+18 Luego de París sorprendiendo a Ben

Recuerdo del primer mensaje :

Llegué de París por la tarde y me tumbé enseguida en la cama, pero cuando me desperté y empecé a ordenar un poco todo, descubrí que mis plantas no estaban en casa.
El jazmín japonés que le había encargado a Miriam aún seguiría en casa de Ben... durante la temporada en Europa había trabajado y salido de fiesta sin pensar demasiado y estaba funcionando, pero de pronto pensar en el jazmín me hizo volver a ver en un segundo todos los recuerdos y me sentí una tonta.

Me puse unas botas, un vestido corto negro y me fuí a beber a algún bar... hacía rato que sabía que no era solución pero tampoco encontraba el modo de sacarme a Ben de la cabeza, lo mejor seguía siendo no pensar. Estuve un par de horas hasta que ya cerraban así que me fuí caminando a casa. Pasé por la casa de Ben y ni siquiera era del todo consciente de ello cuando me encontré llamando a su puerta.

Me senté a esperar que abriera mientras me encendía un cigarro.

Spoiler:

Se quedó dormida enseguida pude notarlo en su respiración. Estuvé por levantarme e irme a la planta de arriba, pero no tenia sentido, sabía que no se despertaría fácilmente, la conocía demasiado... Así que suspirando cogí el portátil de nuevo y continué con lo que estaba haciendo antes intentando ignorarla lo mejor posible aunque de vez en cuando levantaba la vista de la pantalla para mirarla. Era extraño volver a verla así durmiendo sobre mi sofá...

Me desperté y todo daba vueltas, me costó saber en dónde estaba... abrí los ojos y reconocí el sofá ¿cómo demonios había llegado hasta ahí? poco a poco recordé la noche anterior y me invadió una mezcla de miedo y vergüenza... el sol se colaba por la ventana, no sabía qué hora era pero tenía la sensación de haber estado durmiendo siglos.
Me giré y encontré a Ben aún con su portátil. -Buen día...- susurré sin alzar la voz y sin moverme porque sabía que ya se habría dado cuenta de que estaba despierta.

Estaba todavía con el portátil cuando noté el cambio en su respiración, esperé sin alzar todavía la vista hasta que habló- Buenos días... ¿Qué tal estas?- pregunté enarcando una ceja porque lo más probable es que tuviera resaca o algo así.

-Bien... creo.- dije porque aún me dolía algo la cabeza pero me sentía mucho mejor. Me incorporé lentamente y luego me puse de pié yendo hacia él.
-Aunque la verdad... no recuerdo demasiado cómo llegué aquí.- dije mirándolo con una leve sonrisa y esperando que dejara el portátil.

Sonreí ligeramente cuando dijo eso- No sé, en eso no te puedo ayudar... Pero venías muy borracha... Así que deduzco que venías de un bar...-comenté apagando ya el portátil y dejándolo a un lado.

-Ya, recuerdo lo del bar... lo que no sé es porqué estoy durmiendo en tu sofá... pero supongo que la llamada en medio de la noche era demasiado cliché para mí y debo haber querido hacer algo más... mmm... ¿presencial?.- dije mirándolo con una sonrisa, era bastante típico eso de llamar a ex en medio de una borrachera a la madrugada... pero aparecerse en sus casas era demasiado, incluso para mí.

- Demasiado cliché...-dije dandola la razón con una pequeña sonrisa y como si no pegará con ella para nada- En fin... que te quedaste dormida enseguida, así que no me diste mucho la lata...-dije por bromear un poco.

-Mejor que ahora me daría vergüenza y no me hace gracia... ¿Sigues teniendo café?.- le pregunté porque como ya no vivía con humanos quizá se hubiera librado de todo.
Era totalmente extraño estar ahí en su casa, pero a la vez... quizá tan jodidamente cotidiano que parecía como si no hubiese pasado un minuto, como si todo hubiera sido un sueño y ya.

- Claro... el café es importante para mantener las apariencias- dije encogiendome de hombros porque era algo que se le podía ofrecer a las visitar. Me puse en pie y la miré- Te prepararé un café...-murmuré caminando ya hacía la cocina.

Sonreí cuando dijo lo de las apariencias... y la verdad no era que Ben recibiera a demasiados humanos en su casa y menos para darles un "café", pero igual no dije nada, quizá hubiera cambiado las costumbres...
Luego dijo eso de que me prepararía uno y sonreí porque siempre me había gustado que él me lo preparara.
Lo seguí a la cocina y me apoyé en el marco de la puerta mientras lo veía hacer todo.
-¿Cómo has estado?.- le pregunté mirándolo.

