela en la espalda muy cerca del corazón - Opps fallé- dije mientras apagaba el fuego de mis pies - la próxima no me des la espalda

Maldita Katherine me había herido con una estaca muy serca de mi corazón pero logré sacarla y el conejo me habia dado las vastantes fuerzás como para contraatacar.

-que mediocre eres hermanita, siempre fallas en todo hasta en tu existencia-me di vuelta y luego parecí donde estaba ella justo al frente y clavé ni mano en su estómago y empecé a moverla lentamente con dirección a su corazón
-me preguntó que habrá más arriba-pasé mi lengua por los colmillos y estaba a centímetros del corazón
-sería tan fácil matarte, pero como tu dices me serás útil más adelante-saqué mi brazo de su estómago y mientras caía la tomé del cabello y la puse de espalda.
-Por ahora quedamos en esto, pequeña hermanita-la arrojé de una patada en el suelo y empecé a caminar dándole la espalda de nuevo y lamiendo mis dedos que tenían resto de su sangre

Pude sentir su mano clavarse en mi cuerpo, había olvidado lo violentas que solían ser nuestras peleas y había olvidado cuan salvaje podía ser.
Cuando sacó su mano caí a sus pies por el dolor, esta vez había ido demasiado lejos conmigo -las pagarás -lo pensé fuerte para que pudiera leerlo de mi mente, mientras sujetaba mi panza por el dolor que poco a poco se iba apaciguando. Caminé un par de pasos más allá apoyada en los árboles hasta que caí