- Bueno... tirando- dije porque era de tontos decir que había estado "muy bien".- Mi vida esta sufriendo slgunos cambios en poco tiempo, y todavía me estoy habituando, pero en el fondo no esta mal...-fui diciendo mientras cogía el café y todo eso antes de poner la cafetera ya en marcha y apoyarme en la encimera esperando a que se hiciera.

Escuché lo que decía y me sentí algo apenada yo estaba bastante igual y no me hacía gracia, pero tampoco quería dejarme llevar por eso de querer superarlo a toda costa... en el fondo me costaba demasiado olvidarlo y era casi como si no quisiera hacerlo.

-¿Cambios?.- le pregunté interesada mientras ya entraba en la cocina.

- Si, cambios...-dije únicamente mientras me giraba ya a ver como entraba en la cocina- ¿Y tu qué tal por París?- pregunté enarcando una ceja cambiando también un poco de tema.

Alcé una ceja al ver cómo evadía mi pregunta. -No vas a decirme qué cambios?.- le pregunté sonriendo y mirándolo, me conocía lo suficiente como para saber que no era de dejar precisamente pasar por alto las cosas en las que ponía algún interés.

- ¿Y tu no vas a decirme qué tal por París?- dije enarcando una ceja y con una pequeña sonrisa mientras cogía ya la cafetera y servía el café en una taza antes de pasarsela.

-Depende... ¿me contarás en qué andas y eso de los cambios en tu vida?.- dije como si negociara con una sonrisa mientras me acercaba a él y cogía la taza de café. Rocé debilmente su mano sin darme cuenta y lo miré un segundo a los ojos, bajé la mirada y ya me acerqué el café para probarlo.

Nuestra manos se rozaron y nos miramos por un momento a los ojos antes de que desviara la miraba para beber del café y antes de que yo contestara- ¿Sí te digo que sí me contestaras de una vez?- dije enarcando una ceja y siguiendo un poco con ese "juego".

-Claro, te diré todo lo que quieras saber... soy una chica de palabra.- dije volviendo a mirarlo con una sonrisa. Bebí algo del café, la verdad es que no era malo... siempre me asombraba que le saliera bien teniendo en cuenta que ni le sentía el gusto.

- Entonces... Sí- dije con mi mejor sonrisa.- Tu turno...-murmuré haciendo un gesto con la mano porque me había dicho que con ese si me lo contaria.

-Ben...- dije mirándolo con carita de por favor. -No vas a engañarme con esa tontería... tú dime eso de los cambios en tu vida y en qué andas... sólo así te diré lo que quieras saber sobre París.- dije mirándolo con una sonrisa y algo de fastidio porque claramente había caído en esa "trampa" que me había tendido.

Off: malo!

- Ese no era el trato...- dije enarcando una ceja- Pero me conoces lo suficiente, y sabes que si quisiera contártelo ya lo habría hecho...-murmuré con una sonrisa ladeada antes de salir ya de la cocina para no seguir con eso porque ninguno de los dos se daría por vencido.

-Ya...- dije porque era cierto eso como también era cierto que yo no me quitaría el asunto de la cabeza tan pronto.
-Pues... da lo mismo.- dije algo desencantada, la verdad es que si no era capáz de compartir algo conmigo tan tonto como lo que estaba haciendo últimamente no le veía mucho futuro a este intento de relación de amistad o lo que fuera que veníamos inventando. Fuí al sofá y me tumbé a terminar el café.

Nos sentamos de nuevo en los sofás y la miré beber el café antes de romper el silencio como siempre porque no lo aguantaba- ¿Cuando llevas en el pueblo?-murmuré por decir algo.

-Llegué ayer.- respondí sin mirarlo seguía algo picada por esa tonta evasión que había hecho antes.
-Mi casa, la ausencia del jazmín, un bar, una borrachera, tu sofá... es una línea bastante lógica.- dije en un arranque de sincericidio. -Sábes? Me molesta realmente que no me quieras decir eso de los cambios... ¿a qué juegas?.- le dije antes de beber un poco más.

Escuché lo primero que dijo y me hazo cierta gracia eso de "línea bastante lógica". Escuché lo otro y enarqué una ceja- No juego a nada pero no tengo porque darte explicaciones de lo lo que haga con mi vida...-dije secamente y algo picado sin poder evitarlo porque no ella misma me había querido decir nada de París.